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Al igual que otras fobias, el [[tratamiento]] más habitual es de tipo conductual, o cognitivo-conductual.
Al igual que otras fobias, el [[tratamiento]] más habitual es de tipo conductual, o cognitivo-conductual.


== ¿Qué siente un agorafóbico yeah? ==
== ¿Qué siente un agorafóbico? ==


La gran mayoría de las personas agorafóbicas experimentan una serie de emociones a causa de la respuesta de ansiedad al ser sometidas o expuestas al estímulo.
La gran mayoría de las personas agorafóbicas experimentan una serie de emociones a causa de la respuesta de ansiedad al ser sometidas o expuestas al estímulo.

Revisión del 09:22 3 oct 2009

Agorafobia
Especialidad psiquiatría
psicología clínica

La agorafobia es un trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a los lugares donde no se puede recibir ayuda, por temor a sufrir una crisis de pánico.

El trastorno se genera por alguna experiencia negativa por parte de la persona, quien al evitar las situaciones parecidas está desarrollando un mecanismo de aprendizaje que hace permanecer el problema. El tratamiento cognitivo-conductual de la agorafobia es el más exitoso entre los utilizados y se basa en someter al paciente a una exposición gradual a las situaciones que típicamente le provocan la ansiedad.

De acuerdo con la etimología de la palabra, ésta se relaciona con el miedo a los espacios públicos. (Esta palabra procede de la antigua Grecia) "ágora" = "plaza". Por extensión de la acepción teatro (pues era en las plazas públicas donde se representaban éstas funciones espacio público; "phobos" = miedo).

La agorafobia suele incluir o desarrollar en la persona afectada otras fobias más específicas, tales como: a estar o quedarse solo/a, a los lugares cerrados (claustrofobia), a las alturas (acrofobia), al agua (hidrofobia), estar rodeado de gente (fobia social), a las enfermedades (hipocondría), a la noche (nictofobia) e incluso al sexo (erotofobia).

El agorafóbico tiende a evitar situaciones potencialmente ansiógenas como: salir de casa, usar transportes públicos, ir de compras, comer en restaurantes, entrar al cine, hacer deporte, viajar, estar en lugares públicos, áreas amplias, etc; lo que generalmente presenta un grave problema en su vida, ya que casi nunca deja su hogar; y al hacerlo, generalmente presenta una gran cantidad de ansiedad causada por el pánico.

Este trastorno tiene un mayor porcentaje de pacientes mujeres que hombres.

Al igual que otras fobias, el tratamiento más habitual es de tipo conductual, o cognitivo-conductual.

¿Qué siente un agorafóbico?

La gran mayoría de las personas agorafóbicas experimentan una serie de emociones a causa de la respuesta de ansiedad al ser sometidas o expuestas al estímulo. La persona siente intensas sensaciones fisiológicas que gradualmente van aumentando y apareciendo una después de la otra o varias combinaciones a la vez como: "Taquicardia, Ráfagas de calor/frio, Temblores, Pérdida de sensibilidad, Ahogo o falta de aire, Hiperventilación, Mareo, Vértigo, Sensación de irrealidad, Dolor u opresión en pecho, Calor, Sudor, Sofoco, Fatiga o cansancio, Nauseas, Dificultad para tragar, Sensaciones en el estomago (como mariposas en la panza), Visión borrosa o sensación de ver luces, Pinchazos, Calambres, Entumecimiento, Tensión, Piernas débiles, Palidez, Sensación de orinar o evacuar, entre otros.".

Cada persona al experimentar toda una serie igual o distinta de respuesta fisiológica en cada uno de sus ataques de pánico, busca la ayuda de la manera posible e inmediata para salir de tal situación disminuyendo o cortando las emociones y que a su vez le mantenga a salvo. A todo esto, aparecen automáticamente los "pensamientos catastróficos" que aumentan la respuesta fisiológica convirtiendo su ansiedad en un verdadero pánico, volviendo un caos la estabilidad emocional de la persona al asegurar que su estado físico-emocional no terminará y culminará en algo catastrófico (morir posiblemente).

Es importante resaltar que los pensamientos catastróficos aparecen automáticamente y como venidos de la nada, aún aunque la persona se esfuerce en no tenerlos, lo que aumenta la respuesta fisiológica. Dependiendo de la sensación mas aguda que experimente la persona, es el pensamiento que su sistema nervioso autónomo (cerebro) dará. Casi siempre aparece el miedo a:

-Tener un ataque al corazón: Aunque es el miedo mas común, es el fenómeno mas corriente provocado por el pánico. Quienes sienten esto, generalmente aparece en su cerebro la creencia de que van a morir de un ataque al corazón.

Para que suceda un accidente cardíaco, se necesitan de características muy especifica como: lesiones graves en el corazón o arterias cincundantes, exceso de ácidos grasos en la sangre, sobrepeso, vida sedentaria, consumo excesivo de alcohol, tabaco u otras drogas, antecedentes genéticos, edad avanzada, o ser varón. Debe quedar claro que el estrés por si solo no causa accidentes cardíacos, aunque se esté en el peor de los ataques de pánico y reuniendo algunas de las características antes mencionadas. aun asi la posibilidad es muy baja.

Lo que sucede en realidad es que aparece una subida brusca en la tasa cardíaca para enviar mas oxígeno a los tejidos y músculos del cuerpo, ya que nuestro organismo se prepara para correr o luchar. Por lo tanto, mas que provocar un accidente cardíaco lo que hace las subidas bruscas en la tasa cardíaca es fortalecer el corazón. Así la proxima vez que se note esta sensación se debe pensar que se ha iniciado el entrenamiento de nuestro corazón.

-Ahogarse o asfixiarse: La única forma de que una persona muera asfixiada es que no llegue oxígeno a los pulmones, y lo que sucede en un ataque de pánico es completamente opuesto a la asfixia, el nivel de oxígeno es superior a lo normal. En este caso se esta en un estado antagonista a la asfixia.

Como parte de la respuesta de ansiedad, nuestro organismo acelera el ritmo respiratorio, haciendo la respiración mas profunda y rápida. La explicación ya se conoce, se necesita mas oxígeno en el cuerpo para luchar o correr. Sin embargo, si no se realiza una de estas actividades caemos en un estado de "hiperventilación". En nuestro organismo hay más oxígeno del que se necesita, y paradójicamente uno de los efectos que esto produce es la sensación de asfixia o falta de aire. En este caso se emplean las técnicas de relajación y respiración.

-Desmayarse: Este miedo es muy habitual para quienes notan sensaciones de mareo o vértigo, debilidad y piernas flojas. Su temor es de un inminente desvanecimiento o pérdida de la conciencia en pleno ataque de pánico.

Fisiológicamente los desmayos son producidos por una baja brusca de la presión arterial. Si de pronto se desacelera el ritmo cardíaco, la sangre no llega con suficiente fuerza a nuestro cerebro, entonces se produce un desmayo. Sin embargo, cuando se está en un ataque de pánico, ocurre todo lo contrario, el corazón late con mayor fuerza y aumenta la presión, lo cual es muy difícil desmayarse en ese estado.

Algunas personas que tienen este miedo, quizás hayan pasado por algún desmayo real. Si tu caso es uno de estos, es interesante que compares como un desmayo es un alejamiento progresivo de la realidad, como caer en un sueño profundo, mientras que en el pánico es todo lo contrario, tu cuerpo se encuentra "ultra-acelerado" y lo que nunca ocurrirá es desmayarte. Si la adrenalina cabalga libremente por tus venas.

-Perder el control o volverse loco: Esta creencia aparece como resultado de notar anomalías en la visión, como "ver lucecitas", sensación de irrealidad, o pensamientos acelerados de querer escapar.

Cuando se esta en pleno ataque de pánico, el organismo se prepara para correr o luchar, así activa todo nuestro cuerpo para una mejor reacción ante el peligro y sobrevivir. En este caso aumenta el campo visual dilatando nuestras pupilas para un mejor alcance visual de nuestro enemigo. Como esto no sucede, la luz ambiental es demasiada para nuestras pupilas dilatadas, dando a su vez la peculiaridad de ver esas "lucecitas" vagas.

Por otro lado, cuando se cree que se va a perder la razón pensado cosas como "algo me va a dar", "tengo que salir", "¿y si corro?", "pediré ayuda ya", "voy a tener...", etc. A partir de ese momento la persona piensa que se esta volviendo loco, que será un enfermo mental, o quizás un esquizofrénico.

Otras personas creen que harán conducatas extravagantes, ridículas o violentas que pongan en peligro la integridad física de otras personas o de si mismos. Como: gritar, tirarse al suelo, patalear, golpear, agredir o tirarse por la ventana. Esta sensación aparece por la sensación de descontrol que se percibe al estar en pleno ataque de pánico.

Lo peor que puede pasar en esta situación es que la persona escape a un lugar seguro "poniéndose a salvo", y esto es algo que la persona suele hacer voluntaria y conscientemente. En el próximo ataque de pánico, no te preocupes, tus músculos harán lo que solo tú decidas hacer.

-Miedo al miedo: Cuando se han sufrido de otros ataques de pánico, la persona desarrolla otro miedo, el miedo a sufrir otro ataque.

El verdadero miedo es que el ataque siga y siga y no pare, otras personas temen que el próximo ataque no tenga fin. En este caso, es un buen momento para emplear la terapia cognitiva-conductual, el pánico es fruto de malas experiencias, de aprendizajes inadecuados. El sistema nervioso autónomo (cerebro) esta diseñado para trabajar a alta intensidad pero en cortos periodos de tiempo. Cuando el sistema simpático se activa, también lo hace el parasimpático que lo controla y lo frena. Un ataque de pánico, aun sin técnicas de control solo durará unos minutos.

Así que cuando creas que nunca superaras el problema o que te quedarás estancado en el climax del pánico, recuerda que es muy poco probable que esto suceda.

¿Cómo funciona el pánico en una persona agorafóbica?

Lo primero a resaltar es que la ansiedad, pero sobre todo el pánico, solo aparece en ciertas condiciones, provocado por situaciones o estímulos ambientales y/o corporales muy específicos. Estas son las principales situaciones que existen en una persona agorafóbica:

1-Ataque de pánico en una situación agorafóbica Este es un ataque previsible provocado por el estimulo externo; ya que la persona ha tenido ataques en la misma situación y cree que hay muchas posibilidades de sufrirlo nuevamente, lo cual hace que aumente su temor, y al final termina teniendo el ataque.

2-Ataque de pánico previsible en una situación segura Aquí la persona predice que va a tener un ataque en base a estar muy activado emocionalmente, ya sea por alegría, estrés, tristeza, enfado o preocupación. Por lo que evita tener niveles altos de emoción.

3-Ataque de pánico imprevisible en una situación segura En este caso, el pánico sucede cuando la persona se encuentra en un sitio catalogado por ella misma como “seguro” o de “antipánico” y su estimulo es interno. Su cuerpo toma ciertas funciones fisiológicas o cambios corporales vitales que hace que la persona los malinterprete con pensamientos catastróficos (autovigilancia), produciendo una gran cantidad de ansiedad y al final termina con el ataque.

4-Ataque de pánico por anticipación. Aquí la persona asegura que sufrirá un ataque al ser expuesta al estimulo disparador de ansiedad. Lo cual, hace que sufra un ataque aún sin antes haber sido expuesta al estimulo.

Terapia Cognitiva-Conductual

El tratamiento no es más que un enfrentamiento cara a cara con el problema y consta de 3 pasos básicamente. Aquí se reeduca al paciente con teoría y conocimientos sobre el tema central, se hacen exposiciones interoceptivas (in vitro) y exposiciones reales (in vivo). En pocas palabras, hacer esta terapia cognitiva es como jugar a ser científico, se observa la realidad, se recopilan datos de lo que se conoce, se analiza, se crea una hipótesis, se experimenta y por último se obtiene una ley.

Esto quiere decir que la terapia consta de un análisis completo estudiando el origen de la ansiedad, cómo surge, para qué sirve, cuáles son sus componentes, cómo se manifiesta y en qué nos beneficia. Comprendiendo cómo la ansiedad funciona y cómo ahora está afectando su vida, el paciente deduce por qué razón su cuerpo reacciona de esa manera, y del por qué la mente le protege del supuesto peligro.

Con bases fijas de cómo surge la ansiedad, sobre todo el pánico; comienza la exposición interoceptiva (in vitro), esto es provocándose voluntariamente situaciones que le generen ansiedad pero sobre todo el pánico.

El objetivo de la exposición “in vitro”, es que el paciente experimenta estímulos que desatan su ansiedad y/o pánico en situaciones donde "supuestamente esta a salvo"; y logra comprender que sus pensamientos automáticos son falsos, que no vendrá una catástrofe como creía desde un principio, que no sucederá alguna tragedia y que podrá enfrentar una situación real que implique reto o un comportamiento distinto. También aquí se enseña al paciente eliminar tensión de su cuerpo, con ligeros ejercicios de respiración y relajación (comúnmente).

Cuando el paciente esta convencido de que puede al sentirse apto y seguro de si mismo para enfrentar la realidad, comienza la exposición “in vivo”, es decir, se enfrenta cara a cara a su temor, afrontando sus pensamientos y sus sensaciones en la situación temida, y comprobando aun mas que no vendrá la catástrofe que su mente había creado.

Es importante que permanezca en tal situación tanto tiempo como el paciente lo necesite y lo soporte, para que poco a poco desaparezca el malestar y compruebe que las sensaciones son totalmente innocuas e innecesarias; y si se insiste mas, llegará un momento en que la situación no generara ningún tipo de ansiedad, y la terapia habrá funcionado.

Los primeros ensayos, pero sobre todo las exposiciones "in vivo" serán largas y duras. No se debe obligar al paciente a hacerlo por la fuerza o bajo amenaza. Si se desea ayudar, es mejor estimularlo con ideas positivas, haciéndole ver cuáles serán sus logros y beneficios obtenidos cuando finalice su exposición "in vivo". Por eso es importante que el paciente lo haga voluntariamente; de esta manera sentirá mayor satisfacción, alivio, desahogo y confianza, pero sobre todo capaz de hacerlo por si mismo al sentirse una persona sana.

Fuente bibliográfica

  • Espada Sánchez, José Pedro, "La agorafobia", Mente y Cerebro, 37, 2009, págs. 12-20.

Véase también

Enlaces externos