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Usuario:C.Aranegui/Taller

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Archivo:Sag. templo foro fot.pdf

EL FORO ROMANO DE SAGUNTO (VALENCIA) INTRODUCCIÓN El foro romano de Sagunto que se gesta a lo largo de la evolución particular que singularizó su historia.

El foro se remonta a los inicios del s. II a.C., cuando tuvo lugar la reconstrucción de la ciudad, víctima de la guerra de Aníbal, con intervención de Roma. El centro religioso, de tipología romana, que simboliza su reconstrucción se situó sobre una de las crestas orientales del Castell. Al existir una ciudad ibérica que había dado cumplidas muestras de fidelidad a Roma, el nuevo monumento debía expresar el nexo entre ambas comunidades.

La arqueología ha confirmado la existencia del templo que preside el foro. Se trata de una construcción de proporciones cuadradas con alto podio practicable tripartito, cella, pronaos y cisterna delantera que responde a un modelo itálico, aquí tetrástilo (14,28 m x 11,90 m), de orden toscano, del que no se conserva ni la decoración, ni la estatuaria, ni la epigrafía sino únicamente la cimentación y una cisterna incorporada al mismo, alojada en muros de contención muy potentes. Su cronología está comprendida entre el 225 y el 175 a.C. La colmatación de la cisterna en el tránsito al s. I a.C. debe obedecer a algún cambio ideológico importante que, sin embargo, desconocemos: se depositaron en su interior ofrendas que evocan los ciclos agrícolas.


A partir de los hallazgos de un vaso plástico de barniz negro y de una estatuilla de bronce en las inmediaciones del templo, ambos representando a Hércules, este héroe aparece en Sagunto en forma de exvotos que denotan el culto a Hércules. Se trata de dos ofrendas de escaso valor material, cuya relevancia crece al evocar con su presencia un dato transmitido por Silio Itálico. También las monedas de Arse incorporan el tipo itálico de cabeza laureada con clava detrás, generalmente representativo de Hércules, entre finales del s. III y el final del s. II a.C. Se pueda deducir que la restitución de Sagunto estuvo asociada a un cambio religioso en el que Hércules fue el personaje central.


El foro municipal


La planificación de época augustea supone una transformación radical del espacio urbano. Por primera vez un área extensa se integra en un proyecto de urbanización que tiene su límite septentrional en el río, el oriental en la Vía Augusta y los límites meridional y occidental en el Castell, superficie que abarca alrededor de 30 ha. Puesto que el municipio se proyecta sobre una pendiente, su modelo de planificación es la sucesión de terrazas escalonadas, aplicado en Bílbilis, Segóbriga, Valeria, Ercávica y, principalmente, en Sagunto, con su exponente máximo en Tarragona, capital de la provincia. El foro municipal saguntino de la plaza de Armas se implanta sobre el de época republicana y mantiene el antiguo templo como eje y cabecera. Sin embargo, exige una adecuación topográfica muy importante. La primera condición para llevar a cabo este proyecto fue disponer de una superficie plana suficientemente grande y para ello se procedió a la construcción de un muro de contención que nivela la vaguada que separa las crestas orientales del Castell. Se edifica así la cinta con contrafuertes que ciñe los sectores al E y sobre todo al O del templo. Esta nivelación cambió la cota de pavimento de todo el conjunto cuyos fundamentos descienden hasta encontrar la roca, con un aprovechamiento puntual de los sótanos de las estancias.

Siendo la concesión de la municipalidad obra de Augusto, es probable y hasta lógico que su divinidad tutelar fuera una de las divinidades augusteas.

La plaza pública (54 m x 36 m) se extiende en Sagunto al S del templo mediante la proyección del eje de su cella central, cumpliendo las proporciones 3:2 que preconiza Vitruvio. Excepto en la fachada del templo, es una plaza porticada a la que se abren los edificios oficiales y los espacios menores de las tabernas. El flanco S está resuelto mediante un pórtico doble que solemniza el acceso principal al foro. Se levanta sobre una enorme cisterna de dos naves, abovedada en su interior, que podría alimentar alguna fuente o ninfeo ornamental, no conservados, además de constituir una considerable reserva de agua. Mejor suerte que las esculturas de mármol del foro han tenido sus pedestales, probablemente por ser de caliza local. En 1987 identificamos como pavimento de la plaza unas losas e, igualmente, adjudicamos una inscripción conocida con anterioridad a este enlosado. Se trata de un texto en letras de bronce dorado del que quedan el negativo sobre la piedra y los orificios para el plomo que las fijaba al suelo. La inscripción de Sagunto ha tenido la fortuna de ser estudiada por Géza Alföldy quien restituyó la totalidad del texto (CIL II2, 14/374): Cn. Baebius Cn. F. G(al). (Ge)min(us) Testam(ento) Foru(m) (de su pecun)ia D(onavit Cn. Baebius Cn. F. Gal…) …ni Fra(ter heres dedicavit). De este modo tenemos pruebas de un caso local de financiación por parte de un particular de una obra pública.

La curia para las deliberaciones de la corporación municipal y para la custodia de sus archivos está relativamente bien conservado, tratándose aquí de un edificio exento. Ocupa, al E del templo, el final del porticado oriental de la plaza, que corre por delante de las tabernas, situándose tres escalones por encima de éste; se sustenta, como otros edificios, sobre un basamento con contrafuertes que ostentan, en este caso, remates en pináculo visibles desde el exterior del conjunto y consta de dos estancias, la curia propiamente dicha y el secretarium, que se asoman al área central a través del porticado de cinco columnas que cubre sus fachadas. Se conservan sus basas áticas sin plinto, unidas a la parte inferior del fuste estriado, sobre el que irían capiteles corintios como los que, igualmente, aparecerían sobre las lesenas que modulan el exterior de la pieza mayor, pavimentada en mosaico, sólo acreditado por abundantes teselas blancas sueltas. La puerta de la curia pudo estar decorada con una cornisa con denticulado de proporciones cuadradas, carretes y cuentas. Las excavaciones dan una datación medio-augustea (10 a.C.- 10 d.C.) para esta edificación, una de las más singulares del foro saguntino, y todos los elementos que pueden serle asociados se inscriben en esa cronología.

La basílica jurídica (40 m x 20 m). Según la documentación de archivo este fue el primer monumento de Sagunto excavado metodológicamente por el académico irlandés W. Conyngham. Situada en el flanco occidental de la plaza pública, conserva en buen estado toda su cimentación que, al descansar sobre la parte más accidentada de la orografía del Castell, constituye una lección de técnicas constructivas romanas. Además del muro perimetral N y O con contrafuertes, se ven la proyección de los puntos de apoyo del edificio hasta la roca natural, las subdivisiones que zunchan las subestructuras, que forman compartimentos en hueco, las rozas para que salga el agua de modo que la humedad no afecte a la estabilidad de la construcción y, en la parte meridional, la sustitución de todo ese eficaz sistema por una cimentación sobre apoyos discontinuos, porque la diferencia de cota hasta la roca es aquí irrelevante. Toda esta obra se asienta sobre estructuras preexistentes a las que, sin embargo, no debe asociarse una lápida ibérica grabada sobre caliza dolomítica local (González Simancas 1927, 12, fig. 4) con las características epigráficas y el soporte pétreo de comienzos de Imperio, que debe añadirse a la serie que documenta el uso del ibérico en el municipio. Las características de la cimentación dieron lugar a que se pudiera habilitar una cripta debajo del tercio septentrional de la basílica accesible desde el exterior a través de una puerta en arco de medio punto situada en el muro O. Esta sala subterránea tuvo un pavimento de opus signinum decorado con rombos y ovas de teselas blancas, estuvo cubierta con bóvedas de arista estucadas en rojo y en negro y es probable que presentara zócalos revestidos de mármol del que se han recuperado varios fragmentos. En la pared E de este espacio se ha identificado una inscripción (CIL II2, 14/303) empleada como material de construcción, tal vez por ser frustra que menciona a Lucio Manlio Fabiano, quien tuvo un pedestal con una estatua en el foro. Es un dato que confirma, junto a los materiales de las excavaciones de 1985, que la basílica fue el último edificio construido en el centro cívico, al final de la época de Augusto o en el inicio de la de Tiberio. Así lo indica también la planta arquitectónica: una nave central de 10 m de anchura delimitada por una columnata, rodeada por un deambulatorio de 5 m de anchura. Se conocen las basas de doble toro sin plinto, de 1 m de diámetro, que elevaban la nave central, cubierta a dos aguas, por encima de la galería que le da la vuelta, que tendría una cubierta en terraza, con vistas tanto hacia el interior como hacia la plaza del foro a la que da su lado largo oriental. De este edificio nos han llegado algunas piezas de su decoración arquitectónica como cornisas con cabezas humanas, así como numerosas lastras de mármoles coloreados y un fragmento escultórico de caliza que representa a un varón con el manto sujeto con fíbula anular sobre el hombro, al estilo ibero-romano. La solución que hemos hallado para el espacio restante del flanco noroccidental del foro introduce una serie de seis tabernas relacionadas con alguna de las funciones de la basílica, recordando, por ejemplo, las tabernas de las basílicas del Foro Romano. Además de la actuación de los tribunales, de servir para las discusiones de negocios y de favorecer la reunión en su interior de los ciudadanos, una parte de la basílica podía tener carácter religioso y hay indicios de que en la de Sagunto hubo un espacio reservado al culto al emperador. Esta práctica tiene que ver con la manera como los romanos ensalzaban el origen divino del poder en la persona de determinados emperadores a partir de Augusto, aunque la aclamación providencial de algunos mandatarios tenía antecedentes en la Roma republicana. Sólo a partir de Augusto se instituye, pues, la categoría sacerdotal de los augustales que se encarga de oficiar este culto bien sea en templos especialmente diseñados para ello o, como probablemente en Sagunto, en una aedes augusti o capilla imperial. Pues bien, las dedicatorias a Augusto, a Cayo, a Tiberio, a Druso, y el pedestal para una estatua ecuestre dedicado a Germánico, hallados en la excavación de la basílica forense saguntina, constituyen una buena representación de la familia julia atribuible a un lugar de culto imperial, solemnizado con la estatuaria correspondiente que, una vez más, no ha llegado a nuestros días. Una mención de Adriano (117-138) cierra la serie de inscripciones imperiales del foro (CIL II2 14/312) ya que, según ha mostrado por su parte la arqueología, a lo largo del s. II la actividad del foro de la plaza de Armas decae, desplazándose la gestión pública, con probabilidad, a otros sectores de la ciudad baja.