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Diferencia entre revisiones de «Puente troncoencefálico»

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== Importancia clínica ==
== Importancia clínica ==
El puente es una parte del encéfalo por donde pasan fibras nerviosas a o desde la médula espinal y el cerebelo y donde se encuentran los núcleos de varios nervios craneales que inervan cabeza y cuello.<ref name=":1" /><ref name=":2" /> Un accidente vascular o tumores en el puente produce una variedad de manifestaciones clínicas.<ref name=":6">{{Cita libro|apellidos=|nombre=|enlaceautor=|título=Neuroanatomy for the Neuroscientist|url=|fechaacceso=|año=2008|editorial=Springer Science|isbn=978-0-387-70971-0|editor=Stanley Jacobson, Elliot M. Marcus|ubicación=Nueva York (EE.UU)|página=|idioma=Ingles|capítulo=4. Brain Stem|páginas=85-120}}</ref>
En cuenta con sus funciones se puede definir a la protuberancia anular como un órgano de conducción y un centro funcional.


'''Órgano de conducción''': Por la protuberancia pasan las vías sensitivas que van de la médula al cerebro y viceversa. Como todas las fibras han cruzado, sea en la médula sea en el bulbo raquídeo, todas las fibras de la protuberancia se relacionan con el lado opuesto del cuerpo.
'''Órgano de conducción''': Por la protuberancia pasan las vías sensitivas que van de la médula al cerebro y viceversa. Como todas las fibras han cruzado, sea en la médula sea en el bulbo raquídeo, todas las fibras de la protuberancia se relacionan con el lado opuesto del cuerpo.

Revisión del 04:10 26 oct 2020

Puente troncoencefálico

Diagrama que muestra de las tres cisternas subaracnoideas principales. El puente de varolio se ve en el centro.

Vista anteroinferior de la médula oblongada y el puente de varolio.
Latín [TA]: pons
TA A14.1.03.010
Es parte de Tronco del encéfalo
Arterias Arterias pontinas
Venas Venas transversas y laterales pontinas.
Enlaces externos
Gray pág.785
NeuroLex ID Pons
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El puente troncoencefálico, también llamado protuberancia anular o puente de Varolio (Pons en latín) es la porción del tronco del encéfalo que se ubica entre la médula oblongada y el mesencéfalo.[1][2][3]​ Es el segmento más prominente del tronco del encéfalo cuya superficie anterior es convexa. Su nombre deriva del gran número de fibras transversales en la cara anterior que conectan los dos hemisferios cerebelosos.[4]​ Aparte de núcleos sensitivos y motores contiene una porción de la formación reticular que participa en funciones importantes para la vida como el sentido de la vista, coordinación motora, el sueño y el estado de alerta.[4]

Anatomía

Límites

El puente se encuentra entre la médula oblongada y el mesencéfalo. El límite inferior se localiza en el surco bulbopontino formado entre el puente y la médula oblongada. Rostralmente limita con el mesencéfalo por el límite inferior de la fosa interpeduncular que se forma por los pies de los pedúnculos cerebrales.[1]​ En la cara posterior está a su vez limitado por los pedúnculos cerebelosos superiores.[1]​ En el ser humano mide aproximadamente 3 centímetros de alto.[5]

Topografía externa

La superficie anterior es convexa y muestra muchas fibras transversales que convergen hacia los lados que unen ambos hemisferios del cerebelo por medio de los pedúnculos cerebelosos medios. En medio de la superficie ventral se observa un surco poco profundo y amplio, denominado el surco basilar, que aloja la arteria basilar.[1][4]​ En el surco pontino inferior tienen los orígenes aparente de medial a lateral del nervio abducens (par VI craneal), el nervio facial (par VII) y el nervio vestibulococlear (par VIII). A media altura del puente, en su superficie anterolateral, se encuentra el origen aparente del nervio trigémino (par V).[1]

La superficie posterior está oculta por el cerebelo con el que forma la parte superior del cuarto ventrículo.[1]​ Retirado el cerebelo se puede observar que forma la mitad superior del piso del cuarto ventrículo. En mitad se aprecia el surco medio y a ambos lados se encuentran dos elevaciones alargadas que reciben el nombre de eminencia media y colicuo facial en la parte inferior. Estas estructuras constituyen lateralmente el surco limitante y contienen núcleos motores como el facial o el abducens y sus fibras nerviosas.[4]​ En mitad de este espacio, denominado fosa romboidea, también se observa una apertura por el que se abre el acueducto y comunica el cuarto ventrículo con el tercer ventrículo en el mesencéfalo y forma parte del circuito para la circulación del líquido cefaloraquideo.[1]​ Esta abertura en la superficie posterior del puente se denomina agujero de Luschka.[5]

Configuración interna

Internamente el puente troncoencéfalico en su parte ventral contiene fibras nerviosas descendentes desde la corteza cerebral y el mesencéfalo. Los fascículos corticoespinales que forman parte de la via piramidal cruzan todo el puente en la región ventral para formar las pirámides de la médula oblongada.[1]​ Las fibras corticonucleares pontinas conectan la corteza cerebral con los núcleos de motores relacionado con los pares craneales en el puente. El fascículo corticopontino se originan en las cortezas frontal, temporal, parietal y occipital y hacen sinápsis en los núcleos pontinos en la porción anterior. De estos núcleos pontinos surgen luego las fibras transversales pontocerebelosas y que constituyen los pedúnculos cerebelosos medios.[1]

En la región dorsal las fibras ascendentes desde los núcleos gracili y cuneiforme conformando el lemnisco medial en la médula oglongada también se continua en el puente.[4]​ Dorsalmente se encuentra el núcleo motor del nervio facial, cuyas cifras giran alrededor de otro núcleo dorsalmente (núcleo del nervio abducens) para constituir el colículo facial.[4]​ Lateralmente al núcleo abducens se encuentra el núcleo vestibular y los núcleos corleares, que reciben impulsos del oido interno por el nervio acústico.[1][4]​ Más lateralmente se pueden observar los núcleos motor y sensitivo del nervio trigémino.[4]

Vascularización

Irrigación arterial

En la cara anterior las arterias cerebelar superior e inferior se anastomosoan para conformar la arteria basilar que discurre por el surco basilar del puente. Otras vasos de menor calibre entran acompañando el nervio trigémino, abducens, facial y vestíbulococlear.[6]

Retorno venoso

Las venas en el puente conforman la vena medial y lateral que drenan en la vena basal, venas cerebelares y los senos de la duramadre de la región occipital.[6]

Desarrollo embrionario

En las primeras etapas del desarrollo embrionario se forma el tubo neural dará lugar a la sistema nervioso central. En su parte craneal se va expandir para constituir la región cefálica que luego originaran tres vesículas: prosencéfalo, mesencéfalo y rombencéfalo.[7]​ Hacía la cuarta semana de desarrollo la cabeza una flexión ocurren en el mesencefalo, mientras que otra aparece entre el rombencefalo y la médula espinal. Un efecto de estas flexiones es ensanchar el tubo neural para formar el cuarto ventrículo.[7][8]

El rombencéfalo constituye posteriormente el mielencéfalo, metencéfalo. El metencéfalo constituye el puente troncoencefálico y el cerebelo en etapas más tardías del desarrollo.[7]​ Alrededor del cuarto mes de desarrollo las fibras descendentes corticoespinales, corticoespinales y corticobulbares.[7]​ El cerebelo se forma a partir de la parte dorsal del metencéfalo y va constituir junto con el puente la parte rostral del cuarto ventrículo. La región dorsal converge en los pedúnculos cerebelosos medios.[7][8]

Importancia clínica

El puente es una parte del encéfalo por donde pasan fibras nerviosas a o desde la médula espinal y el cerebelo y donde se encuentran los núcleos de varios nervios craneales que inervan cabeza y cuello.[1][4]​ Un accidente vascular o tumores en el puente produce una variedad de manifestaciones clínicas.[9]

Órgano de conducción: Por la protuberancia pasan las vías sensitivas que van de la médula al cerebro y viceversa. Como todas las fibras han cruzado, sea en la médula sea en el bulbo raquídeo, todas las fibras de la protuberancia se relacionan con el lado opuesto del cuerpo.

Centro funcional: La protuberancia anular es el centro de la estación; sin este órgano, no podemos quedarnos de pie y caeríamos inmediatamente. Además, es un centro de asociación que interviene en las emociones y determina los fenómenos fisiológicos que las acompañan como la aceleración del pulso, de la respiración, etc.

Síndrome de Millard-Gübler

El síndrome es descrito como una hemiplejía alterna protuberancial. Esta lesión a nivel del pie del puente afecta la vía piramidal antes de cruzarse y los núcleos del VII par y a veces el núcleo del VI par que se encuentra rodeado por las fibras del VII par en su origen. Está caracterizado por: una hemiplejía que afecta solamente el brazo y la pierna del lado opuesto a la lesión. Parálisis facial de tipo periférico del lado de la lesión. Corresponde a una lesión en la parte anterior de la protuberancia, que interesa el haz piramidal antes de la decusación, pero habiéndosele desprendido ya el fascículo geniculado que incluye las fibras relativas al núcleo del VII par.

Síndrome de Foville inferior

También conocido como "Foville protuberancial". Está caracterizado por la posible presencia del Síndrome de Millard-Gübler según se ha descrito, parálisis de la mirada conjugada (el enfermo mira hacia el lado opuesto de la lesión). En este caso, la lesión, además de afectar las fibras piramidales y las del nervio facial, interesa el fascículo longitudinal medio (ya cruzado), por lo que la desviación de la mirada se hace en sentido opuesto a la de las lesiones pedunculares.

Referencias

  1. a b c d e f g h i j k Elliot L. Mancall, David G. Brock, ed. (2011). «Chapter 10. Brain Stem». Gray's Clinical Neuroanatomy (en inglés). Philadelphia (EE.UU): Elsevier. pp. 157-184. ISBN 978-1-4160-4705-6. 
  2. Comité Federal sobre Terminología Anatómica, ed. (2001). Terminología Anatómica. Terminología Anatómica Internacional. Madrid (España): Editorial Médica Panamericana. p. 112. ISBN 84-7903-614-1. 
  3. Dauber, Wolfgang (2007). Feneis. Nomenclatura Anatómica Ilustrada (Quinta edición). Madrid (España): Elsevier España. p. 326. ISBN 978-84-458-1642-4. 
  4. a b c d e f g h i Snell, Richard (2010). «Capítulo 5. El tronco del encéfalo». Neuroanatomía Clínica (Séptima edición). Hospitalet de Llobregat (España): Lippincott Williams & Wilkins. p. 118-229. ISBN 978-84-96921-51-1. 
  5. a b Latarjet, Michel; Ruiz Liard, Alfredo (2019). «Capítulo 24. Encéfalo. Generalidades y definiciones». Anatomía humana. Tomo 1 (Quinta edición edición). Buenos Aires (Argentina): Editorial Médica Panamericana. pp. 151-195. ISBN 978-950-06-9591-6. 
  6. a b Elliot L. Mancall, David G. Brock, ed. (2011). «Chapter 6. Vascular Supply of the Brain and Spinal Cord». Gray's Clinical Neuroanatomy (en inglés). Philadelphia (EE.UU): Elsevier. pp. 93-108. ISBN 978-1-4160-4705-6. 
  7. a b c d e Elliot L. Mancall, David G. Brock, ed. (2011). «Chapter 3: Development of the Nervous System». Gray's Clinical Neuroanatomy. Philadelphia (EE.UU): Elsevier. pp. 33-68. ISBN 978-1-4160-4705-6. 
  8. a b Sadler, T. W. (2019). «Chapter 18. Central Nervous System». Medical Embryology (en inglés) (Fourteenth edition edición). Philadelphia (EE.UU): Wolters Kluwer. pp. 313-350. ISBN 9781496383907. 
  9. Stanley Jacobson, Elliot M. Marcus, ed. (2008). «4. Brain Stem». Neuroanatomy for the Neuroscientist (en ingles). Nueva York (EE.UU): Springer Science. pp. 85-120. ISBN 978-0-387-70971-0.