Efecto Westermarck
El efecto Westermarck, o impronta sexual inversa, es un hipotético efecto psicológico a través del cual las personas que viven cerca durante los primeros años de sus vidas se vuelven insensibles a la atracción sexual entre sí. Este fenómeno, evolutivamente útil para evitar la endogamia, es una explicación al tabú del incesto y fue señalado por primera vez por el filósofo y sociólogo finés Edvard Westermarck (20 de noviembre de 1862 – 3 de septiembre de 1939) en su libro La historia del matrimonio humano de 1891.[1]
Sigmund Freud argumentó que es natural que haya atracción sexual entre miembros de una misma familia criados juntos desde niños (ver: Complejo de Edipo), por lo que es necesario que las sociedades creen el tabú del incesto,[2] pero Westermarck argumentó lo contrario, que los propios tabúes surgen naturalmente como producto de actitudes innatas.
Steven Pinker escribió:
La idea de que los niños quieren dormir con sus madres le parece a la mayoría de los hombres la cosa más tonta que han oído. Obviamente, no le pareció así a Freud, quien escribió que cuando era niño una vez tuvo una reacción erótica a ver a su madre vistiéndose. Pero Freud tenía una nodriza, y puede no haber experimentado la intimidad temprana que habría alertado a su sistema de percepción que la señora Freud era su madre. La teoría Westermarck ha "superado" a Freud mismo.Steven Pinker, Cómo trabaja la mente, 1997
Véase
Referencias
- ↑ What is the Westermarck Effect?
- ↑ Freud, S. (1913) Totem and Taboo in The Standard edition of the Complete Psychological works of Sigmund Freud, Vol XIII