Ir al contenido

Usuario:JcQuinza/Taller/Adalberto Alvarez Marines

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Adalberto Álvarez recibiendo un reconocimiento como "Gran maestro" en el Museo de Arte Popular.

Adalberto Alvarez Marines es un artista Mexicano que se especializa en la creación de esculturas en papel maché, arte conocido como cartonería. De niño, Álvarez comenzó dibujando y escribiendo, teniendo algo de éxito en las publicaciones de sus dibujos e historias. En sus veintes, descubrió la cartonería y cambió todo su trabajo a este estilo, haciéndolo a manera de entretenimiento personal mientras trabajaba en una fábrica hasta 1994, cuando decidió dedicarse completamente a su trabajo artístico. El trabajo de Álvarez se distingue de la cartonería mexicana por ser distinto a los temas típicos, haciendo que sus obras se consideren arte en lugar de manualidad. Con excepción de los alebrijes y las calaveras, Álvarez evita las figuras mexicanas tradicionales para enfocarse en la escultura del entorno, las figuras decorativas e incluso muebles. Fue nombrado “Gran Maestro” del arte folklórico mexicano en 2014 y su trabajo ha sido exhibido en México y los Estados Unidos, sin embargo, Álvarez, en lugar de exhibir y promover sus obras en otros medios, prefiere invertir tiempo en su propio museo de cartonería, establecido en Santa Catarina Ayotzingo, Chalco, Estado de México.

Vida[editar]

Álvarez nació en el pueblo de Huandacareo, Michoacán, en 1952, en una familia tradicional sin antecedentes artísticos. Uno de los aspectos de dicha tradición consiste en contarles a los niños historias de miedo, como “El Coco”, para hacer que éstos se comporten. Álvarez afirma que estas historias lo afectaron más que a otros niños, por lo que a la fecha no las olvida. Sus padres decidieron que la familia debía mudarse a la Ciudad de México cuando Álvarez tenía más o menos ocho años para que éste y sus hermanos tuvieran más oportunidades de tener carreras profesionales. Este no sería el caso de Adalberto, quien durante casi toda la primera mitad de su vida se dedicó a hacer trabajos generales de manufactura y limpieza. En lo que sí sobresalió, fue en la creación de dibujos e historias sobre fantasía y horror, e incluso tuvo cierto éxito ilustrando libros y publicando historias. El curso de su vida cambió cuando descubrió la cartonería en el año de 1974 de unos conocidos que estaban intentando aprenderla. Adalberto quedó fascinado con lo que intentaban hacer con el papel, la pasta y el alambre y pensó que podía hacerlo bien e incluso mejor. En ese punto decidió a qué quería dedicarse artísticamente.

Durante esa misma época, en 1975, Adalberto se mudó a Santa Catarina Ayotzingo, donde aún vive. En ese entonces, el lugar era mayormente campo y a la fecha continúa siéndolo, a pesar de encontrarse en la periferia inmediata de la Ciudad de México.

Adalberto trabajó varios años en una fábrica que producía ganchos de madera donde, durante sus descansos y ratos libres, utilizaba alambre y papel sobrante para hacer sus esculturas. En una ocasión, fabricó una cantina que se rifó entre sus colegas, e incluso los dueños de la fábrica compraron boletos para la rifa.

Álvarez atribuye sus ganas de seguir trabajando al apoyo de su esposa y de sus hijos.

Carrera y Museo de Cartonería[editar]

Jinete y caballo de cartonería por Adalberto Alvarez Marines exhibido en el Museo de Arte Popular en la Ciudad de México.

Álvarez comenzó a trabajar en cartonería a mediados de sus veinte años, no con fines lucrativos, sino por amor al arte. Aprendió por cuenta propia, con excepción de unas clases en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (hoy la Facultad de Artes y Diseño) a las que fue invitado por un profesor que dijo que Álvarez necesitaba perfeccionar su técnica.

En 1992, Álvarez fue contratado por el mercado de La Ciudadela para hacer alebrijes, cosa que le fue complicada debido a que su creatividad no siempre coincidía con la del mercado, dado que Álvarez prefería tener más impacto en las personas que en las ventas. Por lo anterior, el trabajo en la Ciudadela sólo le duró tres años.

En 1994, renunció a su trabajo en la fábrica para dedicarse por completo a su arte. Tuvo algunas dificultades para vender sus piezas, debido a que están hechas de papel, pero eso tampoco lo desanimó.

Álvarez enseña en el Centro Regional de Cultura de Chalco y ha sido el instructor principal de cartonería en la Fábrica de Arte y Oficios en Tláhuac desde 2011. Álvarez también ha sido invitado a dar clases en importantes instituciones como el Museo Nacional de Culturas Populares.

Su primera exhibición fue en Centro Regional de Cultura de Chalco, donde admite que se sintió nervioso por presentar su trabajo ante artistas e intelectuales. Desde entonces ha exhibido su trabajo en numerosos institutos de cultura, universidades y distintos museos como artista y artesano. Su primera y más grande exhibición internacional fue en los Estados Unidos de América, aunque también ha enviado algunas piezas a Italia, Francia, Brasil y Corea del Sur. En 2014, hizo una exhibición en el Museo de Arte Popular por primera vez como “Gran Maestro”.

Álvarez no es aficionado a los museos y a las exhibiciones, debido a que considera que le quitan tiempo para dedicarse a su taller de arte. En el piso superior de su casa, estableció el Museo de Cartonería, que alberga más de cincuenta de sus mejores piezas, incluidos muebles, vasos y otros elementos decorativos, así como otras piezas de diferentes artistas como Sotero Lemus.

El museo fue creado para tener una exposición permanente de cartonería, a la que regularmente acuden estudiantes de escuelas locales.

Álvarez mantiene una relación cercana con el Museo de Arte Popular, participando en el desfile de alebrijes monumentales y trabajando en proyectos importantes como el tren de la historia para el Día de Muertos.

Arte[editar]

Imágenes de cartonería mexicana típica mostrando a barrendero y a un vendedor de camote.

El trabajo de Álvarez es considerado único en el mundo de la cartonería mexicana. Pese a vender varias de sus piezas, Álvarez no se dedica a la producción de éstas para la venta. De hecho, en alguna ocasión manifestó su decepción de la familia Linares por considerar su trabajo “excesivamente comercial”. La base del trabajo de Álvarez viene de sus fantasías y pesadillas de cuando era niño, plasmando en sus piezas la forma de expresarlas. La mayoría de las imágenes que crea vienen tanto de la cultura mexicana como de la europea, incluyendo imágenes prehispánicas, arte folklórico mexicano, literatura fantástica y mitología griega.

Dentro de su obra se pueden encontrar demonios, dragones, hadas, descripciones mexicanas y europeas de la Muerte, sirenas y otras formas fantásticas antropomórficas e incluso personajes épicos como Don Quijote de la Mancha, la diosa Circe y el dios Neptuno, entre otros.

El trabajo de Álvarez es tan refinado que es más considerado artista que artesano, aunque él mismo piensa que el concepto de “arte” para su trabajo es demasiado grandioso. Las esculturas que crea son completamente hechas a mano, sin el empleo de moldes u otras herramientas. Álvarez ha logrado detalles tan pequeños que puede definir perfectamente en sus obras aspectos como expresiones faciales, musculatura y pliegues en la ropa de sus personajes.

Álvarez prefiere expresarse a través de sus obras que hablar sobre lo que las inspira.  

Referencias[editar]