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Diferencia entre revisiones de «¡Adiós, Cordera!»

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== Contexto filosófico y literario ==
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''¡Adiós, Cordera!'' aparece en la década de los 90, cuando se desarrolla la semilla espiritual que se había concebido a finales de los 80 con el [[Krausismo]]. Se trata de un momento en el que, por la fuerte tradición religiosa y cristiana y por la débil minoría laica existente, el equilibrio krausista entre [[Positivismo|positivismo]]-[[Naturalismo_literario|naturalismo]] y espiritualismo cede finalmente a favor del segundo. Así, el terreno espiritual y religioso sustituye el positivismo como ámbito de interés para la sociedad y se pierde la confianza en que la materia pueda dar razón y explicación a las cosas. En el ámbito literario, el escritor renuncia a vincular la psicología y la actitud de sus personajes a factores genéticos o materiales, y el propósito observacional del naturalismo y su espíritu más crítico y satírico se sustituyen ahora por una contenida ternura, delicadez y sensibilidad. Sin embargo, y aunque el planteamiento literario cambie, los supuestos ideológicos subyacentes siguen siendo los mismos: la denuncia al mundo urbano como una sociedad hipócrita, mezquina, carente de valores morales y espirituales. Contrapuesta a ella, existe una defensa y apología del mundo rural y campestre y de su apacible, bucólico y sencillo modo de vida.''''' '''''
''¡Adiós, Cordera!'' aparece en la década de los 90, cuando se desarrolla la semilla espiritual que se había concebido a finales de los 80 con el [[Krausismo]]. Se trata de un momento en el que, por la fuerte tradición religiosa y cristiana y por la débil minoría laica existente, el equilibrio krausista entre [[Positivismo|positivismo]]-[[Naturalismo_literario|naturalismo]] y espiritualismo cede finalmente a favor del segundo. Así, el terreno espiritual y religioso sustituye el positivismo como ámbito de interés para la sociedad y se pierde la confianza en que la materia pueda dar razón y explicación a las cosas. En el ámbito literario, el escritor renuncia a vincular la psicología y la actitud de sus personajes a factores genéticos o materiales, y el propósito observacional del naturalismo y su espíritu más crítico y satírico se sustituyen ahora por una contenida ternura, delicadez y sensibilidad. Sin embargo, y aunque el planteamiento literario cambie, los supuestos ideológicos subyacentes siguen siendo los mismos: la denuncia al mundo urbano como una sociedad hipócrita, mezquina, carente de valores morales y espirituales. Contrapuesta a ella, existe una defensa y apología del mundo rural y campestre y de su apacible, bucólico y sencillo modo de vida.''''' '''''fekfrk5y4t5y5y5y6


== Argumento ==
== Argumento ==

Revisión del 18:49 23 nov 2016

¿Adiós, Cordera!
de Leopoldo Alas, «Clarín»

Conjunto escultórico ¡Adiós, Cordera!, obra de Manuel García Linares situada en la plaza del general Ordónez (Oviedo)
Género Cuento
Tema(s) Vida rural
Idioma Español
País EspañaEspaña
Fecha de publicación 1893

¡Adiós, Cordera! es un relato que pertenece a la colección El Señor y lo demás, son cuentos, de Leopoldo Alas, «Clarín» (1852-1901). La colección apareció publicada en Madrid en 1893 por Manuel Fernández y Lasanta Editor y engloba la novela corta El Señor y una serie de cuentos que la siguen: ¡Adiós, Cordera!, Cambio de luz, El centauro, Rivales, Protesto, Un viejo verde, Cuento futuro, Un jornalero, Benedictino, La Ronca y La rosa de oro. ¡Adiós, Cordera! destaca por ser, de entre todos ellos, el más lírico y emotivo.

Contexto filosófico y literario

¡Adiós, Cordera! aparece en la década de los 90, cuando se desarrolla la semilla espiritual que se había concebido a finales de los 80 con el Krausismo. Se trata de un momento en el que, por la fuerte tradición religiosa y cristiana y por la débil minoría laica existente, el equilibrio krausista entre positivismo-naturalismo y espiritualismo cede finalmente a favor del segundo. Así, el terreno espiritual y religioso sustituye el positivismo como ámbito de interés para la sociedad y se pierde la confianza en que la materia pueda dar razón y explicación a las cosas. En el ámbito literario, el escritor renuncia a vincular la psicología y la actitud de sus personajes a factores genéticos o materiales, y el propósito observacional del naturalismo y su espíritu más crítico y satírico se sustituyen ahora por una contenida ternura, delicadez y sensibilidad. Sin embargo, y aunque el planteamiento literario cambie, los supuestos ideológicos subyacentes siguen siendo los mismos: la denuncia al mundo urbano como una sociedad hipócrita, mezquina, carente de valores morales y espirituales. Contrapuesta a ella, existe una defensa y apología del mundo rural y campestre y de su apacible, bucólico y sencillo modo de vida. fekfrk5y4t5y5y5y6

Argumento

En el prado Somonte, en Asturias, en el camino de Oviedo a Gijón, dos hermanos gemelos llamados Pinín y Rosa han cuidado y establecido un intenso vínculo a lo largo de los años con la Cordera, una vaca que su madre ya muerta les dejó para que les sirviera de sustento económico en su ausencia. Su estilo de vida tranquila se ve afectada por la llegada del tren y ante las numerosas deudas que tiene, Anton de Chinta, el padre, debe vender el animal y enviarlo al matadero. Más tarde también Pinín es alejado de su familia para irse, junto con otros reclutas, a la guerra carlista.

Estructura

La trama puede dividirse en tres partes:

  1. El inicio o planteamiento, en el que se presentan los personajes principales —Rosa, Pinín y la Cordera— y las relaciones sentimentales existentes entre ellos. Se divide en dos subpartes:
    • una primera subparte que presenta el carácter de los personajes a través de la perspectiva con la que cada uno de ellos contempla el ferrocarril y el telégrafo.
    • una segunda subparte que presenta el amor recíproco que existe entre los tres, esto es, entre la vaca y los dos niños.
  2. El nudo, en el que se presentan los problemas económicos familiares y la decisión de Anton de desprenderse del animal. Se divide en dos subpartes:
    • una primera subparte en que después de valorar la situación, Anton de Chinta determina finalmente vender a la Cordera.
    • una segunda subparte en que vende al animal y que, paradójicamente, y al ponerle un precio desorbitado, muestra la ternura que le tiene y la lucha interna que le supone tener que deshacerse de él. Asimismo, en esta parte se alude al pasado, a la muerte de su esposa y a los deseos que ésta proyectó sobre la figura de la vaca.
  3. El desenlace, en el que la fatalidad irrumpe en la familia rompiendo los lazos que la unían. Esta parte se subdivide en dos:
    • una primera subparte que relata la partida de la Cordera, viéndola los dos pequeños pasar en el tren que se la lleva al matadero.
    • una segunda subparte que relata, años después, la partida de Pinín, viéndolo Rosa pasar en el tren que se lo lleva a la guerra.

Observaciones

A destacar es el valor simbólico que adquieren, en el prado Somonte, el ferrocarril y el telégrafo. Se trata de los dos únicos elementos representativos, para los niños, del mundo urbano y del progreso técnico, y que son contemplados al principio con ilusión e inocencia y ya, una vez la desdicha penetra en sus vidas y la Cordera es llevada al matadero en tren, con odio y con rencor. Se trata éste de un cambio de perspectiva a través del cual el autor puede expresar, sin caer en melodramatismos, el dolor que sienten los niños por la pérdida de la vaca y la intensidad de su amor hacia ella y a través del que puede, también, iniciar la denuncia: frente a lo autóctono, frente a la vida rural y al vitalismo y la felicidad asociados a ella, lo foráneo, el mundo urbano y civilizado y su progreso técnico y económico se entienden como enemigos y agresores. Sin embargo, la influencia determinista todavía se deja notar y los valores afectivos son fatalmente derrotados por la imposición de los valores económicos.

¡Adiós Cordera! es un cuento aparentemente sencillo y que sigue el desarrollo argumental prototípico del género cuentístico. Sin embargo, desde su inicio el autor ha diseñado concienzudamente cada palabra dotándola de un valor simbólico orientado hacia el futuro y que es el que da auténtica fuerza al desenlace, es decir, el inicio del cuento es, además de su planteamiento, también su alma, ya que es el que actúa como soporte afectivo del desenlace y el que determina, así, su sentido último.

Véase también

Adiós Cordera (película)

Referencias

  • Gullón, Ricardo, Las novelas cortas de Clarín en cap. X de M. Iris Zabala (ed.), Romanticismo y realismo del t. V de Francisco Rico (ed.), Hª y crítica de la literatura española
  • Baquero Goyanes, Mariano, Los cuentos de Clarín en Leopoldo Alas «Clarín», JMª Martínez Cachero (ed.), Madrid, Taurus, 1978.

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