Usuario:Onelio Garcia/Taller
Motociclismo Clásico Cubano
[editar]La primera motocicleta entró a Cuba el 3 de septiembre de 1899, triciclo italiano de la marca Prinetti & Stucchi según un recorte de la Revista "El Fígaro", la motocicleta tenía un motor de benzina, patente Prinetti, diseño sencillo, fácil de maniobrar, basado en un bastidor que unía las tres ruedas o puntos de apoyo; colocado en el centro de gravedad, aspecto este que lo convertía en una motocicleta estable en cualquier tipo de superficie.
Se ha podido confirmar que los precursores del mercado motociclístico en La Habana fueron los señores Cristián Bru y José Presas, dos comerciantes que dedicaron su vida al motor en la Isla.
Ya en el año 1908 aparece la Primera flotilla de la policía en Cuba, con bicicletas con motor de la casa Fils de Peugeot. Posteriormente aparece el primer “negocio oficial” de motocicletas Excelsior-Henderson 1917 en La Habana, y se expande el mercado norteamericano con aparatos de la talla de las legendarias Indian, Harley-Davidson, aunque también existió un mercado inglés paralelo a este mercado “americano” producto de la distribución de otras motocicletas procedentes de Europa (motores ingleses). Mercado este último, que ofreció una fuerte competencia a los productos del norte.
En la primera década del siglo XX (1917), los hermanos Harris Bros. Co. comienzan a inundar el mercado con las fascinantes motocicletas Harley-Davidson realizando competencias en diferentes lugares. A pesar de eso, esta sociedad no pudo mantener su hegemonía entre los clientes habaneros, debido a las mismas condiciones del momento y la fuerte competencia de motocicletas inglesas. En los años ’20 estos patronos venden la dependencia a José Luis Bretos.
Los primeros motoristas cubanos que se aventuraron a guiar un motocicleta con ánimos competitivos en la isla fueron: "Cosú” de Cárdenas, Matanzas, Follo y el conocido "Potaje” los cuales dedicaban parte de su tiempo a hacer competencias en La Habana... Ya en el año 1917 aparecen las primeras competencias oficiales en el Hipódromo Oriental Park. En los años 20 se sistematizan este tipo de eventos en la isla, hasta los años 50 en que pasan a formar parte de la vida cotidiana de los habaneros fundamentalmente los fines de semanas en las carreteras, pistas de aviación de la provincia y las grandes avenidas en construcción.
En la década del ’50 en Cuba, se hizo sentir la nueva política empresarial Harley-Davidson orientada a los concesionarios para: mejorar la imagen en los consumidores, facilitar las entregas, incrementar la publicidad y comprometerse con la marca. Incluso, se llegó a prohibir la reparación de otras marcas de motocicletas en los talleres HD para contrarrestar la competencia. En esos años, José Luis Bretos era el fiel defensor de la marca en la Isla.
En la década del ’60, después de la rotura de las relaciones diplomáticas con EE.UU., los negocios de motocicletas se deprimen, desapareciendo las antiguas asociaciones por la falta de piezas y recambios creándose una preocupación entre los distintos propietarios debido a que sus máquinas día a día se fueron deteniendo en muchos rincones, garajes y patios de Cuba.