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*[http://pintura.aut.org/SearchAutor?AutNum=11482 Obras de Francisco Collantes]
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Revisión del 17:46 23 oct 2009

La visión de Ezequiel, 1630, en el Museo del Prado.

Francisco Collantes (Madrid, h. 1599 - Madrid, h. 1656), pintor barroco español.

La biografía de Collantes está sumida en el misterio, contándose exclusivamente con la escueta información facilitada por Antonio Palomino, quien a su vez la tomó de Lázaro Díaz del Valle (1657). Pero Díaz del Valle, contemporáneo del pintor, ni siquiera afirma que hubiese nacido en Madrid, como sostiene Palomino, limitándose a apuntar que estaba allí avecindado. Según Palomino fue discípulo de Vicente Carducho, de lo que no existe confirmación documental ni lo demuestra su pintura. Al contrario, en ella son más evidentes las relaciones con José Ribera y algunos de sus seguidores en las figuras de santos de gran formato, en alguna ocasión copias directas, y las influencias de los paisajistas italinos como Gerolamo Muciano o de artistas flamencos asentados en Italia, lo que llevó a Diego Angulo y Alfonso Pérez Sánchez a suponer un viaje a aquel país, aunque obras de unos y otros pudo también conocer en la decoración del Alcázar de Madrid. El tenebrismo atenuado y el interés por la iluminación, constantes en su obra, tanto si se trata de santos o de paisajes, son otra característica de su pintura que lo aproxima al naturalismo napolitano.

Obra

Las obras de Collantes, a menudo firmadas, pueden agruparse en dos géneros: pinturas religiosas y pinturas de paisaje con o sin figuras y de asunto bíblico o mitológico. En las primeras, las imágenes de los santos, de gran tamaño, generalmente aisladas y ocupando el primer plano, son tratadas con una técnica tenebrista deudora de Ribera. En ellas, sin embargo, también se manifiesta el interés del pintor por el paisaje, desarrollado en amplias lejanías en las que ocasionalmente pueden aparecer figuras, atemperando con luces plateadas el crudo tenebrismo. Buen ejemplo puede ser el monumental San Onofre del Museo Nacional del Prado, procedente de las colecciones reales donde alguna vez estuvo catalogado como obra de Ribera.

Pero donde destacó Collantes fue en la pintura de paisaje, considerada en su tiempo un género menor pero no por ello despreciada, al punto de ser uno de los pocos artistas españoles de su tiempo que llegó a ser conocido fuera de España, mereciendo que una de sus obras figurase en la colección de Luis XIV: el paisaje con Moisés ante la zarza actualmente guardado en el Museo del Louvre. Buena parte de las obras de este género conservadas, algunas con menudas figuras y animales tratados con notable realismo, otras paisajes imaginarios puros, proceden de la decoración del palacio madrileño del Buen Retiro, para el que en 1634 se le compraron un grupo de paisajes tasados en una cantidad estimable por Eugenio Cajés. Entre estos figuraba la Visión de Ezequiel, firmada en 1630, que según Palomino representaría una Resurrección de la Carne en la que acreditó su habilidad para componer historiejas de mediano tamaño, y El incencio de Troya, ambas en el Museo del Prado, además de una Zarza ardiente, quizá distinta de la conservada en el Louvre, y una Ciudad con una caída de aguas, sin duda la Vista de Ciudad del Museo de la Academia de San Fernando, firmada en 1634, que ingresó en la Academia tras su paso por el Museo Napoleón. Se trata de lienzos de formato grande o mediano, concebidos como amplios escenarios donde los contrastes de luz y sombra son muy marcados y las rocas, las masa arbóreas y, ocasionalmente, las arquitecturas (ruinas clásicas en la Visión de Ezequiel y El incencio de Troya, con evocaciones del Coliseo y la Columna Trajana) se recortan sobre límpidos celajes. En 1701 se inventariaban en el Buen Retiro hasta veintidós obras atribuidas a Collantes, casi todas paisajes, en buena parte perdidos. Entre los conservados, además de los ya citados, se cuentan el Paisaje del Walraf-Richard-Museum de Colonia y el nº de inventario 322 del Museo del Prado. El número de sus imitadores y seguidores es otra prueba del éxito alcanzado por el pintor, y quizá de la existencia de un taller que le ayudase en su trabajo, aunque la falta de información no permite, por ahora, afirmarlo.

Bibliografía consultada

  • ANGULO ÍÑIGUEZ, Diego, y PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso E. Pintura madrileña del segundo tercio del siglo XVII, 1983, Madrid: Instituto Diego Velázquez, CSIC,

ISBN 84-00-05635-3

  • PALOMINO, Antonio (1988). El museo pictórico y escala óptica III. El parnaso español pintoresco laureado. Madrid : Aguilar S.A. de Ediciones. ISBN 84-03-88005-7. 
  • BROWN y J. H. ELLIOT, Jonathan (1985). Un palacio para el rey. El Buen Retiro y la corte de Felipe IV. Madrid : Alianza Editorial. ISBN 84-292-5111-1. 
  • PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso E. (1992). Pintura barroca en España 1600-1750. Madrid : Ediciones Cátedra. ISBN 84-376-0994-1. 

Enlaces externos