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La ermita de San Antón o San Antonio Abad de Elche que actualmente podemos ver entre los huertos de palmeras entre el Polígono Industrial de Altabix y el popular Barrio de San Antón, postal reconocida por cualquier ilicitano e ilicitana es lugar de celebración y devoción al Santo Abad desde hace más de 500 años.

Historia[editar]

Primeras Noticias[editar]

Las primeras noticias en las que se menciona la existencia de la devoción del pueblo ilicitano hacia San Antonio Abad datan del año 1.483, año en que fue consagrada la primera capilla, aunque no quiere decir que antes de esta fecha y edificación no se le venerara en la villa. Esta ermita fue construída, por voto público del concejo de la villa, a un cuarto de legua en el Camino Real de Alicante. Sobre cómo fue esta primera capilla no sabemos mucho: fue de las primeras construídas extramuros en el campo de Elche, modesta y de una sola nave. Bien podría haberse asemejado a la ermita de San Sebastián, la única que se conserva en la ciudad de la misma época.

Sabemos que en el año 1560 hubo de realizarse obras de restauración en el edificio. Las obras no fueron suficientes ya que, en el año 1.605, hubo de ser derribada. El concejo volvió a levantar otra nueva en el mismo lugar de mayor tamaño que la anterior. Además del oratorio constaba de otras instalaciones: un aljibe, huertos y tierras fértiles para su cultivo.El 23 de mayo 1684, San Antón - Sant Antoni, es nombrado Santo Patrón del Gremio de Alpargateros e industrias similares.

           De cómo era esta nueva ermita si encontramos información más detallada. Constaba de una sola nave con siete altares, altar mayor o presbiterio en el que se encontraba un retablo gótico dedicado al titular y seis altares distribuidos a cada lado de la nave, sacristía, púlpito y coro. De estos seis altares sabemos que, uno de ellos estaba dedicado a Ntra. Sra. de la Piedad, esta imagen contó con gran devoción entre los ilicitanos de la zona durante los siglos XVII y XVIII. Así la describe D. José Montesinos en su Compendio Histórico Oriolano de 1.795: “Como a cosa de un quarto de legua de Elche, en el Camino Real de Alicante, se halla en bello sitio , grande y aseada Hermita de San Antonio Abad; fundada por varios Devotos así del campo como de la villa , con licencia para ello por el Ilmo.  Sr. Obispo de Orihuela...”

La capilla va adquiriendo importancia y el 1740 el Obispo de Orihuela, Ilmo. Sr. D. Juan Elías Gómez de Terán concede 40 días de indulgencia a quienes la visiten y rezase Padrenuestro y Ave María en ella. Así mismo en 1772, se nombran dos beneficiados por una congrua de cien libras a D. Antonio Vaillo de Llanos y a D. Francisco Xavier Gracia, que finalmente no tuvieron efecto estas capellanías.

En 1834, la ermita se encontraba en mal estado y tras un gran aguacero termino por demolerse. Sus sillares, junto con las de otras construcciones sirvieron para realizar el paseo elevado de les Eres de Santa Llucia. Elche quedó durante unos años sin su ermita de San Antón. La fiesta y porrate no dejó de celebrarse, se trasladó en las inmediaciones del convento franciscano de San José.

El 18 de junio de 1.862 se presentó una solicitud suscrita por varios agricultores y vecinos de la villa en Cabildo, pidiendo la reedificación de la ermita. Esta estaba encabezada por Francisco Torres Tarí, Francisco Torregrosa Jaen y Antonio Bordonado Giner quien terminó siendo nombrado, este año, presidente del gremio de alpargateros; con la colaboración del Ayuntamiento:  “En atención a que la ermita de San Antonio Abad se hallaba totalmente derruida, y siendo aquel punto, desde la antigüedad, destinado a celebrar el porrate que se acostumbra anualmente en ésta, concibieron varios vecinos la feliz idea de su reedificación en el mismo sitio, al lado del camino viejo de Elche a Alicante” nos narra Pere Ibarra en su Historia de Elche.

Las obras de edificación de la nueva ermita, comenzaron el 22 de octubre del mismo año. La obra dirigida por D. Gaspar Torres, se levó acabo con la aportación de limosnas por parte de  vecinos y agricultores ilicitanos. D. Mariano Aznar Martínez ejerció de tesorero-ecónomo. El 16 de enero de 1.864 era bendecida y consagrada  la nueva ermita, con asistencia de autoridades civiles y eclesiásticas.

Los ANTONIANOS y JESUÍTAS EN LA ERMITA[editar]

           Sabemos que también se instaló una pequeña comunidad de la Grande Orden del Padre San Antonio (Antonianos) en la ermita de San Antonio Abad, no sabemos exactamente cuanto tiempo estuvieron aquí, sí que permanecieron hasta finales del siglo XVII, ya qué en el año 1.695 tomó posesión de esta Fray Gaspar Femenina, nombrado por el procurador de en Valencia (Historia de Elche. A. Ramos Folqués ); y el 9 de diciembre de 1.700, el concejo concedió a los Jesuitas la ermita y posesiones para la fundación de un colegio en las instalaciones de la ermita. El concejo de la villa se reservaba el patronato sobre la misma. Los Jesuitas fueron expulsados de España en 1.767, por tanto si se llevó a cabo esta fundación, duró poco más de sesenta años. Hay muy pocos datos sobre este hecho debido quizás a “la especial animadversión hacia esta Compañía”, como dice Joan Castaño en “Los gremios ilicitanos y sus fiestas patronales”.



Calendura y Calendureta (Elche)[editar]

Calendura y Calendureta son dos de los personajes más entrañables y populares de Elche. Se trata de dos autómatas encargados de tocar las horas en el campanario del reloj del Ayuntamiento situado en la Torre de la Vetlla o Centinela de la antigua muralla medieval, lo cual consiguen golpeando las campanas con sendas mazas. El más grande, Miquel Calendura, golpea en las horas punta y el otro, Vicent Calendureta, los cuartos.

El origen de sus nombres proviene del nombre de las campanas de 1572, S. Miguel y S. Vicente, y de la voz latina calendas, de la cual procede la palabra calendario. Por lo tanto están relacionados con la medida del tiempo, algo que no es extraño por la época de la que hablamos, ya que las campanas tenían mucha importancia para indicar el paso de las horas a los habitantes del pueblo.

Historia[editar]

Hasta el siglo XVI los habitantes de Elche solo podían conocer la hora en que vivían por el toque a mano que se hacía en las campanas de la ermita de San Jaime, hoy desaparacida. Para ello, las personas encargadas de este trabajo se guiaban por un reloj de arena. Fue en el año 1572 cuando el Consell ordenó la construcción de un reloj que se colocó en las murallas sobre la Torre de la Vetla, la más próxima a la Torre del Consell, Ayuntamiento. El 23 de enero de 1573 fueron bendecidas las campanas en la ermita de San Jaime, con los nombres de San Miguel y San Vicente Ferrer. Las dos golpeadas por mazas accionadas por el mecanismo del reloj.

Ayuntamiento de Elche. Plaza de Baix, S,XIX

En el año 1759 se le añadieron dos atómatas que, desde aquel momento, fueron los encargados de golpear cada uno su campana. Los autómatas adquirieron el estilo de los jacquemarts franceses, que representan un personaje tallado en madera o metal y que indica las horas golpeando una campana con un martillo.

Torre del Consell 1441

Al principio, los autómatas fueron nombrados como Miquel Calendura y Vicentet sin padre, que derivaban del nombre de las campanas y la calenda. Más tarde Vicentet o Vicent se le añadió el diminutivo Calendureta terminando por ser conocidos entre los ilicitanos como Calendura, que golpea la campana grande y Calendureta, la pequeña.

En el año 1879, el Consell intentó eliminarlos. El 21 de febrero de 1879 desmontaron el reloj y campanario para hacerlo más adecuado a la época. Un cronista local de la época decía: "después de haber servido el reloj antiguo 306 años se le ha concedido el retiro hasta nueva orden y a Miguel Calendura y Vicente sin padre, los han dejado cesantes y sin paga después de 119 años de servicios". Tras petición popular el gobierno local tuvo que volver a restaurarlos, volviendo a sonar el 1 de junio de 1880. Este hecho mostró el enorme cariño que los ilicitanos tienen por estos dos autómatas, que con el paso del tiempo han pasado a convertirse en personajes de Elche, ya que sus nombres aparecen en muchas canciones, dichos populares y personajes de colla de "Gigantes y Cabezudos".

Pasados más de dos siglos y medio, tras arreglos y restauraciones, siguen dando las horas en Elche y pueden verse perfectamente en su campanario desde la Plaça de Baix, donde se encuentra el Ayuntamiento. El día de mayor protagonismo, como no, el 31 de diciembre cuando muchos ilicitanos e ilicitanas se dan cita en la Plaza para que Calendura anuncie el paso al nuevo año.

Características[editar]

Miquel Calendura.- tallado en madera, representa la imagen de un hombre recio pintado con ropajes azul y rojo, colores de la bandera ilicitana, cubierto con sombrero y cuya vestimenta consta de jubón con saragüells. Tiene un imponente mostacho y una apariencia más bien traviesa.

Vicent Calendureta.- tallado en madera, es un hombrecito con sombrero a modo de casco con vestimentas de color azul y amarillo.

Los dos poseen en sus manos las mazas con las que golpean sus respectivas campanas.


Bibliografía y notas[editar]

  • Historia de Elche, Alejandro Ramos Folqués. 1987
  • Calendura y Calendureta. elchesemueve.com