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Usuario:Ecasadobriz/Taller

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Cómo tratar el TDAH en el aula.[1][2][editar]

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es uno de los trastornos más comunes en la niñez y puede continuar hasta la adolescencia y la edad adulta. Los síntomas incluyen dificultad para concentrarse y prestar atención, dificultad para controlar la conducta e hiperactividad (actividad excesiva).

Archivo:TDAH 2.jpg
TDAH Trastorno de déficit de atención e hiperactividad.

Este trastorno se manifiesta en las dificultades que tiene el individuo para controlar su conducta, presentando problemas de atención, déficit en el control del impulso o inhibición y excesiva actividad. También tienen una excesiva variabilidad en sus respuestas a las situaciones, particularmente en el trabajo y problemas para seguir las normas e instrucciones. Es uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes en la infancia y adolescencia, constituyendo uno de los motivos más habituales en la población infantil y juvenil de remisión a los profesionales sanitarios. La tasa de prevalencia del TDAH entre los niños en edad escolar oscila entre el 3 y el 5%. En el caso de las niñas, la prevalencia es menor, por cada dos niños, una niña padece el trastorno.

Los niños con TDAH se distraen muy fácilmente. El exceso de actividad que despliegan molesta al resto de los compañeros. Además suelen presentar otros problemas asociados, como: dificultades de aprendizaje, trastornos del lenguaje, ansiedad, trastornos del afecto, desórdenes por estrés ambiental y socio-familiar, trastorno de conducta, baja competencia social, trastornos en el control motor y perceptivo-visual, tics...

Los menores que padecen TDAH presentan importantes interferencias en las actividades escolares, familiares y sociales, agravadas en muchos casos por la presencia de uno o más trastornos psiquiátricos que lleva asociada, principalmente de comportamiento, de estado de ánimo, ansiedad y de aprendizaje. Estas repercusiones son decisivas para el rendimiento académico, ya que hasta un 10% de los fracasos escolares se deben al trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Causas.[1][editar]

Lesiones cerebrales de distinto tipo o anomalías en el desarrollo del cerebro (traumatismos, exposición fetal al alcohol, al tabaco, exposición temprana a niveles elevados de plomo...).

Actividad disminuida en determinadas regiones cerebrales, como resultado de un desequilibrio o deficiencia en ciertos neurotransmisores o sustancias químicas que ayudan al cerebro a regular la conducta.

Herencia. La evidencia científica ha demostrado que los hijos de padres con un TDAH tienen hasta un 50% de probabilidades de sufrir el mismo problema. Además los estudios con los gemelos siguen la misma línea: si uno de los gemelos tiene síntomas del TDAH, el riesgo de que el hermano tenga el trastorno está entre el 80% y el 90%.

Diagnóstico.[3][editar]

¿Quién detecta el problema?[editar]

Habitualmente son los padres los que manifiestan no poder o no saber dirigir el comportamiento de su hijo. Los mismos maestros dan la señal de alerta cuando el alumno no sigue el ritmo esperado.

¿Quién ha de realizar el diagnostico?[editar]

El diagnostico lo puede establecer un profesional conocedor del tema de la Medicina o de la Psicología.

¿Cómo se lleva a cabo?[editar]

El profesional tendrá necesariamente que recabar información de los padres sobre el comportamiento del niño y sobe otros niños para que vean la diferencia.

Es habitual que el profesional haga responder uno o más cuestionarios a los padres sobre el niño.

Valoraciones que comprende el procedimiento idóneo para establecer el diagnóstico.[editar]

  • Valoración Psicológica para establecer capacidades y limitaciones del niño.
  • Valoración Médica para descartar o confirmar enfermedades médicas que pudieran explicar los síntomas del niño.
  • Valoración Psicopedagógica para valorar la presencia o no del fracaso escolar.

El niño con dificultades en el aprendizaje: Estrategias para ayudarle.[3][editar]

Dificultades con la lectura.[editar]

En caso de que el niño tenga dificultades con la lectura, el método de actuación puede ser el siguiente:

Ante omisiones de letras.[editar]

  • Se premiará con una ficha cada dos, tres o cuatro palabras bien leídas: favorecerá el incremento de su atención en la lectura y los errores se reducirán. Después de varias frases, se detendrá la lectura y se cambiarán las fichas por algún premio previamente acordado.


Dificultad ante algunos grupos consonánticos.
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  • Detenerse diariamente unos minutos a leer tarjetas que contengan palabras con las que tengan problemas. Se juega a visualizar las letras y se representan por escrito, con el dedo, sobre la mesa, etc.


Comprensión lectora deficiente.
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  • Conviene entrenar al niño para que, ante cualquier instrucción escrita, rodee con un circula la palabra o palabras que le indiquen la acción o acciones que tiene que llevar a cabo para resolver la tarea.


Desmotivación ante la lectura.
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  • Entrenar al niño mediante textos muy cortos, interesantes y con opciones atractivas de respuesta (dibujos, respuesta múltiple, juegos de preguntas y respuestas, inventar título…).


Para los que rechazan leer.
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  • Es importante iniciarse de nuevo con la lectura a través de textos muy cortos, escogidos por el mismo niño y a través de acuerdos con el educador (después de realizar la lectura obtendrá un privilegio).
  • Lectura compartida: el niño comparte la lectura con el educador o con otros niños. El educador empieza leyendo mayor cantidad de texto que el niño, gradualmente se irá reduciendo la participación del adulto para que el niño acabe leyendo solo. Se puede iniciar también leyendo una palabra cada uno, después una frase, un párrafo, una página…, hasta conseguir que el niño lea solo.


Lectura lenta “silabeada” o precipitada.
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  • Utilizar un metrónomo para evitar el silabeo o precipitación: se empezara leyendo a una velocidad muy lenta para ir incrementándola. Primero, cada ritmo marcará una sílaba para marcar palabras más adelante. En el caso de lectura precipitada, que no respeta los signos de puntuación, se puede marcar la siguiente norma: “se dejará pasar un ritmo delante de las comas, dos delante de los puntos y tres delante de los untos y aparte.


Pérdida ante la lectura.
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  • Cartón señalador: permitir el uso de un cartón plastificado, que puede confeccionar el mismo niño y que situará bajo las líneas del texto a medida que va leyendo, con el fin de evitar tantas perdidas y ayudar al niño a que no le resulte tan dificultoso incorporarse a la lectura una vez “vuelve” de la distracción.
  • Acuerdos previos: estos pueden volver a  ser aquí muy efectivos. Saber previamente qué parte del texto le corresponde leer incrementará su nivel de atención durante la lectura de grupo.

Dificultades con la escritura.[editar]

Archivo:TDAH 4.jpg
TDAH Trastorno de déficit de atención e hiperactividad.

En caso de que el niño tenga dificultades con la escritura, el método de actuación puede ser el siguiente:

Ante errores como uniones, fragmentaciones, adicciones, omisiones, sustituciones o repeticiones.[editar]

  • Al igual que en la lectura, para conseguir reducir estos errores, se le puede ofrecer una ficha por cada dos, tres o cuatro palabras escritas o leídas sin errores. Gracias a este refuerzo positivo se incrementará el nivel de atención y se reducirán los errores.
  • Deletreo: es importante crear en el niño el hábito del repaso mediante el deletreo.


Caligrafía pobre y desorganizada.
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  • Palabras bien escritas: ante los errores concretos convendría practicar sobre una caligrafía personalizada, insistiendo únicamente sobre estos errores y no caer en practicar por practicar. Ante errores de tipo atencional (despistes), será mucho más efectivo reforzar positivamente mediante el elogio específico ante palabras o fragmentos bien escritos.
  • Finalizado el escrito, revisaremos junto al niño el número de palabras escritas correctamente, indicándole específicamente la localización de los éxitos. Podemos utilizar un marcador fluorescente para subrayar estas palabras y poderlas contabilizar, incluso anotarlas en un registro.


Mayor número de faltas ortográficas.
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  • Trabajar el vocabulario: teniendo presente que los niños con déficit de atención acostumbran a presentar malos resultados en pruebas de memoria auditiva, será necesario dirigir la intervención hacia ejercicios de memoria visual, como por ejemplo, la asociación de palabras con dibujos, los juegos tipo “el ahorcado”, la elaboración de diccionarios propios o deletreo de palabras sobre superficies rugosas (arena, harina…).


Dificultades con las matemáticas.
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En caso de que el niño tenga dificultades con las matemáticas, el método de actuación puede ser el siguiente:

Pobre comprensión de los enunciados.[editar]

  • Autoinstrucciones ante los enunciados de los problemas: ante un problema subrayar los datos y rodear la palabra o palabras clave que identifican la operación.
  • Autoinstrucción ante el reconocimiento de la operación: cuando localizamos que la dificultad se encuentra en el reconocimiento de la operación que se debe utilizar para resolver con éxito el problema, se puede entrenar mediante las siguientes autoinstrucciones:
  1. Suma = PONER cosas (+)
  2. Resta = SACAR cosas (-)
  3. Multiplicar = PONER cosas (+) MUCHAS VECES (x)
  4. Dividir = REPARTOR cosas (:)

Una forma muy gratificante de trabajarlo para el niño puede ser a través de ejercicios en  los que solo deba identificar la operación y no se le exija la resolución completa del problema.

Errores por descuido a la hora de aplicar el signo.[editar]

  • Cada signo tiene su color: en el caso de que los errores aparezcan por descuido o impulsividad al utilizar el signo correcto puede ser útil hacer uso de una estrategia que le obligue a dedicar un tiempo para pensar. Una buena estrategia puede ser pintar los signos siempre del mismo color antes de empezar a operar:
  1. (+) de color verde
  2. (-) de color rojo
  3. (x) de color azul
  4. (:) de color naranja

Esta misma estrategia le será muy útil ante cualquier estrategia de cálculo.

Dificultad de abstracción de conceptos matemáticos.[editar]

  • Manipulación de material o representación gráfica de los datos: manipular materiales (pequeñas fichas, garbanzos, bolitas…) o representar gráficamente los datos mediante un dibujo, le ayudará en la comprensión de conceptos, como las unidades de medida, decenas, centenas… También, y muy importante para entender el concepto abstracto de las operaciones, se pueden agrupar, repartir o sacar elementos.

Respecto al cálculo.[editar]

  • Entrenamiento en cálculo metal: a diario se entrena mediante operaciones de cálculo muy simples (3+1, 4+2…) para reducir el uso de los dedos como estrategia de cálculo.
  • Representación mental de los números: jugar a visualizar palitos, cerrar los ojos y ver dibujados 1, 2, 3, hasta 5 palitos. Por ejemplo, delante de la suma de 9+4 me ayudará la siguiente autoinstrucción: “empiezo diciendo el número mayor y le añado los palitos que veo mentalmente y sigo contando. Por ejemplo, digo 9, veo un palito y digo 10, veo otro palito y digo 11, y así hasta añadir 4 palitos”.

Pautas generales para la intervención en la escuela.[editar]

[3]​ A continuación se presentarán una serie de recomendaciones para favorecer el proceso de aprendizaje del niño con TDAH en el aula.

Metodología para dar las clases.[editar]

  1. Cómo dar instrucciones. Será necesario establecer contacto ocular o proximidad física con el alumno, asegurando así su atención.  Se darán las instrucciones de una en una y serán concretas, cortas y con un lenguaje positivo. Una vez las cumpla serán elogiadas y recompensadas inmediatamente.
  2. Cómo explicar los contenidos académicos. Las explicaciones deben ser motivadoras y dinámicas, así permitirá una participación frecuente del alumno. Es importante que las explicaciones estén estructuradas y organizadas, asegurándose de que el alumno las ha comprendido.
  3. Asignación de deberes y tareas. Para comprobar si el alumno sabe o no el temario, es importante que las tareas tengan un formato simple y claro, y que se asigne una cantidad justa. En caso de actividades largas,  convendría fragmentarla. Será imprescindible una supervisión y esfuerzo constante.

El entorno de trabajo.[editar]

El niño con TDAH se beneficiará cuando su asiento se sitúe cerca del maestro, facilitando así su supervisión por parte del profesor, y lejos de murales, ventanas u otros elementos que pueda distraerle.

El maestro del alumno con TDAH.[editar]

Es importante que el profesor, quien es un pilar fundamental en la intervención del trastorno, esté informado y que sepa trabajar con estrategias específicas aplicables en el aula. También debe conocer y creer en las posibilidades de sus alumnos, buscar alternativas para adaptarse a sus necesidades específicas y colaborar así en el desarrollo de su máximo potencial.

El joven estudiante.[editar]

Es tarea del maestro ayudar al alumno con TDAH a organizar y planificar sus tareas. Algunas orientaciones pueden ser:

  • Ayudar al chico a que se marque objetivos concretos y cortos.
  • Animarle a utilizar la agenda de forma sistemática, supervisarle y felicitarle por su uso.
  • Asegurarse de que dedica un tiempo al estudio, al repaso diario y a organizar sus apuntes y tareas diarias.
  • Mostrarle la importancia de evitar los estímulos distractores durante el tiempo de estudio y trabajo.
  • Practicar el uso de esquemas y resúmenes, muy importante para la preparación de controles y exámenes.

El comportamiento del niño con TDAH.[editar]

[3]​ Los niños con TDAH suelen mostrar dificultades de comportamiento o conductas perturbadoras dentro del aula, como interrumpir, moverse, no acabar sus tareas, estar distraído o molestar,  lo cual provocan situaciones difíciles de manejar para el maestro pero que muchas veces son inevitables para el niño.

  • ¿Qué se debe tener presente?

Un ambiente estructurado, con rutinas, organizado y motivador ayudará al alumno a mejorar su autocontrol.

Archivo:TDAH 1.png
TDAH Trastorno de déficit de atención e hiperactividad.

El maestro es un modelo para sus alumnos, mostrando una actitud tolerante, flexible y paciente ante las dificultades causadas por el alumno con TDAH, conseguirá un mejor comportamiento por parte de su alumnado.

  • ¿Cuándo surgen problemas de comportamiento?
  1. La tarea es difícil y aburrida.
  2. Se le exige un trabajo por un tiempo prolongado.
  3. Hay poco control.
  4. Se realizan cambios de actividades que el alumno no controla.
  5. El niño no sabe que se espera de él.
  6. Sólo se les recuerdan los errores, no se le acepta como es.
  7. No se le respeta.
  8. Es castigado en exceso.

Cómo mejorarlo.[editar]

Para fomentar un comportamiento adecuado hay que supervisar constantemente al niño para prevenir situaciones que puedan ser problemáticas y, por ejemplo, hacer tutorías individualizadas de unos 10 minutos para que el alumno sepa lo que se espera de él. Algunas estrategias para utilizar en el aula son:

  • El “refuerzo positivo”, para el control de la conducta. Consiste en reforzar los comportamientos que queremos que se den más (mediante elogios siempre verdaderos, privilegios sencillos como pequeños encargos en el aula
  • La “extinción”, que consiste en dejar de atender a un comportamiento para reducirlo o evitar que se repita, pero no debe utilizarse cuando la conducta pueda suponer un peligro. 
  • “Tiempo fuera” consiste en aislar al niño en un lugar sin estímulos durante un tiempo después de una conducta que queremos reducir.  

Además de estas estrategias, se deben establecer dentro del aula unas normas, ofreciéndolas de manera afirmativa, dando la razón por la que se aplican y acordando una consecuencia para aplicar en caso de su no cumplimiento. Es mejor que las normas estén formuladas positivamente (no correr, no gritar…→ caminar, hablar bajito…). 

Algunas orientaciones ante situaciones concretas, como.[editar]

[3]

Se levanta del sitio sin permiso.[editar]

  • Irán a la mesa del profesor aquellos alumnos que han acabado de realizar su trabajo, el alumno que tenga alguna duda que levante la mano y el profesora se acercará.
  • Concreta una señal que le recuerde a alguna norma concreta.
  • Comprobar que tiene todo el material para evitar que se levante de su sitio.
  • Reforzar la conducta correcta e ignorar la incorrecta.
  • Entrenarlo para mantenerlo unos minutos trabajando automáticamente.
  • Aplicar una consecuencia lógica en el caso de incumplir las normas.

Interrumpe constantemente.[editar]

  • Ofrecer la norma por escrito. Por ejemplo: “Para intervenir en clase, es necesario estar en silencio, en la mesa y con la mano levantada.”
  • Pactar señales silenciosas con el alumno, y a menudo estar cerca de él.
  • Mostrar a través de otros niños el modelo correcto.
  • Reforzar la conducta correcta siempre que ésta se dé o se aproxime.
  • Si el alumno sigue interrumpiendo, ofrecer pequeños recordatorios de la norma e ignorar la conducta.

Molesta a los compañeros de mesa.[editar]

  • Sentarlo con un compañero que presente un modelo a seguir.
  • Dedicar un tiempo personal a hablar de los sentimientos que genera en  el compañero cuando invade sus espacios, los interrumpe y hablar en exceso.
  • Ofrecer un espacio para él donde pueda trabajar tranquilamente presentándoselo como un lugar “donde él puede trabajar tranquilo” y no como un lugar “para que no molestes”.
  • Elogiare mediante una balanza específica cuando trabaje correctamente y con sus compañeros. ”Me gusta la forma que la que Carlos está trabajando con su compañero”
  • En caso de incumplimiento podemos mandarlo fuera con esta consigna: “Únete a tu compañero cuando creas que puedes trabajar en silencio”.
    Archivo:La tortuga TDAH.jpg
    TDAH Trastorno de déficit de atención e hiperactividad.

Técnica de "la tortuga".[editar]

Va dirigida desde preescolar hasta el segundo ciclo de la Educación Primaria, tiene como objetivo favorecer el autocontrol y la relajación en situaciones extremas. En la aplicación se tendrá en cuenta:

  • El alumno parte de la explicación de un cuento para que el aula se identifique con el protagonista.
  • Ante una situación estresante, el maestro dice la palabra “Tortuga” y el niño se pone en la posición antes entrenada, cuenta hasta 10 y procede a relajar sus músculos.
  • El maestro ha de reforzar o premiar este entrenamiento para que el alumno se anime a utilizar esta estrategia de manera autónoma ante situaciones de perder el control.

Pierde el control, chilla, desafía.[editar]

  • Si pierde el control tendrá que echarle del aula.
  • Si desafía se pueden establecer iniciativas de control.

En el caso de que no dé resultado, no conviene enfrentarse ni entrar en la lucha de poderes, le decimos "después hablamos" para no caer luego en lamentaciones y seguimos con la clase ignorando sus comentarios.

  • Dar un tiempo para hablarlo, dejándole explicar y llegar a un acuerdo en la búsqueda de las soluciones.
  • Se ha de evitar la expulsión del aula porque esta actitud no favorece a la actitud de un niño con TDAH. Se le pueden dar hasta tres advertencias.
    1. La primera se levanta y se mantiene al lado de la silla de pie.
    2. La segunda se va de pie al fondo del aula.
    3. La tercera abandona la clase.

No para de moverse.[editar]

  • Reforzar en todo momento la buena conducta
  • Ignorar las conductas inadecuadas.
  • Permitirle un alivio para la tensión física.
  • Enseñarle una técnica de autocontrol y relajación.
  • Pactar con el alumno señales de recordatorio para aplicar las técnicas de autocontrol y relajación.
  • Intentar prever los momentos clave en los cuales pierde el control.

Referencias.[editar]

  1. a b Servicio de Programas Educativos y Atención a la Diversidad. Asociación CALMA. «Guía para la Atención Educativa del Alumnado con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad» (en castellano.). Consultado el 13 de enero de 2015. 
  2. Láez Álvarez, Mª Concepción; Requejo Gutiérrez, Marta; Silvano Toquero, José Javier; Velasco Velado, Mª Concepción. «Protocolo de coordinación del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.». 2010. 
  3. a b c d e Mena Pujol, B., Nicolau Palou, R., Salat Foix, L., Tort Almeida, P., y Romero Roca, B. (2006). Cómo mejorar el comportamiento del niño con TDAH (2ª ed.). En B. Mena Pujol, R. Nicolau Palou, L. Salat Foix, P. Tort Almeida, y B. Romero Roca, Guía práctica para educadores. El alumno con TDAH. Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (pp. 28-33). Barcelona: Mayo.