Ir al contenido

Usuario discusión:Fondeurana

Contenido de la página no disponible en otros idiomas.
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Plantilla:DU3

Patricia Ventura: un homicidio "accidental" Y quien puede con el Govierno?? Es lo que Ellos digan, o nada!!!!


Por Sara Pérez

READING, PA.- Hace apenas unos días, pocos, pero suficientes para que casi todos lo olviden, aunque en modo alguno los necesarios para que el padre, la madre, la familia y las amistades hayan paliado la consternación, el horror, el agobio y el aturdimiento, propios de esas tragedias, murió Patricia Ventura Sánchez, una jovencita de unos 16 años, hija de un militar, el vicealmirante Julio César Ventura Bayonet y la señora Maritza Sánchez.

Patricia, quien vivía en el bloque B de la Torre Pedro Henríquez Ureña, en la calle del mismo nombre en la capital dominicana, murió a causa de lo que fue calificado como un "accidente", cuando subió a hacerse fotos a la azotea del edificio de su residencia y se colocó encima de una de las cúpulas que cubren los alambres de las instalaciones eléctricas de la estructura. Eso y el resto de la historia es conocido: La cúpula cedió y Patricia, cayó al vacío.

Entre quienes no sólo no han olvidado a Patricia, sino que acertadamente consideran que el caso no fue un accidente imprevisible, sino el resultado de factores como la indolencia de las autoridades, se encuentra una señora llamada Ana Fondeur, amiga de la madre de Patricia.

La señora Fondeur me envió una copia de una carta que ella mandó al secretario de Obras Públicas, Freddy Pérez, en la que hace unas observaciones, que son justamente las que debió hacer una prensa menos estólida y que es el tipo de preocupaciones que debían tener unas autoridades mínimamente eficientes, menos corruptas y menos ocupadas en proyectos cuya utilidad es excusar el saqueo al presupuesto.

Dice la señora Fondeur que no es sólo el caso de Patricia, sino el de todo un país que carece de los reglamentos apropiados y/o los que existen no se aplican, porque las instituciones y quienes las dirigen no funcionan y añade ella:

"Para mí son tan culpables los propietarios del edificio, como las gentes del gobierno en Obras Públicas, que tiene que supervisar todos los edificios y Roberto Salcedo, que es el síndico. Ellos nada más se encargan de poner gente a ganar dinero sin hacer nada. Señores, no dejemos que la muerte de Patricia sea en vano. Hagamos que existan reglas en República Dominicana. Es la única forma de proteger a nuestros niños y nosotros mismos. ¿Cuál es el trabajo de Obras Públicas y del síndico? ¿Sentarse en una silla?"

Cuando leí la carta de la señora Fondeur, le respondí comentándole que me solidarizaba con sus sentimientos y que consideraba muy válidas y atinadas sus observaciones. Al mismo tiempo, le comenté sobre un "accidente", en cierto modo similar, que conocí hace un tiempo estando en Santiago.

Una tarde, ví un grupo de gente aglomerándose en una cañada que pasa por muchos barrios de la ciudad. Cuando pregunté qué pasaba, me contaron que estaban buscando dos niños que cayeron por un desagüe de alcantarilla sin tapa y que la corriente los arrastró. Los cuerpos de los dos niños aparecieron al dia siguiente y el caso también fue calificado de "accidente". Guardé en mi computadora la noticia, porque se me quedaba un amargor por dentro.

¿Accidente dicen? ¿Qué granuja tarado, qué periodista estúpido o comprado o las dos cosas, qué ciudadanía aborregada, qué simulacro de justicia, qué autoridades sin escrúpulos ni vergüenza, llaman "accidentes" a las tragedias que pueden evitarse sólo con que los incumbentes hagan su trabajo?

¿Cómo llamarle "accidente" a la muerte de dos niños que ocurrió porque hay unas compañías que sin temer averigüaciones de nadie, tienen por negocio comprar las tapas robadas de los registros de aguas negras? ¿Cómo llamarles "accidentes" a muertes que ocurrienron porque los síndicos, en vez de atender los asuntos que son una prioridad de su competencia, lo que se dedican es a jugar golf, rascarse las bolsas, nombrar botellas y gastar los recursos en proyecticos ornamentales sobrevaluados para robarse los cuartos?

¿Cómo decir que es un "accidente" la muerte de Patricia, si en Obras públicas hay un departamento lleno de botellas que debe velar porque se cumplan normas de seguridad en la construcción de edificios?

Al igual que Ana Fondeur, yo tampoco considero esos casos como accidentes, porque los accidentes son obra del azar y esto no es azar. Es desidia, indolencia, descuido, inescrupulosidad, corrupción, insensibilidad, irresponsabilidad, ineptitud e inoperancia. Y de todo eso hay responsables.

Ojalá que los hijos o hijas de ningún síndico, ni de ningún regidor, ni del secretario de Obras Públicas, ni del encargado de supervisar edificios, se caigan nunca del octavo piso de una estructura levantada sin los controles debidos, ni se ahoguen en una alcantarilla sin tapa, pero si eso les pasara, quizás, sólo quizás, entonces comprenderían. OTRO CASO EN REPUBLICA DOMINICANA;

cleo264@yahoo.com quisqueyalinda@aol.comAna, aquí van dos reacciones, sólo para que veas toda la razón de tus planteamientos:


Apreciada Sara: hace bastante tiempo que estoy por escribirte, pero debido al poco tiempo no habia podido hacerlo, pero te digo que es refrescante la fotografia que el nacional pone tuyo todos los domingos no se si esa fotografia es como la situacion que presentan los datos del Banco Central del pais. Con respecto a lo que te refieres de Obras publicas y el Ayuntamiento te dire lo siguiente: primero soy Ing. Civil y fui empleado del ayuntamiento del Distrito. Ademas como presidente del Nucleo de Ingenieros Civiles del Codia, trabaje en un proyecto, representando el colegio de ingenieros sobre la Supervision de todo tipo de Construccion que Obras Publicas en estos momentos elabora, a traves del departamento sobre normas Reglamentos y Sistemas, pero tengo para decirte que la mayoria de las supervisiones que se le hacen a las obras privadas no llegan al final, debido a que cuando se aprueban los planos de las construcciones practicamente todo termina ahi.

En cuanto a las obras publicas la mayoria de los supervisores e impectores lo que van a la misma es a buscar dinero que el contratista le entrega como favor para que se hagan de la vista gorda, ya que la mayoria de esas obras tienen un componente politico y de corrupcion, debido a que la mayoria de las obras son de los politicos de los lugares, y los ingenieros en la mayoria de los casos son instrumentos.

Con respecto a la institucion que representaba en ese momento, te dire que aunque es asesora del Estado por Ley, no es mas que un nido de extorsionadores y buscadores de obras en las instituciones publicas, claro, con sus excluciones.


Cristian


Sara, El 12 de octubre de 1992, tras lograr convencer al teniente de la policía que nos arrestó por protestar en la Plaza España de la Zona Colonial contra la conmemoración del V Centenario de la Conquista, de que nos soltara, fuimos al Museo de Historia y Geografía a una actividad relacionada con el tema. Al salir de la actividad, caminábamos por la Bolívar en medio de un apagón y de repente caímos al vacío por una alcantarilla abierta por trabajos que realizaba Obras Públicas o el Ayuntamiento, sin siquiera poner un letrero. Pudimos reaccionar y detener la caída al abrir los brazos. Apenas podíamos respirar, y temíamos lo peor: alguna costilla rota incrustada en el pulmón. Nos arrastramos hasta un edificio donde un hombre conversaba con una señora. Al pedirle auxilio, sacó una pistola y nos llamó «asaltante cuentista», «¡Vete antes de que dispare!». Seguí arrastrándome hasta la casa de mis hijos, en la vecindad, desde donde fui llevado de urgencia a la Clínica de Pediatría y Especialidades de la Independencia. Por fortuna, no hubo fractura, pero duré un mes en cama, sin apenas poder moverme por las contusiones que el impacto terrible de la caída súbita causara, y con dolores en la zona hepática que aún catorce años después se manifiestan. El fucú del Hombre Ese nos castigó esa noche. Pudimos haber caído al fondo y desaparecer, tragados por la noche; o recibir varios balazos del energúmeno que nos negó auxilio y luego habría argumentado con una testigo que fue en defensa propia; o sufrir la rotura y perforación pulmonar que temimos inicialmente. ¿Pero a quién podíamos demandar? Por eso, quizá de forma egoísta por haber sido afectado por algo similar aunque no tan trágico, me ha «tocado» este artículo. ¿Cuántos miles de «accidentes» similares o peores han ocurrido sin que institución o autoridad alguna haya sido responsabilizada? (Camino a Cotuí se acaba de derrumbar un puente y hubo un muerto y heridos...Y qué decir de los electrocutados cuando llueve y se cae algún alambre del tendido eléctrico?). Pero para esos periodistas aludidos, tales acontecimientos son banalidades, no reditúan, la noticia es la pugna por escoger los árbitros del próximo circo electoral o la «consulta popular» para deformar aún más el mismo pedazo de papel, o «Micky (Mouse?) el-que-resuelve».

Francisco

Sara

Ana Fondeur 1230 Pennsylvania ave apt 7E Brooklyn, NY 11239