Ambrosio Olmos

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Ambrosio José Olmos

Ambrosio Olmos


Gobernador de la Provincia de Córdoba
17 de mayo de 1886-13 de abril de 1888
Predecesor Gregorio Gavier
Sucesor José Echenique

Información personal
Nombre en español Ambrosio Olmos Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 7 de diciembre de 1839 Ver y modificar los datos en Wikidata
San Esteban (Córdoba) (Argentina) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 30 de abril de 1906 Ver y modificar los datos en Wikidata (66 años)
Olivos (Argentina) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Cáncer de estómago Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Argentina
Familia
Cónyuge Adelia María Harilaos
Información profesional
Ocupación Comerciante y estanciero


Ambrosio José Olmos (Dolores, Córdoba, 7 de diciembre de 1839Olivos, Buenos Aires, 30 de abril de 1906) fue un comerciante y gran terrateniente devenido en político, que llegó a ser electo gobernador de la Provincia de Córdoba, Argentina, aunque no lograría concluir su período debido a una conspiración del grupo juarista, dominante en la provincia y la nación[1]​ que escondió oscuros manejos políticos detrás de visos de legalidad.

Conspiración juvenil

Poco se sabe de su juventud, salvo un incidente ocurrido cuando era dependiente -tenía veintiún años- en el comercio mayorista de José María Méndez, en la capital cordobesa.

Los liberales cordobeses, impulsados por el general Bartolomé Mitre, incubaron una conspiración contra el gobierno provincial gobernado por partidarios de la Confederación. La policía local logró enterarse tempranamente del motín, y concretó allanamientos que tuvieron como resultado algunos enfrentamientos de armas.

Ambrosio Olmos, que apoyaba la conspiración, fue apresado más tarde aunque duró pocos días su detención. Sin embargo, fue despedido por su patrón que era adicto al gobernador. Ello decidió su futuro, pues marchó rumbo a la frontera indígena buscando mejor fortuna.

Desarrollo de un gran terrateniente

El gran comerciante y terrateniente Ambrosio Olmos.

Comenzó con escaso dinero en el Fortín Achiras, pero pronto demostraría una notable lucidez para los negocios al instalar un pequeño comercio o pulpería, lo que lo llevaría en pocos años a convertirse en un respetado y acaudalado vecino de Río Cuarto (Córdoba).

Sus transacciones fueron innumerables: trueque con frutos del país, compraventa de ovejas, inversión en tierras de la zona que lo convertirían en gran terrateniente merced a la coyuntura favorable abierta por la Conquista del Desierto y su particular habilidad comercial, negocio de ramos generales, socio de una sociedad agrícola, intermediación en venta de campos o ganados, operaciones de crédito bancario, etc. Llegando a ser junto a Alejandro Roca, garante de los créditos del general Julio A. Roca con motivo de su campaña presidencial de 1880.

En 1881, en dos establecimientos agropecuarios introduce la mestización bovina, por medio de vacunos de pedigree de procedencia inglesa. Ello conduciría a suponer que llegó a aplicar una producción netamente capitalista.

Al poder económico se añadió el prestigio social y político, cuestión que lo conduciría a desempeñar varios cargos municipales en Río Cuarto en 1868, 1869, 1876, 1877, 1878, 1880 y 1881.

Gobernador de la provincia de Córdoba

Fue en estos años cuando se vinculó al general Julio A. Roca, Miguel Juárez Celman y sus allegados, dado que Río Cuarto era un verdadero semillero de dirigentes en esos días.

Por todo esto, fue el candidato a gobernador de Córdoba apoyado por Roca y el Partido Autonomista Nacional que triunfaría en los comicios de 1885/86, llevando como vice a José Echenique, contra el otro candidato y jefe de policía, Marcos N. Juárez, apoyado por su hermano, Dr. Miguel Juárez Celman, y el gobernador saliente, Gregorio Y. Gavier.

Su gobernación fue progresista y polémica. Algunos sostienen sin fundamentos que nunca gobernó, debido a haber tenido un ministro de la talla del Dr. Ramón J. Cárcano, hombre muy allegado a los Juárez, en la cartera de Gobierno, Justicia y Culto. Sin embargo, es evidente que un hombre que había logrado acumular una colosal fortuna por propios medios, no podía carecer de iniciativas, creatividad, artimañas ni artilugios para desempeñar el cargo. Parece que era poco afecto a cuestiones burocráticas o a formulismos, lo que pudo coadyuvar a su posterior defenestramiento.

En el mensaje inaugural de su gobierno, Olmos delineó los objetivos centrales de su mandato, que iría cumpliendo puntualmente: continuó obras iniciadas por gobiernos anteriores, como las obras de los diques Río Tercero, Mal Paso y San Roque; el parque Juárez Celman, luego Elisa (actual Parque Las Heras); entre las obras nuevas inició el gran proyecto de derrumbe, nivelación y urbanizamiento de una parte de las barrancas que ahogaban la ciudad, que darían lugar al actual Parque Sarmiento y la Nueva Córdoba; se construyó la actual Plaza Colón; se inicia un ferrocarril desde Córdoba, que pasando por Río Cuarto llegaría hasta los límites con Santa Fe; se construye una cárcel penitenciaria y un teatro oficial (actual San Martín); un museo politécnico; un hipódromo (actual Jockey Club); se incentivó la colonización agrícola a través de una ley auspiciosa; se construyeron numerosas escuelas fiscales.

Bajo su gobierno también tuvo lugar la esencial reforma del año 1886 en el Banco Provincial de Córdoba, por la cual al aumentar su capital, logró sacar la entidad del círculo restringido de la ciudad para volcar el crédito en la agricultura y la ganadería de la provincia.

La cuestión que sería una de las causas de su caída fue la polémica supresión de impuestos y patentes que sustentara siguiendo su política de incentivos a la industria y la colonización agrícola. En 1886 suprime el pago del impuesto a la venta de mercaderías y a las bebidas alcohólicas y fermentadas, y en 1887 presenta a las cámaras provinciales su supresión de la contribución de ganados y el impuesto de frutos, que es rechazado por su propia fracción. La relación de fuerzas en la legislatura se había invertido, y Olmos a partir de ese momento sería avalado por la oposición, a la par que era repudiado por los que lo habían votado.

Un factor importante habrían sido los turbios manejos de su antagonista, Marcos N. Juárez, que había continuado en su cargo de Jefe de Policía, quien junto a su hermano presidente, habrían conspirado para defenestrar a Olmos, incluso por el solo hecho de ser hombre de Roca.

Por fin, en marzo de 1888, se le promueve juicio político por variados cargos: haberse negado a cumplir una ley que al autorizar al P.E. a contraer un empréstito, ordenaba que su producido fuera aplicado al pago de los fondos públicos; haber dejado sin cumplimiento las leyes de impuestos a ganados y frutos nacionales; haber contraído gastos para los que no estaba autorizado al contratar terrenos a precios elevados; haber autorizado sin contrato obras que implicaban un gran desembolso, como las obras de irrigación de los Altos; haber tratado de intimidar al Jefe Político del Dpto. Sobremonte; etc. etc.

El juicio político mantuvo visos de legalidad, por lo que la Cámara de Diputados nombró una comisión para sostener la acusación ante el Senado. Sin embargo, era un secreto a voces que muchos miembros de las mismas integraban a través del Club El Panal, una asociación secreta masónica creada y bajo las órdenes de los Juárez, que buscaba defenestrar al gobernador.

Entonces, el diario El Porvenir afirmaría:

El juicio político de que se trata no es otra cosa que una miserable confabulación contra la persona del Sr. Olmos, a quien se quiere separar del gobierno, no en el interés de la justicia ni por respeto a las instituciones, sino con fines rastreros de ambición y preponderancia personales... si su presencia al frente del gobierno de Córdoba incomodaba...es porque sin faltar a la lealtad de partidario ha creído que podía y debía administrar los fondos de la provincia a lo menos conservándose personalmente limpio y puro en el manejo de los dineros públicos, y también porque, cansado de humillaciones y vejámenes, ha querido hacer respetar su autoridad de primer magistrado por todos los empleados subalternos, sin excluir al mismo Subintendente de Policía que jactábase de tenerle prisionero en su despacho.

Como era lógico dado las circunstancias, y a pesar de los buenos oficios del Dr. Lucio V. López que lo defendió, el 13 de abril de 1888 Olmos fue encontrado culpable y exonerado del cargo de gobernador.

La señora Adelia María Harilaos de Olmos, marquesa pontificia

Un matrimonio póstumo

Posteriormente, Ambrosio Olmos se radicó en Buenos Aires, desde donde continuó administrando su enorme fortuna personal en comercios, estancias y ganados. Fundó el Banco Sudamericano, presidiéndolo durante varios años.

En París conoció a una joven de la aristocracia porteña, Adelia María Harilaos, con la que contraería matrimonio a pesar de llevarle más de veinte años de diferencia. El matrimonio duró pocos años, al fallecer Olmos por una dolencia al estómago en 1906. Le dejaba estancias con una extensión de más de 200.000 has.

Su joven esposa supo honrar su memoria, concretando por su gran devoción católica numerosas obras de caridad. Vale decir, que su única y gran preocupación después de enviudar fueron sus donaciones a la iglesia católica y los pobres, por lo que recibiría numerosas distinciones de la misma y entidades gubernamentales, incluyendo las de Condesa y Marquesa Pontificia. Falleció en Buenos Aires, en 1949.

Referencias

  1. Seguidores del presidente Miguel Juárez Celman.

Bibliografía

  • Agustín Rivero Astengo, Juárez Celman (1844-1909), Ed. Kraft Ltda., Bs. As., 1944.
  • Alfredo Terzaga, Clericalismo y liberalismo: dos caras de la medalla cordobesa, Todo es Historia, N° 75, Bs. Aires, julio de 1973.
  • Alfredo Vitulo, Reseña histórica de Río Cuarto, dos tomos, Córdoba, 1947
  • Carlos R. Melo, El enjuiciamiento político del gobernador en la provincia de Córdoba. El caso Olmos, UNC. Córdoba, 1941.
  • José Oscar Frigerio, Ambrosio Olmos (1840-1906). Su tiempo, su gobierno, su obra, Seminario de Investigación para Licenciatura, Director: Dr. Carlos Luque Colombres, Escuela de Historia, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, inédito, Córdoba, 1978.
  • José Oscar Frigerio, Una contribución a la historia cordobesa. El caso del gobernador Ambrosio Olmos, Historia, N° 57, Bs. As., marzo-mayo de 1995.
  • José Oscar Frigerio, Marcos N. Juárez, el hombre de la cadena, Todo es Historia, N° 189, Bs. As., febrero de 1983.
  • Jimena Saenz, 1934: La Olimpiada de la Eucaristía, Todo es Historia, N° 42, Buenos Aires, octubre de 1970.
  • Manuel López Cepeda, Marcos N. Juárez - Su vida y su tiempo, Universidad Nacional de Córdoba, 1962.
  • Roberto Ferrero, Córdoba en los tiempos del Martín Fierro, Todo es Historia, N° 89, Bs. As., octubre de 1974.
  • Noel H. Sbarra, Historia del alambrado en la Argentina, N° 198, Biblioteca Cultural, Colección Cuadernos, EUDEBA, Bs. As., 1973.
  • R. Saenz Hayes, Ramón J. Cárcano (en las Letras, el Gobierno y la Diplomacia) 1860-1946, Bs. As., 1960.

Enlaces externos

Hace 100 años moría el único Riocuartense que fue Gobernador


Predecesor:
Gregorio Gavier
Gobernador de Córdoba
1886-1888
Sucesor:
José Echenique