Usuario (informática)

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Según la Real Academia Española, un usuario es «aquél que usa algo» o «que usa ordinariamente algo».[1]​ Por ejemplo un usuario de una biblioteca es un lector interesado en leer algún volumen de su archivo. Sin embargo, esto se opone a los conceptos de la Web semántica, Web 2.0 y 3.0, ya que la realidad actual prima a los ciudadanos como emisores y no solo como receptores que «usan» los medios. Es preferible, por tanto, hablar de actores, sujetos, ciudadanos, etc. para referirse a las personas que interactúan en las redes digitales.[cita requerida]

Tipos de usuario informático

En sentido general, un usuario es un conjunto de permisos y de recursos (o dispositivos) a los cuales se tiene acceso. Es decir, un usuario puede ser tanto una persona como una máquina, un programa ,etc.

Usuario anónimo

Un usuario anónimo en informática es aquel que navega en sitios web (o usa cualquier servicio de la Internet) sin identificarse como usuario registrado. En algunos servicios de Internet se dispone de un modo de uso como usuario registrado y otro como usuario anónimo; normalmente, el usuario registrado goza de mayores privilegios.

El anonimato en Internet es uno de sus puntos fuertes, a la vez que motivo habitual de discusión. A los usuarios les gusta sentirse libres para expresarse, mientras que ciertos organismos quisieran un mayor control de todo el movimiento por la red para actuar con más eficacia contra la delincuencia en línea. Para contrarrestar el anonimato se pueden llegar a utilizar «alias».

Usuario beta tester

En el proceso del desarrollo de software, existe un usuario intermedio entre el desarrollador y el usuario final, que se encarga de comprobar que el programa trabaje de la forma prevista. La tarea de los beta testers es reportar errores al programador/desarrollador, y es en gran medida responsable de que el programa llegue al usuario final sin errores.

Otras definiciones

El usuario en función de su experiencia

Aunque las personas que tienen contacto directo con las computadoras pueden ser definidas colectivamente como usuarios, de forma individual tienen numerosas diferencias (edad, sexo, conocimientos previos, motivación, etc). Sin embargo, hay situaciones en que es necesario clasificarlos en una sola categoría; por ejemplo, para fines de evaluación. Una de las más utilizadas es la que clasifica a los usuarios según su nivel de conocimiento (avanzado, principiante, intermedio). Ya Sutcliffe (1988) lo define de la siguiente manera:[2]

  • Inexpertos: son las personas que no tienen experiencia en el uso de máquinas y tecnología.
  • Principiantes: personas que han tenido algún contacto con maquinaria y tecnología;
  • Habilitados: son usuarios competentes, pero que les falta algo (al nivel de conocimiento o comprensión) que les permitan ser clasificados como expertos. Se podría decir que la mayoría de los usuarios entran en esta categoría.
  • Expertos: se trata de personas que poseen tan vasto conocimiento sobre la maquinaria y tecnología, que serían capaces de desmontarla y volver a montarla si fuera necesario. Constituyen un grupo relativamente pequeño de personas.

Hackos (1994)[3]​ sugirió que debería haber una categoría de «usuarios en transferencia» para incluir los habilitados que están aprendiendo una nueva aplicación (convirtiéndose temporalmente en «novatos»). Ha recomendado también que se tuviera en cuenta el tipo de uso: los «usuarios por repetición» serían aquellos que pueden utilizar el sistema de manera competente, desde que sigan instrucciones y rutinas. Es decir: aunque podrían ser clasificados como usuarios habilitados, su falta de entendimiento los excluye de este grupo.

En 1998, Hackos y Redish han emitido su propia clasificación,[4]​ basada en la de Dreyfus y Dreyfus (1986):[5]​ usuarios principiantes, principiantes avanzados, usuarios competentes y usuarios expertos. Esta escala de progresión continua permite ordenar a todos los usuarios en alguna de sus etapas, pero no toma en cuenta que alguien puede ser apto en alguna aplicación y novato en otra. En 1982, Carey había sugerido un modelo bidimensional que tuviese en cuenta la capacidad para las aplicaciones en general y en programas específicos.[6]​ La clasificación propuesta por ella fue: inexperientes (una persona con un conocimiento mínimo, sea de la aplicación, sea del sistema), principiantes (poco conocimiento de la aplicación, pero conocimiento sustancial del sistema), ocasionales (que tienen un conocimiento considerable de la aplicación, pero conocimiento limitado del sistema) y expertos (que tienen un conocimiento considerable de los dos aspectos).

En 1997, Smith añadió una tercera dimensión al modelo, el conocimiento general de tecnología de la información (alfabetización informática), lo que le permitió crear el «cubo del nivel de habilidad del usuario».[7]​ Al clasificar en alto o bajo el conocimiento de la aplicación, del sistema y de la alfabetización informática, Smith ha generado ocho tipos diferentes de usuarios: principiantes, «loros» (que solo repiten lo que se les enseña), alfabetizados, capacitados, ocasionales, específicos, en transferencia y expertos.

Una característica común a todas las clasificaciones de usuarios es que tarde o temprano, todos ellas resultan ser problemáticas. Por lo tanto, como regla general, la clasificación en tres niveles básicos (avanzado, principiante, intermedio), debe ser más que suficiente para establecer el nivel de habilidad de los usuarios.

Véase también

Referencias

  1. «usuario» DRAE. Consultado el 13 de junio de 2014.
  2. Sutcliffe, A. Human-computer interface design. Londres: Macmillan, 1988.
  3. Hackos, J. T. Managing your documentation projects. Nova York: Wiley, 1994
  4. Hackos, J. T. y Redish, J. C. User and task analysis for interface design. Nova York: Wiley, 1998
  5. Dreyfus, H. L. y Dreyfus, S. E. Minds over machines. Nova York: Macmillan, 1986.
  6. Carey, T. User differences in interface design. «Computer» 18, 14-20, 1982.
  7. Smith, A. Human-computer factors: A study of users and information systems. Londres: MacGraw-Hill, 1997.