Diferencia entre revisiones de «Mal de ojo»

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== Bibliografía sobre México ==
== Bibliografía sobre México ==

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* Montoya Briones, José de Jesús (1964). ''Atla: etnografía de un pueblo náhuatl''. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
* Montoya Briones, José de Jesús (1964). ''Atla: etnografía de un pueblo náhuatl''. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
* Maurer, Eugenio (1984). ''Los tseltales''. México: Centro de Estudios Educativos AC.
* Maurer, Eugenio (1984). ''Los tseltales''. México: Centro de Estudios Educativos AC.

Revisión del 20:28 18 abr 2010

El mal de ojo, o aojamiento es un fenómeno supersticioso, en el que supuestamente se produce un mal a una persona a través de la mirada. De esta persona afectada se dice que "está ojeada, o que le echaron mal de ojo, o el ojo encima". Este no debe de confundirse con otras manifestaciones mágico supersticiosas, como los hechizos, el vudú o las maldiciones.

Nombre

Enrique de Villena escribió en el 1840 un tratado sobre el "mal de ojo" o "aojamiento", diciendo que los facultativos lo llamaban "fascinación", del nombre tradicional en latín "fascinare".[1]Joaquín Bastús escribió en 1862 que la palabra griega "envidia" venia de la expresión "aquella que nos mira con mal ojo" y de ahí el mal de ojo, y protegian a los jóvenes marcando sus frentes con barro o cieno.[2]

Un objeto, planta, palabra, inscripción, etc. que es "apotraico" es aquel que aleja el mal de ojo, los espíritus y el infortunio; del latín "atropetein", que quiere decir "alejar".[3]

El proceso del aojamiento

El mal de ojo, como proceso, puede venir dado de manera voluntaria o involuntaria, y es, según la creencia popular, efecto de la envidia o admiración del "emisor", que a través de su mirada (ya sea directa, en símbolo o incluso mental) provoca un mal en el envidiado/admirado. En algunas culturas orientales se cree, también, que las personas de ojos claros (azules, verdes, grises y rayados) tienen mayor poder para el mal de ojo.

Los síntomas del aojamiento en la cultura popular son los de un cansancio, adormecimiento o pesadez, que termina enfermando gravemente a su víctima. De la misma manera, se puede sospechar el mal de ojo, si algún objeto favorito o querido de la "víctima" sufre algún daño inesperado, sin causa previa específica o si el daño surge de "la nada".

Remedios contra el mal de ojo

Popularmente se han buscado diferentes remedios, ya sea para la prevención, como por ejemplo pisar los zapatos nuevos de familiares y amigos (como mecanismo para evitar la envidia), escupir a los bebes o embarazadas (en las culturas populares se considera la saliva como protectora), la interposición de objetos considerados como mágicos (como los bordones - Makilak - en las regiones vascongadas) o protectores mágico-religiosos, como estampillas de santos, oraciones, etc.

La cura del mal de ojo, la cultura popular suele dejarlo en manos de curanderos, que realizan rituales más o menos rocambolescos. No en todas partes se utiliza esa forma de protección o curación ya que los lugares o países de creencia son diferentes. Por ejemplo, en Chile, muchas veces se santigua a los bebés, en una especie de unión de las tradiciones cristianas y las paganas; en Perú y México se pasa un huevo o un cuy por todo el cuerpo del afectado para extraer el mal.

En México existen varias formas de curar el mal de ojo, que también se conoce como ojeo u ojo; se cree que los más afectados por este padecimiento son los niños. Una de ellas consiste en frotar suvemente alrededor de las órbitas oculares con el ombligo de una persona del sexo contrario al del enfermo (en algunos lugares de la provincia mexicana todavía se acostumbra guardar el cordón umbilical de los recién nacidos). También se puede tallar o tapar al niño con alguna prenda de ropa usada y sudada del padre. Si se sabe quién fue la persona qué causó el daño, se le pide que cargue al niño y le sople en la mollera, los párpados, las plantas de los pies y las palmas de las manos, al tiempo que le da golpes muy leves en la cabeza con su camisa volteada al revés. Asimismo suele recurrirse a una piedra llamada ixahi, la cual se utiliza para absorber el "mal" al frotarla en el cuerpo, una vez hecho esto, es necesario, tirarla. Son de uso frecuente las limpias con pirul, tabaco, chile ancho, huevo, copal negro, hojas de pipe e, incluso, fuego. En caso de que quien haya ocasionado el ojo al niño sea un animal, se recomienda remojar camalonga en agua y dar a beber al pequeño el polvillo que queda en el recipiente.

En Argentina, Ceferino Namuncurá, nacido en el pueblo Chimpay o Chimpai, es a quién se adjudica, en la creencia popular o folclórica argentina, el descubrimiento del remedio para el ojeamiento o mal de ojo, y la enseñanza a los pueblerinos locales de dicho arte; por esto es que los curanderos o chamanes provenientes de la región de referencia son los considerados como los más apropiados para realizar estos rituales.

Protección contra el mal de ojo

Se considera una protección una higa, o acciones tales como ponerle un objeto llamativo al envidiado o afectado, una cinta roja es lo más común a modo de llamar la atención de la mirada del observador y colgar amuletos que sirven como escudo al mal. Los amuletos más comunes utilizados en Latinoamérica son: una semilla llamada ojo de venado, cuentas de vidrio (Chaquira) roja y negra, un imperdible de plata con un ojo azul de vidrio, ámbar, un collar hecho por sí mismo, etc. Durante la lejana época del Antiguo Egipto se utilizó como protección el "Ojo de Horus".


Bibliografía sobre México

  • Montoya Briones, José de Jesús (1964). Atla: etnografía de un pueblo náhuatl. México: Instituto Nacional de Antropología e Historia.
  • Maurer, Eugenio (1984). Los tseltales. México: Centro de Estudios Educativos AC.
  • Münch, Guido (1983). Etnología del Istmo Veracruzano. México: UNAM/Instituto de Investigaciones Antropológicas.
  • Olavarrieta, Marcela (1990). Magia en los tuxtlas, Veracruz. México: INI/CNCA.
  • Tranfo, Luigi (1990). Vida y magia en un pueblo otomí del Mezquital. México: INI/CNCA.
  • Trejo Silva, Marcia(2009). Fantasmario mexicano. México: Trillas. ISBN 978-607-0069-8
  • Villa Rojas, Alfonso (1987). Los elegidos de Dios. Etnografía de los mayas de Quintana Roo. México: Instituto Nacional Indigenista. Serie de Antropología Social. Colección INI número 56.

Referencias

  1. Antonio Capmany y Montpalau (1863). Impr. de M. B. De Quirós, ed. Orígen histórico y etimológico de las calles de Madrid. Biblioteca de el Contemporáneo. pp. 327-329. 
  2. V. Joaquín Bastús (1862). «Más vale envidia que piedad». En Libr. de Salvador Manero, ed. La Sabiduria de las naciones, ó, Los evangelios abreviados: probable orígen, etimología y razon histórica de muchos proverbios, refranes y modismos usados en España. p. 111.  procedente de Biblioteca de Catalunya
  3. Luis Pancorbo (2006). Siglo XXI de España Editores, ed. Abecedario de antropologías: bestiarios, creencias, chamanes, destinos, etnografías, fantasías .... ISBN 9788432312595. 

Universitaria de Periodismo Científico y Cultural]] (AUPEC)