Ir al contenido

Batalla de Montaperti

Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 07:51 27 sep 2013 por Copydays (discusión · contribs.). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.
Batalla de Montaperti
el conflicto entre güelfos y gibelinos
Parte de güelfos y gibelinos
Fecha 4 de septiembre de 1260
Lugar Afueras de Siena
Coordenadas 43°18′55″N 11°26′22″E / 43.315277777778, 11.439444444444
Resultado Decisiva victoria gibelina
Beligerantes
República de Florencia (güelfos)
Aliados toscanos
República de Siena (gibelinos)
República de Pisa (gibelinos)
Reino de Sicilia
Comandantes
Iacopino Rangoni Provenzano Salvani
Farinata degli Uberti
Giordano d'Anglano
Fuerzas en combate
30.000 infantería
3.000 caballería
18.000 infantería
1.800 caballería
Bajas
15.000

La Batalla de Montaperti se libró el 4 de septiembre de 1260 entre las repúblicas de Florencia y Siena en la Toscana como parte del conflicto entre los güelfos y gibelinos. Ganó notoriedad por un acto de traición que cambió el curso de la batalla, que fue inmortalizada por Dante Alighieri en su poema la Divina Comedia.

Güelfos y gibelinos

Los güelfos y gibelinos fueron facciones al menos nominalmente apoyando al Papado y el Sacro Imperio Romano respectivamente en Italia durante los siglos XII y XIII; en la práctica, la división entre estas facciones a menudo tenían más que ver con rivalidades locales que con la hostilidad entre el papado y el imperio.

A mediados del siglo XIII, los güelfos dominaron en Florencia mientras que los gibelinos controlaban Siena. En 1258, los güelfos consiguieron expulsar de Florencia a los últimos gibelinos con cualquier poder real; a esto le siguió el asesinato de Tesauro Beccharia, Abad de Vallombrosa, que fue acusado de tramar el regreso de los gibelinos.

La disputa llegó a un punto crítico dos años después cuando los florentinos, apoyados por sus aliados de alrededor de Toscana (Bolonia, Prato, Lucca, Orvieto, San Gimignano, San Miniato, Volterra y Colle Val d'Elsa), movieron un ejército de alrededor de 35.000 hombres hacia Siena. Los sieneses pidieron ayuda al rey Manfredo de Sicilia, quien proporcionó un contingente de caballería pesada mercenaria alemana. Las fuerzas sienesas eran dirigidas por Farinata degli Uberti, un gibelino florentino exiliado. Incluso con estos refuerzos, sin embargo, sólo pudieron reunir un ejército de 20.000.

Batalla

Los dos ejércitos se encontraron en la colina de Montaperti, en las afueras de Siena, en la mañana del 4 de septiembre; a la cabeza del ejército sienés estaba la formidable banda de la caballería mercenaria germana. La batalla ardió furiosamente durante todo el día, pero a pesar de sus números superiores, los florentinos fueron incapaces de hacer progresos contra los determinados sieneses. Conforme la tarde se aproximaba y los florentinos se agotaban en las líneas defensivas del oponente, las fuerzas sienesas lanzaron su contraataque, dirigidas por el conde de Arras.

Aunque aparentemente imprudente, los sieneses estaban confiados en contraatacar con tal desventaja numérica significativa porque su carga fue una señal a un miembro del ejército florentino, Bocca degli Abati. Aunque Bocca luchó por Florencia junto a los güelfos, era un gibelino de corazón.

A la señal de contraataque consiguió cruzar las líneas florentinas hacia el portaestandartes del ejército florentino y cortó su mano, haciendo que cayera la bandera florentina. En el clima militar del día, el estandarte era importante, las tropas no usaban uniformes, de manera que el estandarte servía como forma de saber dónde estaba el líder y que aún estaba a salvo y al mando, de manera que la pérdida de su estandarte hizo que en el ejército florentino cundiera el pánico.

Aprovechando esta oportunidad dentro de la confusión, cientos de gibelinos florentinos atacaron a sus compatriotas güelfos conforme cargaba el principal ejército sienés, y los florentinos fueron aplastados, perseguidos por sus enemigos mientras huían. Se estima que murieron unos 15.000 hombres.

Tras la batalla, los soldados alemanes en el ejército sienés usaron parte de su paga para fundar la iglesia de San Giorgio en Pantaneto; los alemanes usaban la llamada a San Jorge como grito de batalla.[1]

La batalla en la Divina Comedia

Mientras que estaba rastreando por los archivos florentinos durante el siglo XIV, Dante Alighieri (que era güelfo) leyó sobre la batalla de un relato por Giovanni Villani, un comerciante florentino e historiador, y descubrió este acto de traición. Como resultado de esto reservó un lugar dentro del noveno círculo del Infierno para el traidor Bocca degli Abati en su Divina Comedia:

Cuando otro gritó: ¿Qué tienes, Bocca,
¿No te basta con sonar las quijadas
que ladras? ¿qué diablo te toca?
Ahora, respondí, que más hables no quiero,
malvado traidor; que por cumplir tu deseo
llevaré de ti noticias veras.[2]

El comandante gibelino Farinata degli Uberti también está confinado en el Infierno de Dante, no por su conducta en la batalla, sino por su supuesta adhesión herética a la filosofía de Epicuro.

Véase también

Fuentes

  1. Gerald Parsons, 2004, Siena, Civil Religion, and the Sienese Ashgate Press ISBN 0-7546-1516-2 page 21
  2. Canto XXXII en wikisource.

Referencias externas

{{#coordinates:}}: no puede tener más de una etiqueta principal por página