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¿Qué fue de la Guerra Fría?
El origen de la Guerra Fría se puede definir mediante dos procesos, el primero es que tanto Estados Unidos como Rusia son dos superpotencias que creen que tienen una misión Intencional, y el segundo es la agudización de la división ideológica entre el capitalismo y sus críticos (comunismo). Ambos confluyen a raíz de la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917 (creación de un Estado soviético como una visión alternativa al capitalismo). El comunismo, se ganó muchos apoyos en todo el mundo como consecuencia de la Gran Guerra y de la Depresión, convirtiéndose en un punto focal para sus enemigos.
Antes y a partir de 1941
Estados Unidos, en esas fechas, tenía un desarrollo capitalista que nadie se imaginaba años atrás. Parte de su éxito se debía a la interacción entre su gran poder económico y la vida cotidiana de los ciudadanos, no solo beneficiaba a las elites. Su ascenso creó una sociedad de consumo en la que todo el mundo podía aspirar a participar. A finales del siglo XIX, ya era más moderno, más desarrollado y más racional que el resto del mundo, y querían y se sentían en la obligación de contribuir a que los europeos recreasen su política. Con la victoria de Estados Unidos en la guerra hispano-estadounidense, conflicto que duro apenas cuatro meses, obtuvo las posesiones españolas de Filipinas, Guam, Puerto Rico Cuba. A partir de este momento, apareció la diplomacia del dólar el indicio del ascenso mundial de Estados Unidos. En 1914, ya era una potencia mundial, pero sin un papel claro para desempeñar. Wilson creía que una parte de Estados Unidos era salvar el mundo. Su tarea era mejorar la capacidad del resto del mundo de practicar la democracia y el capitalismo. Wilson pensaba en términos de una clara jerarquía racial: estadounidenses blancos y europeos occidentales estaban bien dotados para la tarea, solo hacía falta prepararlos, sin embargo, los latinoamericanos, asiáticos, africanos debían ser ilustrados y educados mediante el patronazgo hasta que fuesen capaces de responsabilizarse de sus propios asuntos. A los ojos de la mayoría de sus ciudadanos, EEUU cumplió la promesa del capitalismo y del mercado. Rusia, a finales del siglo XIX, ejemplificaba la negación de los valores que promovía EEUU. Tanto el Gobierno como gran parte de la oposición buscaban alternativas que no obligaran a Rusia a transformar el mercado. Los rusos sentían aspiraban a crear un imperio terrestre. Antes del I Congreso del Partido (1903), la polida zarista había obligado a la mayoría de los dirigentes a exilarse en el extranjero. El Congreso se celebró en Londres, donde se dividió en los bolcheviques, con Lenin como líder, y mencheviques. Esta división fue tanto por motivos políticos como personales, lo que contribuyó al caos imperante entre los opositores al zar Mucho antes de este Congreso, Lenin habla alentado a sus seguidores con una revolución rusa y de la conquista del poder del Estado. Poco después de la muerte de su hermano (1887). Lenin se afilió a una asociación de estudiantes radicales, leyendo no solo en ruso, sino también en alemán, francés e inglés. En este mismo año, fue detenido y desterrado a Siberia, donde vivió tres años en una pequeña casa campesina con vigilancia policial, donde se dedicó a leer escribir y organizar. Una vez que había cumplido su pena de destierro, estuvo preparado para el combate. La primera oportunidad para los revolucionarios fue en 1905 con la derrota frente a Japón, con manifestaciones masivas contra el Gobierno en Moscú y en San Petersburgo. Trotski encabezaba a los Soviets y se enfrentó a las autoridades. Exigían elecciones libres y la Introducción de alguna forma de democracia parlamentaria, consiguiendo que el zar cedlese, pero sin dejar de intentar controlar el Gobierno e impedir su dependencia de la Duma. Lenin no creía en las elecciones como vía para el socialismo.
El desafío comunista al sistema capitalista mundial también comenzó con la Gran Guerra. La guerra dividió a los partidos socialdemócratas de todos los países en dos bandos. En Alemania, Franca, Italia y Rusia una minoría de socialistas (incluidos los bolcheviques), condenaban los combates por considerarlos un conflicto entre diferentes grupos de capitalistas. Liebknecht (alemán) y Lenin defendían que los soldados, obreros y campesinos tenían más cosas en común con sus hermanes del bando contrario que con sus oficiales superiores y los capitalistas de la retaguardia.
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