Diferencia entre revisiones de «Crisis existencial»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Phlsph7 (discusión · contribs.)
sección "Componentes" añadida; traducción de en:Existential crisis#Components
Phlsph7 (discusión · contribs.)
sección "Tipos" añadida; traducción de en:Existential crisis#Types
Línea 35: Línea 35:


Las crisis existenciales también pueden ir acompañadas de un comportamiento ritualista.<ref name="Butenaitė"/> En algunos casos, esto puede tener efectos positivos para ayudar al afectado en la transición hacia una nueva perspectiva de la vida. Pero también puede tomar la forma de un [[Compulsión|comportamiento compulsivo]] que actúa más como una distracción que como un paso hacia una solución.<ref name="Yalom"/> Otro aspecto conductual positivo se refiere a la tendencia a buscar [[terapia]]. Esta tendencia refleja la conciencia de los afectados de la gravedad del problema y su deseo de resolverlo.<ref name="Butenaitė"/>
Las crisis existenciales también pueden ir acompañadas de un comportamiento ritualista.<ref name="Butenaitė"/> En algunos casos, esto puede tener efectos positivos para ayudar al afectado en la transición hacia una nueva perspectiva de la vida. Pero también puede tomar la forma de un [[Compulsión|comportamiento compulsivo]] que actúa más como una distracción que como un paso hacia una solución.<ref name="Yalom"/> Otro aspecto conductual positivo se refiere a la tendencia a buscar [[terapia]]. Esta tendencia refleja la conciencia de los afectados de la gravedad del problema y su deseo de resolverlo.<ref name="Butenaitė"/>

== Tipos ==
A menudo se distinguen diferentes tipos de crisis existenciales en función del momento de la vida en que ocurren.<ref name="Andrews"/><ref name="Yalom"/> Este enfoque se basa en la idea de que, dependiendo de la etapa de la vida, los individuos se enfrentan a diferentes asuntos relacionados con sentido y propósito. Conducen a diferentes tipos de crisis si estos problemas no se resuelven adecuadamente.<ref name="Andrews"/><ref name="Yalom"/> Las etapas generalmente están vinculadas a grupos de edad aproximados, pero esta correspondencia no siempre es precisa, ya que diferentes personas del mismo grupo de edad pueden encontrarse en diferentes situaciones de la vida y en diferentes etapas de desarrollo.<ref name="Andrews"/> Ser consciente de estas diferencias es fundamental para evaluar adecuadamente el problema en el centro de una crisis específica y encontrar una respuesta correspondiente para resolverlo.

La crisis existencial más conocida es la [[crisis de la mediana edad]] y muchas investigaciones se dirigen específicamente a este tipo de crisis.<ref name="Yalom"/><ref name="Robinson2">{{cite journal |last1=Robinson |first1=Oliver C. |last2=Stell |first2=Alexander J. |title=Later-Life Crisis: Towards a Holistic Model |journal=Journal of Adult Development |date=2015-3-1 |volume=22 |issue=1 |pages=38–49 |doi=10.1007/s10804-014-9199-5 |s2cid=144353523 |url=https://link.springer.com/article/10.1007/s10804-014-9199-5 |language=en |issn=1573-3440}}</ref> Pero los investigadores también han descubierto otras crisis existenciales pertenecientes a diferentes tipos. No hay un acuerdo general sobre su número exacto y su periodización. Debido a esto, las categorizaciones de diferentes teóricos no siempre coinciden, pero tienen superposiciones significativas.<ref name="Andrews"/> Una categorización distingue entre la crisis de la adolescencia temprana, la crisis sophomore, la crisis adulta, la crisis de la mediana edad y la crisis de la tercera edad. Otro se centra solo en la crisis sophomore, la crisis adulta y la crisis de la tercera edad, pero las define en términos más amplios.<ref name="Andrews"/> La crisis sophomore y la crisis adulta a menudo se tratan juntas como formas de la [[crisis del cuarto de vida]].<ref name="Agarwal"/><ref name="Robinson"/><ref name="Hapke"/>

Existe un amplio acuerdo en que las crisis más tempranas tienden a ser más prospectivas y se caracterizan por la ansiedad y la confusión sobre el camino que se quiere seguir en la vida.<ref name="Andrews"/> Las crisis más tardías, por otro lado, son más retrospectivas, a menudo en forma de culpa y [[arrepentimiento]], mientras que también se ocupan del problema de la propia mortalidad.<ref name="Andrews"/><ref name="Yalom"/>

Estas diferentes crisis pueden afectarse entre sí de varias maneras. Por ejemplo, si una crisis anterior no se resolvió adecuadamente, las crisis posteriores pueden imponer dificultades adicionales a los afectados.<ref name="Andrews"/> Pero incluso si una crisis anterior se resolvió completamente, esto no garantiza que las crisis posteriores se resuelvan con éxito o se eviten por completo.

Otro enfoque distingue las crisis existenciales en función de su intensidad. Algunos teóricos usan los términos vacío existencial y neurosis existencial para referirse a diferentes grados de crisis existencial.<ref name="Yalom"/><ref name="Frankl2"/><ref name="Butenaitė"/><ref>{{cite journal |last1=Keshen |first1=Aaron |title=A New Look at Existential Psychotherapy |journal=American Journal of Psychotherapy |date=July 2006 |volume=60 |issue=3 |pages=285–298 |doi=10.1176/appi.psychotherapy.2006.60.3.285|pmid=17066759 }}</ref> Desde este punto de vista, un vacío existencial es un fenómeno bastante común caracterizado por la recurrencia frecuente de estados subjetivos como [[aburrimiento]], [[apatía]] y vacuidad.<ref name="APAExistentialVacuum"/><ref name="Frankl2"/> Algunas personas experimentan esto solo en su tiempo libre pero, por lo demás, no se preocupan por ello. El término "neurosis de domingo" se usa a menudo en este contexto.<ref name="Frankl2"/> Un vacío existencial se convierte en una neurosis existencial si va acompañado de síntomas neuróticos clínicos manifiestos, como la depresión o el [[alcoholismo]].

=== Adolescencia ===
La crisis de la adolescencia temprana implica la transición de la infancia a la edad adulta y se centra en el tema del desarrollo de la propia [[individualidad]] e [[Autonomía (filosofía y psicología)|independencia]].<ref name="Barbera">{{cite journal |last1=Barbera |first1=Joseph |title=The Id follows: It Follows (2014) and the existential crisis of adolescent sexuality |journal=The International Journal of Psychoanalysis |date=2019-3-4 |volume=100 |issue=2 |pages=393–404 |doi=10.1080/00207578.2019.1584015 |pmid=33952158 |s2cid=165004924 |url=https://doi.org/10.1080/00207578.2019.1584015 |issn=0020-7578}}</ref><ref name="Berman">{{cite journal |last1=Berman |first1=Steven L. |last2=Weems |first2=Carl F. |last3=Stickle |first3=Timothy R. |title=Existential Anxiety in Adolescents: Prevalence, Structure, Association with Psychological Symptoms and Identity Development |journal=Journal of Youth and Adolescence |date=June 2006 |volume=35 |issue=3 |pages=285–292 |doi=10.1007/s10964-006-9032-y|s2cid=143829505 }}</ref> Esto se refiere específicamente a la relación con la propia familia y, a menudo, resulta en pasar más tiempo con los compañeros.<ref name="McCarthy">{{cite news |last1=McCarthy |first1=Ellen |title=The loneliness of an interrupted adolescence |url=https://www.washingtonpost.com/lifestyle/style/teenagers-covid-pandemic-mental-health/2021/02/10/3389983a-39d6-11eb-9276-ae0ca72729be_story.html |newspaper=Washington Post |date=2021 |language=en}}</ref> Varios comportamientos rebeldes y antisociales que se observan a veces en esta etapa de desarrollo, como robar o invadir la propiedad privada, pueden interpretarse como intentos de lograr la independencia.<ref name="Erikson">{{cite book |last1=Erikson |first1=Erik H. |title=Identity: Youth and Crisis |date=1968 |publisher=W. W. Norton & Company |isbn=978-0-393-31144-0 |url=https://books.google.com/books?id=nGqc6JxV0aQC |language=en |chapter=Ill. The Life Cycle: Epigenesis of Identity}}</ref> También puede dar lugar a un nuevo tipo de [[conformidad]] en relación, por ejemplo, a cómo se viste o se comporta el adolescente. Esta conformidad tiende a ser no en relación con la propia familia o con las normas públicas, sino con el grupo de pares o con las celebridades adoradas.<ref name="Robinson"/><ref name="Erikson"/> Pero esto puede considerarse como un paso temporal para distanciarse de las normas previamente aceptadas, con pasos posteriores que enfatizan la propia independencia también del grupo de pares y de las influencias de las celebridades.<ref name="Erikson"/> Para resolver la crisis de la adolescencia temprana, es importante encontrar un sentido y propósito en la nueva identidad, ya que la independencia sin ello puede resultar en la sensación de estar perdido y puede conducir a la depresión.<ref name="Robinson"/>

=== Cuarto de vida, sophomore y adulto ===
El término "crisis del cuarto de vida" se usa a menudo para referirse a las crisis existenciales que ocurren en la edad adulta temprana, es decir, aproximadamente entre los 18 y los 30 años.<ref name="Agarwal">{{cite journal |last1=Agarwal |first1=Shantenu |last2=Guntuku |first2=Sharath Chandra |last3=Robinson |first3=Oliver C. |last4=Dunn |first4=Abigail |last5=Ungar |first5=Lyle H. |title=Examining the Phenomenon of Quarter-Life Crisis Through Artificial Intelligence and the Language of Twitter |journal=Frontiers in Psychology |date=2020 |volume=11 |page=341 |doi=10.3389/fpsyg.2020.00341 |pmid=32210878 |pmc=7068850 |issn=1664-1078 }}</ref><ref name="Robinson">{{cite book |last1=Robinson |first1=Oliver |title=Emerging Adulthood in a European Context |date=2015-12-7 |publisher=Psychology Press |isbn=978-1-317-61271-1 |url=https://books.google.com/books?id=rYs0CwAAQBAJ |language=en |chapter=2. Emerging adulthood, early adulthood, and quarter-life crisis}}</ref><ref name="Hapke">{{cite book |last1=Hapke |first1=Claire |title=How to Apply Emotionally Focused Couple Therapy to Couples Experiencing a Quarter-life Crisis |url=https://www.proquest.com/openview/3395e2a0107ca1fba98d2cf7118f58a3/1?pq-origsite=gscholar&cbl=18750 |language=en |chapter=Introduction}}</ref> Algunos autores distinguen entre dos crisis diferentes que pueden ocurrir en esta etapa de la vida: la ''crisis sophomore'' y la ''crisis adulta''. La crisis sophomore afecta principalmente a personas en sus últimos años de adolescencia o en sus primeros de la veintena.<ref name="Andrews"/> También se denomina "sophomore slump", específicamente cuando afecta a los estudiantes.<ref name="Lemons">{{cite journal |last1=Lemons |first1=L. Jay |last2=Richmond |first2=Douglas R. |title=A Developmental Perspective of Sophomore Slump |journal=NASPA Journal |date=1987-01-01 |volume=24 |issue=3 |pages=15–19 |doi=10.1080/00220973.1987.11072003 |url=https://doi.org/10.1080/00220973.1987.11072003 |issn=0027-6014}}</ref><ref name="Richmond">{{cite journal |last1=Richmond |first1=D. R. |last2=Lemons |first2=L. J. |title=Sophomore slump: An individual approach to recognition and response |journal=Journal of College Student Personnel |date=1985 |url=https://psycnet.apa.org/record/1985-32194-001 |language=en}}</ref> Es la primera vez que se formulan preguntas serias sobre el sentido de la vida y el papel de uno en el mundo. En esta etapa, estas preguntas tienen una relación práctica directa con el propio futuro.<ref name="Lemons"/> Se aplican a los caminos que uno quiere elegir en la vida, como en qué carrera enfocarse y cómo formar relaciones exitosas.<ref name="Andrews"/> En el centro de la crisis sophomore está la ansiedad sobre el propio futuro, es decir, cómo llevar la vida y cómo desarrollar y emplear mejor las propias [[habilidad]]es.<ref name="Andrews"/><ref name="Lemons"/><ref name="Richmond"/> Las crisis existenciales a menudo afectan específicamente a las personas de alto rendimiento que temen no alcanzar su máximo potencial al carecer de un plan seguro para el futuro. Para resolverlas, es necesario encontrar respuestas significativas a estas preguntas. Tales respuestas pueden resultar en compromisos prácticos y pueden informar las decisiones más tarde en la vida.<ref name="Andrews"/>

La crisis adulta suele comenzar a mediados o finales de la veintena.<ref name="Andrews"/><ref name="Robinson3">{{cite journal |last1=Robinson |first1=Oliver C. |last2=Wright |first2=Gordon R. T. |last3=Smith |first3=Jonathan A. |title=The Holistic Phase Model of Early Adult Crisis |journal=Journal of Adult Development |date=2013-3-1 |volume=20 |issue=1 |pages=27–37 |doi=10.1007/s10804-013-9153-y |s2cid=55323787 |url=https://link.springer.com/article/10.1007/s10804-013-9153-y |language=en |issn=1573-3440}}</ref> Los problemas que se enfrentan en ella se superponen en cierta medida con los de la crisis sophomore, pero tienden a ser cuestiones de identidad más complejas. Como tal, también giran en torno a la propia carrera y el camino de uno en la vida. Pero tienden a tomar en cuenta más detalles, como la elección de la religión, la perspectiva política o la [[sexualidad]].<ref name="Andrews"/> Resolver la crisis adulta significa tener una buena idea de quién es uno como persona y sentirse cómodo con esta idea. Suele asociarse con llegar a la edad adulta plena, haber completado la escuela, trabajar a tiempo completo, haber dejado el hogar y ser financieramente independiente. Ser incapaz de resolver la crisis adulta puede resultar en desorientación, falta de confianza en la propia identidad personal y depresión.<ref name="Yang"/>

=== Mediana edad ===
Entre los diferentes tipos de crisis existenciales, la crisis de la mediana edad es la más discutida. A menudo comienza alrededor de los 40 años y puede desencadenarse por la impresión de que el propio crecimiento personal está obstruido.<ref name="Edwards">{{cite book |last1=Edwards |first1=Christopher L. |last2=Byrd |first2=Goldie |title=International Encyclopedia of the Social Sciences |url=https://www.encyclopedia.com/medicine/psychology/psychology-and-psychiatry/midlife-crisis |chapter=Midlife Crisis}}</ref><ref name="Heckhausen">{{cite book |last1=Heckhausen |first1=Jutta |title=Encyclopedia of Aging |url=https://www.encyclopedia.com/medicine/psychology/psychology-and-psychiatry/midlife-crisis |chapter=Midlife Crisis}}</ref><ref name="Golse">{{cite book |last1=Golse |first1=Bernard |title=International Dictionary of Psychoanalysis |url=https://www.encyclopedia.com/medicine/psychology/psychology-and-psychiatry/midlife-crisis |chapter=Midlife Crisis}}</ref> Esto puede combinarse con la sensación de que hay una distancia significativa entre los logros y las aspiraciones propios. En contraste con las crisis existenciales anteriores, también implica un componente retrospectivo: se cuestionan las elecciones anteriores en la vida y se evalúa su significado para los logros de uno.<ref name="Heckhausen"/><ref name="Golse"/><ref name="Mendez"/> Esto puede dar lugar a arrepentimientos e insatisfacción con las propias elecciones en varios campos, como la carrera, la pareja, los hijos, el estatus social o las oportunidades perdidas. La tendencia a mirar hacia atrás a menudo está relacionada con la impresión de que uno ha pasado el período pico de su vida.<ref name="Edwards"/><ref name="Heckhausen"/>

A veces se distinguen cinco etapas intermedias: acomodación, separación, liminalidad, reintegración e individuación.<ref name="Edwards"/><ref name="Mendez">{{cite book |last1=Mendez |first1=Nancy |title=Encyclopedia of Aging and Public Health |date=2008 |publisher=Springer US |isbn=978-0-387-33754-8 |pages=565–566 |url=https://link.springer.com/referenceworkentry/10.1007%2F978-0-387-33754-8_300 |language=en |chapter=Midlife Crisis|doi=10.1007/978-0-387-33754-8_300 }}</ref> En estas etapas, el individuo primero se adapta a las demandas externas cambiadas, luego aborda la distancia entre sus motivos innatos y su personalidad externa, a continuación rechaza su personalidad previamente adaptativa, más tarde adopta su nueva personalidad y, por último, toma conciencia de las consecuencias externas asociadas a estos cambios.<ref name="Edwards"/><ref name="Mendez"/>

Las crisis de la mediana edad puede desencadenarse por eventos específicos como la pérdida de un trabajo, el desempleo forzoso, las relaciones extramatrimoniales, la separación, la muerte de una persona querida o los problemas de salud.<ref name="Yang"/> A este respecto, la crisis de la mediana edad puede entenderse como un período de transición o reevaluación en el que el individuo trata de adaptarse a su nueva situación en la vida, tanto en respuesta al evento desencadenante particular como a los cambios más generales que vienen con la edad.<ref name="Edwards"/>

Varios síntomas están asociados con las crisis de la mediana edad, como el estrés, el aburrimiento, las dudas sobre sí mismo, la compulsividad, los cambios en la libido y las preferencias sexuales, la [[rumiación]] y la inseguridad.<ref name="Edwards"/><ref name="Golse"/><ref name="Mendez"/> En el discurso público, la crisis de la mediana edad se asocia principalmente a los hombres, a menudo en relación directa con su carrera. Pero también afecta a las mujeres. Un factor adicional es el tiempo limitado que les queda en su período reproductivo o el inicio de la menopausia.<ref name="Edwards"/><ref name="Heckhausen"/><ref name="Golse"/> Entre el 8 y el 25 por ciento de los estadounidenses mayores de treinta y cinco años han experimentado una crisis de la mediana edad.<ref name="Edwards"/>

Tanto la gravedad como la duración de la crisis de la mediana edad a menudo son afectadas por si y en qué medida las crisis anteriores fueron resueltas.<ref name="Andrews"/> Las personas que consiguieron resolver bien las crisis anteriores tienden a sentirse más satisfechas con sus elecciones de vida, lo que también se refleja en cómo perciben su significado cuando miran hacia atrás. Pero esto no garantiza que las elecciones todavía parezcan significativos desde la perspectiva actual de uno.

=== Tercera edad ===
La crisis de la tercera edad a menudo ocurre en la segunda mitad de los 60. Puede desencadenarse por eventos como la jubilación, la muerte de un ser querido, una enfermedad grave o la muerte inminente.<ref name="Andrews"/><ref name="Robinson2"/> En su núcleo hay una reflexión retrospectiva sobre cómo uno llevó su vida y las decisiones que tomó. Esta reflexión generalmente está motivada por el deseo de haber vivido una vida valiosa y significativa, junto con la incertidumbre de si se ha conseguido.<ref name="Yalom"/><ref name="Robinson2"/> Una contemplación de los errores cometidos en el pasado también puede estar motivada por el deseo de encontrar una manera de compensarlos mientras uno todavía puede.<ref name="Andrews"/> También puede expresarse en una forma más teórica como un intento de evaluar si la vida de uno tuvo un impacto positivo en el entorno más inmediato de uno o en el mundo en general. Esto a menudo se asocia con el deseo de dejar un legado positivo e influyente.<ref name="Andrews"/>

Debido a su naturaleza retrospectiva, puede haber menos que uno pueda hacer para realmente resolver la crisis. Esto es especialmente cierto para las personas que llegan a una evaluación negativa de su vida. Un factor de impedimento adicional, en contraste con las crisis anteriores, es que las personas a menudo no pueden encontrar la energía y la juventud necesarias para realizar cambios significativos en sus vidas.<ref name="Robinson2"/> Algunos sugieren que desarrollar una aceptación de la realidad de la muerte puede ayudar en el proceso. Otras sugerencias se centran menos en resolver la crisis por completo y más en evitar o minimizar su impacto negativo. Las recomendaciones para este fin incluyen cuidar el propio bienestar físico, económico y emocional, así como desarrollar y mantener una red social de apoyo. La mejor manera de evitar la crisis tanto como sea posible puede ser asegurarse de que se resuelvan las crisis anteriores en la vida.<ref name="Andrews"/>


== Etapas ==
== Etapas ==

Revisión del 16:22 28 mar 2022

Un hombre parado solo en la orilla del mar contemplando el significado en su vida y el universo a su alrededor.

La crisis existencial es un concepto que deriva del existencialismo. Es un período en la vida de una persona caracterizado por profundos cuestionamientos acerca de las razones que motivan y rigen los actos, decisiones y creencias que constituyen su existencia.

Definición

En psicología y psicoterapia, el término "crisis existencial" se refiere a una forma de conflicto interno. Se caracteriza por la impresión de que la vida carece de sentido y va acompañada de diversas experiencias negativas, como estrés, ansiedad, desesperación y depresión.[1][2][3][4][5][6][7]​ Esto sucede a menudo hasta tal grado que perturba el funcionamiento normal de la vida cotidiana.[5]​ La naturaleza interna de este conflicto diferencia las crisis existenciales de otros tipos de crisis que se deben principalmente a circunstancias externas, como las crisis sociales o financieras. Las circunstancias externas aún pueden desempeñar un papel en desencadenar o exacerbar una crisis existencial, pero el conflicto central ocurre en un nivel interno.[3]​ El enfoque más común para resolver una crisis existencial consiste en abordar este conflicto interno y encontrar nuevas fuentes de sentido en la vida.[4][5][8]

El tema central responsable del conflicto interno es la impresión de que el deseo del individuo de llevar una vida significativa se ve frustrado por una aparente falta de sentido. A este respecto, las crisis existenciales son crisis de sentido. Esto suele entenderse a través de la lente del movimiento filosófico conocido como existencialismo.[3]​ Un aspecto importante de muchas formas de existencialismo es que el individuo busca vivir de una manera significativa, pero se encuentra en un mundo indiferente y sin sentido.[9][10][11][3]​ El término exacto "crisis existencial" no se encuentra comúnmente en la literatura existencialista tradicional en filosofía. Pero se discuten varios términos técnicos estrechamente relacionados, como angustia existencial, vacío existencial, desesperación existencial, neurosis existencial, enfermedad existencial, ansiedad y alienación.[9][10][11][3][4][12][13][14]

Diferentes autores centran sus definiciones de crisis existenciales en diferentes aspectos. Algunos sostienen que las crisis existenciales son, en su esencia, crisis de identidad. Desde este punto de vista, surgen de una confusión sobre la pregunta "¿Quién soy yo?" y su objetivo es lograr alguna forma de claridad sobre uno mismo y su posición en el mundo.[2][3][5]​ Como crisis de identidad, implican un autoanálisis intensivo, a menudo en forma de explorar diferentes maneras de mirarse a sí mismo.[2][3][5]​ Constituyen una confrontación personal con ciertos aspectos clave de la condición humana, como la existencia, la muerte, la libertad y la responsabilidad. A este respecto, la persona cuestiona los fundamentos mismos de su vida.[3][5]​ Otros enfatizan la confrontación con las limitaciones humanas, como la muerte y la falta de control.[4][5]​ Algunos subrayan la naturaleza espiritual de las crisis existenciales al señalar cómo las personas externamente exitosas aún pueden verse gravemente afectadas por ellas si carecen del desarrollo espiritual correspondiente.[4]

El término "crisis existencial" se usa más comúnmente en el contexto de la psicología y la psicoterapia.[3][1][5]​ Pero también puede emplearse en un sentido más literal como una crisis de existencia para expresar que la existencia de algo está amenazada. A este respecto, un país, una empresa o una institución social se enfrenta a una crisis existencial si las tensiones políticas, la alta deuda o los cambios sociales pueden tener como consecuencia que la entidad correspondiente deje de existir.[15][16][17]

Componentes

Las crisis existenciales suelen considerarse fenómenos complejos que pueden entenderse como constituidos por varios componentes. Algunos enfoques distinguen tres tipos de componentes pertenecientes a los campos de la emoción, la cognición y el comportamiento.[3]​ Los aspectos emocionales corresponden a lo que se siente al tener una crisis existencial. Por lo general, se asocia con el dolor emocional, la desesperación, la impotencia, la culpa, la ansiedad y la soledad.[3][5][6][18]​ En el lado cognitivo, los afectados suelen enfrentarse a la pérdida de sentido y propósito junto con la realización del propio fin.[5][4][3]​ En el aspecto conductual, las crisis existenciales pueden expresarse en adicciones y comportamientos antisociales, a veces acompañados de conductas ritualistas, pérdida de relaciones y degradación de la salud.[3][4]​ Aunque las manifestaciones de estos tres componentes generalmente pueden identificarse en todos los casos de crisis existenciales, a menudo hay diferencias significativas en la forma en que se manifiestan. No obstante, se ha sugerido que estos componentes pueden utilizarse para dar una definición más unificada de las crisis existenciales.[3]

Emocional

En el nivel emocional, las crisis existenciales se asocian a experiencias desagradables, como el miedo, la ansiedad, el pánico y la desesperación.[5][6][18]​ Pueden clasificarse como una forma de dolor emocional por el cual las personas pierden la confianza y la esperanza.[3]​ Este dolor suele manifestarse en forma de desesperación e impotencia.[5][13]​ La desesperación puede ser causada por la incapacidad de encontrar sentido en la vida, lo que se asocia tanto con la falta de motivación como con la ausencia de alegría interna.[4]​ La impresión de impotencia surge de la incapacidad de encontrar una respuesta práctica para afrontar la crisis y la desesperación asociada.[3][5]​ Esta impotencia se refiere específicamente a una forma de vulnerabilidad emocional:[3]​ el individuo no solo está sujeto a una amplia gama de emociones negativas, sino que estas emociones a menudo parecen estar fuera del control de la persona. Este sentimiento de vulnerabilidad y falta de control puede por sí mismo producir más impresiones negativas y puede llevar a una forma de pánico o a un estado de duelo profundo.[3][19]

Pero, por otro lado, a menudo también hay una impresión en los afectados de que son, en cierto sentido, responsables de su situación.[3][6]​ Este es el caso, por ejemplo, si la pérdida de sentido está asociada a malas elecciones en el pasado por las cuales el individuo se siente culpable. Pero también puede tomar la forma de un tipo de mala conciencia más abstracta como la culpa existencial.[3][6]​ En este caso, el agente tiene un vago sentimiento de culpa libremente flotante, es decir, no está vinculado a ninguna mala acción específica por parte del agente.[20][6]​ Especialmente en las crisis existenciales de las últimas etapas de la vida, esta culpa suele ir acompañada de un miedo a la muerte.[3]​ Pero al igual que en el caso de la culpa, este miedo también puede tomar una forma más abstracta, como una ansiedad inespecífica asociada a un sentimiento de deficiencia y falta de sentido.[3][6]

Como crisis de identidad, las crisis existenciales a menudo conducen a un sentido perturbado de la integridad personal.[3][2][5]​ Esto puede ser provocado por la aparente falta de sentido de la propia vida junto con una falta general de motivación. El centro del sentido de integridad personal son las relaciones cercanas con uno mismo, con los demás y con el mundo.[3]​ La ausencia de sentido suele tener un impacto negativo en estas relaciones. Como falta de un propósito claro, amenaza la integridad personal y puede conducir a la inseguridad, la alienación y el autoabandono.[3][5]​ El impacto negativo en las relaciones con los demás suele experimentarse como una forma de soledad.[3][21]

Dependiendo de la persona y de la crisis que está sufriendo, algunos de estos aspectos emocionales pueden ser más o menos pronunciados.[3]​ Si bien todos se experimentan como desagradables, a menudo también conllevan varios potenciales positivos que pueden empujar a la persona en la dirección de un desarrollo personal positivo.[4][22]​ A través de la experiencia de la soledad, por ejemplo, la persona puede llegar a una mejor comprensión de la sustancia y importancia de las relaciones.[3]

Cognitivo

El principal aspecto cognitivo de las crisis existenciales es la pérdida de sentido y propósito.[1][2][3][4][5]​ En este contexto, el término "falta de sentido" se refiere a la impresión general de que no hay un sentido, una dirección o un propósito superior en nuestras acciones o en el mundo en general.[23]​ Se asocia a la pregunta de por qué uno está haciendo lo que está haciendo y por qué debe continuar. Es un tema central en la psicoterapia existencialista, que tiene como uno de sus principales objetivos ayudar al paciente a encontrar una respuesta adecuada a este falta de sentido.[24][3]​ En la logoterapia de Viktor Frankl, por ejemplo, se usa el término vacío existencial para describir este estado mental.[25][4]​ Muchas formas de psicoterapia existencialista pretenden resolver las crisis existenciales ayudando al paciente a redescubrir el sentido de su vida.[3][5][4]​ La pérdida de valores personales está estrechamente relacionada con la falta de sentido. Esto significa que las cosas que antes parecían valiosas para el individuo, como la relación con una persona específica o el éxito en su carrera, ahora pueden parecerle insignificantes o inútiles. Si la crisis se resuelve, puede conducir al descubrimiento de nuevos valores.[3][6]

Otro aspecto del componente cognitivo de muchas crisis existenciales se refiere a la actitud hacia el fin personal, es decir, la comprensión de que uno morirá algún día.[3][5][2]​ Aunque no se trata de una información nueva desde una perspectiva abstracta, adquiere un carácter más personal y concreto cuando uno se ve confrontado con este hecho como una realidad concreta que se debe enfrentar.[26][27]​ Este aspecto es de especial relevancia para las crisis existenciales que ocurren más tarde en la vida o cuando la crisis fue desencadenada por la pérdida de una persona querida o por la aparición de una enfermedad terminal.[3][2]​ Para muchos, el tema de su propia muerte está asociado con la ansiedad.[5]​ Pero también se ha argumentado que la contemplación de la propia muerte puede actuar como clave para resolver una crisis existencial. La razón de esto es que la comprensión de que el tiempo de uno es limitado puede actuar como una fuente de sentido al hacer que el tiempo restante sea más valioso y al facilitar el discernimiento de los asuntos más grandes que importan en contraste con los asuntos cotidianos más pequeños que pueden actuar como distracciones.[28][26][3]​ Los factores importantes para afrontar la muerte inminente incluyen la perspectiva religiosa, la autoestima y la integración social, así como las perspectivas de futuro.[3][5]

Conductual

Las crisis existenciales pueden tener varios efectos en el comportamiento del individuo. A menudo llevan a la persona a aislarse y a participar menos en las interacciones sociales.[3][5][21]​ Por ejemplo, la comunicación con los compañeros de casa puede limitarse a respuestas muy breves, como un simple "sí" o "no", para evitar un intercambio más extenso, o el individuo reduce varias formas de contacto que no son estrictamente necesarias.[3]​ Esto puede resultar en un deterioro y la pérdida de las relaciones personales a largo plazo.[5]​ En algunos casos, las crisis existenciales también pueden expresarse en un comportamiento abiertamente antisocial, como la hostilidad o la agresión. Estos impulsos negativos también pueden dirigirse a la propia persona, llevándola a autolesionarse y, en el peor de los casos, al suicidio.[3][2][29][30]

El comportamiento adictivo también se observa en personas que atraviesan una crisis existencial.[3][31]​ Algunos recurren a las drogas para disminuir el impacto de las experiencias negativas, mientras que otros esperan aprender, a través de las experiencias no ordinarias con las drogas, a hacer frente a la crisis existencial. Aunque este tipo de comportamiento puede conseguir aliviar a corto plazo los efectos de la crisis existencial, se ha argumentado que generalmente es desadaptativo y fracasa a largo plazo.[31]​ De esta manera, las crisis pueden incluso exacerbarse aún más.[3]​ Para los afectados, a menudo es difícil distinguir la necesidad de placer y poder de la necesidad de sentido, lo que les lleva por un camino equivocado en sus esfuerzos por resolver la crisis.[3][31]​ Las adicciones en sí mismas o el estrés asociado con las crisis existenciales pueden provocar varios problemas de salud, que van desde la hipertensión arterial hasta el daño orgánico a largo plazo y el aumento de la probabilidad de cáncer.[3][31][32]

Las crisis existenciales también pueden ir acompañadas de un comportamiento ritualista.[3]​ En algunos casos, esto puede tener efectos positivos para ayudar al afectado en la transición hacia una nueva perspectiva de la vida. Pero también puede tomar la forma de un comportamiento compulsivo que actúa más como una distracción que como un paso hacia una solución.[4]​ Otro aspecto conductual positivo se refiere a la tendencia a buscar terapia. Esta tendencia refleja la conciencia de los afectados de la gravedad del problema y su deseo de resolverlo.[3]

Tipos

A menudo se distinguen diferentes tipos de crisis existenciales en función del momento de la vida en que ocurren.[2][4]​ Este enfoque se basa en la idea de que, dependiendo de la etapa de la vida, los individuos se enfrentan a diferentes asuntos relacionados con sentido y propósito. Conducen a diferentes tipos de crisis si estos problemas no se resuelven adecuadamente.[2][4]​ Las etapas generalmente están vinculadas a grupos de edad aproximados, pero esta correspondencia no siempre es precisa, ya que diferentes personas del mismo grupo de edad pueden encontrarse en diferentes situaciones de la vida y en diferentes etapas de desarrollo.[2]​ Ser consciente de estas diferencias es fundamental para evaluar adecuadamente el problema en el centro de una crisis específica y encontrar una respuesta correspondiente para resolverlo.

La crisis existencial más conocida es la crisis de la mediana edad y muchas investigaciones se dirigen específicamente a este tipo de crisis.[4][33]​ Pero los investigadores también han descubierto otras crisis existenciales pertenecientes a diferentes tipos. No hay un acuerdo general sobre su número exacto y su periodización. Debido a esto, las categorizaciones de diferentes teóricos no siempre coinciden, pero tienen superposiciones significativas.[2]​ Una categorización distingue entre la crisis de la adolescencia temprana, la crisis sophomore, la crisis adulta, la crisis de la mediana edad y la crisis de la tercera edad. Otro se centra solo en la crisis sophomore, la crisis adulta y la crisis de la tercera edad, pero las define en términos más amplios.[2]​ La crisis sophomore y la crisis adulta a menudo se tratan juntas como formas de la crisis del cuarto de vida.[34][35][36]

Existe un amplio acuerdo en que las crisis más tempranas tienden a ser más prospectivas y se caracterizan por la ansiedad y la confusión sobre el camino que se quiere seguir en la vida.[2]​ Las crisis más tardías, por otro lado, son más retrospectivas, a menudo en forma de culpa y arrepentimiento, mientras que también se ocupan del problema de la propia mortalidad.[2][4]

Estas diferentes crisis pueden afectarse entre sí de varias maneras. Por ejemplo, si una crisis anterior no se resolvió adecuadamente, las crisis posteriores pueden imponer dificultades adicionales a los afectados.[2]​ Pero incluso si una crisis anterior se resolvió completamente, esto no garantiza que las crisis posteriores se resuelvan con éxito o se eviten por completo.

Otro enfoque distingue las crisis existenciales en función de su intensidad. Algunos teóricos usan los términos vacío existencial y neurosis existencial para referirse a diferentes grados de crisis existencial.[4][25][3][37]​ Desde este punto de vista, un vacío existencial es un fenómeno bastante común caracterizado por la recurrencia frecuente de estados subjetivos como aburrimiento, apatía y vacuidad.[14][25]​ Algunas personas experimentan esto solo en su tiempo libre pero, por lo demás, no se preocupan por ello. El término "neurosis de domingo" se usa a menudo en este contexto.[25]​ Un vacío existencial se convierte en una neurosis existencial si va acompañado de síntomas neuróticos clínicos manifiestos, como la depresión o el alcoholismo.

Adolescencia

La crisis de la adolescencia temprana implica la transición de la infancia a la edad adulta y se centra en el tema del desarrollo de la propia individualidad e independencia.[38][39]​ Esto se refiere específicamente a la relación con la propia familia y, a menudo, resulta en pasar más tiempo con los compañeros.[40]​ Varios comportamientos rebeldes y antisociales que se observan a veces en esta etapa de desarrollo, como robar o invadir la propiedad privada, pueden interpretarse como intentos de lograr la independencia.[41]​ También puede dar lugar a un nuevo tipo de conformidad en relación, por ejemplo, a cómo se viste o se comporta el adolescente. Esta conformidad tiende a ser no en relación con la propia familia o con las normas públicas, sino con el grupo de pares o con las celebridades adoradas.[35][41]​ Pero esto puede considerarse como un paso temporal para distanciarse de las normas previamente aceptadas, con pasos posteriores que enfatizan la propia independencia también del grupo de pares y de las influencias de las celebridades.[41]​ Para resolver la crisis de la adolescencia temprana, es importante encontrar un sentido y propósito en la nueva identidad, ya que la independencia sin ello puede resultar en la sensación de estar perdido y puede conducir a la depresión.[35]

Cuarto de vida, sophomore y adulto

El término "crisis del cuarto de vida" se usa a menudo para referirse a las crisis existenciales que ocurren en la edad adulta temprana, es decir, aproximadamente entre los 18 y los 30 años.[34][35][36]​ Algunos autores distinguen entre dos crisis diferentes que pueden ocurrir en esta etapa de la vida: la crisis sophomore y la crisis adulta. La crisis sophomore afecta principalmente a personas en sus últimos años de adolescencia o en sus primeros de la veintena.[2]​ También se denomina "sophomore slump", específicamente cuando afecta a los estudiantes.[42][43]​ Es la primera vez que se formulan preguntas serias sobre el sentido de la vida y el papel de uno en el mundo. En esta etapa, estas preguntas tienen una relación práctica directa con el propio futuro.[42]​ Se aplican a los caminos que uno quiere elegir en la vida, como en qué carrera enfocarse y cómo formar relaciones exitosas.[2]​ En el centro de la crisis sophomore está la ansiedad sobre el propio futuro, es decir, cómo llevar la vida y cómo desarrollar y emplear mejor las propias habilidades.[2][42][43]​ Las crisis existenciales a menudo afectan específicamente a las personas de alto rendimiento que temen no alcanzar su máximo potencial al carecer de un plan seguro para el futuro. Para resolverlas, es necesario encontrar respuestas significativas a estas preguntas. Tales respuestas pueden resultar en compromisos prácticos y pueden informar las decisiones más tarde en la vida.[2]

La crisis adulta suele comenzar a mediados o finales de la veintena.[2][44]​ Los problemas que se enfrentan en ella se superponen en cierta medida con los de la crisis sophomore, pero tienden a ser cuestiones de identidad más complejas. Como tal, también giran en torno a la propia carrera y el camino de uno en la vida. Pero tienden a tomar en cuenta más detalles, como la elección de la religión, la perspectiva política o la sexualidad.[2]​ Resolver la crisis adulta significa tener una buena idea de quién es uno como persona y sentirse cómodo con esta idea. Suele asociarse con llegar a la edad adulta plena, haber completado la escuela, trabajar a tiempo completo, haber dejado el hogar y ser financieramente independiente. Ser incapaz de resolver la crisis adulta puede resultar en desorientación, falta de confianza en la propia identidad personal y depresión.[5]

Mediana edad

Entre los diferentes tipos de crisis existenciales, la crisis de la mediana edad es la más discutida. A menudo comienza alrededor de los 40 años y puede desencadenarse por la impresión de que el propio crecimiento personal está obstruido.[45][46][47]​ Esto puede combinarse con la sensación de que hay una distancia significativa entre los logros y las aspiraciones propios. En contraste con las crisis existenciales anteriores, también implica un componente retrospectivo: se cuestionan las elecciones anteriores en la vida y se evalúa su significado para los logros de uno.[46][47][48]​ Esto puede dar lugar a arrepentimientos e insatisfacción con las propias elecciones en varios campos, como la carrera, la pareja, los hijos, el estatus social o las oportunidades perdidas. La tendencia a mirar hacia atrás a menudo está relacionada con la impresión de que uno ha pasado el período pico de su vida.[45][46]

A veces se distinguen cinco etapas intermedias: acomodación, separación, liminalidad, reintegración e individuación.[45][48]​ En estas etapas, el individuo primero se adapta a las demandas externas cambiadas, luego aborda la distancia entre sus motivos innatos y su personalidad externa, a continuación rechaza su personalidad previamente adaptativa, más tarde adopta su nueva personalidad y, por último, toma conciencia de las consecuencias externas asociadas a estos cambios.[45][48]

Las crisis de la mediana edad puede desencadenarse por eventos específicos como la pérdida de un trabajo, el desempleo forzoso, las relaciones extramatrimoniales, la separación, la muerte de una persona querida o los problemas de salud.[5]​ A este respecto, la crisis de la mediana edad puede entenderse como un período de transición o reevaluación en el que el individuo trata de adaptarse a su nueva situación en la vida, tanto en respuesta al evento desencadenante particular como a los cambios más generales que vienen con la edad.[45]

Varios síntomas están asociados con las crisis de la mediana edad, como el estrés, el aburrimiento, las dudas sobre sí mismo, la compulsividad, los cambios en la libido y las preferencias sexuales, la rumiación y la inseguridad.[45][47][48]​ En el discurso público, la crisis de la mediana edad se asocia principalmente a los hombres, a menudo en relación directa con su carrera. Pero también afecta a las mujeres. Un factor adicional es el tiempo limitado que les queda en su período reproductivo o el inicio de la menopausia.[45][46][47]​ Entre el 8 y el 25 por ciento de los estadounidenses mayores de treinta y cinco años han experimentado una crisis de la mediana edad.[45]

Tanto la gravedad como la duración de la crisis de la mediana edad a menudo son afectadas por si y en qué medida las crisis anteriores fueron resueltas.[2]​ Las personas que consiguieron resolver bien las crisis anteriores tienden a sentirse más satisfechas con sus elecciones de vida, lo que también se refleja en cómo perciben su significado cuando miran hacia atrás. Pero esto no garantiza que las elecciones todavía parezcan significativos desde la perspectiva actual de uno.

Tercera edad

La crisis de la tercera edad a menudo ocurre en la segunda mitad de los 60. Puede desencadenarse por eventos como la jubilación, la muerte de un ser querido, una enfermedad grave o la muerte inminente.[2][33]​ En su núcleo hay una reflexión retrospectiva sobre cómo uno llevó su vida y las decisiones que tomó. Esta reflexión generalmente está motivada por el deseo de haber vivido una vida valiosa y significativa, junto con la incertidumbre de si se ha conseguido.[4][33]​ Una contemplación de los errores cometidos en el pasado también puede estar motivada por el deseo de encontrar una manera de compensarlos mientras uno todavía puede.[2]​ También puede expresarse en una forma más teórica como un intento de evaluar si la vida de uno tuvo un impacto positivo en el entorno más inmediato de uno o en el mundo en general. Esto a menudo se asocia con el deseo de dejar un legado positivo e influyente.[2]

Debido a su naturaleza retrospectiva, puede haber menos que uno pueda hacer para realmente resolver la crisis. Esto es especialmente cierto para las personas que llegan a una evaluación negativa de su vida. Un factor de impedimento adicional, en contraste con las crisis anteriores, es que las personas a menudo no pueden encontrar la energía y la juventud necesarias para realizar cambios significativos en sus vidas.[33]​ Algunos sugieren que desarrollar una aceptación de la realidad de la muerte puede ayudar en el proceso. Otras sugerencias se centran menos en resolver la crisis por completo y más en evitar o minimizar su impacto negativo. Las recomendaciones para este fin incluyen cuidar el propio bienestar físico, económico y emocional, así como desarrollar y mantener una red social de apoyo. La mejor manera de evitar la crisis tanto como sea posible puede ser asegurarse de que se resuelvan las crisis anteriores en la vida.[2]

Etapas

Como toda crisis, esta se halla dividida en etapas:

  1. La búsqueda de una respuesta: la existencia de la pregunta obliga a buscar una respuesta. Pero, a menudo, lo que como respuesta se encuentra no satisface porque falla en delinear los límites de nuestra personalidad y la naturaleza del impacto que produce esa confusión. Las respuestas no tienen una resolución que consuele al sujeto sino que agrava su angustia.
  2. El encuentro de la respuesta, el proyecto vital: la respuesta no es un determinado sistema filosófico o religioso, sino un proyecto vital fundado en dicho sistema. Esto es así porque la pregunta no es meramente intelectual, sino vital: no apunta tanto a edificar una perspectiva ideológica, sino, más bien a trazar una trayectoria de vida equilibrada, para reducir la tristeza y la angustia que hostiga al sujeto. Es ahí donde entran las consideraciones de la terapia formal.
  3. La crisis tiene intensidades diferentes para cada persona: no todos padecen la crisis existencial con la misma intensidad. En algunos, la crisis es muy breve y está circunscrita, pero para la mayoría es prolongada y se percibe como una condena interminable.
  4. No todos padecen crisis existenciales: tal como lo hemos descrito aquí, no todas las personas padecen una crisis existencial, aunque muchas las simulan para manipular al resto, y en otros se diagnostican erróneamente.
  5. La crisis no tiene una edad fija de aparición: aparece en cualquier etapa de la vida, coincidiendo, a menudo, con la decisión de efectuar cambios de naturaleza decisiva en el modo de vida. Como es cuando se abandonan las drogas o se termina una relación destructiva.
  6. Por lo general hay una crisis única en la vida: aunque, por su intensidad y naturaleza, repetirá, si quienes la sufren no logran adaptarse a la misma.

Bibliografía

  • UNAMUNO, Miguel de (1985). Del Sentimiento Trágico de la Vida. Barcelona: Planeta DeAgostinni

Véase también

  1. a b c «APA Dictionary of Psychology: existential crisis». dictionary.apa.org (en inglés). 
  2. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z Andrews, Mary (April 2016). «The existential crisis». Behavioral Development Bulletin 21 (1): 104-109. doi:10.1037/bdb0000014. 
  3. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab ac ad ae af ag ah ai aj ak al am an ao ap aq ar Butenaitė, Joana; Sondaitė, Jolanta; Mockus, Antanas (2016). «Components of existential crises: a theoretical analysis». International Journal of Psychology: A Biopsychosocial Approach 18: 9-27. doi:10.7220/2345-024X.18.1. 
  4. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Yalom
  5. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w Yang, William; Staps, Ton; Hijmans, Ellen (2010). «Existential crisis and the awareness of dying: the role of meaning and spirituality». Omega 61 (1): 53-69. ISSN 0030-2228. PMID 20533648. S2CID 22290227. doi:10.2190/OM.61.1.c. 
  6. a b c d e f g h Bugental, J. F. (1965). «The existential crisis in intensive psychotherapy.». Psychotherapy: Theory, Research & Practice (en inglés) 2 (1): 16-20. ISSN 0033-3204. doi:10.1037/h0088602. 
  7. James, Richard K. (27 de julio de 2007), Crisis intervention strategies, p. 13, ISBN 9780495100263 .
  8. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Davis
  9. a b Crowell, Steven (2020). «Existentialism». The Stanford Encyclopedia of Philosophy. Metaphysics Research Lab, Stanford University. Consultado el 14 de enero de 2022. 
  10. a b Abbagnano, Nicola. «Existentialism». www.britannica.com (en inglés). Consultado el 14 de enero de 2022. 
  11. a b Burnham, Douglas. «Existentialism». Internet Encyclopedia of Philosophy. Consultado el 14 de enero de 2022. 
  12. «APA Dictionary of Psychology: existential dread». dictionary.apa.org (en inglés). 
  13. a b «APA Dictionary of Psychology: existential neurosis». dictionary.apa.org (en inglés). 
  14. a b «APA Dictionary of Psychology: existential vacuum». dictionary.apa.org (en inglés). 
  15. Menéndez, Agustín José (May 2013). «The Existential Crisis of the European Union». German Law Journal (en inglés) 14 (5): 453-526. ISSN 2071-8322. S2CID 151269404. doi:10.1017/S2071832200001917. 
  16. Carapico, S (2011). «No Exit: Yemen's Existential Crisis». Middle East Report Online. 
  17. Caplan, L (2012). «An existential crisis for law schools». New York Times. 
  18. a b Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Simpson
  19. Rehberger, Rainer (2014). «Viewing Camus’s The Stranger from the perspective of W. R. D. Fairbairn’s object relations». Fairbairn and the Object Relations Tradition. Routledge. pp. 461-470. ISBN 978-0-429-47453-8. doi:10.4324/9780429474538-40. 
  20. Hoffman, Louis (2018). «Existential Guilt». Encyclopedia of Psychology and Religion (en inglés). Springer. pp. 1-3. ISBN 978-3-642-27771-9. S2CID 240185211. doi:10.1007/978-3-642-27771-9_200194-1. 
  21. a b Ettema, Eric J.; Derksen, Louise D.; van Leeuwen, Evert (2010). «Existential loneliness and end-of-life care: A systematic review». Theoretical Medicine and Bioethics 31 (2): 141-169. ISSN 1386-7415. PMC 2866502. PMID 20440564. doi:10.1007/s11017-010-9141-1. 
  22. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Greer
  23. «APA Dictionary of Psychology: meaninglessness». dictionary.apa.org (en inglés). 
  24. «APA Dictionary of Psychology: existential psychotherapy». dictionary.apa.org (en inglés). 
  25. a b c d Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Frankl2
  26. a b Slote, Michael A. (1975). «Existentialism and the Fear of Dying». American Philosophical Quarterly 12 (1): 17-28. ISSN 0003-0481. JSTOR 20009555. 
  27. Crowell, Steven (2020). «Existentialism: 3.1 Anxiety, Nothingness, the Absurd». The Stanford Encyclopedia of Philosophy. Metaphysics Research Lab, Stanford University. Consultado el 23 de enero de 2022. 
  28. Wheeler, Michael (2020). «Martin Heidegger: 2.3.1 Death». The Stanford Encyclopedia of Philosophy. Metaphysics Research Lab, Stanford University. Consultado el 23 de enero de 2022. 
  29. Osafo, Joseph; Akotia, Charity S.; Boakye, Kofi E.; Dickson, Erica (1 de septiembre de 2018). «Between moral infraction and existential crisis: Exploring physicians and nurses' attitudes to suicide and the suicidal patient in Ghana». International Journal of Nursing Studies (en inglés) 85: 118-125. ISSN 0020-7489. PMID 29885548. S2CID 47015245. doi:10.1016/j.ijnurstu.2018.05.017. 
  30. Kevlin, Frank (1 de noviembre de 1988). «The Existential Crisis Called Suicide». Self & Society 16 (6): 258-261. ISSN 0306-0497. doi:10.1080/03060497.1988.11084949. 
  31. a b c d To, Siu-ming; Sek-yum Ngai, Steven; Ngai, Ngan-pun; Cheung, Chau-kiu (1 de enero de 2007). «Young people's existential concerns and club drug abuse». International Journal of Adolescence and Youth 13 (4): 327-341. ISSN 0267-3843. S2CID 144406092. doi:10.1080/02673843.2007.9747983. 
  32. «Addiction and Health». National Institute on Drug Abuse (en inglés). 
  33. a b c d Robinson, Oliver C.; Stell, Alexander J. (1 de marzo de 2015). «Later-Life Crisis: Towards a Holistic Model». Journal of Adult Development (en inglés) 22 (1): 38-49. ISSN 1573-3440. S2CID 144353523. doi:10.1007/s10804-014-9199-5. 
  34. a b Agarwal, Shantenu; Guntuku, Sharath Chandra; Robinson, Oliver C.; Dunn, Abigail; Ungar, Lyle H. (2020). «Examining the Phenomenon of Quarter-Life Crisis Through Artificial Intelligence and the Language of Twitter». Frontiers in Psychology 11: 341. ISSN 1664-1078. PMC 7068850. PMID 32210878. doi:10.3389/fpsyg.2020.00341. 
  35. a b c d Robinson, Oliver (7 de diciembre de 2015). «2. Emerging adulthood, early adulthood, and quarter-life crisis». Emerging Adulthood in a European Context (en inglés). Psychology Press. ISBN 978-1-317-61271-1. 
  36. a b Hapke, Claire. «Introduction». How to Apply Emotionally Focused Couple Therapy to Couples Experiencing a Quarter-life Crisis (en inglés). 
  37. Keshen, Aaron (July 2006). «A New Look at Existential Psychotherapy». American Journal of Psychotherapy 60 (3): 285-298. PMID 17066759. doi:10.1176/appi.psychotherapy.2006.60.3.285. 
  38. Barbera, Joseph (4 de marzo de 2019). «The Id follows: It Follows (2014) and the existential crisis of adolescent sexuality». The International Journal of Psychoanalysis 100 (2): 393-404. ISSN 0020-7578. PMID 33952158. S2CID 165004924. doi:10.1080/00207578.2019.1584015. 
  39. Berman, Steven L.; Weems, Carl F.; Stickle, Timothy R. (June 2006). «Existential Anxiety in Adolescents: Prevalence, Structure, Association with Psychological Symptoms and Identity Development». Journal of Youth and Adolescence 35 (3): 285-292. S2CID 143829505. doi:10.1007/s10964-006-9032-y. 
  40. McCarthy, Ellen (2021). «The loneliness of an interrupted adolescence». Washington Post (en inglés). 
  41. a b c Erikson, Erik H. (1968). «Ill. The Life Cycle: Epigenesis of Identity». Identity: Youth and Crisis (en inglés). W. W. Norton & Company. ISBN 978-0-393-31144-0. 
  42. a b c Lemons, L. Jay; Richmond, Douglas R. (1 de enero de 1987). «A Developmental Perspective of Sophomore Slump». NASPA Journal 24 (3): 15-19. ISSN 0027-6014. doi:10.1080/00220973.1987.11072003. 
  43. a b Richmond, D. R.; Lemons, L. J. (1985). «Sophomore slump: An individual approach to recognition and response». Journal of College Student Personnel (en inglés). 
  44. Robinson, Oliver C.; Wright, Gordon R. T.; Smith, Jonathan A. (1 de marzo de 2013). «The Holistic Phase Model of Early Adult Crisis». Journal of Adult Development (en inglés) 20 (1): 27-37. ISSN 1573-3440. S2CID 55323787. doi:10.1007/s10804-013-9153-y. 
  45. a b c d e f g h Edwards, Christopher L.; Byrd, Goldie. «Midlife Crisis». International Encyclopedia of the Social Sciences. 
  46. a b c d Heckhausen, Jutta. «Midlife Crisis». Encyclopedia of Aging. 
  47. a b c d Golse, Bernard. «Midlife Crisis». International Dictionary of Psychoanalysis. 
  48. a b c d Mendez, Nancy (2008). «Midlife Crisis». Encyclopedia of Aging and Public Health (en inglés). Springer US. pp. 565-566. ISBN 978-0-387-33754-8. doi:10.1007/978-0-387-33754-8_300.