Diferencia entre revisiones de «Arqueoastronomía»

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Un ejemplo de este tipo de estudios se encuentran en el extenso registro producido por la antigua [[astronomía china]] en busca de referencias a «[[estrellas]] invitadas», objetos o estrellas observados por los antiguos astrónomos chinos y registrados como objetos pasajeros. Algunos de ellos eran [[cometa]]s mientras que otros constituyen [[supernova]]s cercanas cuya aparición en tiempos históricos permite estudiar en detalle la evolución temporal de estos fenómenos.
Un ejemplo de este tipo de estudios se encuentran en el extenso registro producido por la antigua [[astronomía china]] en busca de referencias a «[[estrellas]] invitadas», objetos o estrellas observados por los antiguos astrónomos chinos y registrados como objetos pasajeros. Algunos de ellos eran [[cometa]]s mientras que otros constituyen [[supernova]]s cercanas cuya aparición en tiempos históricos permite estudiar en detalle la evolución temporal de estos fenómenos.


Otro tipo de estudios analizan los alineamientos de construcciones y [[monumentos]] antiguos de acuerdo con posiciones [[astronomía|astronómicas]]. Se han demostrado conexiones astronómicas de este tipo en túmulos de las islas británicas como [[Newgrange]], y casi con seguridad también en [[Stonehenge]].
Otro tipo de estudios de carácter más cultural estudia los alineamientos de construcciones y [[monumentos]] antiguos de acuerdo con las posiciones del [[Sol]] y la [[Luna]]. Existen numerosas afirmaciones sobre la naturaleza del monumento [[megalito|megalítico]] de [[Stonehenge]] como representante de un «antiguo observatorio». Éste y muchos otros monumentos antiguos poseen alineamientos que parecen significativos en los puntos del [[solsticio]] y [[equinoccio]].


En los [[años 1960|años sesenta]], [[Alexander Thom]] realizó un exhaustivo catálogo de monumentos megalíticos en [[Gran Bretaña]]. Como resultado de sus investigaciones sugirió que dichos monumentos constituían una indicación para la elaboración de un antiguo [[calendario]].
== Críticas ==
La arqueoastronomía es frecuentemente acusada, quizá de modo injusto, de rozar la [[pseudociencia]] debido a su subjetividad interpretativa, a los problemas interdisciplinares (un buen astrónomo no es necesariamente un buen arqueólogo, y viceversa) y a la contaminación y/o apropiación por parte de autores [[esoterismo|esotéricos]].


== Escuelas arqueoastronómicas ==
== Astroarqueología ==

La astroarqueología es la deformación pseudocientífica de la arqueoastronomía. Defiende que las culturas antiguas poseían observatorios astronómicos avanzados, tecnología comparable a la actual y que ello demuestra un contacto con civilizaciones [[alienígena|alienígenas]]. Uno de los defensores más conocidos de estas teorías es [[Erich Von Däniken]].
Para deducir el conocimiento astronómico que tenían nuestros ancestros, los actuales arqueoastrónomos parten de dos escuelas arqueoastronómicas muy diferentes:

# Una escuela, que se podría llamar «arqueoastronomía orientacionista», considera como único objetivo a estudiar por esta disciplina, las orientaciones en días determinados del año: en los [[solsticio]]s o en los [[equinoccio]]s, con el sol, o con la [[luna]], o con las [[constelación|constelaciones]], o con los [[planeta]]s de los edificios [[arcaico]]s, o de los pasillos, o de las puertas de las construcciones [[sagrado|sagradas]].
# Mientras que la escuela de la «arqueoastronomía global», considera como objetivo de esta ciencia, tanto el estudio de las obras de arte [[prehistórico|prehistóricas]] ([[esculturas]], [[pinturas]], [[grabados]], [[geoglifos]], [[tumbas]], edificios y otras manifestaciones artísticas...), como el estudio de los [[mito]]s, así como los nombres de constelaciones y los [[ritual]]es celebrados por diversos pueblos históricos heredados de la más remota antigüedad, en los que nuestros ancestros han dejado la huella de sus conocimientos astronómicos.

Se basa en el hecho de que desde inicios de la cultura humana, los humanos hicieron observaciones meticulosas de fenómenos (clima) a la par que observaciones muy precisas y sistemáticas de los [[ocaso]]s y [[orto]]s, [[vespertino]]s y [[matutino]]s de las constelaciones (movimiento cíclico de los astros a lo largo del [[año]]). Con esos dos grupos de observaciones definieron una relación. Y en esta relación «[[científica]]» mostraron la regularidad de los fenómenos [[cíclico]]s asociados a precisas situaciones de constelaciones a lo largo del año, que también eran cíclicos.

O sea que nuestros ancestros descubrieron una regularidad de los fenómenos en coincidencia con la regularidad en los movimientos de los astros: estrellas reunidos en constelaciones que aparecían en el cielo mirando al norte, tras el ocaso del sol, o en los «grupos estelares» que aparecían antes del amanecer / antes de la salida del astro sol, sin fijarse apenas en la posición de los grandes astros: el sol, la luna, o los planetas. Y con esos dos grupos de observaciones definieron una relación «científica», unas reglas de las que podían sacar inferencias inductivas del clima esperado con cierto grado de probabilidad con determinadas constelaciones vespertinas o matutinas en determinados días del año (los 22 días de fiestas).

Gracias a esta observación astronómica conocían el «[[tiempo atmosférico]] asociado a constelaciones». De forma que con ello «adivinaban» cuándo, por ejemplo, era el tiempo más adecuado para sembrar para que germinara las semillas, porque en tal momento sabían que iba a llover; o «adivinaban» cuándo era el momento mejor para la recolección de los frutos porque sabían cuándo iba o no a hacer calor que haría o no madurar los frutos; o «adivinaban» si era el momento para viajar, porque sabían que iba o no a haber tormentas o tempestades, etc.

Y este conocimiento lo codificaron en un lenguaje metafórico y con una explicación religiosa. Por eso a la vez celebraban determinados rituales durante los 22 días de fiestas del año, para convencer a la Madre Naturaleza que cumpliera con su responsabilidad y enviase el fenómeno esperado en ese momento del año. O sea que el fundamento de sus mitos, rituales,... era de alguna manera «científico», pero tenían la finalidad de pedir a la Divinidad que asegurara de manera «mágica» el alimento y la supervivencia, de acuerdo con el período del año (clima) en los que se encontraban (no pedían que los defendiera de la helada en verano, sino cuando el calendario lo indicaba).


== Véase también ==
== Véase también ==
* [[Stonehenge]]
* [[Stonehenge]]
* [[Newgrange]]
* [[Huaca de Chena]]
* [[Huaca de Chena]]
* [[Ushnu]]
* [[Ushnu]]

Revisión del 20:50 22 jun 2010

Reloj solar en Machu Picchu.

La arqueoastronomía es el estudio de yacimientos arqueológicos relacionados con el estudio de la astronomía por culturas antiguas. También estudia el grado de conocimientos astronómicos poseído y los instrumentos utilizados por los diferentes pueblos antiguos. Uno de los aspectos de esta disciplina es el estudio del registro histórico de conocimientos astronómicos anterior al desarrollo de la moderna astronomía.

Estudios realizados

Stonehenge.

Un ejemplo de este tipo de estudios se encuentran en el extenso registro producido por la antigua astronomía china en busca de referencias a «estrellas invitadas», objetos o estrellas observados por los antiguos astrónomos chinos y registrados como objetos pasajeros. Algunos de ellos eran cometas mientras que otros constituyen supernovas cercanas cuya aparición en tiempos históricos permite estudiar en detalle la evolución temporal de estos fenómenos.

Otro tipo de estudios de carácter más cultural estudia los alineamientos de construcciones y monumentos antiguos de acuerdo con las posiciones del Sol y la Luna. Existen numerosas afirmaciones sobre la naturaleza del monumento megalítico de Stonehenge como representante de un «antiguo observatorio». Éste y muchos otros monumentos antiguos poseen alineamientos que parecen significativos en los puntos del solsticio y equinoccio.

En los años sesenta, Alexander Thom realizó un exhaustivo catálogo de monumentos megalíticos en Gran Bretaña. Como resultado de sus investigaciones sugirió que dichos monumentos constituían una indicación para la elaboración de un antiguo calendario.

Escuelas arqueoastronómicas

Para deducir el conocimiento astronómico que tenían nuestros ancestros, los actuales arqueoastrónomos parten de dos escuelas arqueoastronómicas muy diferentes:

  1. Una escuela, que se podría llamar «arqueoastronomía orientacionista», considera como único objetivo a estudiar por esta disciplina, las orientaciones en días determinados del año: en los solsticios o en los equinoccios, con el sol, o con la luna, o con las constelaciones, o con los planetas de los edificios arcaicos, o de los pasillos, o de las puertas de las construcciones sagradas.
  2. Mientras que la escuela de la «arqueoastronomía global», considera como objetivo de esta ciencia, tanto el estudio de las obras de arte prehistóricas (esculturas, pinturas, grabados, geoglifos, tumbas, edificios y otras manifestaciones artísticas...), como el estudio de los mitos, así como los nombres de constelaciones y los rituales celebrados por diversos pueblos históricos heredados de la más remota antigüedad, en los que nuestros ancestros han dejado la huella de sus conocimientos astronómicos.

Se basa en el hecho de que desde inicios de la cultura humana, los humanos hicieron observaciones meticulosas de fenómenos (clima) a la par que observaciones muy precisas y sistemáticas de los ocasos y ortos, vespertinos y matutinos de las constelaciones (movimiento cíclico de los astros a lo largo del año). Con esos dos grupos de observaciones definieron una relación. Y en esta relación «científica» mostraron la regularidad de los fenómenos cíclicos asociados a precisas situaciones de constelaciones a lo largo del año, que también eran cíclicos.

O sea que nuestros ancestros descubrieron una regularidad de los fenómenos en coincidencia con la regularidad en los movimientos de los astros: estrellas reunidos en constelaciones que aparecían en el cielo mirando al norte, tras el ocaso del sol, o en los «grupos estelares» que aparecían antes del amanecer / antes de la salida del astro sol, sin fijarse apenas en la posición de los grandes astros: el sol, la luna, o los planetas. Y con esos dos grupos de observaciones definieron una relación «científica», unas reglas de las que podían sacar inferencias inductivas del clima esperado con cierto grado de probabilidad con determinadas constelaciones vespertinas o matutinas en determinados días del año (los 22 días de fiestas).

Gracias a esta observación astronómica conocían el «tiempo atmosférico asociado a constelaciones». De forma que con ello «adivinaban» cuándo, por ejemplo, era el tiempo más adecuado para sembrar para que germinara las semillas, porque en tal momento sabían que iba a llover; o «adivinaban» cuándo era el momento mejor para la recolección de los frutos porque sabían cuándo iba o no a hacer calor que haría o no madurar los frutos; o «adivinaban» si era el momento para viajar, porque sabían que iba o no a haber tormentas o tempestades, etc.

Y este conocimiento lo codificaron en un lenguaje metafórico y con una explicación religiosa. Por eso a la vez celebraban determinados rituales durante los 22 días de fiestas del año, para convencer a la Madre Naturaleza que cumpliera con su responsabilidad y enviase el fenómeno esperado en ese momento del año. O sea que el fundamento de sus mitos, rituales,... era de alguna manera «científico», pero tenían la finalidad de pedir a la Divinidad que asegurara de manera «mágica» el alimento y la supervivencia, de acuerdo con el período del año (clima) en los que se encontraban (no pedían que los defendiera de la helada en verano, sino cuando el calendario lo indicaba).

Véase también

Referencias

Enlaces externos