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Ecología digital

Como disciplina, la ecología digital está prácticamente en sus inicios y sus principales objetivos son los siguientes:

Demostrar el deterioro que puede acarrear la manufactura informática para el medio ambiente, la salud tanto física como psicológica, y trabajar en combatir contra estas consecuencias.
Amoldar los procesos tecnológicos de intercambio de información y comunicación, para alcanzar un desarrollo sostenible óptimo.
Informar a nuestra sociedad de las consecuencias, costes y huella que deja cada gesto digital.^[1]

Es mediática: abarca todo el medio referido a las tecnologías, a las telecomunicaciones y a la transferencia de datos.

Se desarrolla a través de algunos dispositivos: como son la televisión, la radio, los móviles, la web, etc.

Es rápida: todo esto se puede desarrollar instantáneamente y a una gran velocidad.

No retrocede: ya que nos encontramos ante un mundo tecnológico que cuenta con un crecimiento en auge.

Respeta el medio ambiente: combina el cuidado del medio natural con el desarrollo tecnológico, evitando el consumo desmesurado.

Fomenta entornos sanos: por medio de la red, espacios limpios donde las personas puedan formarse respirando aire puro.

Es digital: lo que significa que se hace a través de la red. Por lo que ayuda a no imprimir papel.

Se puntualiza unos pasos para hacer un correcto uso de las tecnologías: educa acerca de este crecimiento tecnológico para que no llegue a convertirse en basura tecnológica descontrolada, desde pequeños se le puede educar a los niños en esto. Sin ir más lejos, todos hemos oído acerca de campañas de reciclaje de móviles, por ejemplo.^[2]

Conforma un sistema ecológico: un conjunto que nos puede informar de las posibles alteraciones entre el usuario y el medio como el coste, las repercusiones y las consecuencias del uso digital.

Juega un importante papel en el plano de la salud:ya que se puede alertar sobre los efectos nocivos a nivel neurofisiológico, debido a la elevada exposición a los campos magnéticos que originan los dispositivos electrónicos.^[3]

El uso desmesurado de las nuevas tecnologías pueden acarrear algunos efectos colaterales, parte de ellos no son reversibles:

Por su excesiva conexión, algunas personas, en especial los jóvenes, pueden sufrir incomunicación social y dependencia.
La energía que genera los aparatos electrónicos pueden causar algunos problemas de salud.
El abuso de las minas, la extracción de algunos minerales que se usan para fabricar componentes electrónicos, provocan deforestación, desaparición de especies protegidas y explotación humana.^[4]

Para una correcta práctica ecológica, podemos seguir las siguientes pautas:

Si hacemos un buen uso e intentamos no descuidar nuestros instrumentos electrónicos, puede verse alagarse su vida en el tiempo.
No almacenar de forma masiva información innecesaria en los servidores online, ya que estos servidores consumen muchos recursos. También debemos eliminar las cuentas de correo electrónico a las que no se les da uso.
Intentar reparar los equipos que se nos estropeen antes de comprar un dispositivo. Esto supone un ahorro de dinero, la no generación de nuevos residuos y un menor consumo de recursos naturales.
Ser sabios digitales. Pasar de nativos digitales a sabios digitales implica mejores prácticas en el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.^[5]

↑ «Ecología Digital». 16 de enero de 2019. Consultado el 28 de octubre de 2019.
↑ Pazmiño, Liseth. «Ecología digital».
↑ Scolari, Carlos (Junio 2010). Ecología de medios. Consultado el 27 de octubre de 2019.
↑ «Consecuencias». 21 de octubre de 2019. Consultado el 31 de octubre de 2019.
↑ Affronti, Mariana (30 de octubre de 2019). «Sabiduría digital». Razón y palabra. Consultado el 30 de octubre de 2019.