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=== Cáncer y la alimentación ===
=== Cáncer y la alimentación ===
La OMS ha dictaminado que un 30 % de los factores relacionados con el cáncer tienen relación con la alimentación.<ref>http://www.pcrm.org/health/cancer-resources/diet-cancer/facts/meat-consumption-and-cancer-risk</ref>
La OMS ha dictaminado que un 30 % de los factores relacionados con el cáncer tienen blicación |apellidos=Chang-Claude |nombre= J |enlaceautor= |año= 1993 |título= Dietary and lifestyle determinants of mortality among German vegetarians. |publicación= Int J Epidemiol|volumen= |número= 22|páginas= 228-236 |ubicación= |editorial= |issn= |url= http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8505178 |fechaacceso=22 de octubre de 2013}}</ref>

Algunos estudios a largo plazo han mostrado relaciones más concluyentes entre el consumo de carnes rojas y el [[cáncer colorrectal|cáncer de colon]] así como su relación con otras enfermedades.<ref>http://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=200150</ref>

Igualmente, estudios desarrollados en Alemania e Inglaterra han llegado a concluir que los [[vegetarianismo|vegetarianos]] tienen hasta un 40 % menos de posibilidades de sufrir cáncer.<ref>{{cita publicación |apellidos= Thorogood |nombre= M|enlaceautor= |año=1994 |título= Risk of death from cancer and ischaemic heart disease in meat and non-meat eaters|publicación=Br Med. J. |volumen= |número=308 |páginas=1667-1670 |ubicación= |editorial= |issn= |url=http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2540657/pdf/bmj00446-0021.pdf |fechaacceso=22 de octubre de 2013}}</ref><ref>{{cita publicación |apellidos=Chang-Claude |nombre= J |enlaceautor= |año= 1993 |título= Dietary and lifestyle determinants of mortality among German vegetarians. |publicación= Int J Epidemiol|volumen= |número= 22|páginas= 228-236 |ubicación= |editorial= |issn= |url= http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8505178 |fechaacceso=22 de octubre de 2013}}</ref>


=== Dietas poco sanas ===
=== Dietas poco sanas ===

Revisión del 02:30 22 feb 2017

Archivo:Verduras.jpg
Verduras.

Se entiende por dieta sana aquella ingesta de alimentos que ayuda a mantener, recuperar o mejorar la salud.

Es un proceso automático, producto de la cultura, y a la vez un acto voluntario que está condicionado por diversos tipos de factores que determinan una buena o mala alimentación.

La correcta nutrición es uno de los pilares de la salud y el desarrollo, permite reforzar el sistema inmunitario, contraer menos enfermedades y gozar de una mejor salud. La gente sana es más fuerte, más productiva y está en mejores condiciones de desarrollar al máximo su potencial.

Se puede llevar una dieta sana mediante varios alimentos ya sean de origen vegetal o animal. Una dieta equilibrada se considera, junto al ejercicio, una manera importante de reducir los riesgos para la salud asociados a la obesidad o la hipertensión entre otras enfermedades.[1]

Durante los primeros años la buena alimentación y nutrición son fundamentales para la salud y el bienestar a lo largo de toda la vida. La lactancia materna es uno de los factores más importantes, pese a lo cual apenas un tercio de los lactantes reciben lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses.[cita requerida]

Recomendaciones para una dieta sana

Existen gran variedad de posturas y planteamientos que pretenden definir una dieta sana, así como guías alimentarias diversas, y la cantidad de agua por individuo. La Organización Mundial de la Salud da cinco recomendaciones, aplicables tanto a individuos como colectivos:[2]

La dieta y la reducción del riesgo de enfermedades

Existe una probable relación entre el estilo de vida, incluyendo la alimentación, y el descenso del riesgo potencial de padecer enfermedades como el cáncer y otras enfermedades crónicas. Una dieta sana puede consistir en el consumo de alimentos de origen vegetal con un consumo limitado de alimentos de alto contenido energético, bebidas alcohólicas y sal a la vez que una reducción del consumo de bebidas carbonatadas y de carnes procesadas.[4]

El tomate cocinado con aceite, verduras de género allium y vegetales crucíferos como la coliflor parecen contener elementos que se están estudiando por sus propiedades anticancerígenas.[5][6]

Algunas enfermedades crónicas presentes en occidente están asociadas al incremento de los niveles de IGF-1. Algunos hallazgos de la biología molecular y la epidemiología sugieren que el consumo de leche favorece el desarrollo de enfermedades crónicas como la arteroesclerósis, la carciogénesis y algunas enfermedades degenerativas.[7]

Cáncer y la alimentación

La OMS ha dictaminado que un 30 % de los factores relacionados con el cáncer tienen blicación |apellidos=Chang-Claude |nombre= J |enlaceautor= |año= 1993 |título= Dietary and lifestyle determinants of mortality among German vegetarians. |publicación= Int J Epidemiol|volumen= |número= 22|páginas= 228-236 |ubicación= |editorial= |issn= |url= http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/8505178 |fechaacceso=22 de octubre de 2013}}</ref>

Dietas poco sanas

Las dietas poco saludables son un factor principal de riesgo para el desarrollo de un buen número de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, el sobrepeso y la obesidad, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.[8][9]

La OMS estima que unos 2,7 millones de muertes se producen cada año asociadas a dietas con poco consumo de verduras y frutas.[8]​ Por ello, esta causa de muerte se considera como una de las causas de muerte evitables más extendidas.[10]

Dieta sana y el medio ambiente

Contrariamente a lo que se pensaba, las dietas vegetarianas tienden a contribuir al cambio climático. El seguir las recomendaciones de entes como el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de aumentar el consumo de frutas, vegetales, lácteos y comida marina es más dañino para el medio ambiente debido a la emisión de gases de invernadero producidas por caloría. Por ejemplo, comer una lechuga es tres veces peor que comer tocineta en cuanto a emisiones de gases de invernadero producidas, contando las emisiones producidas durante todo el proceso de cultivo y comercialización de la legumbre contra el producido en la cría y comercialización del animal, cada uno dividido por el número de calorías ingeridas al consumirlos. Se estima que consumir la dieta saludable recomendada utiliza 38% más de energía, 10% más de agua y 6% más de emisiones de gases de invernadero.[11]

Referencias

  1. «WHO | Promoting fruit and vegetable consumption around the world». WHO. 
  2. «WHO | Diet». WHO. 
  3. «WHO/FAO release independent Expert Report on diet and chronic disease». World Health Organization. Consultado el 21 de febrero de 2011. 
  4. EXECUTIVE SUMMARY Policy and Action for Cancer Prevention Food, Nutrition, and Physical Activity. 2010. p. 1. ISBN 978-0-9722522-5-6. 
  5. «Food, Nutrition, Physical Activity, and the Prevention of Cancer: a Global Perspective». Washington DC: AICR, 2007. ISBN 978-0-9722522-2-5. Archivado desde el original el 26 de noviembre de 2015. 
  6. «Cancer Trends Progress Report - Fruit and Vegetable Consumption». Consultado el 14 de julio de 2012. 
  7. Melnik B. (Apr 2009). «Milk consumption: aggravating factor of acne and promoter of chronic diseases of Western societies.». J Dtsch Dermatol Ges.: 364-70. PMID 19243483. 
  8. a b «WHO | Diet and physical activity: a public health priority». 
  9. Alwan, Ala. «Informe sobre la situación mundial de las enfermedades no transmisibles Resumen de orientación». Informe sobre la situación mundial de las enfermedades no transmisibles (Ginebra: Ediciones de la OMS). «La dieta no saludable: el consumo de fruta y verdura en cantidades suficientes reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer de estómago y cáncer colorrectal. La mayoría de las poblaciones consumen niveles de sal mucho más elevados que los recomendados por la OMS para prevenir enfermedades; un consumo elevado de sal es un factor determinante que aumenta el riesgo de padecer hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Las cardiopatías están relacionadas con un consumo elevado de grasas saturadas y ácidos grasos trans. El consumo de alimentos malsanos está creciendo rápidamente en entornos con escasos recursos. Los datos disponibles sugieren que la ingesta de grasas ha aumentado rápidamente en los países de ingresos medios bajos desde la década de los ochenta.» 
  10. Lopez AD, Mathers CD, Ezzati M, Jamison DT, Murray CJ (May de 2006). «Global and regional burden of disease and risk factors, 2001: systematic analysis of population health data». Lancet 367 (9524): 1747-57. PMID 16731270. doi:10.1016/S0140-6736(06)68770-9. 
  11. CARNEGIE MELLON UNIVERSITY, ed. (14 de diciembre de 2015). «VEGETARIAN AND “HEALTHY” DIETS COULD BE MORE HARMFUL TO THE ENVIRONMENT» (en inglés). Consultado el 16 de diciembre de 2015. 

Enlaces externos