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Usuario:AnselmiJuan/ZonaPrueba55

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Le dernier d'entre les mythes, ce fameux « grand soir » a reculé devant les nécessités de la lutte : il faut courir au plus pressé, gagner cette possition, cette autre, faire élever ce salaire, décider cette grève de solidarité, cette protestation contre la guerre d'Indochine : c'est l'éfficacité seule qui compte. Et, sens doute, la classe opprimée doit prendre d'abord conscience d'elle-même. [...] Il s'agit de reconnaître dans et par l'action, la situation objetive du prolétariat, qui peut se définir par les circonstances de la production ou de la répartition des bien. Unis et simplifiés par une oppression qui s'exerce sur tous et sur chacun, par une lutte commune, les travailleurs ne connaissent guère les contradictions intérieures qui fécondent l'œuvre d'art et nuisent à la praxis. Se connaître pour eux, c'est déterminer la place exacte qu'ils occupent dans leur classe et la fonction qu'ils remplissent dans le Parti. Le langage même donc ils usent est exempt de ces légers desserrements d'écrous, de cette impropiété constante et légère, de ce jeu dans la transmissions qui créent le Verbe poétique.[1]
Traducción al español: El último entre los mitos ha sido ese famoso « grand soir », que reculó y se achicó frente a las necesidades de la lucha : es necesario correr al que tenga más prisa, al que se encuentre al frente, ganar esa posición, y luego otra, y luego otra, presionar para aumentar el salario, decidir sobre esa huelga de solidaridad, o protestar contra la guerra de Indochina : lo que más cuenta es la eficacia de este proceso. Y sin duda, para poder hacer algo, la clase oprimida en primer lugar debe tomar consciencia de ella misma. [...] Es necesario reconocer por la acción y a través de la acción, la situación objetiva del proletariado, la que puede ser definida por las particulares circunstancias de la producción y por la repartición de bienes que se haya podido alcanzar. Unidos y separados por una opresión que se ejerce sobre todos y sobre cada uno a través de una lucha común, los trabajadores generalmente no llegan a percibir las contradicciones interiores que fecundan las obras de arte y perjudican la praxis. Para ellos, conocerse a sí mismos es determinar la ubicación exacta que ocupan en su clase, y la función que desempeñan dentro del partido. El propio lenguaje que ellos usan, no es propicio para un análisis muy profundo y elaborado, pues se encuentra alejado de ese juego de creaciones, enfoques, y divagues, que propicia la poesía.

El último entre los mitos ha sido ese famoso « grand soir », que reculó y se achicó frente a las necesidades de la lucha : es necesario correr al que tenga más prisa, al que se encuentre al frente, ganar esa posición, y luego otra, y luego otra, presionar para aumentar el salario, decidir sobre esa huelga de solidaridad, o protestar contra la guerra de Indochina : lo que más cuenta es la eficacia de este proceso. Y sin duda, para poder hacer algo, la clase oprimida en primer lugar debe tomar consciencia de ella misma. [...] Es necesario reconocer por la acción y a través de la acción, la situación objetiva del proletariado, la que puede ser definida por las particulares circunstancias de la producción y por la repartición de bienes que se haya podido alcanzar. Unidos y separados por una opresión que se ejerce sobre todos y sobre cada uno a través de una lucha común, los trabajadores generalmente no llegan a percibir las contradicciones interiores que fecundan las obras de arte y perjudican la praxis. Para ellos, conocerse a sí mismos es determinar la ubicación exacta que ocupan en su clase, y la función que desempeñan dentro del partido comunista. El propio lenguaje que ellos usan, no es propicio para un análisis muy profundo y elaborado, pues se encuentra alejado de ese juego de creaciones, enfoques, y divagues, que propicia la poesía.

  1. Jean-Paul Sartre, « Orphée Noir : Nouvelle poésie negre et malgache », sitio digital 'Percaritatem', págs. XII-XIII.