Usuario discusión:Dr. Jude Accou

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El destino

El mundo empieza o termina cuando uno decide que arranque o que se pare su destino.

Cada individuo tiene en su mano dos llaves: La primera es la que abre las puertas mas débiles y detrás de las cuales abunda la simplicidad de los caminos, abundan todo lo que de una forma u otra resulta fácil al ser humano. La segunda llave es aquel que logra abrir con lucha la puerta que esconde tanta lucha, tanto llanto, tanta miseria, y tanta dificultad en todo. La primera llave, tiene el propósito de cumplir una obra fácil, sin lucha sin cansancio y a veces con placeres. La puerta que abre es tan débil que pudiera ser abierta sin ella. Los caminos que esconden son tan vacíos y amplios que no se da cuenta de si esta caminando demasiado o si esta tardando mucho. Es un camino sin rumbo, y siempre al final de la marcha hay arrepentimientos de haber caminado tanto sin preocuparse de la velocidad, ni del rumbo y de lo que llega al final.

La segunda llave tiene la complicada misión de abrir esta puerta que ha sido trancada con las cadenas más fuertes y que solo los más robustos pueden romper, y los más robustos son los que tienes más paciencia y perseverancia. Así cuando alcanza abrirla, tras tremendas luchas, cabe esperar la verdadera lucha, ya que los caminos que esconde tanta fuerza de esta dura puerta son oscuros, espinosos y estrechos. Pero ahí, todo esta controlado. Cada vez que se cae o se golpea, se da cuenta y se acuerda de que es necesario caminar con cuidado y precisión para esperar llegar vivo a un rumbo. Cada vez que se cae y se levanta, se va ganando puntos para un final más hermoso. Si no se levanta al caerse, es lo mismo que de haber escogido abrir la primera puerta. Cuando la lucha se aborda con fe y determinación los puntos se van ganando con más velocidad. La destinación de este rudo camino lo determina el luchador. Cuanto más golpe se deja tomar, cuanto más lucha aborda y cuanto más veces se levanta de una caída, será cuanto más grandioso el fin.

                                                                        Jude Accou