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Usuario:JoanCarda/Taller

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La Iglesia Arciprestal de San Jaime Apóstol es un templo católico del municipio español de Villarreal, en la provincia de Castellón. Se trata de un edificio de estilo neoclásico construido en el siglo XVIII.

Descripción[editar]

El gran aumento de población que la villa experimentó al largo del siglo XVIII, al fin y a la cual (y desgraciadamente el mal comienzo que tuvo con los hechos ocurridos durante la Guerra de Sucesión) ya se superaban los siete mil habitantes, eso propició que se pensara en construir un nuevo templo, más grande, que reemplazara la existente, dado que en aquel ya no era capaz de albergar, al menos en las celebraciones más importantes, una gran cantidad de fieles. El crecimiento demográfico al cual aludimos, unido al hecho que la economía del pueblo también había experimentado un gran impulso, que acometió una edificación tan grande como la que constituye actualmente la Arciprestal, dedicada, como ya estaba antiguamente la parroquia, a la vocación a San Jaime.[1]

Las obras de este nuevo templo empezaron en el año 1752 y su bendición tuvo lugar en el año 1779, a pesar de no estar totalmente acabado, ya que la capilla de la Comunión no se inauguró hasta el 1798 y algunos de los altares laterales son aún posteriores.

El edificio tiene unas grandes medidas: su superficie total es de 3375 metros cuadrados. Está constituido por una planta de salón formada por tres naves iluminadas desde los laterales, capillas entre los contrafuertes y la cabecera. Ésta, está formada por tres exedras poligonales que dan lugar a la zona destinada al presbiterio y a dos cortos transeptos, se organizan alrededor de una cúpula central, sobre tambores octogonales y sustentada por pechinas. Las naves están separadas por ocho pilares impresionantes sobre pedestales, encima de ellos se añade un fragmento de entablamento, se disponen a la misma altura (veintidós metros al interior) y están cubiertas por bóvedas de arista los laterales, y de cañón la central, que es más ancha, como lo es habitualmente.

Sus muros son de mampostería y la fachada principal que imita sillares tiene remate mixtilíneo. La cubierta es a dos aguas en la nave central y de cobertizo en las laterales. Se tiene que destacar las portadas laterales, por un lado, tenemos la portada de la Pescadería Vieja, en ella destacan sus columnas de orden compuesto rústico, acolchadas y de fuste acanalado, que recuerdan bastante a los modelos serlianos. La portada del otro lado es mucho más sencilla, es muy parecida a la que podemos encontrar en Cinctorres y a la ermita de San Marcos de Olocau del Rey.

El diseño de la Iglesia fue realizado por el arquitecto aragonés Juan Jose Nadal (tatarabuelo del arquitecto de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX Rafael Guastavino). Este arquitecto fue quien encargó de dirigir las obras hasta su muerte en el año 1763. Más tarde se encargaron de continuar el proyecto, el primero, Josep Dols, y posteriormente, Josep Ayora. Se tiene que dejar constancia también que en el transcurso de las obras hubo momentos de pausa - algunos motivos fueron técnicos, otros económicos- que hicieron que se retrasara el acabamiento del monumento. Un dato importante que hay que añadir, es que durante los años el proyecto de construcción fue modificándose a comparado de cómo era al principio, a raíz de los últimos arquitectos que se implicaron en la obra. Por ejemplo: Bartomeu Ribelles y Vicente Gascó.

En cuanto al aspecto decorativo, hay que dar constancia del contraste resultante de unos exteriores bastante descuidados, y de un interior muy rico en decoraciones, del gusto claramente académico. Destacaremos las obras de Josep Vergara de finales del siglo XVIII y el retablo que se conserva excelente de Paolo de San Leocadio.

Torre campanario[editar]

Uno de los monumentos que tiene una mayor significación para el pueblo, es sin duda, el campanario. Una impresionante torre que además de poseer una clara función religiosa, ya que es la encargada de convocar a los feligreses a determinadas celebraciones, bien habitualmente cumplía, en un pasado no muy lejano, también tenía funciones cívicas, como instalar el primer reloj, marcó el ritmo horario del municipio.

Su construcción se inició al año 1682 y su finalización no es del todo segura ya que, por un lado, Traver (Traver García, 1909), marcó el año 1703 como conclusión de la obra, mientras que Tormo (Tormo, 1928) da como fecha de conclusión el año 1744.

En opinión de Gil Saura (2004) la conclusión de las obras de 1703 no debió ser la definitiva, ya que dice que hubo una visita pastoral alrededor de 1714 en la que mandó hacer una nueva sacristía una vez terminada la torre, después de cuatro meses, de la cual cosa se podría suponer que en aquel momento las obras estaban a punto de terminar.[2]

Un dato curioso es, que el propio campanario costó unas 2725 libras, fue construido con piedras traídas de las canteras de Borriol y Benadressa y sus constructores fueron probablemente los maestros de obra Jaume y Severí Sebastià, ayudados por los picapedreros Josep Montañez, Josep Marzal y Vicent Llorens, todos ellos venían de Borriol.

La arquitectura fue diseñada por Agustín Mayquez y por lo que hace la tipología, si bien en este tipo de torre se solía seguir el modelo de planta poligonal de origen gótico, las más tardías, como es el caso de la de Villarreal y la mayor parte de las que se construyen a lo largo del siglo XVIII, combinan esta junto la planta cuadrada en los cuerpos inferiores.

También hay que comentar que más de una ocasión se ha dicho que se hizo íntegramente con sillares, bueno pues investigando bien se ha visto que no es del todo cierto, la piedra cortada solo constituye el revestimiento tanto exterior como interior, mientras que el resto del muro, que en determinados lugares tiene un grosor superior a los tres metros, es de masonería. Eso precisamente se puede apreciar desde el carnerario de la Iglesia Arciprestal, el cual ahora está adosado; desde ese punto se puede observar la parte inferior del muro oeste, donde no aparece la piedra trabajada.

En cuanto a la estructura de la torre, es de unos 42,5 metros de altura, pueden distinguirse claramente tres cuerpos: el primero, como se ha dicho antes, cuadrangular y los dos restantes, octogonales. En la parte final de la construcción, está rodeado por un balaustre, se pueden ver unas curiosas gárgolas que simulan cabezas de animales y unas piezas en resalto de las cuales, supuestamente, debería arrancar el remate que nunca llegó a construirse. Del interior haría falta destacar la escalera de caracol que, con un diámetro de metro y medio, está formado por ciento ochenta y dos piezas iguales colocadas de una manera superpuesta y en sentido de rotación alrededor de un eje constituido por ellas mismas y que es el único acceso para poder llegar hasta arriba a la sala de las campanas, cuerpo superior abierto al exterior con siete vacíos rematados por arcos de medio punto.

Hay que destacar la afirmación que hace Traver cuando dice que los fundamentos tienen tan solo una profundidad de “dos palmos y medio” para haberse encontrado ya roca viva en este nivel. También es curioso observar cómo, desde la hilada de sillares número veintiuno hasta el número veintisiete, se puede apreciar la existencia de una numeración gravada en una o diversas piezas que, en sentido ascendente, van del uno al siete, a la vez que se observa un trabajo de diferente cualidad en la piedra, bastante más tosco. Esta circunstancia podría tener una relación directa con el hecho de que la piedra se llevara de dos canteras diferentes.

En definitiva, se puede señalar que en conjunto la pesadez de la base del edificio contrasta y se equilibra con los cuerpos superiores, más esbeltos, de tal manera que disminuye la sensación de hieratismo que la obra pudiera tener y por consecuencia aumenta en dinamismo y belleza.

En el año 1978 el campanario fue sometido a una restauración que acabó de curarle las importantes heridas que, sobre todo el cuerpo de las campanas, padeció en el transcurso de la pasada contienda, cuatro décadas antes.

Bibliografía[editar]

Francés Camús, J. M., "Juan José Nadal, constructor de l'Arxiprestal de Vila-real", Bulletí del Centre d'Estudis de la Plana, 1985, p. 43-50.

Fuster, J., Viatge pel País Valencià, Edicions 62, Barcelona, 1971.

Gracia, C., Història de l'art valencià, Edicions Alfonso el Magnànim, València, 1995.

Gimeno i Estornell, V., "Història del campanar de Vila-real", Font, 5, Ajuntament de Vila-real, 2003.

"L'església parroquial de Sant Jaume Apòstol de Vila-real. 225 anys de la seua història: 1779-2004", Font, 6, Ajuntament de Vila-real, Vila-real, 2004.

"l'església parroquial nova de Vila-real i els seus arquitectes" Estudis Castellonencs, 7, 1996-1997, p. 137-158.

Referencias[editar]

  1. Castelló, Badenes y Bernat, E, M y J (1988). Crecimiento y crisis en la población valenciana. Generalitat Valenciana. 
  2. Gil Vicent, Vicent (2010). Història de Vila-real. Vila-real: Ajuntament de Vila-real. p. 375. ISBN 9788496843318.