Blanco de orilla

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Francisco de Miranda, blanco de orilla nacido en el siglo XVIII

Blanco de orilla es una denominación con el que se conoce en la historiografía social de la época colonial venezolana a una persona perteneciente a la categoría de blanco, pero que no formaba parte ni del grupo de los españoles peninsulares (blancos nacidos en España) ni de la aristocracia local (los mantuanos).[1][2]​ Muchos de los blancos de orilla eran de origen canario.[2]

Origen del vocablo

Se cree que el inventor del término blanco de orilla fue el historiador y sociólogo Laureano Vallenilla Lanz.[1][2]​ No obstante, la palabra blanco de orilla apareció en un documento de 1805 en Quíbor sobre una causa seguida por Antonio Agüero contra José Manuel Lucena por injurias.[2]​ Orilla quiere decir periferia y se refiere a las afueras de las ciudades, donde vivían los blancos de orilla.[1][2]​ Vallenilla Lanz señaló que blanco de orilla es un genérico despectivo.[2]​ En la época colonial los blancos de orilla eran llamados blancos del estado llano.[1]

Posición del blanco de orilla en la sociedad colonial

Los blancos de orilla eran descendientes de inmigrantes españoles que llegaron a América en un tiempo posterior a la etapa de la conquista.[2]​ Dentro del sistema de castas colonial, los blancos de orilla estaban por debajo de los españoles peninsulares y de los mantuanos.[1][2]​ No se dudaba de su condición de blancos, pero se encontraban en una situación de discriminación por parte de la élite mantuana.[1][2]​ Sin embargo, su clasificación como blancos los situaban ante las leyes y la justicia colonial en condición de superioridad frente a los pardos, indígenas y negros.[1]

Por lo general los blancos de orilla no poseían riquezas y tenían que realizar actividades que se tenían por serviles tales como el pequeño comercio, la agricultura y oficios como herreros, zapateros, barberos, etc.[1][2]​ Sin embargo los blancos de orilla podían ser sacerdotes, estudiar en las universidades y ejercer cargos públicos.[1]

Algunos blancos de orilla lograron amasar fortuna. Un ejemplo fue el del canario Sebastián de Miranda y Ravelo, padre de Francisco de Miranda, quien llegó a ser un acaudalado comerciante en Caracas. A pesar de ello, Miranda y Ravelo nunca fue admitido dentro del círculo mantuano por no ser criollo y por su oficio.[2][3]

Véase también

Referencias

  1. a b c d e f g h i «Blancos de orilla». Fundación Empresas Polar. Archivado desde el original el 16 de febrero de 2008. Consultado el 29 de marzo de 2014. 
  2. a b c d e f g h i j k Carrero Mora, Ricaurte (diciembre de 2011). «Los blancos en la sociedad colonial venezolana: Representaciones sociales e ideología». revista Paradigma. Consultado el 29 de marzo de 2014. 
  3. «Usted, no es mantuano…». gentedehoy.com. 17 de junio de 2013. Archivado desde el original el 14 de noviembre de 2015. Consultado el 29 de marzo de 2014.