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Usuario:AnselmiJuan/ZonaPrueba26

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Un cuento fantástico es un relato con hechos cotidianos en el que en determinado momento aparece un hecho sobrenatural.

El autor Italo Calvino nos dice, el «cuento fantástico» nace en Alemania como sueño con los ojos abiertos del idealismo filosófico, con la declarada intención de representar la realidad del mundo interior, subjetivo, de la mente, de la imaginación, dándole una dignidad igual o mayor que a la del mundo de la objetividad y de los sentidos. Por tanto, ésta también se presenta como cuento filosófico.

Definición[editar]

Un cuento fantástico es una narración de hechos cotidianos que sufre una ruptura producto de una situación extraordinaria, por lo que el lector encuentra ilógico a lo que está leyendo. Se caracteriza por la incertidumbre y suspenso y la tensión que se genera en el lector. Dentro de la trama, el personaje no distingue lo que es real de lo que es irreal. El espacio en el que viven los personajes es ilógico y sigue normas irracionales, como en "Alicia en el país de las maravillas". El cuento fantástico utiliza como punto de partida los misterios que plantean el hombre y su mundo y que no han tenido una explicación clara y certera: el tiempo, el espacio, los sueños, las dimensiones, la muerte.

En algún punto de la historia, sucede algo que no puede explicarse por la ciencia, algo misterioso, algo inédito. Esto causa desconcierto en el lector.

El cuento fantástico nace a principios del siglo XIX con el romanticismo alemán, pero ya en la segunda mitad del XVIII la novela «gótica» inglesa había explorado un repertorio de motivos, de ambientes y de efectos (sobre todo macabros, crueles y pavorosos) que los escritores del Romanticismo emplearon profusamente. Y dado que uno de los primeros nombres que destaca entre éstos (por el logro que supone su Peter Schlemihl) pertenece a un autor alemán nacido francés, Chamisso, que aporta una ligereza propia del XVIII francés a su cristalina prosa alemana, vemos que también el componente francés aparece como esencial desde el primer momento. La herencia que el siglo XVIII francés deja al cuento fantástico del Romanticismo es de dos tipos: por un lado, la pompa espectacular del «cuento maravilloso» (del féerique de la corte de Luis XIV a las fantasmagorías orientales de Las mil y una noches descubiertas y traducidas por Galland) y, por otro, el estilo lineal, directo y cortante del «cuento filosófico» volteriano, donde nada es gratuito y todo tiende a un fin.

Si el «cuento filosófico» del siglo XVIII había sido la expresión paradójica de la Razón iluminista, el «cuento fantástico» nace en Alemania como sueño con los ojos abiertos del idealismo filosófico, con la declarada intención de representar la realidad del mundo interior, subjetivo, de la mente, de la imaginación, dándole una dignidad igual o mayor que a la del mundo de la objetividad y de los sentidos, Por tanto, ésta también se presenta como cuento filosófico, y aquí un nombre se destaca por encima de todos: Hoffmann.

Sus características son las siguientes:

  • Se desarrollan en un marco realista.
  • Suceden acontecimientos inverosímiles.
  • La actitud de los personajes es de asombro, miedo, duda, sorpresa y encanto.
  • Un relato fantástico se basa en lo irreal y causa un efecto de realidad.
  • El cuento fantástico tiende a la ambigüedad, esto quiere decir, que puede ser explicado o interpretado de maneras diferentes por distintos lectores.