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Usuario:Dioni.hm/Taller

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HERMANDAD SAN JOSE DE CALAMONTE

Orígenes:

Hay constancias documentales que certifican la existencia de la Ermita de San José en el primer tercio del siglo XVII, conocida localmente como el Santo, así como de la casa del ermitaño anexa al mismo edificio. El primer documento que certifica la existencia de la Hermandad es un libro de cuentas de 1694 a 1834 (actualmente en los Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz. Fondo Parroquial de Calamonte, Caja 14), en el libro no aparecen los apuntes contables de apertura, las notas anotadas reflejan que este libro es la continuación de otro anterior. Dado que la construcción de la Ermita se dilató entre los años 1604 y 1632, se puede afirmar con total certeza que la creación de la Hermandad debió de producirse en ese periodo, o como mucho, pocos años después. Siendo en sus orígenes una Cofradía del gremio de los carpinteros, a partir de estas fechas se generó una gran devoción, la cual llega a nuestros días, alrededor de San José Bendito, Patrón de Calamonte.

Datos de interés:

El 19 de diciembre de 1982, salió San José de su Ermita por última vez, para alojarse temporalmente en la parroquia hasta el 9 de marzo de 1983, que se volvió a trasladar a su nueva sede, la Iglesia recién construida de San José, fue bendecida por el Obispo D. Antonio Montero el día 17 de marzo de ese mismo año, siendo esta dependiente de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Calamonte. En la Actualidad:

La Hermandad está formada por 1000 hermanos, y sus actos ordinarios son, las novenas previas celebradas a la festividad, la salida en procesión el día 18 de marzo por la noche, la misa el día 19 de marzo por la mañana y su posterior procesión.

Su junta de gobierno está presidida por su Hermano Mayor, Dionisio del Hoyo Molina.

Titular:

El origen de la imagen de nuestro titular no está documentada, sin embargo algunos expertos lo sitúan en la escuela sevillana del siglo XVII, en la órbita del maestro Juan Martínez Montañés o sus sucesores Pedro Roldan o Alonso Martínez, por su extraordinario parecido con el San Jerónimo del Monasterio de San Isidoro del Campo. En el primer libro de cuentas que disponemos existe un apunte contable en 1704 de 33 reales por una reforma de las manos de la imagen y otra más por otra reforma en 1744, es muy poco probable que existiera otra imagen anterior a esta. La imagen inicial no tenía forma de cuerpo, estaba formada por una estructura de madera, en la que se sujetaba el busto los brazos, y el niño. A finales del año 1960, Don Cesáreo Bermudo, párroco de Calamonte de esa época, en representación de la junta de Gobierno de la Hermandad, se puso en contacto con Antonio Castillo Lastrucci, para llevar a cabo una importante restauración de la imagen de San José, en la que se le dotaría de cuerpo, piernas, brazos, unas nuevas manos, además de restaurar la pátina del busto y del niño, acordaron los trabajos por un pago de 6000 pesetas, la imagen quedo totalmente restaurada el 25 de julio de 1961.

Las Andas:

El Santo Patrón sale en procesión desde tiempos muy remotos, no podemos afirmar con certeza desde cuando ni como fueron las andas, que es como se conocen de forma local a los pasos, los primeros datos oficiales de los que disponemos nos sitúan en unas andas pequeñas realizadas en 1944, por Venancio Barrena, formado por un canasto de madera labrada al estilo gótico, en los que sucedían ventanas formada por un arco ojival, con dos arcos lobulados incrustados en su interior y una apertura en forma de cruz en medio de los tres. Con cuatro brazos para ser portado y sin patas para apoyarlo en el suelo, usaban horquillas en aquellos entonces. Estas andas fueron reemplazadas por otra en 1964, realizado por los hijos de Venancio, José y Natalio. En el que se comenzaría a dar forma a la actual iconografía. El canasto fue realizado en madera, forrado por junquillos de madera fresada y acabado con pintura dorada. Aumento su tamaño y por tanto el número de brazos para portarlo, pasaron a ser ocho, tampoco fue autoportante, se mantuvieron las horquillas, a pesar de haberse dotado al paso de los primeros faldones. Incorporó una almohadilla en la parte superior en todo su perímetro, para alojar una voluptuosa decoración floral, formada por claveles blancos. También incorporó cuatro faroles, uno en cada esquina, formado por 7 brazos de hierro forjado, acabado cada uno de ellos por un guardabrisas de cristal labrado.

En 1992 se estrenaron las andas actuales, acabadas totalmente en plata, realizadas por el taller sevillano de Orfebrería Andaluza Manuel de los Ríos. Los hombres que lo han llevado a hombros, se les conoce como “anderos”, quizás por ser los que hacen que el paso ande o bien por ser los que llevan las andas, en otros lugares de tradición parecida al llevar el paso al hombro, se les conoce como “portadores” u “horquilleros”. Lo curioso que ya desde la antigüedad los “anderos” iban vestidos con trajes de chaqueta y corbata hasta que 1994 se convirtió en oficial, en la actualidad el paso es portado por 48 “anderos” y dirigidos por su capataz Ricardo Barrena Fuentes.

En la actual iconografía, San José se sitúa en el centro del paso, en una hermosa peana cuadrada sustentada por cuatro patas en forma de raíz de árbol, labrada con formas vegetales, en sus esquinas y un punto de apoyo central con forma de ánfora con dos asas, realizada en plata repujada con adornos florales. En cada esquina del paso, a imagen y semejanza del anterior, se elevan cuatro majestuosos candelabros, esta representación no es caprichosa, pues el número cuatro en la biblia es asociado a la creación.

La base de los faroles está formada por un ánfora, de mayor dimensión que la situada en la base de la peana, pero de diseño y acabado similar, salvo el de las asas que cuentan con unos adornos de mayor forma. En su parte superior nace un capullo de azucena semiabierto, del que crecen en forma de ramas siete brazos rizados acabados en un guardabrisa, de cristal labrado y rematado en su parte superior por un cierre de plata labrada. En la parte central de cada brazo se aprecian otros dos capullos de azucenas contrapuestos. Tampoco es casual el número de brazos pues es el número bíblico que representa la perfección, ni de los acabados florares, ya que las azucenas guardan un simbolismo de pureza, inocencia y elegancia.

El canasto que esta realizado en plata repujada, en el que se alternan adornos florales con cabezas de querubines, cuenta con cuatro cartelas, en el centro de cada paño, en la frontal una representación de la azucena, en el lateral izquierdo y derecho se representan herramientas típicas de carpinteros (una sierra de arco, un cepillo y una escuadra) , por proceder la hermandad de una cofradía de este gremio, y en la cartela posterior el escudo de Calamonte, por ser el patrón del pueblo, todos ellos con acabado en dorado.

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