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Usuario:LuTTi/Casa de los Balcones


La Casa

La Casa de Los Balcones es una antigua y tradicional edificación del s. XVII, situada en la Villa de La Orotava, en la isla de Tenerife, Islas Canarias. También conocida como casa Méndez-Fonseca por sus antiguos inquilinos, se caracteriza por sus balcones típicos canarios de pino de tea, visibles en su fachada y patio interior.

Después de haber pertenecido tanto a personajes ilustres como a conocidos militares del ejército canario, las últimas cuatro generaciones ha sido propiedad de la familia Machado, la cual ha mantenido la casa en perfecto estado y compartido su historia y belleza con miles de visitantes y turistas de todas partes del mundo.

Preservar las labores y tradiciones de antaño -como son la arquitectura, la artesanía, la confección de trajes típicos, los usos y costumbres canarios, la historia y su folklore- son la razón de ser de esta casa; todo ello respaldado con siglos de historia.

Fachada de La Casa de los Balcones.


Historia[editar]

Casa de los balcones antigua

La historia de La Casa de Los Balcones, considerada monumento de la Villa de la Orotava, se remonta al año 1632, cuando los mejores carpinteros de la época terminaron la construcción de esta casa señorial.

Juana Nieto y Juan de Castro Bazo y Merino se casan el 7/10/1.657. Ésta primera hereda de su tío Don Diego González Nieto el solar sobre el que durante su matrimonio levantaron esta “Casa de Los Balcones”.

El 3 de mayo de 1.690, Juan de Castro Bazo y Merino dispuso su testamento e instituyó universal heredero a su sobrino el coronel Pedro Méndez de Castro. Éste ultimo y al morir lo donó a su hija Juana Méndez de Castro, mujer del coronel Alonso de Fonseca Mesia y Llarena. De aquí paso al hijo de ambos Francisco de Fonseca (1.715-1.719), regidor y capitán que murió soltero, por lo que su disfrute paso a su hermano Mateo, casado en 1.773 con Luisa de Mesa y Baulen, de quienes procedieron

Alonso de Fonseca y Mesa (como capitán luchó en defensa del puerto de Santa Cruz de Tenerife en el ataque de Nelson) y

Mateo de Fonseca y Mesa, sucesor éste de su hermano mayor Alonso (al fallecer sin hijos el 5/9/1.832),

Al morir también Mateo se extingue la familia del erector. Hubo pleito, y lo ganó María Concepción García del Castillo y Martín (viuda de Mateo), quien entró en posesión de esta casa en 1.840.

En 1.885 la compró el industrial Antonio Díaz Flores y Cartaya y a su muerte sus herederos la vendieron a Lorenzo Machado y Benítez de Lugo.

Hoy es propiedad de su nieto Carlos Schönfeldt Machado.


Arquitectura[editar]

Patio interior de La Casa de los Balcones.

La fachada es de tres plantas, con balcón corrido en la parte superior; los cinco balcones de la segunda planta son de rejería, con base de madera. Los vanos están enmarcados por decoración de esgrafiados, con formas geométricas y vegetales; sobre el balcón central se exhiben los blasones de Fonseca. Sobresale la puerta principal, que reúne los tipos de cuarterones y tachonada.

En el patio destaca el ala del frente, por la gran calidad de sus labores en madera. Las altas columnas de tea que, en el patio, se apoyan sobre pedestales de piedra, van disminuyendo en los pisos superiores; en cambio, los aleros se hacen paulatinamente mayores, acusando el efecto de perspectiva. La ornamentación de las galerías es similar a la del balcón superior de la fachada, constituida por balaustres pareados y cojinetes con decoración floral. En el lado izquierdo tiene una curiosa escalera de caracol. Algunas salas tienen techos artesonados. La cubierta del salón principal, aunque es plana, posee una decoración muy recargada.

Destaca y sobresale de los materiales empleados la tremenda presencia de la madera, tea de pino canario, dificil de tallar pero utilizada en todas partes: vigas, puntales, tirantes, cabrios, techos, frontales, traviesas,etc., su resistencia y belleza se mantiene con el paso del tiempo, jamás ha sido pintada ni tratada. Observamos la huella de los siglos en algun punto de los exteriores de la casa, pero sin dejar de mostrar el espectacular esculpido de sus maderas.

El conjunto es un auténtico monumento a los maestros carpinteros canarios de todas las épocas. En su interior, la tea de pino canario muestra todo su exhuberante esplendor y fortaleza, aún hoy continua destilando resina. Los fantásticos y artísticos tallados de los techos de cada uno de los salones, con éstos perfectamente ambientados y amueblados como sus dueños originariamente los tenian, son un deleite para el visitante y un paseo por el túnel del tiempo. Los cientos de años han respetado su original estado y continuar permitiéndonos seguir admirando una de las más sobresalientes joyas de la arquitectura canaria. Las paredes en piedra y barro con mas de un metro de espesor, hacen una distribucion de no muchas habitaciones, pero si, de espaciosos y confortables salones que reciben directamente la luz solar, a traves de su enorme balcón y ventanales exteriores como del auténtico patio canario de su interior. El patio destaca por su exhuberante vegetación y en especial su gigantesca balconada situada en las dos últimas plantas de la casa, desde donde esta supervoluminosa y entallada estructura de madera, lentamente se va descolgando, hasta descansar sobre un conjunto de altos, robustos y pulidos troncos que hacen la funcion de auténticos pilares o columnas. Cada uno coronado por un labrado capitel corintio.

Taller de calado[editar]

Taller de Calado

Definimos el calado y la roseta como las dos técnicas artesanales más utilizadas en las Islas Canarias. El primero es un bordado, que consiste en ir deshilando una tela tensamente sujeta a un bastidor de madera, mientras que la roseta consiste en formar dibujos con hilos, que se van cruzando entre alfileres puestos en un pequeño soporte circular de trapo.

Estas dos técnicas son utilizadas día a día por las bordadoras de la Casa de los Balcones, en el taller de artesanía de los más importantes en Tenerife. Éste fue fundado por Eladia Machado, quien en la década de los cuarenta del siglo pasado, introdujo el actual traje típico de la Orotava o popularmente conocido como traje de mago.

Este traje de mago es utilizado por la mayoría de la población tinerfeña para acudir a las romerías, fiestas tradicionales de carácter popular, en las cuales se revive la indumentaria que sus antepasados canarios utilizaban. Destacan las romerías de la Villa de la Orotava, la romería del Socorro en Güímar y la de Tegueste.


Actividades culturales[editar]

La Casa de los Balcones ostenta un complejo artesanal de los más importantes en Tenerife. Existen zonas en la casa donde disponen de pequeños talleres de exposición, como el de calado citado anteriormente.

También hay un taller de alfombras de arenas de colores naturales, provenientes de las laderas del Teide, las cuales representan motivos religiosos, famosas en las fiestas de la ciudad, las cuales visten toda la plaza del Ayuntamiento y calles de la Villa de la Orotava durante su Corpus Christi.

A su vez, un pequeño taller de cerámica con un alfarero que realiza sus labores forma parte de la oferta cultural de la mansión. Y por último, un lagar de madera, que en sus tiempos se utilizaba para la elaboración de los mejores vinos de la región.

Además tiene centro de enseñanza, fomento y divulgación de las labores artesanales típicas para que éstas no se pierdan. Estas actividades, docentes, museísticas y al mismo tiempo comerciales, constituyen la razón por la que siga viva. Sus productos artesanos destinados a la venta hacen que miles de personas visiten sus numerosos departamentos. Por lo que se ha convertido en una oferta turística más en el norte de Tenerife.


Museo[editar]

Interior del Museo

En el interior de la Casa se encuentra un destacado museo de época, ubicado en el segundo piso al que se accede por una vieja escalera de caracol. Una vez dentro, uno puede hacerse una idea de cómo era la vida de antaño con un comedor, el dormitorio, y los salones del s. XVII… cuidando hasta el mínimo detalle los muebles y enseres de la época, representando la vida de sus antepasados inquilinos. El citado museo finaliza en un precioso lagar de madera en el que en sus tiempos se utilizaba para la elaboración de los mejores vinos de la región.