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Gran Depresión: Recuperación de la economía mexicana[editar]

La crisis de 1929 o también llamado jueves negro ha sido la mayor crisis financiera registrada en el capitalismo suscitada en Estados Unidos con repercusiones en la parte occidental del mundo. El impacto directo en México fue en el sector externo, disminuyendo las exportaciones y así, afectando el sistema de finanzas gubernamentales. La recuperación de la economía mexicana se debió en parte a ciertas políticas económicas de índole expansionistas, lo que implicó un cambio en el aparato fiscal de México pero también, a una recuperación de la demanda internacional estimulando las exportaciones mexicanas.

Repercusiones en México[editar]

El impacto en la demanda agregada de Estados Unidos debido al crack de Wall Street afectó en gran parte a su nivel de demanda internacional y esto, repercutió en el sector exportador mexicano en una categoría directa ya que era un importante socio comercial. Uno de los productos más importantes de exportación para México era el petróleo, si bien, la exportación de este producto ya había disminuido anteriormente de acuerdo con Brid y Bosch[1]​ después de 1921 el nivel de la producción petrolera no se volvería a alcanzar y en 1933 solo se alcanzaría el 16%, la reducción de su demanda reforzó esta tendencia depresiva.

La situación llevo a un deterioro de las reservas internacionales que a su vez afectaron la base monetaria, lo que se traduce en una disminución de la oferta monetaria. Encadenado a esta situación, el tipo de cambio se deprecio en 21.9% (Cárdenas, 1994[2]​) aun con los intentos de las autoridades financieras como la suspensión de pagos de la deuda externa no se logro para la depreciación de la moneda mexicana.

Política monetaria[editar]

Si bien se manejaba que México tenía base en el patrón oro, en la práctica se hacía un mayor uso de la plata por lo que se tenía un esquema bimetálico. Ante una depreciación del peso de plata el gobierno acelero la acuñación de oro y suspendió los pagos de la deuda externa provocando que la oferta monetaria y las reservas internacionales disminuyeran. Las autoridades intentaron mantenerse en el patrón oro internacional estableciendo su uso como política y asignándole recursos, sin embargo, se considera que no era una practica viable pues no se podía establecer un patrón oro cuando no se contaba con el metal en la oferta monetaria.

También, en medio de la crisis en la que la economía mexicana se veía sumergida, el gobierno tomo medidas como la reducción de salarios e incluso el despido de trabajadores públicos, así como el aumento de algunos impuestos extraordinarios.

El avanzado y profundo estado de la crisis económica aunado a los fallidos intentos considerados como fracasos de las autoridades correspondientes desembocó en la renuncia del secretario de Hacienda, Luis Montes de Oca, lugar o puesto que Alberto J. Pani ocuparía (Pani ya había sido secretario de Hacienda en el mandato de Plutarco Elías Calles) y con su llegada cambiarían las medidas y políticas que se tomarían para salir en la sumergida crisis en la que la economía se encontraba.

El gobierno mexicano ya disponía de ciertas herramientas de recaudación fiscal antes del crack de Wall Street. Es necesario mencionar que los ingresos fiscales (en su mayoría) eran dependientes del sector externo y sus ciclos económicos. Así como los impuestos en las ramas o actividades industriales, por ejemplo, impuesto a la cerveza, textiles, gasolina, electricidad, entre otras. La creación del impuesto sobre la renta fue una herramienta que significó un avance en materia de recaudación fiscal.

La recuperación económica[editar]

Sector externo[editar]

La recuperación económica en primera instancia se logró por la recuperación del sector externo. El aumento de los precios internacionales, en especial el de la plata y el petróleo que eran los principales productos de exportación de México. De acuerdo con Cárdenas (1994[3]​) el valor de las exportaciones en 1934 aumentó un 68.3% en dólares y 73.3% en pesos.

Para el caso particular de la plata, en 1933 se publico el Tratado de Londres con el fin de estabilizar su precio y la Ley de Adquisiciones de Plata de Estados Unidos que le permitía comprar toda la plata mexicana, fueron estimulantes para el escenario internacional de este metal.

Por su parte, el aumento en el uso del automóvil y el uso de energías a nivel mundial generó un incremento en el precio del petróleo, así como el descubrimiento de nuevos yacimientos en suelo mexicano permitió una gran dotación de este producto en el mercado internacional y al igual que la plata se estimuló las exportaciones de este producto.

Cambio de la política económica[editar]

Como se mencionó, un primer vehículo para atender la crisis fue a través de un esquema de políticas ortodoxas y procíclicas bajo la dirección de Montes de Oca. Con Pani como nuevo secretario de Hacienda, se realizaron cambios importantes en materia de política económica contrarios a las acciones llevadas por su antecesor. A continuación, se mencionan algunas de las medidas económicas tomadas.

Se abandonó la defensa del tipo de cambio dejando que el valor del peso “flotara”, a su vez, se abandonó el patrón oro, en los países que abandonaron el patrón oro se observa una recuperación más rápida a diferencia de aquellos que se aferraron[4]​. Se apostó por la acuñación de monedas de plata y por aumentar los medios de pago, un claro ejemplo fue el pago con billetes del Banco de México a empleados gubernamentales. El gobierno estableció la meta del pleno empleo como parte importante dentro de sus políticas. También, si bien, se planteaba un balance en las finanzas públicas, las decisiones permitieron un déficit público (contrario al planteamiento de las anteriores administraciones). Muchas de las medidas tomadas desembocaron en un aumento de la oferta monetaria.

En la década de 1920 el Banco de México funcionaba como una banca comercial tradicional, con el otorgamiento del control monopolio en la emisión de billetes y algunos aspectos establecidos en la ley de 1931, ayudaron a reforzar la posición del Banco de México como autoridad monetaria siendo la principal institución encargada del manejo de la política monetaria.

Las acertadas decisiones llevadas a cabo por las autoridades financieras lograron reducir un avance de la crisis y permitieron una recuperación de la dañada economía mexicana. El crecimiento económico nacional a partir de 1933 fue estable y sostenido (Cárdenas, citado por Marichal 2010[5]​), además de sentar las bases para el desarrollo económico y la modernización en los gobiernos futuros.

Sectores económicos[editar]

A un nivel interno las distintas actividades productivas resintieron de distintas formas el efecto de la crisis, así, como las medidas económicas llevadas a cabo. La reacción entre actividades económicas fue desigual, destacando un estancamiento del sector agrícola y un repunte del sector industrial.

Sector de la agricultura[editar]

Por una parte, el sector de la agricultura no creció, por el contrario, se estancó, se puede entender esta situación desde distintas aristas, los precios que se tenían en las zonas urbanas desfavorecían al sector rural junto con una reducción de las tasas de rendimiento del campo provocaron que la inversión en el sector agrícola se estancara.

Sector industrial[editar]

En comparación, el sector industrial tuvo un crecimiento significativo e incluso este sector se valido como motor de la economía para este periodo. Es relevante mencionar la importancia del proceso de sustitución de importaciones, si bien este modelo ya funcionaba a finales de la década de 1920, para la siguiente década cobro mayor fuerza aumentando su presencia en la oferta total, se puede derivar que durante este periodo el proceso de industrialización fue intensiva en uso de capital.

Referencias[editar]

  1. Brid, Juan Carlos, & Bosch, Jaime (2010). Desarrollo y crecimiento en la economía mexicana. Una perspectiva histórica. México: Fondo de Cultura Económica. 
  2. Cárdenas, Enrique (1994). La Hacienda publica y la política económica, 1929-1958. México: FCE. 
  3. Cárdenas, Enrique (1994). La Hacienda publica y la política económica, 1929-1958. México: FCE. 
  4. Marichal, Carlos (2010). México no gana el oro que gasta: eso es la crisis. Polémicas sobre las reformas monetarias de 1931 y 1932. México: Debate. 
  5. Marichal, Carlos (2010). Nueva Historia de las grandes crisis financieras. Una perspectiva global. 1873-2008. México: Debate. 

Bibliografía[editar]

1. Enrique Cárdenas. (1994). La Hacienda publica y la política económica, 1929-1958, México, FCE, Cap. 1-2, pp. 23-69.

2. Juan Carlos Moreno Brid y Jaime Ros Bosch. (2010). Desarrollo y crecimiento en la economía mexicana. Una perspectiva histórica, México, Fondo de Cultura Económica, Cap. 3.

3. Luis Anaya Merchant. México no gana el oro que gasta: eso es la crisis. Polémicas sobre las reformas monetarias de 1931 y 1932. México.

4. Marichal, Carlos. (2010). Nueva Historia de las grandes crisis financieras. Una perspectiva global. 1873-2008. México. Debate.

5. Rodríguez D. & Venegas, F. (2010). Efectos de las exportaciones en el crecimiento económico de México: Un análisis de cointegración, 1929-2009. México. EconoQuantum.