¿Sabías que Sevilleja, es un municipio de la provincia de Toledo cuyo nombre es un diminutivo despectivo del topónimo Sevilla?
Pues sí, un grupo de mozárabes sevillanos, al frente del cual iba Clemente, obispo de Sevilla, huyendo de la persecución religiosa de los almorávides, llegaron al Reino de Toledo donde se establecieron, en un lugar que llamaron Sevilleja, en recuerdo de su ciudad de origen.
Pues sí, es una forma burlesca de pronunciar "andaluz", exagerando la característica aspiración de la h propia del dialecto andaluz; en este caso parodiada, pues no hay hache alguna. Algo así como cuando los andaluces decimos ¡Qué ḥarte tienes!
Asimismo se aplicaba a las personas que habiendo emigrado a Andalucía regresaban a su tierra, sobre todo a los montañeses.[1] En este último sentido, el personaje literario del jándalo es muy frecuente en la literatura española del siglo XIX. Gerardo Diego escribió un libro así llamado que describe parte de Andalucía.
¿Sabías que el escudo de Estepa es el único de España que contiene interrogaciones?
Pues sí, en su escudo se puede leer: Ostippo, Quid Ultra? (Estepa, ¿Que más?).
