Arte asirio

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Toro alado de Khorsabad.
León herido, relieve del palacio de Nínive.
Genio alado, palacio de Dur-Sharrukin, Khorsabad.

El arte asirio (escultura, arquitectura, pintura y cerámica) quedó originalmente definido por las excavaciones y posteriores estudios hechos en Nínive (actual Mossul), y en otras ciudades de la civilización asiria. Dentro del conjunto del arte mesopotámico se pueden diferenciar dos etapas principales: Una caldea, más meridional y continuada luego con Babilonia; y otra Asiria (localizada al norte de Mesopotamia).[a][1]

Origen y características

El origen del arte asirio se atribuye a los antiguos sumerios, pueblo que se supone de origen camita y que pobló estas tierras hacia el año 4000 a. C. El estilo de estas personas fue asimilado después (desde el año 3000 al 1500 a. C.) por el pueblo semita de los acadios que también llegó a habitar esta región y se fundió con los habitantes anteriores y fue asimilado igualmente por los babilonios. Entre los siglos XI y VII a. C. el estilo sumerio adquiere pleno desarrollo con la civilización asiria y la neobabilónica. El periodo más característico es el llamado neoasirio o asirio tardío, desde el año 1000 al 612 a. C., en el que se construyen los grandes palacios de Assurnasirpal II, Sargón II, su hijo Senaqerib y Esarhaddon (el conquistador de Egipto).

Decoración y materiales

Son determinantes los materiales de construcción, en función del medio geológico: piedra y barro configuran una arquitectura basada en el adobe y ladrillo. El adobe se utilizaba para las terrazas y muros gruesos externos. Las paredes hechas de adobe o de ladrillo se recubren con cerámica de colores (barro cocido y vidriado) o con estuco blanco sobre el que iban las pinturas al fresco. Los dibujos representaban plantas, animales fantásticos o figuras geométricas. Utilizaban también el alabastro, que es una piedra blanda que abundaba cerca del río Tigris, en la parte alta. Con este material fácil de tallar se realizaban grandes placas decoradas con relieves que cubren los edificios más nobles. También se emplea el arco y la techumbre de bóveda. En el capítulo de la ingeniería destacan los incógnitos Jardines Colgantes de Babilonia.

Escultura

Los asirios aprendieron el arte de la escultura y bajorrelieve del pueblo hitita. Se han encontrado pocas estatuas, debido a la mala calidad de los materiales. La piedra en Asiria es buena para cortar en lajas delgadas y para bajorrelieves pero mala para estatuas. Por eso lo más abundante son los bajorrelieves hechos de alabastro o caliza blanda.

Los escultores asirios supieron representar con una gran perfección los animales salvajes, realizando relieves de escenas de caza de gran realismo. Uno de los trabajos más apreciados en este campo es el que se conserva en el Museo Británico y que representa un león y una leona moribundos; forma parte de una escena de caza del palacio encontrado en Nínive y atribuido a Asurbanipal (año 668 a. C.). En ese mismo palacio se encontraron escenas de batallas, de prisioneros, de la vida cotidiana del ejército, etc. Todos estos relieves fueron hechos en alabastro.

El tema de los relieves es casi siempre profano. Además de las escenas de guerra abundan las de caza (el rey caza leones y otros animales salvajes). Las escenas que muestran la vida placentera de dentro del palacio se representan en las paredes interiores. En el palacio de Khorsabad se encontraron más de 2.000 metros de bajorrelieves con una calidad artística muy desigual debido a los diferentes artesanos que trabajaron en ellos en un tiempo límite. Por lo general el dibujo es torpe, como de niño pequeño. Los hombres son más altos que los caballos e incluso más que las fortalezas; los peces son del tamaño de un barco, los buitres son tan grandes como el cadáver que están devorando. La idea de perspectiva es también bastante incipiente. En general el artista agranda los personajes que le interesan y así el rey es más alto que nadie y los asirios son más grandes que sus enemigos. La cabeza está dispuesta de perfil en la mayoría de los casos, aunque la persona esté de frente. Las caras son inexpresivas. Al lado de estos relieves descritos pueden contemplarse otros salidos de las manos de verdaderos artistas que supieron plasmar a la perfección las barbas, el pelo rizado, los bordados de los mantos y las franjas de los vestidos del rey y sus servidores.

Las esculturas de bulto redondo también fueron verdaderas obras de arte. Algunas eran enormes y estaban colocadas en las puertas de los palacios, como guardianes del recinto. Eran figuras de seres mitológicos antropomórficos, esfinges aladas y con cabezas humanas, grifos y leones.

Monumentos

El monumento más importante en el arte asirio es el palacio, morada del rey. El rey es el personaje más importante del pueblo asirio, es el dominador y el caudillo, por tanto su casa debe ser construida con magnificencia.

El palacio asirio (y en general el palacio de Mesopotamia) constituye un gran recinto con numerosas dependencias, patios, salones de recepción y un templo. Será el modelo de los palacios romanos en la época en que el Imperio se orientaliza y será el modelo que tomarán los bizantinos y los árabes de la Edad Media.

El otro gran monumento es el templo. Eran edificios en forma de torre, los llamados zigurat, con mucha altura. Estaban ubicados en los recintos de los palacios, formando parte de ellos. En toda Mesopotamia existían estos templos siendo los más grandes los de Babilonia. Las torres estaban escalonadas y a veces sobrepasaban una altura total de 100 metros. El templo-torre del palacio de Sargón II tenía 43 metros de lado y cada uno de los pisos medía 6 metros sobre la altura normal de 5 metros.

Emplearon también como decoración los escritos en letra cuneiforme. En las grandes superficies horizontales de los muros de los palacios se hallaban las placas donde se relataban las crónicas de batallas, victorias y cacerías. El tema del árbol de la vida aparece en los sellos cilíndricos y en algunas pinturas murales. Se han encontrado también decoraciones vegetales muy estilizadas.

Véase también

Notas

  1. La circunstancia de que la ciudad de Nínive conservase sus cimientos de piedra casi intactos (al contrario que Babilonia cuyos muros de adobe casi desaparecieron con el paso de los siglos) determinaría que la experiencia de los palacios, templos y trazados de las ciudades asirias, permitiese a los arqueólogos imaginar ciudades mesopotámicas casi totalmente destruidas.

Referencias

  1. Pijoán, 1931, p. 201.

Bibliografía

Enlaces externos