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El estereotipo del bailarín de ballet en la cultura occidental[editar]

Desde principios del siglo XIX, el mundo occidental ha considerado los bailarines de ballet o danseurs como débiles, afeminados u homosexuales.

La respuesta de los bailarines[editar]

La investigación de William L. Earl de 1988 sobre los estereotipos americanos lo llevó a pedir a compradores en los centros comerciales que le describieran a los bailarines de ballet, como un todo, usando hasta 15 palabras o frases. Las respuestas más comunes fueron: «muchachos apuestos con miedo a enfrascarse en un trabajo digno», «esnobs», «reservados», «neuróticos», «narcisistas», «blandos», «inútiles», «delicados», «homosexuales», «niños de mamá», «irresponsables», «probablemente trabajadores», «criaturas de la noche», «saltarines», «con miedo a la intimidad», «manipuladores», «fríos» y «sofisticados».

En un estudio sociológico de 2003, los bailarines de ballet denunciaron algunos estereotipos a los que han tenido que hacer frente, como «femeninos, homosexuales, lloricas, malcriados, gays, finolis, delicados, débiles, dóciles, niñitas, sabelotodos, diletantes y maricones».

Preparándose para la antología sobre la masculinidad y el baile de 2009, Jennifer Fisher y Anthony Shay entrevistaron a varios bailarines de diferentes edades, etnias y sexualidades. En las entrevistas, les hacían preguntas basadas en la imagen que la gente tenía de ellos, como «¿Pensáis que estáis rodeados de estereotipos sobre los hombres y el baile?» y «¿Hay alguna opinión sobre los bailarines que necesita un cambio?».

Uno de los bailarines entrevistados, Aaron Cota, se posicionó en contra de los prejuicios injustos y ayudó a desmontarlos. En su caso, dejó el baile durante un tiempo para entrar en la Marina. Cuenta la reacción de sus compañeros marines: «Cuando descubrieron que me saqué el título de bailarín, estaban como “¿Qué? “¿Eres un qué?”. Estaban un poco confundidos. Solo se lo tienes que explicar. Cuando mis compañeros vieron algunas de las cosas que había hecho, o vídeos de otra gente bailando, decían cosas como “Hostia puta, ¿cómo pueden hacer eso?” y como “Es increíble” y “Eso me ha abierto los ojos…”».

Otro bailarín, David Allan, tuvo una mala experiencia con estos estereotipos durante su infancia. Habla sobre la época en la que actuó en un espectáculo de su escuela cuando tenía once años: «Estaba muy emocionado por hacer Un baile de David, mi primera coreografía. Entonces, cuando salí con mis mallitas blancas, todos rompieron en carcajadas… Después, me encontré con unos chicos en el pasillo de la escuela que me decían cosas horribles como... “Eres el típico bailarín que acaba rodando por las escaleras”».

El actor belga Jean-Claude Van Damme es un bailarín de ballet profesional que más tarde se convirtió en una estrella de las artes marciales en películas de acción.

Motivos del rechazo[editar]

Este rechazo hacia los hombres en el mundo de la danza viene dado por la falta de relación existente entre el típico estereotipo masculino y los estereotipos asociados con este arte. Normalmente, se percibe y se espera que los hombres posean cualidades como: dominio, independencia, autoridad, fuerza y una ausencia de emociones. Los estereotipos femeninos, en cambio, incluyen: sumisión, dependencia, conformidad, vulnerabilidad y emoción. Es por esto que los femeninos están más estrechamente vinculados con los estereotipos de la danza, pues el baile es una manifestación de las emociones. En el ballet, uno depende de las personas que le rodean, ya sea por tener que confiar en ellos para que nos levanten, nos cojan o para movernos de forma sincronizada.

Los hombres y la masculinidad están relacionados y, a menudo, no existe ninguna diferencia entre ambos conceptos. La masculinidad en sí se trata de una posición social que se asocia con ciertos roles y costumbres. Esta cualidad crea un significado simbólico de lo que quiere decir ser un hombre. Como posición social, se ejerce presión sobre los hombres en lo que respecta a la masculinidad, y si no cumplen con lo establecido, entonces la sociedad los ridiculiza y excluye libremente por haber fracasado en lograr dicho significado simbólico. Como la danza es una manifestación de las emociones que se basa en la vulnerabilidad, los hombres se exponen a convertirse en objetos de burla al presentar características diferentes a los atributos masculinos esperados.

Efectos sobre la participación[editar]

En un estudio realizado acerca de las actitudes de los compañeros hacia aquellos que practicaban deportes considerados “para un solo género” (por ejemplo el ballet o el fútbol americano), se observó que adolescentes de entre 14 y 18 años tenían firmes opiniones muy estereotipadas. Los chicos que realizaban con frecuencia una actividad deportiva “no apropiada para su género” se pensaba que eran más femeninos que aquellos que no la practicaban. El estudio también sugería que: «Estos estereotipos acerca de los atletas pueden llegar a tener importantes repercusiones en la disposición de los deportistas a la hora de participar en ciertas actividades. Asimismo, también pueden llevar a que ciertos tipos de posibles competidores ignoren dichos deportes, como por ejemplo los “machitos” que rehúsan las actividades deportivas “inapropiadas” para su género».Victoria Morgan, ex bailarina principal del San Francisco Ballet y ahora directora artística y ejecutiva del Cincinnati Ballet, se siente identificada: «[…] Noto que hay un estigma asociado al ballet en América que no refleja la realidad… Esto complica el poder atraer a según qué espectadores y chicos a las compañías de ballet.»

Apariciones en la gran pantalla[editar]

En Paso decisivo (película de 1977), se da por hecho que Wayne Dodgers es homosexual porque es bailarín de ballet, así que se acuesta con Deedee para demostrar que es heterosexual. El menor de sus hijos también toma clases de ballet y planea dedicarse a la danza de forma profesional.

Billy Elliot, película británica del año 2000, relata la historia de un niño de 11 años proveniente de la clase trabajadora que aspira a ser bailarín y tiene que lidiar con los estereotipos y reacciones negativas de todo el vecindario.

En The Company (film), el director artístico del Joffrey Ballet, Alberto Antonelli, al ganar un premio del consulado italiano, comentó que cuando empezó en el ballet, tuvo que mantenerlo en secreto y le pidió que animase a todo aquel que sueñe con una vida dedicada al baile.

En la película ¿Bailamos? de 2004, el protagonista, interpretado por Richard Gere, le pregunta a su amigo por qué oculta que es bailarín. El hombre le contesta que de pequeño le insultaban, le llamaban gay y le pegaban porque bailaba.

Citaciones[editar]

EARL, William L. Un bailarín despega: problemas psicológicos en el desarrollo del bailarín americano. University Press of America, 1988, p. 16- 17.

FISHER, Jennifer. Hombres disidentes en el ballet: cuestionando la estrategia de “hacerlo de forma varonil”. En FISHER, Jennifer y SHAY, Anthony. Cuando los hombres bailan: masculinidades que bailan alrededor del mundo. Oxford University Press, 2009, p. 45.

FISHER, Jennifer y SHAY, Anthony: Cuando los hombres bailan: masculinidades que bailan alrededor del mundo. Oxford University Press, 2009, p. 402.

FISHER, Jennifer y SHAY, Anthony: Cuando los hombres bailan: masculinidades que bailan alrededor del mundo. Oxford University Press, 2009, p. 51-52.

FISHER, Jennifer y SHAY, Anthony: Cuando los hombres bailan: masculinidades que bailan alrededor del mundo. Oxford University Press, 2009, p. 81.

https://www.cennarium.com/blog/6-male-ballet-celebrities/

HANNA, Judith Lynne. Danza, sexo y género: signos de identidad, dominio, resistencia y deseo. Chicago: University of Chicago Press, 1988.

SHIPPERS, Mimi. (Recovering the feminine other ¿?): masculinidad, feminidad y hegemonía de género. En SHIPPERS, Mimi. Teoría y sociedad. Springer, 2007, vol. 36, nº 1, p. 85-102.

ALLEY, TR y HICKS, CM. Actitudes hacia los adolescentes que practican deportes orientados a los géneros masculino y femenino.

VALIN, Kathy. Temor a los hombres con medias.

CHELSOM, Peter. ¿Bailamos?

Referencias[editar]

FISHER, Jennifer y SHAY, Anthony: Cuando los hombres bailan: masculinidades que bailan alrededor del mundo. Nueva York: Oxford, 2009.

FISHER, Jennifer y SHAY, Anthony: Hombres disidentes en el ballet: cuestionando la estrategia de “hacerlo de forma varonil”. Estudios de danza y artes relacionadas. 2007. p. 45-66.

BURT, Ramsay: El bailarín. Londres: Routledge, 1995.

ALLEY, TR y HICKS, CM: Actitudes hacia los adolescentes que practican deportes orientados a los géneros masculino y femenino. 2005. p. 273-280.

VALIN, Kathy. Temor a los hombres con medias. Dance Magazine, 2005, p. 56-59.

BAILEY, J.Michael y OBERSCHNEIDER, Michael: Orientación sexual y danza profesional. Logros de la conducta sexual, 1997, p. 433- 444.

LEE, Carol: El ballet en la cultura occidental: historia de sus orígenes y  evolución. Routledge: 2002.

GARAFOLA, Lynn: Reconsiderar la figura de la sílfide: nuevas perspectivas en el ballet romántico. Wesleyan University Press, 1997,  p. 197-244.