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Club de 1789 (Revolución francesa)

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El Club de 1789, de nombre completo Club Patriótico de 1789 o Sociedad Patriótica de 1789 (en francés: Club de 1789, Société patriotique de 1789), fue un club político de la Revolución francesa. Constituido a partir de los elementos más moderados del Club de los Jacobinos,[1]​ fue inaugurado oficialmente el 13 de mayo de 1790 con un banquete en el Palais-Royal. [2]

Entre sus miembros, este grupo contaba a Jean Sylvain Bailly, La Fayette, Louis Alexandre de La Rochefoucauld, Isaac Le Chapelier, Honoré Gabriel Riqueti (conde de Mirabeau), Emmanuel Joseph Sieyès, Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, y Nicolas de Condorcet. Diseñado desde marzo de 1790 por Sieyès, era un partido elitista conformado por destacados diputados de la Asamblea Constituyente, nobles liberales, banqueros, hombres de letras y miembros de la alta burguesía.[1][3]​ En 1790, año de su creación, contabilizaba aproximadamente 400 miembros. Según Condorcet, los objetivos iniciales de la Sociedad eran mas filosóficos que políticos, y se asemejaban mas a una «compañía ilustrada de amigos de la humanidad» dedicados a explorar las «verdades sociales».[1][3]

El Club pronto se transformó en un auténtico partido político. Buscaba obrar en estrecha relación con el rey Luis XVI, que había aceptado la monarquía constitucional, y se distanció tanto de la izquierda parlamentaria como de los monárquicos extremistas de la derecha. Dos importantes debates en la Asamblea en mayo de 1790 consumieron su ruptura con los jacobinos y marcaron su giro político: la organización de un nuevo sistema judicial y el derecho a declarar la guerra y a negociar la paz. Ambos supusieron un claro éxito parlamentario del Club de 1789.[1][2][3]

A principios de 1791 se les consideraba cada vez mas «reaccionarios», lo que llevó a numerosas defecciones: algunos volvieron al Club de los Jacobinos (entre ellos Le Chapelier, Brissot y Mirabeau), otros sirvieron para crear el llamado Club de los Feuillantes (16 de julio de 1791).[2][3]

Diferencias entre clubes patrióticos

Naturalmente, no todos los clubes patrióticos tuvieron puntos de vista comunes sobre los objetivos a alcanzar y las formas de acción, por lo que hubo discusiones y diferencias entre ellos, e incluso intrigas, conspiraciones, y enfrentamientos.

Mais l'heure de la réflexion viendra pour le Peuple, et la honteuse formation de ce club (cf: Club Patriotique de 1789) ne sera plus un mystère pour lui : il verra que des hommes qui seraient les amis sincères du Peuple et de l'humanité, ne débourseraient pas, au milieu des calamités publiques, 24,000 livres pour louer un local, et qu'au lieu de venir afficher leurs discussions au premier étage au Palais-Royal, ils se seraient retirés dans l'enceinte silencieuse d'un de nos couvents nationaux; qu'au lieu de splendides banquets à 24 livres par têtes et de quêtes mesquines, ils feraient de quêtes abondantes et de repas frugaux…[2]
Traducción al español: « Pero en algún momento, la hora de la reflexión llegará para el Pueblo, y la deshonrosa formación de este club (cf: Club Patriótico de 1789) será evidente para todos, percibiéndose entonces que los amigos sinceros del Pueblo y de la Humanidad, en medio de calamidades públicas, no desembolsarían 24,000 libras para alquilar un local, y que tampoco se permitirían desarrollar sus discusiones en la primera planta del Palais-Royal; por el contrario, los amigos sinceros mas bien se habrían retirado a un recinto silencioso de uno de nuestros conventos nacionales; y en lugar de espléndidos banquetes a 24 libras por cabezas y mezquinas colectas, preferentemente hubieran hecho colectas abundantes y comidas frugales … »
Le 26, aux Jacobins, Mirabeau, Lafayette et autres, déclarent qu'ils ne veulent plus y revenir, et accusent leurs adversaires d'entretenir le trouble pour s'élever, à l'aide de l'anarchie, aux premières places … Ainsi, voilà cette Gauche, l'élite du pays, qui s'accuse elle-même d'ambition, de corruption, de trahison, d'apostasie ! Quelle leçon d'immoralité pour le Peuple ! Quelle défiance, quelle confusion, ces accusations ne doivent-elles pas jeter dans ses rangs ! À quels désordes, à quel désespoir, ses chefs ne l'exposent-ils pas ![4]
Traducción al español: « El 26, Mirabeau, Lafayette y otros, anunciaron a los jacobinos que no querían volver al club, y acusaron a sus adversarios de promover el disturbio y el desorden para ascender a los primeros siitios, con la ayuda de la anarquía … ¡Ah, he ahí esa izquierda, supuestamente la élite del país, acusándose a sí misma de ambición, de corrupción, de traición, de apostasía! ¡Muy buena lección de inmoralidad para el Pueblo! ¡Qué desconfianza, qué confusión, estas acusaciones al menos ameritaban echar a los implicados de sus filas! ¡A qué desorden, a qué desesperación, sus jefes se exponían! »
À ce moment s’esquisse un rapprochement entre La Fayette et Mirabeau. « Quand on se mêle de diriger une révolution, écrivait Mirabeau le 10 octobre, la difficulté n’est pas de la faire aller, c’est de la retenir. » Qu’il a raison ! La retenir, il le peut, prétend-il. Certes il a voulu le renversement de l’ordre ancien, il a souhaité le détrônement du roi qui n’a pas consenti à l’employer. À présent qu’il voit dans quels abîmes descend la France, il se retourne vers cette monarchie à laquelle il a fait tant de mal et, une fois de plus, propose de la servir. Non point pour rien sans doute. Mais comme dira joliment La Fayette, « il ne trahit que dans le sens de ses convictions. »[5]
Traducción al español: En ese momento se esbozó una aproximación entre La Fayette y Mirabeau. « Cuando alguien se involucra dirigiendo una revolución, escribía Mirabeau el 10 de octubre de 1789, la dificultad no radica en llevarla adelante, sino en retenerla ». ¡Y cuánta razón tenía Mirabeau en este aspecto! Pero en su fueron íntimo Mirabeau pensaba que él podía. Por cierto, él quiso la caída del antiguo orden, así como el destronamiento del rey. Pero en ese momento, cuando observaba a qué abismos había descendido Francia, comenzó a pensar de nuevo en esa monarquía a la cual personalmente había hecho tanto mal y, una vez más, se propuso servirla. ¡Aunque sin duda, no por nada a cambio! Y con un tono un tanto jocoso afirmará La Fayette, « Mirabeau solamente traicionaría el sentido de sus convicciones ».

Sociedades y clubes patrióticos de la Revolución francesa

Las asociaciones que recién fueron citadas, no fueron los únicos clubes que se formaron y actuaron en el siglo XVIII, y que tuvieron por hábito y vocación tratar cuestiones políticas, administrativas, económicas, y/o filosóficas. Naturalmente existieron muchos otros agrupamientos similares, tanto durante el período revolucionario 1789-1799 como con anterioridad al mismo. Como ejemplo, pueden citarse el llamado Club del Entrepiso (en francés: Club de l'Entresol) creado en París en 1720 sobre modelo inglés, y que fuera fundado por el abate Pierre-Joseph Alary,[6]​ así como el Club de los Cordeleros (en francés: Club des Cordeliers), sociedad política republicana más radical que la jacobina, y fundada el 27 de abril de 1790.

Sin duda los llamados clubes políticos o patrióticos fueron muy numerosos en los primeros años de la revolución, y en líneas generales, en ese tiempo, tuvieron el objetivo principal de promover y defender las nuevas ideas sobre la constitución y la soberanía nacional.[7]

« Un petit groupe de citoyens engagés et réfléchis est capable de changer le monde ; c'est d'ailleurs toujours comme cela que ça s'est passé ! » (Margaret Mead).[8]
Traducción al español: « Un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos y reflexivos es capaz de cambiar el mundo ; ha sido siempre así como las cosas pasaron » (Margaret Mead).

Denominaciones de los clubes [9]

En lo que concierne a las denominaciones de los clubes, debe tenerse en cuenta que las mismas se fueron estableciendo de una manera bastante informal, a veces tomando el nombre del lugar o local donde funcionaban, a veces usando el nombre de la localidad o departamento de origen de sus miembros, etc. Además, los nombres de estas asociaciones fueron cambiando a medida que se afirmaba su estructura y formalización, y/o a medida que la ampliación de sus miembros dejaba de corresponderse con el nombre que hasta ese momento se había usado.

El término "club"[10][11]​ es una palabra inglesa, usada inicialmente en el siglo XVIII, y seguidamente en Francia, a efectos de designar a las sociedades que se reunían con regularidad, y donde para ingresar, era necesario pagar una cotización; además, se requería que el socio fuera presentado por un padrino miembro del club.

Lectura de la tragedia del orfelino de la China, de Voltaire, en el salón de madame Geoffrin (Malmaison, 1812).

Pero en Francia también hubo otro tipo de sociedades en aquella época, como por ejemplo las Academias (en francés: Académies) autorizadas por la monarquía, así como las Academias de provincia (en francés: Académies de province) creadas por reales cartas patentes. También corresponde citar las sociedades de lectura (en francés: sociétés de lecture), las sociedades secretas y clandestinas como por ejemplo la francmasonería (en francés: franc-maçonnerie), los salones parisinos (en francés: salons parisiens) como el de Mme Geoffrin [12]​…

Por regla general, miembros o allegados a todas estas diversas agrupaciones, poco a poco pasarían a constituir los núcleos de los primeros clubes revolucionarios. En momentos previos al inicio del complejo y violento período revolucionario, un verdadero entramado social intercomunicado así se había establecido en Francia.

Transición de la época prerevolucionaria a la época revolucionaria [9]

Cuando los Estados Generales se reunían en Versalles, los diputados que venían de Bretaña, tomaron el hábito de encontrarse en la tardecita en un café de Versalles, antes de las reuniones formales. Es así como a principios de mayo de 1789, se comenzó a hablar de un club bretón.

Los diputados de otras regiones pronto principiaron a frecuentar esos mismos lugares de encuentro, y comenzaron a verse allí a personas importantes: Jean Sylvain Bailly, Maximilien Robespierre, Honoré Gabriel Riqueti (conde de Mirabeau), Emmanuel-Joseph Sieyès … En octubre de 1789, la Asamblea se instaló en París, y también el club bretón, que estaba reservado a diputados, pero que comenzó a admitir a no diputados, como por ejemplo Nicolás de Condorcet, Jacques-Louis David

El club bretón adquirió así gran importancia, y entonces cambió su nombre por el de "Sociedad de Amigos de la Constitución" (en francés: Société des Amis de la Constitution), que pronto también sería conocido como "Club de los Jacobinos", dado que las reuniones comenzaron a realizarse en el Convento de los Jacobinos. En esos días, el club era bastante cerrado, ya que se cobraba una cotización de 24 £ por año, y por lo tanto, los miembros llamados activos eran burgueses de buena posición. Pero entonces se produjo la huida del rey y su aprensión en Varennes, lo que generó encendidos debates en el seno del club. Se produjo entonces una escisión, y los más partidarios del rey Luis XVI pasaron a reunirse en el Convento de Feuillants, formando así el "Club de Feuillants" (en francés: Club des Feuillants).

Bibliografía

Véase también

Referencias

  1. a b c d Becoming a Revolutionary: The Deputies of the French National Assembly and the Emergence of a Revolutionary Culture (1789-1790), Timothy Tackett, pág. 277-290. Princeton University Press, 2014, 360 págs. ISBN 978-1400864317
  2. a b c d Cabet, Etienne (1839). Histoire populaire de la révolution française de 1789 à 1830 (en francés). París: Pagnet. pp. 418-421. Consultado el 9 de noviembre de 2014. ««Dès le 13 mai, ces derniers ont fait l'ouverture d'un nouveau Club, présidé par Sïeyès, sous le titre de Club patriotique de 1789, et plus tard des Feuillants, ayant, pour but avoué le perfectionnement de l'art social, établi au Palais-Royal, où l'on fait d'excellents dîners aristocratiques.» Traducción al español: «Desde el 13 de mayo, estos últimos (cf: Mirabeau, La Fayette, Bailly, Sieyès, Talleyrand, Chapellier) abrieron un nuevo Club presidido por Sïeyes, con el nombre de "Club patriotique de 1789", más tarde conocido como "Club des Feuillants". Y el objetivo declarado de esa nueva organización establecida en el Palais-Royal (donde se servían excelentes cenas aristocráticas), fue el perfeccionamiento del arte social.»».  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «cabet» está definido varias veces con contenidos diferentes
  3. a b c d Jones, Colin (2014). The Longman Companion to the French Revolution (en inglés). Routledge. pp. 189-190. ISBN 9781317870807. Consultado el 9 de noviembre de 2014. 
  4. Etienne Cabet, Histoire populaire de la révolution française de 1789 à 1830, Pagnerre, 1840, pp. 420-421 (texto en línea).
  5. La Révolution Française: La Fayette et Mirabeau (1) - Début à Paris - Les partis à l’Assemblée - Un maire du Palais, sitio digital Megapsy'.
  6. LE CLUB DE L'ENTRESOL (1720-1731), sitio digital 'Users-aei'.
  7. Louis Cardenal, La province pendant la révolution: histoire des clubs jacobins (1789-1795), Payot, París, 1929.
  8. Margaret Mead (1901-1978) : Ne doutez jamais qu’un petit groupe de gens réfléchis et engagés puisse changer le monde. C'est d'ailleurs toujours comme cela que ça s'est passé !, sitio digital 'Econosoc / Ils ont dit...'.
  9. a b L’apprentissage de la Politique : les sociétés politiques sitio digital 'Frenital' (consultar particularmente sección I - La naissance et le développement des sociétés politiques, 1789-1792).
  10. Diccionario etimológico de Monlau: Club, sitio digital 'Etimonlau'.
  11. Etimología de Club, sitio digital 'Etimologías'.
  12. Les salons au XVIIIe siècle, sitio digital 'L’Histoire par l’image'.

Enlaces externos