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Diferencia entre revisiones de «Atorrante»

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== Etimología ==
== Etimología ==

Se dice o hace referencia a R.E.A.S


La palabra ya figuraba en las notas sobre lunfardo tituladas ''Los Beduínos Urbanos'', publicada en ''[[La Nación (Argentina)|La Nación]]'' del 18 de marzo de 1879 y ''Caballeros de Industria'' del 6 de abril de 1879 con el significado de “dormir”.<ref name=lunfardia >José Gobello: Lunfardía. Introducción al estudio del lenguaje porteño pág. 17. Ed. Argos. Buenos Aires 1953</ref>
La palabra ya figuraba en las notas sobre lunfardo tituladas ''Los Beduínos Urbanos'', publicada en ''[[La Nación (Argentina)|La Nación]]'' del 18 de marzo de 1879 y ''Caballeros de Industria'' del 6 de abril de 1879 con el significado de “dormir”.<ref name=lunfardia >José Gobello: Lunfardía. Introducción al estudio del lenguaje porteño pág. 17. Ed. Argos. Buenos Aires 1953</ref>

Revisión del 17:33 25 ene 2018

Un indigente o “atorrante” en 1890

La palabra atorrar y su derivado sustantivo atorrante, pertenecientes al lunfardo y utilizadas en Argentina, Paraguay y Uruguay han dado origen a varias hipótesis sobre su etimología. Para la Real Academia atorrante es un americanismo que significa vago, holgazán, desvergonzado, sin domicilio fijo, que vive de pordiosear.

Según las circunstancias en que sea expresada, la palabra atorrante puede tener un sentido insultante, despectivo, familiar o admirativo; con esta última intención indica persona astuta, alguien que "se sale con la suya" y que tiene la habilidad de seducir o convencer a alguien; de hacer lo que esa persona quiere que el otro haga por él.

En su forma femenina atorranta -esto acorde con la etimología original de "alguien que duerme o se acuesta en cualquier lado"- ha pasado a significar a la mujer evidentemente promiscua.

Etimología

Se dice o hace referencia a R.E.A.S

La palabra ya figuraba en las notas sobre lunfardo tituladas Los Beduínos Urbanos, publicada en La Nación del 18 de marzo de 1879 y Caballeros de Industria del 6 de abril de 1879 con el significado de “dormir”.[1]

Una hipótesis no comprobada parte del hecho de que desde fines de la década de 1860 se realizó el entubamiento de aguas corrientes en Buenos Aires por lo que en algunas zonas costeras de la ciudad de Buenos Aires se ubicaron grandes caños de desagües pluviales (por el entubado de los arroyos de Granados, Matorras, Manso, etc.). En tales caños pernoctaban los vagabundos a los decía atorrantes (tal cual se les menciona en la novela Quilito , de Carlos María Ocantos, hacia el año 1891) porque en tales caños figuraba la inscripción del titular de una empresa contratista e importadora de los caños llamada «A. Torrant» o «A. Torrans».[2]​ y[3]​Así en 1897 en Memorias de un vigilante, José S. Álvarez hacía referencia a los desgraciados que dormían en los grandes caños apilados en la zona costera de la ciudad.[3]

La idea del pordioseo subyace en la explicación conforme la cual cuando hacia el fin del sixlo XIX aparecía en los almacenes algún desocupado solicitaba empleo lo ponían a torrar el café, por lo cual el calificativo de “atorrante” que correspondía a quien hacía esa tarea pasó a designar al sujeto mal entrazado como era generalmente quien se ocupaba de la tostadora.[3]

Un “atorrante”'

Otra posible explicación, emparentada con la anterior, es que su origen viene de la época de la esclavitud, en lo que hoy es el Río de la Plata, cuando se ponía a los esclavos a tostar las semillas del café, acción que también se conoce como "torrar". Cuando se encontraba a los esclavos descansando en horas en que debían estar tostando el café, se decía que estaban "atorrando". De ahí que se designase dicha palabra para referirse a alguien que no trabaja o no cumple con sus obligaciones o se despreocupa del prójimo.

Otra hipótesis es que la palabra provenga de atorrar, y ésta de torare, verbo napolitano de uso generalizado entre la gente baja de las poblaciones costaneras para designar la holgazanería, pero que se aplicaba casi exclusivamente a la tranquila paciencia de los pescadores cuando no hay pesca.[4]

Derivado

Por vía de aféresis tiene el derivado de “rante” y de “rantifuso” con fuerte tono despectivo.[2]

Obras

Enrique De Rosas dirigió la película Atorrante (La venganza de la tierra) estrenada el 13 de septiembre de 1939 con Enrique de Rosas, Irma Córdoba y Aída Alberti como los principales actores, que estaba basada en la obra teatral homónima de Vicente Martínez Cuitiño de 1932.

Celedonio Flores en su tango Muchacho (1926) apostrofa "que decís que un tango rante"[5]​ y en Corrientes y Esmeralda (1933) hace referencia a la "rante" canguela (otra voz lunfarda).[6]

Notas

  1. José Gobello: Lunfardía. Introducción al estudio del lenguaje porteño pág. 17. Ed. Argos. Buenos Aires 1953
  2. a b Teruggi, Mario E.: Panorama del lunfardo 2° edición pág. 201 Buenos Aires 1978 Editorial Sudamericana S.A.
  3. a b c José Gobello: Lunfardía. Introducción al estudio del lenguaje porteño pág. 95/6. Ed. Argos. Buenos Aires 1953
  4. Geocities.ws/Lunfa2000
  5. Muchacho
  6. Gobello, José y Bossio, Jorge Alberto: Tangos, letras y letristas tomo 1 pág. 91 Buenos Aires 1975. Editorial Plus Ultra

Referencias

  • Gobello, José (1953). Lunfardía. Introducción al estudio del lenguaje porteño. Buenos Aires. Ed. Argos. 
  • Panorama del lunfardo 2* edición. Buenos Aires. Editorial Sudamericana S.A. 1978.