Usuario:Aitor Eriz Calleja/Taller

PERSONAJES

•Yohiro: Yohiro es un árbol apagado y triste que no consigue florecer.

•Sakura: Sakura es una es un joven campesina que conoce a Yohiro y se enamora de él

•Hada: Conoce a Yohiro y le hace un hechizo para que encuentre el amor

HISTORIA

La leyenda de Sakura (cerezo) comienza hace cientos de años en el antiguo Japón. En aquel entonces los señores feudales libraban terribles guerras, en las que morían miles de guerreros, llenando a todo el país de tristeza y desolación. Los momentos de paz eran muy escasos. Para cuando terminaba una guerra, otra comenzaba.

A pesar de todo, había un hermoso bosque que ni siquiera la guerra pudo tocar. Estaba lleno de árboles frondosos que exhalaban delicados perfumes y consolaban a los habitantes del antiguo Japón. En aquel hermoso bosque había un viejo árbol que nunca florecía. Aunque estaba lleno de vida, en sus ramas nunca aparecían flores. Por eso se veía desgarbado y seco, como si estuviera muerto. Pero no lo estaba. Simplemente parecía que el árbol no quería brotar sus flores ni el aroma de estas al exterior.

El árbol permanecía muy solitario. Los animales no se le acercaban por miedo a contagiarse. La hierba tampoco crecía a su alrededor por las mismas razones. La soledad era su única compañía. Cuenta la leyenda de Sakura que un hada de los bosques se conmovió al ver a aquel árbol que parecía viejo, siendo joven.

Una noche el hada apareció junto al árbol y le hizo saber que quería verlo hermoso y radiante. Estaba dispuesta a ayudarle para que lo consiguiera. Entonces le hizo una propuesta. Ella, con su poder, haría un hechizo que duraría 20 años. Durante ese tiempo, el árbol podría sentir lo que siente el corazón humano. Tal vez así lograría emocionarse y quizás volvería a florecer.

El hada agregó que gracias al hechizo podría convertirse tanto en planta como en ser humano, cuando lo deseara. Sin embargo, si al cabo de los 20 años no lograba recuperar su vitalidad y brillo, moriría inmediatamente.

Tal como el hada dijo, el árbol vio que podía convertirse en ser humano y volver a ser un vegetal cuando él quisiera. Probó a quedarse un largo tiempo como hombre, para ver si las emociones humanas le ayudaban en su propósito de florecer pero fue una decepción para él. Por más que buscaba a su alrededor, solo veía odio y guerra. Entonces volvía a ser árbol durante una buena temporada.

Los meses fueron pasando y también los años. El árbol seguía como siempre y no encontraba entre los humanos nada que lo librara de su estado. Sin embargo, una tarde que se convirtió en humano, caminó hasta un arroyo cristalino y allí vio a una hermosa joven, llamada Sakura. Impresionado por su belleza, el árbol convertido en humano se acercó a ella.

Sakura fue muy amable con él. Para corresponderle, él le ayudó a cargar el agua hasta su casa. Tuvieron una animada conversación en la que ambos hablaron con tristeza del estado de guerra en el que se encontraba el Japón y con ilusión de grandes sueños.

Cuando la muchacha le preguntó cuál era su nombre, al árbol solo se le ocurrió decirle “Yohiro”, que significa “esperanza”. Los dos se hicieron muy amigos. Todos los días quedaban para hablar, para cantar y para leer poemas y libros de maravillosas historias. Cuanto más conocía a Sakura, más necesidad sentía de estar a su lado, tanto es así que contaba los minutos para ir a verla.

Un día Yohiro no pudo más y le confesó su amor a Sakura. También le confesó quién era en realidad: un árbol atormentado, que ya pronto iba a morir porque no había logrado florecer. Sakura, impresionad, se quedo callada ante tal revelación. El tiempo pasó y el plazo de los 20 años estaba por cumplirse. Yohiro, que volvió a tomar la forma de árbol, se sentía más triste cada vez.

Una tarde, cuando menos lo esperaba, Sakura llegó a su lado. Lo abrazó y le dijo que ella lo amaba también. No quería que muriera, no quería que nada malo le pasara. Entonces, el hada apareció de nuevo y le pidió a Sakura que eligiera si quería seguir siendo humana, o fundirse con Yohiro en forma de árbol. Ella miró a su alrededor y recordó los campos desolados por la guerra. Eligió entonces fundirse para siempre con Yohiro. Y se hizo el milagro. Los dos se convirtieron en un solo árbol. El árbol entonces floreció. La palabra Sakura significaba “Flor de cerezo”, pero el árbol no lo sabía. Desde entonces, el amor de ambos perfuma los campos del Japón.

REFERENCIAS

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