Equipo musical
Equipo musical, o equipo de música, es un término que se usa en castellano para referirse a un sistema de alta fidelidad o Hi-Fi en inglés. Consta de un reproductor de CD, un amplificador, altavoces, un sintonizador de radio, un lector de memorias USB y, últimamente, un receptor Bluetooth. Los equipos vintage incluyen también una grabadora de cintas de casete, un tocadiscos y un ecualizador
Sistema de altavoces 2.0 Instalación básica: dos altavoces satélite que ofrecen sonido estéreo y unos graves limitados. Estos sistemas son fáciles de instalar y no incluyen un subwoofer. Además, son compatibles con la mayoría de tarjetas de sonido para PC estándar.
Sistema de altavoces 2.1 Instalación básica: dos altavoces satélite que ofrecen sonido estéreo y unos graves limitados, además de un subwoofer que reproduce las frecuencias más bajas, otorgando graves muy profundos y vibrantes, especial para música y películas. También compatibles con mayoría de tarjetas de sonido para PC.
Sistema de altavoces 4.1 Instalación básica: dos altavoces satélite que ofrecen sonido estéreo y unos graves limitados, dos altavoces satélite que reproducen las frecuencias más altas del espectro (tweeters) lo que da compatibilidad con los formatos de compresión sin pérdida como CD o FLAC, además del subwoofer de bajos.
Desarrollo
Emile Berliner, un inmigrante alemán y geek de la electricidad radicado en Estados Unidos, patentó la vitrola en 1888. En esencia, era una versión mejorada del fonógrafo de Thomas Alva Edison, una especie de cilindro que recogía y grababa las ondas sonoras. Los discos planos del gramófono reemplazaron a los tubos de cartón cubiertos de estaño de su antecesor. Así comenzó a masificarse la reproducción de música en Estados Unidos y Europa. Berliner convenció de grabar discos para este formato a grandes artistas de la época, como el tenor italiano Enrico Caruso, que produjo cerca de 300 álbumes. Con una pequeña cantidad de alcohol en su motor de aire caliente, el gramófono aseguraba rumbas largas, ya que el aparato funcionaba hasta por doce horas ininterrumpidas.
La tecnología de reproducción con cintas ya estaba inventada desde los años 1940, pero solo hasta finales de la década de 1960 se le dio el impulso suficiente al cartucho –una cajita plástica con un rollo de cinta adentro– como para empezar a comercializarse. The Lear Jet Corporation, una compañía que fabricaba aviones, fue pionera en el desarrollo de este tipo de equipos, diseñados para escuchar música dentro del carro, una innovación que Ford incorporó en sus modelos. Este reproductor gozó de gran popularidad en la época de la película Fiebre de sábado por la noche, cuya banda sonora fue la más vendida en este formato. Sin embargo, la cinta se trababa tanto que a principios de la década de 1980 tuvo que ser remplazado por el casete.
En 1925 apareció esta máquina de reproducción, cuyo plato giradiscos funcionaba con electricidad, lo cual le garantizaba una velocidad constante a cada giro. Seis años después, RCA Victor comercializó el primer reproductor casero. Con la llegada del disco de larga duración de 16, 33 y 45 revoluciones por minuto, en 1948, la tecnología del tocadiscos mejoró considerablemente. En los años sesenta, el almacén Sears de Bogotá vendía diferentes modelos de Hitachi, Toshiba y Sharp. En 1960, Discos Fuentes fue la primera empresa colombiana en grabar en formato de 45 revoluciones. Aunque muy atrás quedaron sus años dorados, el tocadiscos no ha muerto entre los melómanos que extrañan el sonido del scratch y que guardan en vinilo sus tesoros musicales.
A finales de la década de los sesenta, los altos decibeles y la buena calidad en el sonido se unieron en este aparato portátil. Una grabadora de estas pesaba en promedio unos ocho kilos, lo cual no impedía que en las grandes capitales del mundo miles de jóvenes la cargaran al hombro y la pusieran a sonar a su máxima potencia. “¿Para qué incomodar sólo a tu familia cuando puedes incomodar a todo el barrio?”, rezaba una campaña de Panasonic del 79. Las más sofisticadas venían con doble casetera y grabadora de voz, pero las marcas más populares fueron Hitachi, Aiwa, Crown, JVC, Panasonic y Toshiba. El “boombox”, como también se le conoce, marcó su impronta en el hip-hop, ya que era una herramienta eficaz en las batallas entre raperos y en las exhibiciones de breakdance. Su fuerza para convocar quedó inmortalizada en películas como Fame o Flashdance. Incluso, hace unos años, Madonna usó una Breakdancer BD-8000, de fabricación china, para sus videos Hung Up y Sorry. Para los nostálgicos, hay una aplicación de boombox para iPad disponible en la tienda i-Tunes.
Pastor López, Rikarena y Niche fueron algunas de las estrellas infaltables en las bandejas múltiples para discos compactos de los equipos de sonido de las fiestas noventeras. El primer CD lo desarrollaron Sony y Philips en 1979, aunque tardó en popularizarse debido a la crisis económica de la época. Para 1982, apareció el CDP-101, el primer reproductor de compact disc. En 1996, los colombianos que más CD vendieron fueron Shakira, Iván y sus Bam Band, Charlie Zaa y El Binomio de Oro. Aunque los formatos cada vez más portátiles le auguran cada día más el fin al CD, todavía hay muchas personas que continúan limpiando con el borde de la camisa sus discos rayados, o soplando las unidades de disco de sus armatostes negros cuando de desempolvar clásicos se trata.
Aún cuando muchos pronosticaron su fracaso, Apple ha facturado cifras astronómicas con este invento, lanzado al mercado en 2001. Ahora no se requieren grandes equipos para hacer una fiesta en casa; sólo hacen falta un iPod y un par de parlantes. De las cerca de 20 canciones que almacenaba un CD completo, se pasó a tener hasta días enteros de música en un solo dispositivo, pese a las polémicas por la supuesta violación de derechos de autor y por omitir información detallada de sus productos. La Bose Corporation es uno de los fabricantes de parlantes más prestigiosos del mundo, pero para los bolsillos más modestos están los parlantes con puerto USB de otras marcas menos reconocidas.