Diferencia entre revisiones de «Marcos Ana»

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Hijo de campesinos, pasó la infancia en su localidad natal hasta que se trasladó con su familia a [[Alcalá de Henares]] en [[1929]]. Su formación fue pobre y debió destinar buena parte de su tiempo a trabajar en cualquier tarea que aportase ingresos familiares.
Hijo de campesinos, pasó la infancia en su localidad natal hasta que se trasladó con su familia a [[Alcalá de Henares]] en [[1929]]. Su formación fue pobre y debió destinar buena parte de su tiempo a trabajar en cualquier tarea que aportase ingresos familiares.


Aunque marchó al frente al estallar la [[Guerra Civil Española|guerra civil]] en [[1936]], afiliándose a las [[Juventudes Socialistas Unificadas]].A partir del 18 de julio de 1936, cometió diversos robos y asesinatos (según cuenta el diario "La Vanguardia española", Barcelona, 12 de Agosto de 1963), principalmente en Alcalá de Henares.
Aunque marchó al frente al estallar la [[Guerra Civil Española|guerra civil]] en [[1936]], afiliándose a las [[Juventudes Socialistas Unificadas]], cuando se reorganizó el ejército hubo de abandonar el campo de batalla por ser menor de edad. No pudo incorporarse definitivamente hasta [[1938]]; participó en distintas acciones durante la [[batalla de Madrid]], al tiempo que trabajó como comisario político del [[Partido Comunista de España|Partido Comunista]]. Antes del cerco total a la capital de España, consiguió escapar en dirección a Levante junto a varios miembros de distintas unidades republicanas. Fue acogido por dos veces (en [[Albacete]] y [[Elda]]), pero el avance de las tropas sublevadas le obligó a retirarse hasta [[Alicante]] donde se refugió en el puerto hasta el último día de la guerra junto a varios miles de soldados y refugiados en espera de que algún buque los rescatase.


No pudiendo alcanzar barco alguno por el bloqueo naval, se rindió a la unidades italianas (la [[División Littorio]]) que cercaban el puerto el [[31 de marzo]] y fue preso y confinado en un [[campo de concentración de Albatera]]. Pocos días después escapó y, usando los contactos que ya conocía, realizó el trayecto de vuelta a Madrid, donde fue nuevamente detenido a la semana de llegar. Torturado y malherido por las palizas, fue condenado a muerte. En las cárceles se le conocerá por mantener alto el espíritu entre los detenidos mientras esperaba la ejecución de la sentencia.
Entre ellos, destacan los siguientes:


Estuvo preso junto a [[Miguel Hernández]], al que llegó a conocer antes de su muerte, y terminó en el [[penal de Burgos]], donde permaneció desde [[1946]] hasta [[1961]]. Destacó entre sus compañeros al hacerse responsable de pasquines que circulaban por la prisión en los que se alentaba a resistir a los presos, por lo que fue condenado por segunda vez a muerte en [[1941]] en Consejo de Guerra (tras la segunda condena falleció su madre, encontrada en una zanja cerca del Penal de Burgos) así como por formar grupos organizados e incluso un diario clandestino llamado ''Juventud''.
- El 21 de julio de 1936, el ahora agasajado “poeta” había asesinado personalmente a don Augusto Rosado Fernández, a quien había sacado de su domicilio con el pretexto de que debía prestar una declaración sin importancia. El crimen fue cometido en el lugar conocido por «la tierra de los ahorcados», exactamente donde ahora se alza la fábrica «Roca» de Alcalá de Henares.

- El del sacerdote don Marcial Plaza Delgado, en la tarde del 23 de julio de 1936, de un disparo en la nuca (su único delito: ser sacerdote católico). El sacrílego asesinato fue cometido en presencia de la madre y otros familiares del sacerdote. Pocos instantes después, mientras la víctima era atendida por sus familiares (su madre y uno de sus primos), infructuosamente, “Marcos Ana» asesinaba, —también con el frío estilo soviético del tiro en la nuca— a don José Plaza Torres, padre del sacerdote a quien había asesinado minutos antes.

- También se le considera responsable de las muertes de don Francisco Mirón y de don Faustino Plaza.

Según el testimonio de las personas que tuvieron que soportar su criminal actividad en Alcalá de Henares, persona que detenía el ahora llamado «Marcos Ana» era asesinada en el acto, o poco después aparecía su cadáver ensangrentado en el cementerio de la localidad o en sus inmediaciones.

Con independencia de estos crímenes, «Marcos Ana» saqueó a mansalva edificios religiosos y domicilios particulares, lucrándose personalmente de los botines que obtenía.

No consta que estuviera en el frente, sino "depurando fascistas" en la retaguardia. Cuando el gobierno del Frente Popular, después de haber suprimido el ejército el 19 de Julio de 1936, decidió crear otro nuevo, el "Ejército Popular", "Marcos Ana" no pudo incorporarse por ser menor de edad, hasta [[1938]]; participó en distintas acciones durante la [[batalla de Madrid]], al tiempo que trabajó como comisario político del [[Partido Comunista de España|Partido Comunista]]. Antes del cerco total a la capital de España, consiguió escapar en dirección a Levante junto a varios miembros de distintas unidades republicanas. Fue acogido por dos veces (en [[Albacete]] y [[Elda]]), pero el avance de las tropas sublevadas le obligó a retirarse hasta [[Alicante]] donde se refugió en el puerto hasta el último día de la guerra junto a varios miles de soldados y refugiados en espera de que algún buque los rescatase.

No pudiendo alcanzar barco alguno por el bloqueo naval, se rindió a la unidades italianas (la [[División Littorio]]) que cercaban el puerto el [[31 de marzo]] y fue preso y confinado en un [[campo de concentración de Albatera]]. Pocos días después escapó y, usando los contactos que ya conocía, realizó el trayecto de vuelta a Madrid, donde fue nuevamente detenido a la semana de llegar. Torturado y malherido por las palizas, fue condenado a muerte. En las cárceles se le conocerá por mantener alto el espíritu entre los detenidos mientras esperaba la ejecución de la sentencia (que no se produjo nunca, a pesar de que sus asesinatos fueron probados judicialmente, al ser indultado).

Estuvo preso junto a [[Miguel Hernández]], al que llegó a conocer antes de su muerte, y terminó en el [[penal de Burgos]], donde permaneció desde [[1946]] hasta [[1961]]. Destacó entre sus compañeros al hacerse responsable de pasquines que circulaban por la prisión en los que se alentaba a resistir a los presos, por lo que fue condenado por segunda vez a muerte en [[1941]] en Consejo de Guerra (tras la segunda condena falleció su madre, encontrada en una zanja cerca del Penal de Burgos) así como por formar grupos organizados e incluso un diario clandestino llamado ''Juventud''. Tampoco esta vez se ejecutó su sentencia, debido a un nuevo indulto.


{{cita|Las hierbas del patio las cogíamos, las metíamos en agua a hervir y nos las comíamos como podíamos. Muchas mañanas te encontrabas con que, no sólo faltaban los compañeros que habían fusilado, sino que también muchos aparecían muertos a tu lado, de hambre o de frío.|}}
{{cita|Las hierbas del patio las cogíamos, las metíamos en agua a hervir y nos las comíamos como podíamos. Muchas mañanas te encontrabas con que, no sólo faltaban los compañeros que habían fusilado, sino que también muchos aparecían muertos a tu lado, de hambre o de frío.|}}

Revisión del 12:21 17 dic 2009

Marcos Ana en la Feria del Libro de Madrid de 2009.

Fernando Macarro Castillo, más conocido como Marcos Ana (seudónimo formado con los nombres de sus padres), es un poeta español nacido en la pedanía de San Vicente, del municipio de Alconada (Salamanca), el 20 de enero de 1920, aunque vivió su infancia en Ventosa del Río Almar (Salamanca). Su intensa biografía le ha hecho convertirse en uno de los símbolos de la cultura antifascista.[cita requerida]

Biografía

Hijo de campesinos, pasó la infancia en su localidad natal hasta que se trasladó con su familia a Alcalá de Henares en 1929. Su formación fue pobre y debió destinar buena parte de su tiempo a trabajar en cualquier tarea que aportase ingresos familiares.

Aunque marchó al frente al estallar la guerra civil en 1936, afiliándose a las Juventudes Socialistas Unificadas, cuando se reorganizó el ejército hubo de abandonar el campo de batalla por ser menor de edad. No pudo incorporarse definitivamente hasta 1938; participó en distintas acciones durante la batalla de Madrid, al tiempo que trabajó como comisario político del Partido Comunista. Antes del cerco total a la capital de España, consiguió escapar en dirección a Levante junto a varios miembros de distintas unidades republicanas. Fue acogido por dos veces (en Albacete y Elda), pero el avance de las tropas sublevadas le obligó a retirarse hasta Alicante donde se refugió en el puerto hasta el último día de la guerra junto a varios miles de soldados y refugiados en espera de que algún buque los rescatase.

No pudiendo alcanzar barco alguno por el bloqueo naval, se rindió a la unidades italianas (la División Littorio) que cercaban el puerto el 31 de marzo y fue preso y confinado en un campo de concentración de Albatera. Pocos días después escapó y, usando los contactos que ya conocía, realizó el trayecto de vuelta a Madrid, donde fue nuevamente detenido a la semana de llegar. Torturado y malherido por las palizas, fue condenado a muerte. En las cárceles se le conocerá por mantener alto el espíritu entre los detenidos mientras esperaba la ejecución de la sentencia.

Estuvo preso junto a Miguel Hernández, al que llegó a conocer antes de su muerte, y terminó en el penal de Burgos, donde permaneció desde 1946 hasta 1961. Destacó entre sus compañeros al hacerse responsable de pasquines que circulaban por la prisión en los que se alentaba a resistir a los presos, por lo que fue condenado por segunda vez a muerte en 1941 en Consejo de Guerra (tras la segunda condena falleció su madre, encontrada en una zanja cerca del Penal de Burgos) así como por formar grupos organizados e incluso un diario clandestino llamado Juventud.

Las hierbas del patio las cogíamos, las metíamos en agua a hervir y nos las comíamos como podíamos. Muchas mañanas te encontrabas con que, no sólo faltaban los compañeros que habían fusilado, sino que también muchos aparecían muertos a tu lado, de hambre o de frío.

Su carácter combativo le llevó a ser objeto de dura represión durante su tiempo en prisión, con frecuentes palizas y reiterados periodos de incomunicación. Su afición a la lectura se inició con antiguos libros que circulaban por el penal de obras autorizadas de clásicos españoles: Quevedo, Lope de Vega, Calderón... Pudo tener acceso a El Quijote a pesar de no estar permitida su lectura y, más tarde, a las obras prohibidas de Rafael Alberti, el propio Miguel Hernández o Federico García Lorca gracias a una tupida red de libros clandestinos que se estableció en la prisión cuando se relajaron las medidas contra los presos a partir de 1950.

A mediados de esa década fue cuando comenzó a escribir sus primeros poemas bajo el seudónimo de Marcos Ana que, escondidos, consiguieron salir al exterior y conocerse por muchos opositores al régimen. Su poesía desgarradora animaba a combatir la dictadura con la palabra y hacía un llamamiento a la liberación de los presos políticos. Su obra llegó hasta muchos intelectuales españoles exiliados y la organización Amnistía Internacional, que presionaron para su liberación, lo que ocurrió el 17 de noviembre de 1961.[1]​ Debió marchar a Francia, donde el Partido Comunista de España, del que era miembro, le invitó a establecer un servicio en París destinado al apoyo de los presos políticos españoles con la ayuda de personalidades del mundo de la cultura francesa: el Centro de Información y Solidaridad con España presidido por Pablo Picasso. Desde ese puesto recorrió Europa y Sudamérica, donde tuvo gran influencia entre los jóvenes durante las dictaduras de Argentina y Chile.

Regresó a España con la amnistía de 1976. En el periodo democrático ha continuado muy activo dentro del Partido Comunista del que ha sido candidato al Congreso de los Diputados y en el que ha ocupado distintas responsabilidades, como la de solidaridad internacional.

En 2009 el director Pedro Almodóvar adquirió los derechos de su biografía con el objeto de rodar una película sobre la vida del poeta. En septiembre de ese mismo año, en el marco del homenaje que se le tributó en la Fiesta del PCE celebrada en Córdoba, se presentó El árbol talado que retoña: homenaje a Marcos Ana, antología de jóvenes poetas (destacan Rafael Espejo, Juan Carlos Abril o Fernando Macías) prologada por el narrador y articulista Isaac Rosa[2]​.

Obras

  • Poemas desde la cárcel (1960, publicado en Brasil)
  • España a tres voces (1963, publicado en Argentina)
  • Las soledades del muro (1977)
  • Decidme cómo es un árbol (2007)

Enlaces externos

Notas

  1. Marcos Ana, Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida. Barcelona, Umbriel, 2007, pág. 17. ISBN 978-84-89367-40-1.
  2. El árbol talado que retoña: homenaje a Marcos Ana, Córdoba, PuntoReklamo, 2009, ISBN 9788493688578