Ir al contenido

Usuario:Pastorga.cl/Taller

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La revolución de los territorios y de las energías, Patagonia, borde costero, glaciares y aguas libres, Santiago, LOM Ediciones, 2015

“La revolución de los territorios y de las energías”, se instala en un debate pertinente a partir de la convicción de que según Horvarth el actual sistema “ya no se sustenta ni en lo económico, ni en lo ambiental, ni en lo social ni en lo cultural”. Antonio Horvarth

Introducción:[editar]

"A través de propaganda, artículos y distintos espacios en los medios de comunicación, se ha jugado con la opinión pública señalando que si no se efectúan megaproyectos hidroeléctricos con largas líneas de transmisión, centrales termoeléctricas en el borde costero del océano Pacífico y, alternativamente, plantas nucleares, los chilenos nos que- daremos sin luz eléctrica, es decir, a oscuras. Este tipo de presiones acontece también en muchos países y responde a un modelo donde los oligopolios se hacen cargo de la energía. Hermann Scheer, principal impulsor de las energías renovables en Alemania, explica muy bien este fenómeno en su libro El imperativo energético (2010), donde afirma que independientemente del modelo político, de mercado o dirigido, esta controversia obedece con claridad a intereses de unas pocas empresas públicas o privadas eléctricas muy concentradas. Estos son planteamientos más propios de paradigmas del siglo xx que pro- mueven el desarrollo como crecimiento económico con tendencias a grandes soluciones y cuyo costo no se hace cargo del daño ambiental, de la contaminación, del alto grado de deterioro social y cultural, y en los recursos naturales y en servicios como el turismo. Estos daños se producen especialmente en el nivel local y terminan afectando a toda la sociedad.

Las experiencias en distintos países del mundo que han sufrido alzas bruscas de precios del petróleo, cortes de suministro  de gas –como Alemania y Chile–, junto con las consecuencias  del calentamiento global, producto de los gases de efecto invernadero, enseñan que hoy es más atractivo y necesario implementar políticas con participación ciudadana–de carácter vinculante– para poner en actividad los potenciales de las energías renovables no convencionales (ERNC) –eólica, hidroeléctrica, geotérmica, solar, biomasa y mareomotriz–; avanzar en eficiencia energética, aprovechar la cogeneración y transformar a los consumidores  residenciales, comerciales, de transportes y de instalaciones industriales en generadores. Hoy los avances tecnológicos permiten obtener energía de forma cada vez más conveniente, directamente  del sol, del calor de la tierra, de las caídas de agua, del viento, del movimiento del mar y de la vegetación terrestre y marina. En paralelo, se realizan investigaciones para obtener  energía de la fusión nuclear, en sistemas captadores del dióxido de carbono y reciclaje de cenizas,  que hay que observar con particular interés crítico, por el efecto ambiental, impacto económico y riesgos que implican, y también porque se utilizan como excusa para posponer el uso de las ERNC. También hay esfuerzos para generar energía y ocuparla además en transporte a partir del uso de hidrógeno, que a su vez requiere de mucha energía para ser producido. Con las tecnologías de la información y el internet industrial es posible ajustar las demandas con las de la producción de energías renovables, algunas bien variables, y así regular su almacenamiento, incluyendo fórmulas que involucren a todos los actores, de manera que conviertan los antiguos esquemas de productores-consumidores en sistemas inteligentes y, de paso, impulsen cambios relevantes en nuestros hábitos y estilos de vida.

Los distintos potenciales que tiene el territorio y el mar, con su diversidad natural y cultural, requieren para su valoración, recuperación o puesta en actividad, según sea el caso, de planificación estratégica a través de instrumentos participativos como el ordenamiento territorial, la zonificación del borde costero y el manejo integrado de cuencas. En Chile no hemos implementado la práctica de la planificación, herramienta que debe estar en la primera etapa de cualquier actividad o proyecto, garantizando reglas del juego claras para todos, incluso en el caso de los tradicionales proyectos de centrales hidroeléctricas y térmicas, sean éstas medianas o mayores. Esta fórmula permite soluciones integrales y socialmente aceptadas. La denominada crisis energética que vivimos en nuestro país, pro- ducto de una alta concentración económica, tiene alcances políticos y mediáticos importantes, al punto de que los ciudadanos de Chile son cada vez más conscientes de la necesidad de informarse por sí mismos y participar, tanto para evitar abusos como para buscar mejores alternativas energéticas. Esta situación es propicia para lograr los acuerdos base a nivel local, regional y de los distintos territorios –por ejemplo las cuencas– para avanzar hacia una política energética nacional de largo plazo que armonice los emprendimientos de todo tipo con un proyecto de sociedad vital, diverso y positivo. Un caso concreto ocurre con las alternativas de desarrollo energé- tico para una zona de privilegio ecológico reconocida a nivel mundial: la Patagonia chilena. Los megaproyectos hidroeléctricos  con largas líneas de transmisión son, sin duda, incompatibles con el desarrollo turístico, la conservación y la producción de servicios con un sello de origen natural. Del mismo modo, el extenso y diverso borde costero de Chile es objeto de amenazas y daños por efecto de descargas de residuos industriales líquidos que se vierten en las cuencas, depósitos de antiguos relaves mineros y aguas servidas sin tratar, y por proyectos termoeléctricos a carbón y gas. Las faenas mineras en la cordillera de los Andes, en sectores antes casi inaccesibles cuya línea de nieve es cada vez más alta, por el efecto del cambio climático y por el uso de tecnologías invasivas, junto con grandes demandas de energía, ponen en jaque a ecosistemas frágiles, fuentes de agua, glaciares, patrimonios naturales, atractivos turísticos, y a la agricultura y a las ciudades de los valles cercanos.

Gracias a su gran diversidad natural, es claro que Chile tiene mejores opciones en las energías renovables y en el uso armónico y respetuoso del territorio y del mar. Por lo tanto, es urgente difundirlas y darles sustento político, legal y social. Este libro ha sido escrito de la forma más didáctica y sincera posible, en los tiempos que me dan los vuelos hacia y desde Aysén; cuenta también las dificultades que llevan estos desafíos, pretende ayudar al debate ciudadano de todos los sectores de nuestra sociedad y motivar los acuerdos necesarios para que definamos una política de energía inclusiva, del uso del territorio y del mar, de desarrollo y crecimiento orgánico de las regiones de nuestro país, y, entre otros objetivos, fije las capacidades de carga con los ecosistemas naturales y culturales que garanticen su sostenibilidad.

Chile goza de una posición privilegiada en un cuadrante casi completo del océano Pacífico, posee buenos puertos, cuenta con fuentes de minerales clave para la energía, como litio y cobre; tiene el desierto más árido del mundo, importantes cuencas con ciclos hidrológicos asociados a la cordillera de los Andes, con glaciares que alcanzan una superficie de 20.575 km2 (según DGA), lo que constituye la tercera reserva de agua más grande del mundo, después de la Antártica y Groenlandia. Estos potenciales se dan con otros factores socioculturales,  como el endemismo de ecosistemas y la alta diversidad natural, étnica y cultural. El significativo número de universidades y de centros de investigación en todas las regiones de Chile y una institucionalidad que permite hacerle reformas, nos otorga una condición estratégica y relevante en la valoración y cuidado del planeta. De mantenerse el centralismo y la actual tendencia al desarrollo de megaproyectos, la concentración  energética y en otras áreas de la economía, se dañará irreversiblemente nuestro territorio, transformándolo en zonas de sacrificio, tal como sucede en otras partes del mundo. Aún estamos a tiempo para decidir por mejores opciones."

Indice:[editar]

  1. Introducción
  2. Energías renovables en Chile
  3. Potenciales de desarrollo Armónico en la Patagonia
  4. Desafíos Ante mega proyectos en la Patagonia
  5. Desafíos ante termoeléctricas y proyectos industriales en el borde costero
  6. Política, legislación energética y del agua
  7. Desafíos para activar los potenciales de la Patagonia
  8. Campañas por una Patagonia Libre, por un territorio armonizado y con energías renovables
  9. Canalizando la revolución de los territorios
  10. Conclusiones
  11. Bibliografias y referencias
  12. Anexos
    1. Potencial Energías renovables No convencionales de Chile y Zona Austral
    2. Alternativas energeticas al 2020
    3. Bosque nativo en Chile 2014
    4. Potencial Hidroelectrico de Aysén de Grandes Centrales
    5. Pueblos Costeros. Actuales y Potenciales del litoral de Chile
    6. Proyecto ordenamiento territorial borde costero lago Budi
    7. Potenciales de desarrollo Armonico de la Patagonia
    8. Resumen de requerimientos para poner los potenciales de la Zona Austral en acción