Ir al contenido

Usuario:Luis miguel correa juarez

De Wikipedia, la enciclopedia libre

CHULUCANAS, LA PRINCESA QUE MURIÓ DE AMOR


En tiempos inmemorables, entre los ríos “Yapatera” y “Ñacará”, bajo el dominio de los reyes Inácas, existía un pueblo de mujeres guerreras, gobernado por una valerosa princesa Tallán, llamada Chulucanas, mujer de gran hermosura, humanitaria y aguerrida, la que juntamente con sus vecinas las caciques “Paucha”, “Huápala”, “Sáncor”, “Talanka”, “Huasima” y “Ñoma”, hicieron gran resistencia al general incaico enviado desde Huancapampa por Túpac Yupanqui, para conquistar estos dominios que eran grandes de la valentía y hermosura de la matriarcados.

Estas tribus vivían en casuchas hechas de carrizos y caña brava, la cual abundaba en las orillas de los ríos vecinos, en la acequias, quebradas y lagunas, las que eran embarradas para protegerse del frío, mediante el sistema de barro embutido.

La única construcción hecha de piedra y barro con techo de totora era la destinada a la Chulucana y su servidumbre.

Hombres y mujeres se dedicaban al laboreo del campo aprovechando el agua de los ríos en épocas de lluvia, así como la de las quebradas que bajaban de la serranía, la cual discurría por un gran canal de piedra que pasaba cerca de la ciudadela.

Adoraban al Sol y la Luna, así como a la culebra, al venado, la garza y el gallinazo al que consideraban el Dios de la muerte.

PRESENTES DE ORO PARA LA REINA

Cierta vez, la comarca se vio alborotada, pues por el lado sur, una gran comitiva con vestimenta y plumaje multicolor hacía su ingreso, aprovechando las primeras horas del día, al toque de tamborcitos y quenas, dando una nota agradable al lugar.

Era el Cacique “Allanique”, el cual tenía sus dominios al sureste, muy distinta, y conocedor de la valentía y hermosura de la Chulucana, le enviaba mensajeros con presentes de oro y variedad de pájaros multicolores, haciéndole conocer su deseo de visitarla, pues se encontraba ya a poca distancia del lugar. Al despertar del siguiente día mientras el majestuoso astro rey asomaba pero el floreado cerro, vigía del lugar, y las aves por centenares trinaban dulcemente, se escuchaba ya a lo lejos el melodioso sonido de las flautas, acompasado por quenas y tambores, ante la algarabía de los lugareños los que en gran número salieron al encuentro del ilustre visitante.

El cacique Allanique, vanidoso se mecía en su litera de oro que estaba adornada con pieles de fieras y pájaros salvajes, llevado en hombros por sus gallardos súbditos, cuyos pechos brazos y frentes resplandecían al contacto de los rayos solares con los adornos de oro. Igualmente la litera parecía el mismo Inti con su brillo enceguecedor, lo cual sorprendió y enmudeció de asombro a los vasallos de Chulucanas.

En la explanada del pequeño cerro que servía de adoratorio y Atalaya al poblado, lo esperaba majestuosa y vistiendo los mejores atuendos, la Chulucanas juntamente con las otras invitadas, los jefes de los dominios vecinos y sus delegaciones, produciéndose al encuentro un júbilo indescriptible.

Los agasajos en honor al visitante duraron muchos días, en donde los potajes y bebidas abundaron, así como las competencias con las armas entre las guerreras de los diversos cacicazgos, y el hábil manejo de los botes sobre las turbias aguas del río Piyurha. Los danzantes con ropajes multicolores daban también la nota pintoresca a la real ceremonia.

El cacique Allanique, enamórese de la Chulucana, siendo correspondida por la valerosa guerrera para satisfacción de los vasallos.

Allanique estuvo morando al lado de su amada por mucho tiempo, habiendo enviado emisarios y manteniéndose constantemente informado sobre su ejercito y dominios los que había encomendado a su más fiel general.

Y fue cuando se proponía, regresar a su pueblo, que de repente enfermó de gravedad atacado por una rara dolencia ante la pena y consternación de sus súbditos.

Los hechiceros de ambos gobiernos nada pudieron hacer para lograr su mejoría, vanos fueron sus invocaciones, sacrificios y yerbas medicinales de los que se valieron para lograr su recuperación.

FUE SEPULTADO CON RICO AJUAR

Un atardecer, ayudado por su amada para mirar por última vez a su padre el sol que ya desfallecía en el horizonte, murió ante el llanto inconsolable de todo su pueblo.

Con gran tribulación y cumpliendo su último deseo, fue enterrado en la gran huaca que estaba en la falda del cerro, lugar de meditación de su amada, los funerales duraron varios días .Todo el pueblo vistió de negro.