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CONTEXTO HISTÓRICO


[[Archivo:Aya sofya.jpg|thumb|300px|Hagia Sophia, Estambul.]]


La '''iglesia de Santa Sofía''', ''la Divina Sabiduría'' o ''Hagia Sophia'' ([[Idioma griego|griego]]: Άγια Σοφία, [[Idioma turco|turco]] ''Ayasofya Müzesi''), dedicada a la tercera persona de la Trinidad, es una de las obras más sublimes del [[arte bizantino]]. Fue construida del [[532]] al [[537]], durante el mandato de [[Justiniano I]] en [[Constantinopla]], capital del [[Imperio bizantino]] (hoy [[Estambul]], en [[Turquía]]).
Cuando muere el Emperador de Constantinopla, Anastasio en el año 528, el jefe de su Guardia Palatina, Justino, procedente de Macedonia, se hace con el poder. Su sobrino Justiniano, nacido en Tauresio, Macedonia en el año 482 tras haber sido asociado al trono le sucede, convirtiéndose en emperador el 1 de agosto del año 527. Se instaura de esta manera una nueva dinastía en el poder. Su reinado que dura cuarenta años, marcará el primer gran apogeo de Bizancio y el último intento de levantar de nuevo el Imperio Romano de Augusto.
El emperador está considerado como el Vicario de Dios en la tierra, cabeza indiscutible de la comunidad cristiana y defensor de la ortodoxia y de la fe.
Constantinopla es la “Nueva Roma “y Justiniano al considerarse heredero de la totalidad del Imperio Romano, sostiene que su política debe llevarse a cabo mediante la restauración del antiguo Imperio, un imperio que tiene dos notas fundamentales: ha de ser un Imperio romano y ha de ser un Imperio cristiano.
El programa político de Justiniano se centra en la llamada Restauratio Imperii. Sus campañas se llevan a cabo principalmente en el Reino Vándalo del Norte de África, en la España Visigoda y en la Italia Ostrogoda.
Justiniano logra con sus campañas militares convertir el mar mediterráneo en un mar bizantino. Pero, para comprender cuales fueron las consecuencias económicas de todas estas intervenciones militares llevadas a cabo por el emperador, hemos de atender a Procopio de Cesarea y a su famosa Historia Arcana o Historia secreta. El autor nos narra cómo Justiniano dilapidó en sus campañas las reservas económicas de Bizancio.
En el año 532 como consecuencia del desencanto del pueblo por la opresión fiscal, se produce lo que conocemos con el nombre de Revuelta popular de Nika. Como consecuencia de esta sublevación nos encontramos con una ciudad devastada, en la que la mayoría de los edificios han quedado completamente destruidos. Esto, le da la oportunidad a Justiniano de reconstruir Constantinopla. El Emperador inicia una política de restauración arquitectónica, convencido de que los grandes edificios son una adecuada manifestación de su grandeza.
Santa Sofía se convierte en el gran icono constructivo de la época. Si Constantinopla es la ciudad de Constantino, Santa Sofía es la iglesia de Justiniano y de esta manera será conocida a lo largo de la historia.
Además, desde el punto de vista de la romanidad, las conquistas conseguidas por el emperador no tienen un carácter positivo. Desde que el Imperio se divide en dos, en la historia de Roma se abre una brecha entre ambas partes que cada vez será más profunda. Tratar de cerrar esa brecha en el s. VI, resulta un anacronismo histórico sobre todo teniendo en cuenta que esa pretendida unión, se lleva a cabo por la fuerza y que el mantenimiento de esas provincias también se realiza de la misma manera.
La Restauratio Imperii es un objetivo ambicioso en la mente de Justiniano pero desaparece con la muerte del emperador en el año 565. El Imperio sufrirá una crisis política y económica que acabara con la propia dinastía justinianea.


Sus arquitectos, [[Antemio de Tralles]] e [[Isidoro de Mileto]], cubrieron el edificio, de planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre [[pechina]]s. Ésta reposa sobre cuatro [[Arco (construcción)|arcos]], sostenidos a su vez por cuatro columnas. Dos semicúpulas hacen de [[contrafuerte]] de la cúpula central y los muros abiertos están asegurados por contrafuertes. Posee además unos bellos mosaicos [[arte bizantino|bizantinos]]. La construcción definitiva se llevó a cabo sobre la primitiva basílica de Constantino entre el 532 y el 537, durante el reinado de Justiniano, en el periodo conocido como "Primera Edad de Oro". Sus arquitectos realizaron un diseño sin antecedentes, tomando elementos conocidos (planta basilical y rotonda), pero que se unen en una estructura nueva.
HISTORIA DE SANTA SOFÍA


Fue utilizada como iglesia cristiana durante casi mil años, desde su construcción hasta la [[Caída de Constantinopla|conquista de Constantinopla]] por los [[Imperio otomano|turcos]] en 1453. Allí se refugiaron los aterrorizados habitantes en el ataque a la ciudad. Los otomanos la conviertieron en [[mezquita]], agregando posteriormente los cuatro [[minarete]]s que hoy presenta, así como los medallones decorativos interiores. En 1935 fue convertida en museo.
La Gran Iglesia o Santa Sofía, la iglesia dedicada a la Divina Sabiduría atributo de Cristo, puede considerarse como el logro supremo de la arquitectura justinianea y de toda la arquitectura bizantina. El ambicioso proyecto del emperador pudo verse con ojos reticentes pero pronto se convirtió en una leyenda y un símbolo. Justiniano buscaba superar a Salomón y a Constantino con una Iglesia que había de ser definida como “la más importante de la cristiandad”.
La primera Santa Sofía, fue erigida por Constantino cerca del Palacio Imperial, aunque algunas fuentes apuntan su autoría a Constancio II. Fue consagrada en el año 360 y estaba construida bajo una techumbre de madera que se incendió en el año 404 en una revuelta protagonizada por partidarios del depuesto patriarca de Constantinopla, Juan Crisóstomo. Esta primera construcción debió ser una gran basílica con dobles naves laterales y tribunas. Se encontraba, al parecer, dentro de un recinto y estaba precedida por un estrecho atrio, puede ser que con un propileo en la calle recordando a la iglesia del Santo Sepulcro.
La segunda iglesia, eregida por Teodosio II y conocida como Iglesia Teodosiana, fue consagrada en el año 415. Sólo se conserva de ella parte del pórtico, ya que se quemó completamente durante los incendios producidos por la Revuelta de Nika del año 532.
Tan sólo a los cinco años, once meses y diez días, el 27 de diciembre del año 537 de haberse iniciado su construcción se llevó a cabo la ceremonia de la consagración.
La iglesia se define como técnicamente atrevida, de una armonía y proporcionalidad maravillosa y una de las mayores de la cristiandad.
El emperador Justiniano contrató a dos arquitectos “El emperador, sin tener en cuenta en absoluto los gastos, decidió iniciar la construcción y mandó llamar artesanos del mundo entero. Fue Anthemio de Tralles, el más experto en la disciplina llamada ingeniería ( mechanikê ), y no sólo entre sus contemporáneos sino también en comparación con los que habían vivido mucho antes que él, el encargado de controlar el trabajo de los constructores y preparar los planos de lo que se iba a construir. Tenía como compañero a otro ingeniero llamado Isidoro, nacido en Mileto, hombre inteligente en todos los aspectos y deseoso de servir al emperador Justiniano… " {{cita libro |apellido= YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título=Fuentes y documentos para la historia del arte, vol I y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año=1982 |editor= |editorial=Gustavo Gili |ubicación=Barcelona |isbn= |capítulo= |páginas=98 |cita= }} Ambos arquitectos eran tal y como nos cuenta Procopio en su obra De aedifici mechánico o arquitectos con una preparación matemática. Hay que tener en cuenta, que era un requisito de la época que las obras de esta magnitud, fueran firmadas por dos técnicos.
Antemio de Tralles procedía de la clase profesional, su padre era médico como también uno de sus hermanos, otro era cirujano, otro abogado y el último profesor de retórica. Tenía nociones de pintura y escultura. Pese a su prestigio parece que nunca llegó a ser un hombre rico, pero si reconocido. Y como cuenta Agatias “aplicó la geometría a la materia sólida”.
Isidoro de Mileto era sin embargo autor de una edición del segundo libro de Arquímedes, dedicado a la esfera y el cilindro. Además, había sido profesor de estereometría en las universidades de Alejandría y Constantinopla. Ambos dominaban unos conocimientos teóricos que podrían aplicarse a la construcción, incluso del sistema de abovedamiento tan complicado como era el de Santa Sofía.
El proyecto de los arquitectos tuvo que modificarse durante la construcción de la iglesia. Las aperturas hacia la nave previstas en los pilares principales se cegaron. Los contrafuertes que coronan los pilares se prolongaron hacia arriba, para dotarles de un peso suplementario y el número de arcadas de la zona de la tribuna que iba a ser cinco, como en el piso bajo, se aumentó a siete. Así se disminuyó su distancia y altura.
La consagración de la obra puede considerarse, como la muestra de las ciencias desarrolladas durante el helenismo. A partir de Santa Sofía, la arquitectura se modificará profundamente pasando de las formas calculadas a las estructuras experimentales.
A pesar de que los arquitectos bizantinos tenían una gran experiencia en la construcción de cúpulas, la cúpula de Santa Sofía no dejaba de ser un caso extraordinario con 31 m de diámetro que no apoyaba sobre muros sólidos.
Aunque existieron unos cálculos previos a la construcción del edificio realizados por los arquitectos, pronto aparecieron las primeras grietas en la cúpula, que se agravaron con unos terremotos entre el año 553 y el 557. Un tercer terremoto en el año 558 hizo que la cúpula se derrumbará definitivamente. Aun así los arquitectos al rehacer la cúpula se atrevieron a hacerla más alta y más ancha. La nueva cúpula es siete metros más alta que la anterior. También hay que mencionar que su forma circular pasó a una forma elíptica.
Gracias a la biografía del Emperador Basilio I, la Vita Basili escrita por Constantino VII, sabemos que Basilio I también llevó a cabo algunas reformas en Santa Sofía. Concretamente los mosaicos, fueron inaugurados el sábado Santo del año 567.
El 30 de mayo de 1453, Mohamed II, después de siete semanas de cerco toma Constantinopla. Tras resistirse a entregar la ciudad, el último emperador Constantino IX pierde la vida en las murallas que tantas veces habían protegido Constantinopla. Mohamed se hace con la ciudad, hecho que algunos historiadores utilizan para marcar el fin de la Edad Media en Europa. De este modo se presenta el fin del último vestigio del Imperio romano de Oriente y de la cultura clásica.
La profecía referida al porvenir de la ciudad dice "Un Constantino la construyó, un Constantino la perdió y un Constantino la recuperará “.
Los otomanos consiguen una gran ciudad que convierten en capital del Imperio. La ciudad cambia de nombre y partir de entonces pasa a llamarse Estambul.
Santa Sofía la más preciada joya de la cristiandad, se transforma en Mezquita, lugar de culto para la religión musulmana.
En el interior de la “nueva” Santa Sofía conocida desde entonces, como AYA SOFYA CAMII, se añade un Mihrab y todas las instalaciones necesarias para la práctica del culto musulmán.
El sultán Ahmet II manda construir un mimbar y el baptisterio se transforma en mausoleo a la muerte del sultán Mustafá I. Selim II en el siglo XVI manda construir los cuatro minaretes que junto con los nuevos contrafuertes modifican el aspecto exterior del edificio.
Así mismo, a mediados del siglo XIX Santa Sofía pasó por una importante restauración que fue encargada por el Sultán Abdulmecid a los hermanos ítalo-suizos Gaspare y Giuseppe Fossati, arquitectos que consolidaron las bóvedas y la cúpula dañada por los numerosos terremotos.
También añadieron algunos elementos fundamentales de la actual decoración interior, como los seis tondos o levhas, con caracteres arábigos que hacen referencia a los nombres sagrados del Islam: Alá, Mahoma, Abu Bakr, Umar, Othman, fundador de la dinastía otomana y Alí, obra del calígrafo Mustafá Izzet Efendi.
Además se decoró la cúpula con una inscripción coránica en la que puede leerse “En el nombre de Dios el Misericordioso; Dios es la luz del Cielo y de la Tierra. Es la verdadera luz, la que no procede ni del resplandor del vidrio, ni del brillo de la estrella matinal, ni del enrojecimiento de las brasas incandescentes. “
Contamos con una fuente primordial para conocer como se llevó a cabo esta restauración. Una litografía realizada por Louis Haghe pintada a mano a partir de los dibujos que realizó Gaspare Fossati que nos ofrece una idea muy precisa de cómo debía ser Santa Sofía en aquella época.
A pesar de todos estos cambios, la transformación de iglesia a mezquita, no se completó hasta el reinado del Sultán Abdül Mecit (1839-1861), cuando fueron eliminados los mosaicos figurativos cristianos del interior de la iglesia. Cabe destacar, que los musulmanes mantuvieron durante cuatro siglos los mosaicos intactos en los que aparecen representaciones humanas, prohibidas en el culto musulmán por el Corán. En el año 1932 se destapan los mosaicos, eliminando la capa de yeso, para quedar expuestos al público en 1964 tras una larga y minuciosa restauración.
Durante la presidencia de Mustafá Kemal Atatürk, padre y primer presidente de la República Turca Laica y tras suprimir la enseñanza religiosa de las escuelas, se decide en el año 1934 convertir Santa Sofía en Museo.


En palabras de [[Agatías]], los diseñadores (Artemio de Tralles era matemático, Isidoro de Mileto arquitecto) trataron de «aplicar la geometría a la materia sólida». Justiniano, según su cronista oficial [[Procopio de Cesarea]], al ver Santa Sofía terminada exclamó: «[[Salomón]], te he superado».
ANALISIS ESTILÍSTICO DE SANTA SOFÍA


[[Archivo:Sainte-sophie0006.jpg|thumb|300px|Vista interior de la cúpula.]]
Gracias a la excepcional obra de Procopio de Cesarea, a la que ya nos hemos referido anteriormente, Santa Sofía está plenamente documentada en lo que a su análisis estilístico se refiere. Esta es la única fuente que se tiene de la construcción en época de Justiniano y antes del derrumbe de la cúpula del año 558.
Analizando el plano de planta del edificio, nos encontramos con: un atrio, un nártex, una nave central cubierta por una cúpula, y dos naves laterales de menor tamaño. La diferencia de altura de las naves fue aprovechada para levantar un segundo piso.
El diseño de Santa Sofía no tenía antecedentes próximos. Se ideó un recinto de grandes dimensiones, más de 1.000 m. cuadrados, con una cúpula de 31 m. de diámetro que no se apoya sobre muros sólidos. La planta basilical y una distribución de elementos centralizada dieron como resultado un edificio nuevo.
El logro arquitectónico más revolucionario fue conseguir pasar de planta cuadrada a cubierta abovedada. Para esto, los arquitectos optaron por el sistema de pechinas. Nos parece que la mejor descripción para explicar este sistema es la que es la que nos ofrece el propio Procopio.
“Mientras que los arcos se reúnen formando un cuadrado, la construcción intermedia asume la forma de cuatro triángulos. El extremos inferior de cada triángulo, presionado por la unión de los arcos, forma un ángulo muy agudo, en tanto que al elevarse se hace más ancho por el espacio intermedio, y acaba en forma de arco de círculo, círculo que sostienen, y a cuyo nivel se encuentran los otros dos ángulos. Sobre este círculo hay una enorme cúpula semiesférica, que embellece extraordinariamente el edificio. Parece que no está construida de sólida mampostería, sino que se sostiene desde el cielo por una cadena dorada”. {{cita libro |apellido=YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título=Fuentes y documentos para la historia del arte. vol. I y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año= |editor= |editorial= |ubicación= |isbn= |capítulo= |páginas=100 |cita= }}
Quizá tengan las pechinas origen en la arquitectura romana, pero es en Santa Sofía donde se emplean por vez primera de una forma tan visible. Su uso se generalizará a partir de ahora en el arte bizantino y, más tarde, en el románico, renacimiento, barroco hasta los tiempos actuales. Además, proporcionan una transición más elegante entre la superficie cuadrada y la circular que las trompas usadas durante el Imperio Romano. Además proporcionan una mayor altura que los apoyos utilizados en el Panteón romano.
En cuanto a la cúpula que mide 56 metros de altura, se trata de una concha gallonada por cuarenta nervios y cuarenta plementos curvos, reforzada en el exterior mediante cuarenta nervaduras cortas colocadas próximas y que enmarcan pequeñas ventanas.
El crucero, de sección cuadrada, se prolonga en los lados este y oeste mediante semicírculos que están cubiertos por semicúpulas, hasta los ábsides, agrupados de tres en tres en torno de los semicírculos y coronados por semicúpulas más pequeñas.
En el exterior se extiende un gran atrio de cinco pórticos, donde se conservan algunas columnas clásicas constantinianas y un gran recipiente con agua bendita para la purificación de los fieles.
Se entra en el edificio a través de un nártex cubierto con bóveda de arista cuya longitud es igual al doble del cuadrado central, y a través de un puerta situada en el lado opuesto del ábside oriental que contenía el altar. Las naves laterales y las galerías situadas sobre ellas también están cubiertas con bóvedas de arista. La cornisa de las galerías marca el punto de arranque de las pechinas y de los cuatro arcos que sostienen la gran cúpula. Son claramente visibles desde el exterior grande contrafuertes, al igual que los cuatro minaretes añadidos a la construcción por los turcos cuando Santa Sofía se transformó en mezquita.
Desde el eje vertical central, el espacio se extiende en los grandes nichos oriental y occidental. Desde aquí, el espacio fluye hacia las conchas que se sitúan diagonalmente a cada lado, y se elevan verticalmente hacia la cúpula mayor. Los enormes pilares que sostienen los arcos del cuadrado principal y los pilares secundarios a los lados este y oeste se retranquearon al interior de las naves laterales y a las tribunas, “(…) formando un semicírculo, como si se hicieran sitio unas a otras en un baile (…)”.{{cita libro |apellido=YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título=Fuentes y documentos para la historia del arte. vol. I y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año= |editor= |editorial= |ubicación= |isbn= |capítulo= |páginas=99 |cita= }}
Arcadas de cinco vanos flanquean la nave a cada lado, y sobre ellas van otras arcadas de siete vanos en las tribunas. En las conchas oriental y occidental hay tres arcos en el piso inferior, que sostienen a su vez otros siete en la zona de la tribuna, que van seguidos por cinco ventanas al borde de la bóveda.
La construcción es inteligente y simple a la vez, sencillos los métodos de construcción empleados. Según Procopio, los pilares no estaban construidos con mampostería sino que se colocaron hiladas de piedra en forma de cuatro cuadrados pulidos. Las hiladas laterales están cortadas en ángulo, mientras las intermedias son rectangulares y se ajustaron con plomo vertido en las juntas para asegurar la unión de las piedras.
Los pilares son voluminosos, los fustes de las columnas enormes, miden entre 2.5 y 3 pies de diámetro pero quedan disimulados por el colorido de los mármoles que la revisten.
Materiales preciosos resplandecen en todo su interior. “(…) Se ha cubierto a el techo con oro puro, el cual combina la belleza con la ostentación, aunque prevalece el fulgor del mármol, que rivaliza con la del oro (…)”.{{cita libro |apellido=YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título=Fuentes y documentos para la historia del arte, vol I Y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año= |editor= |editorial= |ubicación= |isbn= |capítulo= |páginas=101 |cita= }}
El pavimento es de mármol gris, que sostiene las columnas de mármol verde, tanto en el piso bajo como en las arcadas de las columnas. Los pilares y las paredes de la nave, gran parte de ellas utilizadas de edificios anteriores, están cubiertas también por mármol verde, amarillo y gris. Cada placa va cortada en dos, juntándose de forma geométrica. Los capiteles cubiertos por follaje, hojas y ramas.
Lámparas de oro pendían de los intercolumnios, otras se alzaban sobre los dinteles de la columnata. No había al parecer mosaicos figurativos. La primera cúpula iba cubierta de mosaico dorado liso, mientras que la del 563 tenía una enorme cruz. Los musulmanes iconoclastas los escondieron bajo una gruesa capa de estuco. Aún así todavía se pueden contemplar hoy en día una parte de la decoración.
Son de destacar también los elementos de decoración realizados con metal. Las ventanas tenían láminas de alabastro. La luz provenía principalmente del anillo de ventanas de la cúpula.
Se trajeron columnas y mármoles desde todas las tierras del Egeo y hasta de lugares tan lejanos como de las costas atlánticas de Francia. Las marmolerías de las Islas de Proconesio, trabajaron para sacar capiteles, cornisas y grandes losas para pavimentos.
Los bizantinos, combinaban la geodesia y la óptica de manera magistral para influir en la decoración de los edificios. Las ventanas de Santa Sofía, se distribuyeron de manera cuidadosa, llevaban paneles de cristal seguramente como las de San Vital de Rávena; azul oscuro, verdoso, marrón, púrpura, amarillo, rojizo, etc. La luz, se intensificaría gradualmente, desde las zonas más oscuras de las naves laterales a la zona más clara de las tribunas. Como la gran parte de los cultos, tenían lugar al anochecer, la decoración se hizo también pensando en la iluminación de lámparas y velas. Además de las lámparas, se colocaron candelabros y cirios en las arquerías de las naves y las tribunas.
Santa Sofía, está concebida como un lugar de culto, donde se pretende la búsqueda del mundo interior del fiel, dejando a un lado los aspectos mundanos que distraen la atención de los orantes. “(…) Siempre que se acude a esta iglesia para rezar, se comprende inmediatamente que este trabajo se ha realizado no por el poder o la habilidad humanas, sino por la influencia de Dios. Y así, la mente del visitante se eleva hacia Dios y flota en las alturas, pensando que Él, no puede estar lejos, sino que debe amar el habitar en este lugar que Él mismo ha escogido (…)”.{{cita libro |apellido=YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título=Fuentes y documentos para la historia del arte, vol I y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año= |editor= |editorial= |ubicación= |isbn= |capítulo= |páginas=102 |cita= }} y la decoración interior evoca la nueva Jerusalén descrita en el Apocalipsis de San Juan, la ciudad donde no existiría la noche.
El uso de materiales ricos y sinuosos es otro aspecto de la transformación del lenguaje artístico, alabastros, jaspes y serpentinas, manifiestan la búsqueda del esplendor que junto a piedras preciosas, esmaltes, mosaicos y policromía acompañarán en la historia a este arte bizantino.
El mosaico está también dispuesto al servicio de una luz que “no es de este mundo”. La utilización de luces y sombras estaba dirigida a que se produjese una impresión de movimiento, ya que el movimiento era el equivalente a la vida.
“Todos estos elementos sabiamente ajustados en el espacio, suspendidos unos y otros, y reposando solamente en las partes adyacentes a ellos, producen una destacable y única armonía en el conjunto; y hacen difícil para el espectador el que detenga su mirada en alguno en concreto por largo tiempo, pues cada detalle atrae rápidamente la atención en sí mismo. De este modo, la mirada gira constantemente alrededor y los espectadores son incapaces de seleccionar un elemento que sea más digno de admiración que otro…”{{cita libro |apellido=YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título= Fuentes y documnmetos para la historia del arte, vol I y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año= |editor= |editorial= |ubicación= |isbn= |capítulo= |páginas=100 |cita= }}


EL USO LITÚRGICO DE SANTA SOFÍA


Su arquitectura es eminentemente espacial, aunque el efecto exterior ha sido significativamente modificado por los otomanos, que lo enriquecieron con [[minarete]]s, espolones y grandes contrafuertes. La idea del edificio fue el que la gran cúpula que se iba a construir se sostuviera merced a cuatro arcos reforzados, mediante contrafuertes y semicúpulas que desviaran los empujes. <!-- Se evitaba así el uso del [[hormigón]], empleado por ejemplo en el [[Panteón de Agripa|Panteón]] de Roma. (???) referencias, por favor.-->.Los timpanos de los cincos arcos principales reflejan como se llevó el cuerpo de San Marcos a la basílica.
La nave central estaba reservada al clero encabezado por el patriarca de Constantinopla y por el emperador acompañado de su corte.
La estricta separación de las naves laterales con la central en el momento de la consagración, se hacía mediante cancelas o iconostasis que mantenían a los fieles fuera de las naves durante gran parte del servicio.
La Entrada Mayor, se convirtió en uno de los momentos fundamentales de la Misa. Cuando la Eucaristía era trasladada por la clerecía desde la prótesis hasta el altar; el patriarca era acompañado por el emperador, el único laico al que se le permitía la entrada en el santuario. Una vez acabada la celebración, el patriarca salía del santuario para reunirse con el emperador e intercambiar el Beso de la Paz y más tarde administrarle la comunión, convirtiéndose el encuentro en un símbolo de unión de los dos poderes.
También en Santa Sofía, se llevaban a cabo las ceremonias de coronación del emperador, que desde el año 450, se realizaban por la máxima dignidad episcopal del Imperio, el patriarca de Constantinopla y donde el emperador era dotado de alguno de los atributos del sacerdocio.
La nave central era un escenario donde la procesión se movía con un espléndido recorrido. Desde la puerta real hasta la solea, y por la solea hasta la bema o tribuna. Las naves laterales y las tribunas estaban asignadas a los fieles, las mujeres a un lado y los hombres a otros. “Una de estas columnatas está pensada para la devoción de los hombres, y la otra es utilizada por las mujeres con el mismo propósito. Sin embargo, no hay diferencia entre las dos, y su igualdad y similitud contribuyen a la belleza y ornato de la iglesia. Pero ¿quién es capaz de describir las galerías de la zona de mujeres (gunaikonitis) o enumerar las numerosas columnatas y aulas columnadas con que la iglesia es coronada? ¿Quién podría ensalzar la belleza de las columnas de los mármoles que adornan la iglesia? Uno siente como si se encontrara por casualidad en un prado en plena floración”.{{cita libro |apellido=YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título=Fuentes y documentos para la historia del arte, vol I y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año= |editor= |editorial= |ubicación= |isbn= |capítulo= |páginas=101 |cita= }}
El principio de separación se mantenía inviolado. Durante gran parte de la Misa, el clero se mantenía dentro del presbiterio, aunque en algunos momentos de la liturgia los clérigos y el patriarca volvían a entrar en la nave central, acompañados o no del emperador.
Para los fieles todas estas apariciones del clero y el emperador, serían fragmentos de una celebración que en conjunto resultaba incomprensible, pues el ceremonial de la Misa se dividía en dos partes: una, el Gran Misterio oculto a los ojos profanos se desarrollaría en el interior del presbiterio, la otra, pública, pensada para ser contemplada por todos, se llevaría a cabo en la Nave Central donde el emperador y el clero se reunían debajo de la cúpula del cielo.
Desde el s.VI, las creencias sitúan al patriarca cercano a los ángeles, mientras el emperador sería considerado como un igual de los apóstoles o incluso más. En el s.X interpretaba el papel de Cristo en las ocasiones solemnes, bendiciendo el pan y llevándose a los labios la copa envuelto en lienzos blancos como Cristo Resucitado, rodeado de los doce apóstoles el Domingo de Pascua. El emperador y el Patriarca eran las dos mitades de Dios.
En Santa Sofía la luz y los colores iluminaban la nave central dejando casi en penumbra las naves laterales y a sus fieles, que sólo desde lejos, se les permitía contemplar la luz, los colores y la gloria que brotaban desde el centro. “La zona de la Iglesia que es especialmente sagrada, y sólo accesible a los sacerdotes – se denomina santuario (thusiastêrion) – “ {{cita libro |apellido=YARZA, |nombre=J. |enlaceautor= |título=Fuentes y documentos para la historia del arte, vol I y II |url= |fechaacceso=19 de mayo de 2010 |idioma= |otros= |edición= |año= |editor= |editorial= |ubicación= |isbn= |capítulo= |páginas=102 |cita= }}


La planta es un rectángulo de 77 x 71 metros. La cúpula con forma de media naranja, de 56,6 metros de altura y 31,87 de diámetro, se apoya sin [[tambor (arquitectura)|tambor]] en cuatro [[pechina]]s y está rodeada por cuarenta pequeños contrafuertes separados por otras tantas ventanas, dando la sensación según Procopio de estar «suspendida del cielo por una cadena de oro». Por fuera, la masa de la gran iglesia se eleva no sin cierta armonía, pero sin demasiada gracia. La cúpula imponía una centralización bastante ajena a las basílicas del pasado, pero gracias a las pechinas y la traslación de los esfuerzos a las naves laterales, así como un refinado uso de la luz, «no parece descansar en base sólida». Se encuentra frente a la [[Mezquita Azul]].


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[[Categoría:Arquitectura de Constantinopla]]
[[Categoría:Arquitectura del siglo VI]]


{{Destacado|hu}}
BIBLIOGRAFÍA


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Revisión del 18:11 19 may 2010

Hagia Sophia, Estambul.

La iglesia de Santa Sofía, la Divina Sabiduría o Hagia Sophia (griego: Άγια Σοφία, turco Ayasofya Müzesi), dedicada a la tercera persona de la Trinidad, es una de las obras más sublimes del arte bizantino. Fue construida del 532 al 537, durante el mandato de Justiniano I en Constantinopla, capital del Imperio bizantino (hoy Estambul, en Turquía).

Sus arquitectos, Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, cubrieron el edificio, de planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre pechinas. Ésta reposa sobre cuatro arcos, sostenidos a su vez por cuatro columnas. Dos semicúpulas hacen de contrafuerte de la cúpula central y los muros abiertos están asegurados por contrafuertes. Posee además unos bellos mosaicos bizantinos. La construcción definitiva se llevó a cabo sobre la primitiva basílica de Constantino entre el 532 y el 537, durante el reinado de Justiniano, en el periodo conocido como "Primera Edad de Oro". Sus arquitectos realizaron un diseño sin antecedentes, tomando elementos conocidos (planta basilical y rotonda), pero que se unen en una estructura nueva.

Fue utilizada como iglesia cristiana durante casi mil años, desde su construcción hasta la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453. Allí se refugiaron los aterrorizados habitantes en el ataque a la ciudad. Los otomanos la conviertieron en mezquita, agregando posteriormente los cuatro minaretes que hoy presenta, así como los medallones decorativos interiores. En 1935 fue convertida en museo.

En palabras de Agatías, los diseñadores (Artemio de Tralles era matemático, Isidoro de Mileto arquitecto) trataron de «aplicar la geometría a la materia sólida». Justiniano, según su cronista oficial Procopio de Cesarea, al ver Santa Sofía terminada exclamó: «Salomón, te he superado».

Vista interior de la cúpula.


Su arquitectura es eminentemente espacial, aunque el efecto exterior ha sido significativamente modificado por los otomanos, que lo enriquecieron con minaretes, espolones y grandes contrafuertes. La idea del edificio fue el que la gran cúpula que se iba a construir se sostuviera merced a cuatro arcos reforzados, mediante contrafuertes y semicúpulas que desviaran los empujes. .Los timpanos de los cincos arcos principales reflejan como se llevó el cuerpo de San Marcos a la basílica.

La planta es un rectángulo de 77 x 71 metros. La cúpula con forma de media naranja, de 56,6 metros de altura y 31,87 de diámetro, se apoya sin tambor en cuatro pechinas y está rodeada por cuarenta pequeños contrafuertes separados por otras tantas ventanas, dando la sensación según Procopio de estar «suspendida del cielo por una cadena de oro». Por fuera, la masa de la gran iglesia se eleva no sin cierta armonía, pero sin demasiada gracia. La cúpula imponía una centralización bastante ajena a las basílicas del pasado, pero gracias a las pechinas y la traslación de los esfuerzos a las naves laterales, así como un refinado uso de la luz, «no parece descansar en base sólida». Se encuentra frente a la Mezquita Azul.

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