Diferencia entre revisiones de «Sirena»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Página blanqueada
Deshecha la edición 27890039 de 190.224.83.162 (disc.)
Línea 1: Línea 1:
{{otros usos}}
[[Imagen:NAMA Sirène.jpg|thumb|Estatua funeraria de sirena, c. [[370 a. C.|370 a. C.]], [[Museo Arqueológico Nacional de Atenas]].]]

Las '''sirenas''' (en [[griego antiguo]] Σειρήν ''Seirến'', ‘encadenado’, seguramente inspirado en el [[sánscrito]] ''Kimera'', ‘[[quimera (mitología)|quimera]]’) son seres fabulosos, originarios de la [[mitología griega]] y ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y representación han variado con el tiempo.

Aunque en su forma original eran seres híbridos de mujer y [[Aves|ave]], posteriormente la representación más común, y la que ha llegado a la actualidad, las describe como mujeres jóvenes con cola de [[pez]]. Es por ello que en muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica (inglés ''siren'', alemán ''Sirene'') de la sirena con cola de pez (inglés ''mermaid'', alemán ''Meerjungfrau'').

== Mitología griega ==
[[Imagen:Sirin lubok1.jpg|thumb|Miniatura [[Rusia|rusa]] del siglo X en la que aparece una sirena.]]

En la mitología griega, las sirenas son una clase difusa que comprende varios seres que se distinguen por una voz musical y prodigiosamente atractiva; las representaciones artísticas más antiguas, que las muestran como aves con rostro o torso femenino, se deben probablemente a la asociación de las aves con el canto, así como al frecuente uso iconográfico de los seres alados para representar a los espíritus de los muertos. Muchas de las huellas gráficas más tempranas de las sirenas están en monumentos y ofrendas funerarias.

En época preclásica comenzaron ya a identificarse con [[náyade]]s, y su canción a describirse como un atractivo irresistible que llevaba a la perdición a los marinos. Distintos relatos las hacen descender de los dioses fluviales [[Aqueloo]] o [[Forcis]], sea sin intervención femenina o de las musas [[Estérope]], [[Melpómene]] o [[Terpsícore]], relacionadas con el canto y con el baile. Su número es también impreciso, contándose entre dos y cinco; los nombres registrados incluyen ''Agláope'', ''Telxiepia'' o ''Telxínoe'', ''Pisínoe'', ''Parténope'', ''Ligeia'' (empleado luego por [[Edgar Allan Poe]] para el célebre cuento homónimo sobre una mujer de mortal belleza), ''Leucosia'', ''Molpe'', ''Radne'' y ''Teles''.

Los [[antropólogo]]s debaten sobre si esas figuras no son genios de los pasos que guardan (o, en este caso, invitan) las Puertas de la Muerte, emparentadas con [[Escila]] y [[Caribdis]], a las que están próximas en los mitos homéricos. [[Eurípides]], en una estrofa del coro de Helena (verso 168) las llama παρθηνικοι κοραι ''parthenikoi korai'', ‘jóvenes doncellas’; en este fragmento se apoyan Laurence Kahn-Lyotard y Nicole Loraux para incluirla dentro de las figuras del más allá, identificándolas con las cantoras de la [[Islas de los Bienaventurados]] descritas por [[Platón]].

Figuran con frecuencia en episodios míticos, muchas veces reminiscentes de su antiguo papel como deidades ctónicas. Algunas versiones narran que acompañaban a [[Perséfone]] cuando fue raptada por [[Hades]], y que su apariencia bestial fue el castigo impuesto por [[Deméter]] por no proteger a su hija del dios del inframundo. En otras, el cuerpo alado es un don de [[Zeus]] para permitirles perseguir al raptor, y en aún otras es una pena impuesta por [[Afrodita]] por resistirse a la voluptuosidad.

== Episodios literarios ==
[[Imagen:Odysseus Sirens BM E440 n2.jpg|thumb|Ulises y las sirenas (cerámica [[ática]], 480–470 a. C., [[Museo Británico]]).]]

En la leyenda de [[Jasón]] y los [[Argonautas]], los marineros encantados por la voz de las sirenas se salvaron del desastre gracias a la habilidad de [[Orfeo]], que logró con su canto tapar la música de aquellas y distraer a los Argonautas que se hubieran encallado de otro modo en los ''sirenum scopuli'' donde estas habitaban. Derrotadas por la superior habilidad de Orfeo, las sirenas se transformaron en piedra, o en otras versiones se arrojaron al mar para morir.

En la ''[[Odisea]]'' (XII, 39), [[Ulises]] preparó a su tripulación para evitar la música de las sirenas tapándoles los oídos con [[cera]]; deseoso de escucharlas él mismo, se hizo atar a un mástil para no poder arrojarse a las aguas al oír su música.

Las sirenas aparecen también en algunos de los cuentos de ''[[Mil y una noches|Las mil y una noches]]''. Así, en el titulado ''La ciudad de bronce''<ref>''Las mil y una noches'', [http://pleamarac.tripod.com/mi/tomo_3/default.html versión castellana] de [[Blasco Ibáñez]].</ref> leemos la siguiente descripción:

{{cita|las dos hijas del mar [...] eran dos maravillosas criaturas de largos cabellos ondulados como las olas, de cara de luna y de senos admirables y redondos y duros cual guijarros marinos; pero desde el ombligo carecían de las suntuosidades carnales que generalmente son patrimonio de las hijas de los hombres, y las sustituían con un cuerpo de pez que se movía a derecha y a izquierda, de la propia manera que las mujeres cuando advierten que a su paso llaman la atención. Tenían la voz muy dulce, y su sonrisa resultaba encantadora; pero no comprendían ni hablaban ninguno de los idiomas conocidos, y contentábanse con responder únicamente con la sonrisa de sus ojos a todas las preguntas que se les dirigían.}}

Muy distinta es la sirena del relato de [[Hans Christian Andersen]] ''La Sirenita'', capaz de entender y hablar la lengua de los hombres, pero condenada al silencio por su pacto con la bruja del mar.

== Atractivo de las sirenas ==
[[Imagen:Monumento a Alfonso XII (Madrid) 10a.jpg|thumb|Sirena de bronce de [[Antoni Alsina]], en [[Madrid]], [[España]] ([[1922]]).]]

Aunque en la iconografía moderna las sirenas se representan por lo general como de abrumadora belleza, es probable que en la tradición clásica su único atractivo radicase en su voz, y que su apariencia fuese poco menos que monstruosa. [[Horacio]], en la ''Epistola ad Pisones'', hace mención a un híbrido de mujer y pez como un sujeto hilarante:

{{cita|
''desinat in piscem mulier formosa superne;''<br/>''spectatum admissi, risum teneatis, amici''
|col2=si en pez acabase lo que es una hermosa mujer por encima,<br/>¿aguantaríais la risa al verlo, camaradas?
}}

Se ha comentado que posiblemente las sirenas que tanto intrigaron a [[Sigmund Freud]] son la intelectualización tardía de un hecho narrativo que aúna peligro y belleza. En todo caso, ése sería un añadido elaborado a lo largo de los siglos a su origen como horrendas y extraordinarias cantantes que ocultaban el asesinato y la antropofagia.

== Referencias ==
{{listaref}}

== Bibliografía ==
* {{cita libro| autor = L. Kahn-Lyotard; N. Loraux. | título = Dictionnaire des mythologies | editorial = París: Flammarion | año = 1981 | id = }}

== Véase también ==

* [[Sirena chilota]]
* [[Sumpall]]
* [[Sireno]]

== Enlaces externos ==

{{commonscat|Sirens}}
* {{ref-GML|SIRENS.html|Sirens}}
* {{ref-Theoi|Pontios/Seirenes.html|Seirenes}}

[[Categoría:Criaturas de la mitología griega]]
[[Categoría:Personajes de la Odisea]]
[[Categoría:Quimeras]]

[[bg:Сирена (митология)]]
[[bs:Sirena (mitologija)]]
[[ca:Sirena]]
[[da:Sirene (græsk mytologi)]]
[[de:Sirene (Mythologie)]]
[[el:Σειρήνες]]
[[en:Siren]]
[[eo:Sireno (mitologio)]]
[[et:Sireenid]]
[[fa:سیرن]]
[[fi:Seireenit]]
[[fr:Sirène (mythologie)]]
[[gl:Serea]]
[[he:סירנה]]
[[hr:Sirena]]
[[id:Siren]]
[[is:Sírenur]]
[[it:Sirena (mitologia)]]
[[ja:セイレーン]]
[[ko:세이렌]]
[[la:Sirenes]]
[[lt:Sirenos (mitologija)]]
[[ms:Siren]]
[[nl:Sirene (halfgodin)]]
[[no:Sirene (mytologi)]]
[[oc:Serena (mitologia)]]
[[pl:Syrena (mitologia)]]
[[pt:Sereia]]
[[ro:Sirenă]]
[[ru:Сирены]]
[[sh:Sirena]]
[[simple:Siren]]
[[sk:Siréna (mytológia)]]
[[sl:Sirena]]
[[sr:Сирене]]
[[sv:Sirener]]
[[th:ไซเรน]]
[[tr:Siren]]
[[uk:Сирени]]
[[zh:塞壬]]

Revisión del 16:02 9 jul 2009

Estatua funeraria de sirena, c. 370 a. C., Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

Las sirenas (en griego antiguo Σειρήν Seirến, ‘encadenado’, seguramente inspirado en el sánscrito Kimera, ‘quimera’) son seres fabulosos, originarios de la mitología griega y ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y representación han variado con el tiempo.

Aunque en su forma original eran seres híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más común, y la que ha llegado a la actualidad, las describe como mujeres jóvenes con cola de pez. Es por ello que en muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica (inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid, alemán Meerjungfrau).

Mitología griega

Miniatura rusa del siglo X en la que aparece una sirena.

En la mitología griega, las sirenas son una clase difusa que comprende varios seres que se distinguen por una voz musical y prodigiosamente atractiva; las representaciones artísticas más antiguas, que las muestran como aves con rostro o torso femenino, se deben probablemente a la asociación de las aves con el canto, así como al frecuente uso iconográfico de los seres alados para representar a los espíritus de los muertos. Muchas de las huellas gráficas más tempranas de las sirenas están en monumentos y ofrendas funerarias.

En época preclásica comenzaron ya a identificarse con náyades, y su canción a describirse como un atractivo irresistible que llevaba a la perdición a los marinos. Distintos relatos las hacen descender de los dioses fluviales Aqueloo o Forcis, sea sin intervención femenina o de las musas Estérope, Melpómene o Terpsícore, relacionadas con el canto y con el baile. Su número es también impreciso, contándose entre dos y cinco; los nombres registrados incluyen Agláope, Telxiepia o Telxínoe, Pisínoe, Parténope, Ligeia (empleado luego por Edgar Allan Poe para el célebre cuento homónimo sobre una mujer de mortal belleza), Leucosia, Molpe, Radne y Teles.

Los antropólogos debaten sobre si esas figuras no son genios de los pasos que guardan (o, en este caso, invitan) las Puertas de la Muerte, emparentadas con Escila y Caribdis, a las que están próximas en los mitos homéricos. Eurípides, en una estrofa del coro de Helena (verso 168) las llama παρθηνικοι κοραι parthenikoi korai, ‘jóvenes doncellas’; en este fragmento se apoyan Laurence Kahn-Lyotard y Nicole Loraux para incluirla dentro de las figuras del más allá, identificándolas con las cantoras de la Islas de los Bienaventurados descritas por Platón.

Figuran con frecuencia en episodios míticos, muchas veces reminiscentes de su antiguo papel como deidades ctónicas. Algunas versiones narran que acompañaban a Perséfone cuando fue raptada por Hades, y que su apariencia bestial fue el castigo impuesto por Deméter por no proteger a su hija del dios del inframundo. En otras, el cuerpo alado es un don de Zeus para permitirles perseguir al raptor, y en aún otras es una pena impuesta por Afrodita por resistirse a la voluptuosidad.

Episodios literarios

Ulises y las sirenas (cerámica ática, 480–470 a. C., Museo Británico).

En la leyenda de Jasón y los Argonautas, los marineros encantados por la voz de las sirenas se salvaron del desastre gracias a la habilidad de Orfeo, que logró con su canto tapar la música de aquellas y distraer a los Argonautas que se hubieran encallado de otro modo en los sirenum scopuli donde estas habitaban. Derrotadas por la superior habilidad de Orfeo, las sirenas se transformaron en piedra, o en otras versiones se arrojaron al mar para morir.

En la Odisea (XII, 39), Ulises preparó a su tripulación para evitar la música de las sirenas tapándoles los oídos con cera; deseoso de escucharlas él mismo, se hizo atar a un mástil para no poder arrojarse a las aguas al oír su música.

Las sirenas aparecen también en algunos de los cuentos de Las mil y una noches. Así, en el titulado La ciudad de bronce[1]​ leemos la siguiente descripción:

las dos hijas del mar [...] eran dos maravillosas criaturas de largos cabellos ondulados como las olas, de cara de luna y de senos admirables y redondos y duros cual guijarros marinos; pero desde el ombligo carecían de las suntuosidades carnales que generalmente son patrimonio de las hijas de los hombres, y las sustituían con un cuerpo de pez que se movía a derecha y a izquierda, de la propia manera que las mujeres cuando advierten que a su paso llaman la atención. Tenían la voz muy dulce, y su sonrisa resultaba encantadora; pero no comprendían ni hablaban ninguno de los idiomas conocidos, y contentábanse con responder únicamente con la sonrisa de sus ojos a todas las preguntas que se les dirigían.

Muy distinta es la sirena del relato de Hans Christian Andersen La Sirenita, capaz de entender y hablar la lengua de los hombres, pero condenada al silencio por su pacto con la bruja del mar.

Atractivo de las sirenas

Sirena de bronce de Antoni Alsina, en Madrid, España (1922).

Aunque en la iconografía moderna las sirenas se representan por lo general como de abrumadora belleza, es probable que en la tradición clásica su único atractivo radicase en su voz, y que su apariencia fuese poco menos que monstruosa. Horacio, en la Epistola ad Pisones, hace mención a un híbrido de mujer y pez como un sujeto hilarante:

desinat in piscem mulier formosa superne;
spectatum admissi, risum teneatis, amici
si en pez acabase lo que es una hermosa mujer por encima,
¿aguantaríais la risa al verlo, camaradas?

Se ha comentado que posiblemente las sirenas que tanto intrigaron a Sigmund Freud son la intelectualización tardía de un hecho narrativo que aúna peligro y belleza. En todo caso, ése sería un añadido elaborado a lo largo de los siglos a su origen como horrendas y extraordinarias cantantes que ocultaban el asesinato y la antropofagia.

Referencias

  1. Las mil y una noches, versión castellana de Blasco Ibáñez.

Bibliografía

  • L. Kahn-Lyotard; N. Loraux. (1981). Dictionnaire des mythologies. París: Flammarion. 

Véase también

Enlaces externos