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Los valores políticos son el principal instrumento mental que utilizan los ciudadanos al procesar la información política que interceptan.[1]​ En función de los valores políticos, cada persona interpretará los acontecimientos relacionados con este ámbito de distinta manera. Normalmente los valores políticos se asocian al concepto de clivaje, debido a que estos últimos son formados en función de la distribución de los distintos valores políticos entre la población.


Etimología y relación con otros términos[editar]

El primer autor en utilizar este término tal y como lo conocemos ahora fue Leon Festinger en su obra publicada en 1957 Teoría de la disonancia cognoscitiva[2]​.

No debe confundirse los valores políticos con Cultura política, identidad política, actitud política u opinión pública, términos con los que los valores políticos tienen relación y que dan lugar a confusiones. [Nota 1]


Mientras la cultura política hace referencia a todas aquellas actitudes, conocimientos, etc., que tiene una comunidad. Los valores políticos es una parte de la cultura pero en ella están incluida más aspectos. Y además tienen un enfoque colectivo.

Con respecto a la identidad política, los valores políticos crean una estructura mental que permite analizar y evaluar los hechos políticos. Esta estructura mental es la identidad política.

Por último, las actitudes políticas son las disposiciones que tiene cada persona con respecto a las acciones políticas. Este conjunto de disposiciones de cada persona en una comunidad crea la opinión pública. Las actitudes, por su parte, están determinadas por la identidad política.

Origen de los valores políticos[editar]

En este apartado nos centraremos en analizar los elementos que construyen los valores políticos del sujeto. De este modo cubriremos los siguientes aspectos: La socialización primaria, los valores prepolíticos, la movilidad y la socialización secundaria

Socialización primaria[editar]

Los sociólogos definen socialización como “el complejo proceso por el cual el individuo conforma sus valores a lo largo de su vida”. Este se lleva a cabo a través de los denominados agentes de socialización, es decir, las diferentes instituciones, estructuras y relaciones encargadas de llevar a conformar al individuo en el sentido mencionado. Por lo tanto, si aplicamos estos conceptos al tema que nos competen, la socialización política hace referencia a los valores políticos adquiridos en dicho proceso, o lo que es lo mismo los procesadores de información política[3]

La Familia[editar]

Los distintos estudios sociológicos al respecto sostienen tres tesis principales que sostienen la importancia capital de este elemento para el proceso de socialización política del individuo: La primera, que los valores políticos se van adquiriendo a edades muy tempranas; la segunda, que hay una correlación causal entre los valores políticos de los padres y los que adquieren los hijos (aquí incluimos una multiplicidad de valores políticos como al adscripción a un partido, el nacionalismo o la ideología) y la tercera, que los niños integran valores políticos antes de conocer su significado o tener opiniones formadas sobre asuntos políticos. Además, si bien las opiniones sobre cuestiones políticas concretas pueden presentar cierta variación a lo largo de los años, los valores políticos principales se mantienen no solo se mantienen estables a lo largo de la vida, sino que se van consolidando debido a que es probable que cuanto más tiempo pase, más habrá empleado el individuo dichos valores, y mas consolidados estarán, pues se irán haciendo más congruentes con sus opiniones y decisiones.[4]

Los valores prepolíticos[editar]

Podemos definir los valores prepolíticos como “aquellos valores que no se refieren a cuestiones explícitamente políticas pero que sí son cuestiones fácilmente politizables” Veamos algunos ejemplos de valores prepolíticos: Integración social, identidad nacional, religiosidad y clase social subjetiva. Los valores prepolíticos son agentes de socialización política, es decir tienen una gran influencia, en los valores políticos y en las acciones derivadas de estos. Aunque todos los valores prepolíticos influirán, en última instancia, en el voto, centrémonos en otras repercusiones específicas. Un ejempo es la integración social, que condicionará la actitud de de votar o abstenerse. En el caso de la identidad nacional, tendrá un papel preponderante sobre el nacionalismo y la clase social subjetiva, por su parte influirá en la ideología izquierda-derecha.[5]

La movilidad[editar]

Este elemento, referido tanto a la movilidad dentro de clases económicas como la geográfica, condiciona los valores políticos, sobre todo, en el hecho de que, una vez adquiridos, pueda haber un cambio de los mismos a lo largo del tiempo en vez de una consolidación. En este sentido, si un individuo adinerado pasa por estrecheces económicas, sus valores políticos van verse influidos, del mismo modo que si un obrero de valores y actitudes de izquierdas asciende de clase social.[6]

La socialización secundaria[editar]

Nombrar la socialización secundaria es relevante dado que no solo tiene repercusión en los valores políticos en sí, sino en la reafirmación o desincentivación de los adquiridos en la socialización primaria antes nombrada. Aquí, tal y como hemos mencionado en la primaria, también existen agentes socializadores, que en este caso serán: La escuela, los medios de comunicación y los compañeros. [7]

La escuela[editar]

La escuela es una potente fuente de transmisión de marcos interpretativos del mundo, y por ello, también de valores políticos. A pesar que durante la transición, y tras décadas de Formación del Espíritu Nacional y Educación cívico social, se quisiera a la formación política explícita, la escuela tiene un papel fundamental en la formación de los valores políticos a través de libros de texto, lecturas obligatorias, eventos, profesorado, interactuación social.[8]

Medios de comunicación[editar]

Desde algunas posturas sociológicas se postula que este agente socializador tiene capacidad de influenciar en los valores políticos dado que se afirma que un individuo expuesto a un medio de comunicación cambiará sus valores políticos hasta que estén en consonancia con aquello que recibe.[9]

Los compañeros[editar]

Se refiere a las interactuaciones sociales estables, el círculo de reconocimiento del individuo, denominado en términos anglosajones: peer group (grupo de iguales). La potencialidad socializadora de este agente reside en para empezar, el hecho de que el ser humano necesite reciprocidad de dicho grupo de reconocimiento, por lo que el reforzamiento o castigo de ciertas conductas tiene un impacto directo en los valores en general y los políticos en particular, debido también entre otros al alto grado de credibilidad transmitido por dichos actores. En segundo lugar, el hecho de que los contactos sean tan frecuentes y prolongados también es determinante a la hora de advertir la fuerza socializadora de este agente.[10]

Relación con el concepto de clivaje[editar]

Sabiendo ya cual es el origen de los Valores políticos, existe un concepto que también resulta necesario para entender lo que es finalmente un Valor Político. Ese concepto es el Clivaje (escisión o fisura). Es un concepto utilizado para el análisis de las tendencias de voto, es decir, la división de los votantes en diferentes bloques separados por "escisiones" y agrupados.

Cuando se realiza un análisis del voto se asume que los votantes optan votar a un partido determinado por la solución u opción que éste toma respecto de una o varias cuestiones, eligiendo la opción que más se acerca a su propia postura. El clivaje es la escisión que separa a los votantes en defensores y adversarios de un tema en particular, y puede llevar a convertirlos en votantes de un partido determinado. Un problema que se nos puede presentar es que existen tantas divisiones en la sociedad como miembros de la misma. Los clivajes más comunes desde la Revolución Industrial, que terminaran dando lugar a la aparición de partidos políticos son:

  • Clivaje Centro-Periferia o clivaje identitario: La división entre las élites de las zonas urbanas y los habitantes de las zonas más alejadas. Este clivaje por lo general se expresa en términos de nacionalismo regional.
  • Clivaje Estado-Iglesia o clivaje religioso: División entre los votantes religiosos y seculares.
  • Clivaje Propietario-Trabajador o de clase: Es la división que causaría la formación de partidos de izquierda y derecha. A veces se argumenta que esta división representa un conflicto entre ricos y pobres.
  • Clivaje Campo-Ciudad o Tierra-Industria: Como he señalado antes podemos destacar cientos de clivajes, dos de ellos que están en duda sería el clivaje sobre el sexo y otro sobre la edad.
  • Clivaje sexual: ¿Realmente existen partidos a los que las mujeres voten más? La respuesta empírica es que no. Los porcentajes de voto para los diferentes partidos en los países occidentales avanzados no difieren significativamente entre hombres y mujeres, es decir, no hay grandes distancias que permitan hablar de partidos de hombres y otros de mujeres. Es decir, no existiría un clivaje entre sexos.


Finalmente destacar que estos clivajes siempre están determinados por la posición de los individuos en la estructura social y por tanto, no puede ser nunca una división generada por cuestiones actitudinales o ideológicas y que gracias a estos podemos distinguir entre perfiles de votantes y modelos ideológicos. [Nota 2]


Valores políticos y partidos políticos[editar]

Cuando se recibe una información con un contenido político extraño, el individuo compara la información que le llega con algún valor político que tiene interiorizado e intuye si le cuadra o no con este valor político. El ciudadano procesa la información política que recibe a través de sus valores políticos, que se convierten casi en el único punto de referencia que tiene el ciudadano de a pie para valorar los estímulos que le llegan. La utilización de los valores políticos como procesadores de información política provoca que se acepten determinadas opiniones que concuerden con aquellos valores políticos. La aceptación de aquellas opiniones coincidentes reafirma la convicción con la cual uno mantiene un determinado valor político.

Para entender la relación que existe entre los valores políticos y los partidos políticos primero debemos entender cual es la función principal que tienen los valores políticos. El ciudadano procesa la información política que recibe a través de sus valores políticos, que se convierten casi en el único punto de referencia que tiene el ciudadano de a pie para valorar los estímulos que le llegan. La utilización de los valores políticos se convierten en procesadores de información política que provocan que se acepten determinadas opiniones que concuerden con los partidos políticos, es decir, la aceptación de aquellas opiniones coincidentes reafirma la convicción con la cual cada uno mantiene un determinado valor político. Una vez que ya sabemos que los valores políticos actúan como procesadores de información, entran en juego los partidos políticos que con unos determinados valores e ideologías, el votante se siente identificado con estos. Un proceso de identificación con los partidos que servirá posteriormente para delegar y crear fuerzas políticas.

El origen de los partidos políticos modernos comienza con los partidos de cuadros en el siglo XVIII que nacen con la creación de lo que conocemos como Parlamento, posteriormente estos partidos pasarán a ser partidos de masas, con el intento de la ampliación de derechos por parte los trabajadores en el siglo XIX, posteriormente ya entrado el siglo XX se dan los partidos “catch-all” que apartan la ideología con la intención de conseguir un mayor número de votos y finalmente los partidos “cártel” los cuales suelen ser partidos que engloban las mayores fuerzas políticas, consiguiendo así una mayor legitimidad posible. Todos estos tipos de partidos a lo largo de su historia han compartido unas mismas características, todos ellos disponían de una identificación de lo que ellos consideraban positivo o negativo y tenían una línea de pensamiento determinada. En tanto y cuanto un partido se pronunciaba sobre cualquier tema creaba opiniones sobre la población la cuál identificaba si estaba de acuerdo o no con lo que este partido proponía. Con la creación de opiniones, se han creado distintos partidos con propósitos y fines distintos con tal de obtener el mayor respaldo de la población que se veía reflejado en votos, y que por lo tanto legitimaba la acción del partido.

Críticas[editar]

Ante los Modelos anteriores que pretenden dar una explicación entre los valores políticos y los votos a partidos políticos surgen diversas críticas.

Por una lado la crítica al Modelo Michigan puesto que parte de la idea de un bipartidismo casi perfecto y por lo tanto tendría ciertas dificultades al adoptarse en un sistema multipartidista, como por ejemplo puede haber en varios países de la Unión Europea.

Por otro lado del Modelo ideológico del voto surge otra crítica y es que no se termina de adaptar a la realidad actual donde la identificación tradicional a un partido en el eje de izquierda a derecha se queda escaso y no termina de dar una explicación eficaz, puesto que el espectro político a cambiado y comienzan a aparecer partidos de abajo y de arriba. Sería una visión bastante superficial y simplificada de los que es la realidad política actual.

En todos los modelos se parte de la idea de que la gran mayoría de personas tienen ideología política pero realmente no todas las personas disponen de una serie de valores políticos claros o de una ideología. Además de que muchas personas que no dispone de una ideología clara expresarían su voto de la forma más racional posible, es decir, lo que ellos consideran como maximizar su utilidad. Por ejemplo votar al partido X porque este conseguirá una mejora económica para este individuo.

Y finalmente, fruto de la pérdida de influencia de la identificación con los partidos políticos se comienza a dar el fenómeno de volatilidad de votos, dado a diversos factores como: el reemplazo generacional, el nivel de estudios o acontecimientos que afectan a los partidos y concretamente a los votantes. El fenómeno de la volatilidad se da en los cambios que un votante puede hacer entre elección y elección siendo infieles al partido que habían votado anteriormente.

Véase también[editar]

Notas[editar]

  1. El manual de Anduiza y Bosch es muy ambiguo con respecto a estos términos, por lo cual hemos decidido hacer una diferenciación entre ellos con el fin d ehacer más claro el concepto
  2. Por tomar un ejemplo sería interesante repasar los principales clivajes dentro de las elecciones presidenciales de los EEUU del pasado 2016 donde se pueden ver claramente las diferencias entre lo que sería el Campo y la Ciudad y el Centro y la Periferia.

Referencias[editar]

  1. Anduiza & Bosch, 2012, p. 187
  2. ISBN 13: 978-84-259-0430-1, 1975, Editorial: Centro de Estudios Politicos y Constitucionales.
  3. Anduiza & Bosch, 2012, p. 190
  4. Anduiza & Bosch, 2012, p. 191
  5. Anduiza & Bosch, 2012, p. 193
  6. Anduiza & Bosch, 2012, p. 194
  7. Anduiza & Bosch, 2012, p. 195
  8. Anduiza & Bosch, 2012, p. 196
  9. Anduiza & Bosch, 2012, p. 195
  10. Anduiza & Bosch, 2012, p. 196

Bibliografía[editar]

  • Anduiza, Eva; Bosch, Agustí (2005). Comportamiento político y electoral. Ariel. p. 282. ISBN 9788434404991. 
  • Parsons, Talcot (1951). El sistema social. ISBN 9788429287233. 
  • Abrams, Mark (1965). «La clase social y los valores políticos». Revista de estudios políticos (140): 25-40. ISSN 0048-7694. 
  • Inglehart, Ronald; Díez, Nicolás Juan (1994). Tendencias mundiales de cambio en los valores sociales y políticos. Libros Fundesco. ISBN 84-8112-022-7. 
  • Aguilar, Salvador (diciembre de 2009). «La clase social y los valores políticos». Congreso de Ciencia Política. 
  • Vallés, Josep María (2000). Ciencia Política:una introducción. ISBN 9788434418240.