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Usuario:Galiano61/Taller

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JUAN ÁNGEL ASENSIO CARRASCO (Madrid, 28-IX-1994) Poeta y Licenciado en Literatura General y Comparada por la UCM. Vinculado al movimiento vitalista y autor del libro locos // santos // salvajes, (Chiado editorial, 2017). https://www.chiadoeditorial.es/libreria/locos-santos-salvajes

Del libro se ha dicho:

Locos // santos // salvajes constituye la exploración de un momento vital, un chispazo concreto de la vida que tiene por encrucijada la poesía como vehículo experencial de una actitud salvaje, un espacio donde la delgadísima línea que separa al autor de su obra combustiona en el instante de la escritura, transformando toda expresividad en un golpe de violencia y espontaneidad, una especie de pulsación frenética y automática que captura el instante en que confluyen experiencias con imágenes en las que se funden, se encuentran, reviviéndolas con la misma frescura con la que fueron vividas y dotando al poema de una realidad propia que en vez de existir al margen de la realidad general, perceptiva, la permea bajo la idea de que el arte no existe separado de ella sino que es vivencia de la misma.

En la presentación del mismo, el escritor Ángel García Galiano cifró así la gracia de este poemario: Juan Ángel es poeta, y como todos los buenos poetas tiene algo de loco, lo justo de santo y un poco de salvaje. Voy a intentar explicarme y, al hacerlo, dar cuenta de este excelente y maduro primer libro suyo publicado, exquisitamente publicado por Chiado editorial, cuyo nombre y cuyo logo nos remiten irremisiblemente al desasosiego más hermoso que nunca hayan visto u oído nuestras letras peninsulares. Qué emoción, Juan Ángel, y qué responsabilidad amanecer como poeta bajo el auspicio y casi de la mano de Pessoa o alguno de sus hermanos de pluma: todos ellos muy santos, algo locos, bastante salvajes. Empecemos con la locura: ¿qué hay en este libro de ella y, por tanto, en la febril inspiración de su autor? Voy a entonar su elogio: locura es querer vigilar al vigilante, pretender salvarse del mordisco, o del fuego sordo, locura es perder la vertical, soñar otras danzas, otras tribus tatuadas, desafiar a las imágenes, cabalgar sobre Slepinir como Ragnarok, invocar a Satanás, mandar Madriz al carajo, soñar Madrid, elegir, por tanto la vida y los espacios amplios y dudar, dudar siempre y por entero si el verdugo elije o arrastra. De locos es descubrir que al niño le baila una estrella pálida en el pecho cuando los dioses se marcharon, es locura, dicen, desear que la vida te llene los cabellos de pájaros y de lluvia mientras un intento de barro muerto se apodera de nosotros. Eso es locura, bendita sea. Es, en cambio, de santos, volver a Granada una y otra vez porque la vida ya no cabe en esta noche, es de santos saberse historia viva de la nada, una tribu en éxtasis ante lo divino, postrarse ante la Gran Máscara, eso sí que es bien de santos, mientras orión llena de pájaros grises a Andrómeda… y el universo orina en el vacío. Es santidad abandonar la ciudad y festejar las cosas con sus nombres verdaderos: hermano, lluvia, niño, tigre… Reconozcan todos ustedes que es de santos pintar, como Judas, de cruces la corona o cantar hasta que el universo se convierta en la Gran Broma, regresar a casa para siempre o pasear despacio entre los cuchillos porque ya no hay agua bajo la piedra y solo queda saber que la culpa es más grande que el castigo. En cambio, de salvajes es cargar en las espaldas estrellas de azufre sin latido, fumar la muerte en caladas lentas, alzar las cruces en el hígado mismo de los bosques, sin que te vean y en el pecho les cante el tambor sin tregua del coyote. Y al igual que el fuego duerme paciente en la leña los poetas salvajes proclaman: no hay Sentido, hay enfermedad y se trata de contradecir a los dioses con el vino espeso de la honestidad. Para el corazón salvaje la poesía es mordedura de ángeles sin distancia, rincones lentos, pupilas llenas de horror místico, cacerías: como cuando un pájaro de fiebre tiembla en tu garganta y ya no hay sitio para nadie más.