Usuario:Evaesteban16/prueba eep

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Ayer, a pesar del pesimismo que atraviesa Europa, los dirigentes del continente demostraron que aún les queda una mínima capacidad de mantenerse unidos, cuando no les queda otra. El primer presidente de la UE, Herman Van Rompuy, depositó sus esperanzas en utilizar el breve encuentro de esta semana en Bruselas para alzar los ánimos, persuadir al resto del euro club, que acaba de pasar una década invirtiendo sus últimas energías en reescribir la normativa, avanzar de manera abierta y visionaria y trazar un camino hacia un futuro en que Europa sea capaz de soportar su propio peso político.

Por desgracia, de esta forma no salió bastante bien, pero además resultaba difícil afrontarlo en medio de la inestabilidad más seria que recaía sobre la moneda del continente. La presión griega por la gripe en los mercados de deudas amenaza con convertirse en una sobrecarga española, o incluso italiana, con la capacidad de acabar con el euro. Los líderes nacionales idearon solo los meros bocetos de la solución, pero ellos al menos reconocieron que la eurozona podría correctamente, con el tiempo, triunfar o fracasar juntos. El resultado, sin embargo, fue una confusa declaración de la predisposición a llevar a cabo “una acción determinada y coordinada” si es necesario, la cual muy probablemente en la práctica supondría el apoyo de París y Berlín sobre la deuda ateniense de vuelta a las austeridades adicionales.

Esto resultó insuficiente para la estabilidad de los mercados, ya que decidir tomar decisiones no es lo mismo que la iniciativa propia. La reunión entre ministros de economía de la semana que viene podría fracasar debido al detalle de que estos en dificultades se esperarían reducir, y qué clase de apoyo conseguirían. Los alemanes(de la antigua divisa alemana, marco alemán), quienes han escondido siempre sus profundos miedos de que el euro es un recurso que permite derrochar a los vecinos un viaje gratuito en el punto fuerte del antiguo objetivo, esperaran que el gobierno se asegure de que cualquier medicina sea llo suficientemente amarga para garantizar que no se adoptará a la ligera. Los griegos, que siempre prefieren recurrir antes al presupuesto del estado que pagar impuestos, se pondrán como locos defendiendo la economía, al igual que la política, debería ser un arte para aquellos que lo tienen a su alcance. El regateo no será bastante.


Sin embargo, en un mundo revoltoso, las rápidas decisiones internacionales, incluso al enfrentarse a una crisis, son difíciles pasarlas. En comparación con la paralizada ronda de comercio y el caos climático generado en Copenhague, el impulso de ayer hacia la línea de acuerdo como un posible logro. Realmente, la acción coordinada podría demostrar más allá de la Unión Europea, pero al menos la declaración de ayer da un sentido razonable sobre qué implicaría la acción. Después de ayer, es aún posible que Europa al menos se proteja a sí misma en lugar de esperar pasivamente la llegada de Washington a través del IMF(International Bussiness School).

Parece que no hay expectativas para Europa de formar pronto un futuro próspero dentro de un espíritu de solidaridad. Sin embargo, solo se podría acumular un poco de lo que la protege, en un momento que los respaldos europeos están contra la barrera.