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Usuario:Isaicocommay1/Taller

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San Juan de Dios Q. Roo[editar]

Monumento San Juan de Dios fue inaugurado el 31 de enero del 2019.

Este pueblo, Fue fundado en el año de 1976 por 10 ejidatarios. y en este pueblo se encuentra una reserva natural que consta de un cenote, caverna y 2 ruinas la cual tiene como nombre kukil-kan y el mirador, y estés se considera un yacimiento arqueológico de la cultura maya precolombina, y se encuentra localizado en el suroeste de México, en la península de Yucatán en el estado de Quintana Roo a unos 100 kilómetros al este de Chiche Itzá y a unos 50 al noroeste de Tulum. La localidad de San Juan de Dios está situado en el Municipio de Tulum (en el Estado de Quintana Roo). y se encuentra en las coordenadas GPS: Longitud (dec): -87.725556, Latitud (dec): 20.416944. La localidad se encuentra a una mediana altura de 15 metros sobre el nivel del mar.

Cómo llegar[editar]

Para llegar a la zona arqueológica de San Juan de Dios, saliendo de la ciudad de Cancún, se debe tomar la carretera-federal 180 Cancún-Chetumal y llegando a Tulum se toma la desviación hacia el poblado de Cobá, llegando a la población de Cobá se toma la carretera principal San Juan de Dios-Cobá

Ruina (El mirador).[editar]

Ruina el mirador

Los mayas representan a una de las etnias de origen prehispánico más importantes del México antiguo cuya área de influencia cultural abarcó los estados mexicanos que actualmente conforman la Península de Yucatán (Yucatán, Campeche, Quintana Roo), Chiapas y el oriente de Tabasco, así como el territorio que actualmente ocupan los países de Belice, Guatemala, el occidente de Honduras y El Salvador. Corresponden a uno de los grupos indígenas originarios de Mesoamérica que cohabitaron dentro de esta extensa área multicultural que se extendió desde el centro de México hasta Centro América.

zona arqueológica el mirador

El desarrollo cultural de los mayas ha sido dividido por los investigadores del Área Maya por medio de un marco cronológico para un mejor entendimiento de su evolución social, religiosa, política y económica, siendo: el Preclásico o etapa Formativa cuando se da inicio con el sedentarismo y la construcción de los primeros asentamientos formales (circa 2000 a.C.-250 d.C.), el Clásico (circa 250-850/950 d.C.) cuando los mayas alcanzaron su esplendor y desarrollaron al máximo sus conocimientos en cuanto a la escritura jeroglífica de cuenta larga, la escultura, la arquitectura, el urbanismo, la astronomía y el arte, principalmente. El aprovechamiento de la fuerza de trabajo les permitió la construcción de obras públicas, caminos para comunicación, nivelaciones artificiales, basamentos piramidales y se perfeccionó la agricultura, y el Postclásico (circa 950-1540 d.C.) que corresponde a un nuevo tipo de sociedad que propició el abandono de las grandes ciudades del Clásico para asentarse de manera continua en áreas próximas a la costa, lo que prevalece hasta el dominio de los españoles. Los monumentos arqueológicos que se observan durante el recorrido del sitio El Mirador corresponden a dos basamentos mayas de dimensiones imponentes con una altura considerable. Al culminar su momento de mayor desarrollo constructivo funcionaron a manera de nivelaciones artificiales que soportaban un conjunto de edificios de mampostería y/o de material perecedero que le proporcionaba vivienda a un grupo de individuos con un status social distinguido. Los rasgos arquitectónicos observados en ellos, permiten inferir que ambos basamentos fueron edificados en algún momento durante la faceta tardía del período Preclásico y mantuvieron ocupación hasta la faceta temprana del Clásico, emulando un estilo arquitectónico tipo Petén originario de la región de Belice/Guatemala, ya que presentan similitudes en el tipo de corte burdo en la cara externa de los sillares de piedra caliza que integran los muros de revestimiento; esta característica puede ser observada en otros sitios arqueológicos que comparten un estilo arquitectónico semejante, como es el caso del sitio arqueológico de Cobá situado a aproximadamente 8 kilómetros hacia el norte.

Las características constructivas que exhiben y que en materia arqueológica son considerados como marcadores cronológicos corresponden a: basamentos con arquitectura de gran volumen emulando un estilo megalítico compuestos por sillares de piedra grande y la presencia de esquinas invertidas y/o redondeadas en uno de ellos. Un segundo momento con presencia de actividad humana en El Mirador puede estimarse para el período Postclásico, específicamente durante su faceta temprana (circa 950-1200 d.C.), debido a que sobre la superficie de uno de los basamentos (ubicado al sur) se observan diversos muretes edificados con bloques de piedra sin mortero que los sujete, elaborados con sillares de piedra burda y labrada reutilizada de edificaciones anteriores, así como edificaciones con contorno en forma de “C” asociados con templos de pequeñas dimensiones y techo plano de estilo arquitectónico Costa Oriental construidos en su espacio interior y de clara función ceremonial; estos últimos muy comunes entre los asentamientos tardíos situados a lo largo del litoral costero de Quintana Roo. Es probable que durante este período el basamento sur presentara una muralla en su nivel superior, rasgo distintivo del Postclásico, cuya distribución y altura aún no es bien definida y con una función no determinada. Ambos basamentos de El Mirador se encuentran distribuidos en un patrón de asentamiento lineal orientado en un eje norte-sur que incluye al menos un área de plaza en un espacio intermedio, donde probablemente se desarrollaban diversas actividades cotidianas de índole social y económico. No presentan indicios de tener escalinatas de mampostería adosadas para acceder a su nivel superior, por lo que es posible que en ambos casos se emplearan escaleras de madera durante el último período en que mantuvieron actividad. Se estima que el sitio El Mirador corresponde a un asentamiento maya de rango medio en extensión cuyo momento de mayor actividad constructiva, social y económica haya sido más temprana que el auge que manifestó posteriormente el sitio arqueológico de Cobá ubicado a unos cuantos kilómetros.

Cenote Muul’Ichi’Ts'on'ot[editar]

Cenote Muul'ichi'ts'on'ot (Ruina en cenote)

Los cenotes representan una de las maravillas de Quintana Roo. Para los antiguos mayas los cenotes simbolizaban la entrada al inframundo y al cenote Muul'ichi'ts'on'ot se le considera como un antiguo cenote donde se realizaban sacrificios para los dioses mayas, los elegidos debían entregarse sin ningún tipo de compromiso para que el sacrificio fuera aceptado por los dioses, si no, de lo contrario, mandaban castigar a los hombres de la tierra. y en el interior del cenote se encuentras estalactitas y raíces de arboles colgando buscando agua. Actualmente representan un oasis para el descanso y el relajamiento, se consideran aptos para visitar aquellos que con fácil accesibilidad, que ofrecen algún tipo de servicio y donde se puedan realizar diversas actividades.

Caverna Xamán[editar]

Caverna Xamán en San Juan de Dios

La cueva Xamán, ubicada a 10 kilómetros de la población de Cobá, Quintana Roo, figura como un magnífico cenote en forma de gruta, que debe su nombre a las ceremonias mayas que tienen el lugar en su interior, conducidas por el jmeen (chamán) de San Juan de Dios. El chama se encarga de hacer las ceremonias mayas o bodas, el que se decida casarse en esta cueva es bendecido por los dioses y se les otorga el permiso de vivir en paz y armonía con la naturaleza. Sus cristalinas aguas contenidas en una poza de baja profundidad simbolizan el marco perfecto para un ambiente místico lleno de magia que brinda experiencias inolvidables a sus habitantes. y este luar se encuentra cubierto de arboles de mas de 100 años de antigüedad.

Ku’kil kan (Nido de víboras)[editar]

Es una acrópolis maya de la época clásica (entre 300 a 900 años de nuestra era) con características arquitectónicas sorprendentes, como la repetición de cámaras o aposentos, algunos intactos, de techo falso o maya, dentro de dos gigantescas construcciones, entre otras. Es de imaginarse la inexplorada riqueza cultural e histórica que encierran y que la hacen motivo de orgullo para los habitantes de este ejido donde se ubican. Se trata de una majestuosa zona arqueológica, originalmente amurallada, a juzgar por los vestigios y los trazos que se conservan, ubicada a 10 kilómetros al sur de Cobá y a sólo tres kilómetros al oeste de esta comunidad campesina, de poco menos de mil habitantes. la ciudad amurallada destacan dos edificios principales de casi 30 metros altura, así como otras construcciones de menores dimensiones, pero con acabados casi intactos, al grado de conservar la pintura roja con la que fueron decoradas hace cientos de años. En el interior de cada una de las dos gigantescas construcciones, una contigua a la otra, como si se tratara de una sola, se conservan cinco cámaras o aposentos de forma rectangular, orientadas de este a oeste, de entre cinco y seis metros de largo, por tres metros de ancho y como de cuatro metros de alto, desde su piso hasta el intradós (donde se junta las dos caras del techo, formando un ángulo o vértice), que en conjunto se le conoce como arco falso o maya.

Ruina kuki-kan
Kuki-kan (Nido de víboras)

Alrededor de las dos gigantescas construcciones, que conservan intactos tramos de escalones, taludes y muros, donde se aprecia el aplanado con estuco y rastros notables de pintura roja a base de cinabrio o bermellón (sulfuro de mercurio). Se pueden apreciar tres conjuntos más con construcciones menores bien delimitadas, por lo que pudieron haber sido bardas o murallas, como si se tratara de una moderna urbe compuesta por cuatro manzanas. Al centro de los patios amurallados se pueden observar, desde lo alto de las dos construcciones monumentales, los restos circulares de lo que pudieron haber sido aljibes o cisternas para almacenar agua, aunque para algunos arqueólogos consultados al respecto, "pudiera tratarse de restos de xoltúnes o pozos". Desde lo alto de las dos construcciones piramidales, hacia donde se observe, hay vestigios de lo que seguramente fueron edificios utilizados por los gobernantes y más alejados, casi en los límites de la ciudad se ven los restos de construcciones más pequeñas, seguramente utilizadas por la gente del pueblo, como viviendas. Llama la atención que al frente de los dos gigantescos edificios, orientados de norte a sur, se encuentra una gran plaza rectangular delimitada por una barda de unos 100 metros de ancho por 200 metros de largo, a cuyo frente sale en línea recta un camino blanco o Sacbé con dirección a Cobá, situada a 10 kilómetros al sur de este lugar. El camino tiene unos ocho metros de ancho y sobresale del paisaje por tener un piso empedrado que, en la época de su esplendor, seguramente estuvo cubierto por sas’cab.