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Propaganda japonesa durante la Segunda Guerra Mundial[editar]

La propaganda japonesa durante la Segunda Guerra mundial es concebida para ayudar al gobierno japonés en el poder durante ese periodo. Un buen número de sus elementos son la prolongación de elementos del expansionismo del Japon Shōwa de antes de la guerra, incluyendo los principios del kokutai, del hakkō ichiu et del bushidō. Nuevas formas de propaganda son desarrolladas para persuadir a los países ocupados de las ventajas de la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental, minar la moral de las tropas americanas, contrarrestar las acusaciones de las atrocidades japonesas y presentar al pueblo japonés la guerra como victoriosa. Esto comienza con la segunda guerra sino-japnesa que conduce a la Segunda Guerra mundial. Esta propaganda emplea una gran variedad de medios para hacer pasar sus mensajes.

Naturaleza de la propaganda japonesa[editar]

La propaganda es habitualmente definida como una información sesgada teniendo por objetivo promover una causa o una opinión política. En este sentido la propaganda japonesa no difiere de la propaganda de otras naciones. Sin embargo, presenta algunos elementos que le son específicos como por ejemplo la dimensión nacionalista. La propaganda japonesa en tiempos de guerra es, de forma similar a la Alemania Nazi, una reacción contra la dominación cultural occidental, y particularmente anglosajona. Los que apoyaban esta propaganda consideran que ofrecen una forma de vivir opuesta al imperialismo occidental. Representan a Occidente, y particular al mundo anglosajón, como decadente et débil y proponen en su lugar una apuesta japonesa y asiática del estilo de vida. Un aspecto particular de la propaganda japonesa es que es extremadamente nacionalista y que es difícil para las diferentes naciones de Asia de sentir que pertenecen realmente al nuevo orden mundial que ofrece Japón. Otro aspecto es la idea de pan-asianismo que no tiene tanto protagonismo como el aspecto nacionalista. Por esta razón, la propaganda japonesa no ha tenido nunca tanto éxito como la propaganda americana con su mensaje de democracia universal abierta, en teoría, a todo el mundo.

La propaganda japonesa en tiempo de guerra es difundida a través de las películas, revistas y periódicos, radio, libros, dibujos animados y a través de su sistema educativo.

Films[editar]

La ley sobre el cine de 1939 decreta un “desarrollo sano de la industria” que prohíbe las películas sexualmente frívolas y sobre los problemas sociales. En lugar de eso, las películas deben alimentar la conciencia nacional, presentar la situación nacional e internacional de manera apropiada y, por otro lado, ayudar al “bien público”.

La utilización de la propaganda durante la Segunda Guerra mundial es amplia y de gran envergadura, pero tal vez la forma de propaganda más eficaz para el gobierno japonés es la del cine. Las películas japonesas suelen ir destinadas a un público bastante más amplio que el de las películas americanas de la misma época. En China, la utilización de películas de propaganda por parte de Japón es masiva. Después de la invasión japonesa en China, las salas de cine están entre los primeros establecimientos en volver a ser abiertos. La mayoría de los materiales son rollos de película de actualidades de guerra, películas japonesas o cortometrajes de propaganda mezclados con películas tradicionales chinas. Las películas también son utilizadas en otros países de Asia conquistados, habitualmente con el tema de Japón como el salvador de Asia contra los tiranos occidentales o hablan de la historia de las relaciones amistosas entre los países con películas como “El Japón que no conocéis”.

China es el tema predilecto de los cineastas japoneses porque la guerra ya tuvo lugar durante varios años antes de emprender la expansión hacia otros países. Entre esas películas, la mayoría tienen lugar en el frente chino et muchos ponen en escena un historia de amor entre un oficial japonés y una mujer china. Podría ser un medio para los japoneses de demostrar su buena voluntad con China y por consecuente con la gran esfera de naciones conquistadas en Asia.

Varios tipos de “películas de política nacional” o películas de propaganda son utilizadas en la Segunda Guerra mundial, hay películas que representan al soldado en el frente, las películas de espionaje y las películas históricas. Las películas de combate suelen dar una visión vaga del enemigo, tal vez porque Japón no solamente tiene el deber monumental de suscitar el apoyo de su propio pueblo sino también de aquellos que ha conquistado. Sin el apoyo de los pueblos vencidos, la guerra de Japón podría verse afectada. Las películas de espionaje, contrariamente a las películas de combate, definen claramente al enemigo, representado como un perezoso, descuidado y codicioso. El mundo occidental es retratado como indulgente y derrochador. Los cineastas japoneses utilizan técnicas similares a los de los propagandistas americanos, utilizando prejuicios y la xenofobia como herramientas. Las películas de espionaje son más ampliamente empleadas después de que la guerra total haya sido declarada a los países occidentales como Inglaterra y los Estados Unidos. Las películas históricas son empleadas como elementos de orgullo nacional y para ayudar al pueblo japonés a concienciarse sobre la importancia de la tradición. Una sub-categoría de película histórica es la película de samuráis. Los temas utilizados en estas películas son el auto-sacrificio y el honor del emperador. Las películas japonesas no dudan en utilizar el sufrimiento y representan las tropas como oprimidas. Ello tiene el efecto de que Japón parezca la víctima, incitando una más grande simpatía de su público. Los elementos de propaganda suelen ilustrar también al pueblo japonés como puro y virtuoso y lo describen como superior a la vez del punto de vista racial y moral. La guerra es presentada como permanente y no está generalmente explicada de manera adecuada.

En las primeras etapas de la guerra con China, una película realista como “Gonin no sekkôhei” (“Los cinco exploradores”) es posible que describa la guerra sin nacionalismo, pero como la guerra se acerca, el Ministerio del Interior exige más patriotismo y con Pearl Harbor, exigen “temas de política nacional” o “temas de guerra”.

Otras películas:

  • Momotarō no Umiwashi
  • Momotarō: Umi no Shinpei
  • La Más Bella Revistas y periódicos

Las revistas apoyan la guerra desde el inicio de la Segunda Guerra sino-japonesa con historias de heroísmo, relatos de viudas de guerra y consejos para adaptarse. Después del ataque de Pearl Harbor, el control se hace más duro, ayudado por el patriotismo de numerosos periodistas. Los responsables de la propaganda dicen a las revistas que la causa de la guerra es el deseo egoísta del enemigo de dominar el mundo y ordenan, bajo solicitudes, promover un sentimiento anti-americano y anti-británico. Cuando Jun'ichirō Tanizaki empieza a publicar como folletín su novela Sasameyuki, historia nostálgica de la vida familiar de antes de la guerra, los editores de Chūōkōron reciben el aviso que esta publicación no contribuye al espíritu de guerra necesario. A pesar del pasado literario de Tanizaki que presenta la occidentalización y la modernización como factores de corrupción, un relato “sentimental” de “vida familiar burguesa” no es aceptable. Temiendo la pérdida de suministros de papel, el editor interrumpe la publicación del folletín en julio de 1944. Un año más tarde, Chūōkōron y Kaizō son obligados sabotearse a sí mismos “voluntariamente” después de que la policía extorsionara forzosamente a los miembros “comunistas” del personal.

Las revistas reciben la orden de publicar eslóganes militaristas. Un artículo titulado “El Americanismo como enemigo” dice que los japoneses deberían estudiar el dinamismo americano, que deriva de su estructura social, eso es tomado como una alabanza aunque el editor haya añadido “como enemigo” en el título. En consecuencia, la tirada de periódicos con ese artículo, su venta fue retirada.

Dibujos[editar]

Los caricaturistas fundan una asociación patriótica destinada a promover el espíritu de combate, a avivar el odio hacia el enemigo y motivar a la gente a ahorrar. Son utilizados también para producir documentos de información, instruir a las poblaciones ocupadas así como a los soldados en los países que ocupan. Libros El Shinmin no michi (“El camino de los sujetos”) describe aquello a lo que los japoneses deben aspirar y presenta la cultura occidental como corrompida. El libro “Leed esto y la guerra estará ganada”, imprimida para ser distribuida en el ejército, aborda no solamente las condiciones tropicales de combate sino también las razones de la lucha armada. El colonialismo es representado por un pequeño grupo de colonos que viven en el lujo y poner pesadas cargas sobre los asiáticos. Porque los lazos de sangre une a los japoneses, y los Asiáticos han sido debilitados por el colonialismo, es el deber de Japón de “hacer de nuevo a los hombres”.

Manuales[editar]

El ministerio de Educación, dirigido por un general, publica manuales de propaganda. La vigilancia militar de la educación es intensa, con agentes que llegan en todo momento para inspeccionar las clases y a veces para amonestar al instructor delante de los alumnos.

Al igual, los manuales son revisados en la China ocupada con el fin de instruir a los niños chinos a propósito de los heroicos personajes japoneses. Educación Incluso antes de la guerra, la educación militar trata la ciencia como una forma de enseñar que los japoneses son una raza moralmente superior y que la historia es el orgullo de Japón que no es solamente la nación más esplendida sino la única esplendida. Después de atacar Pearl Harbor, las escuelas primarias son renombradas “escuelas nacionales” y encargadas de producir los “niños del emperador” que se sacrificaran por la nación. La mitad de su tiempo está consagrado al adoctrinamiento sobre la fidelidad al emperador, la obediencia, la honestidad y la diligencia. Los maestros están encargados de enseñar la “ciencia japonesa” basada en la “vía imperial”. Los estudiantes reciben una educación más física y están sujetos a servicios comunitarios. Las composiciones, los dibujos, la caligrafía y los espectáculos están basados sobre temas militares. Aquellos que abandonan el colegio después de los seis años tienen que asistir al colegio por la noche por la historia y ética de Japón, la formación militar para los niños y la economía doméstica para las niñas. Mientras que la guerra continua, los maestros hacen hincapié en el destino de los niños como futuros guerreros. Cuando un niño no se sentía bien, se mareaba en un columpio, un maestro le decía que no iba un buen piloto de combate. Se muestra a los alumnos caricaturas americanas y británicas para instruir sobre el enemigo. Las chicas diplomadas en Okinawa escuchaban un discurso de su director sobre la forma en la que ellas deben trabajar duro para evitar la deshonra en la escuela antes de ser coronadas en el cuerpo de estudiantes para ejercer como enfermeras.

Radio[editar]

Las actualidades deben ser comunicados oficiales del Estado, leídos al detalle, y mientras que la guerra en China continua, incluso los programas de entretenimiento abordan las condiciones de guerra.

El anuncio de la guerra es hecha por la radio, poco después seguido por un discurso del Primer ministro Hideki Tōjō que informa a la gente que para destruir al enemigo et asegurar una Asia estable, es necesario prever una larga guerra.

Para aprovechar la adaptabilidad de la radio a los acontecimientos, unos “discursos de la mañana” son difundidos dos veces por mes para los colegios.

Las radios de ondas cortas son utilizadas para difundir la propaganda anti-europea en Asia del sur incluso antes de la guerra. Japón, preocupado por la propaganda extranjera, ha prohibido estos receptores para los japoneses pero fabrica para todos los países ocupados con el fin de presumir de las ventajas de la dominación japonesa y atacar a los europeos. Las “Torres que cantan” o “árboles que cantan” llevan altavoces para difundir los programas de radio. Los programas dirección la India incitan la revuelta. Los programas de Tokyo Rose son destinadas a las tropas americanas.

Operaciones de propaganda negra[editar]

En una tentativa para exacerbar las tensiones raciales en Estado Unidos, los japoneses ponen en marcha lo que llaman “Operación Propaganda Negra”. Este plan, diseñado por Yasuichi Hikida, el director de la propaganda japonesa para los negros americanos, se compone de tres partes. La primera es la recolecta de información relativa a los negros americanos y sus luchas en Estados Unidos, la segunda es la utilización de presos de guerra negros en la propaganda y la tercera es la utilización de programas de radio por ondas cortas. Gracias a esos programas, los japoneses emplean sus propios anunciantes de radio y presos de guerra afroamericanos para difundir la propaganda en Estados Unidos. Los programas se centran principalmente en las actualidades americanas resaltando las tensiones raciales, como en las protestas raciales y los linchamientos de Detroit. Un programa por ejemplo hace este comentario: “Los famosos linchamientos son una práctica rara, incluso entre los especímenes más salvajes de la raza humana”. Con el fin de ganar oyentes, los presos de guerra son autorizados a contactar con los miembros de su familia en su casa. Los japoneses creen que la propaganda será más eficaz si utilizan presos de guerra afroamericanos para comunicar con los afroamericanos en Estados Unidos. A través de programas titulados “Conversaciones sobre las verdaderas experiencias de presos de guerra negros” y “Llamadas humanitarias”, los presos de guerra hablan de condiciones de guerra y de su trato en el ejército. Los presos de guerra y las fuerzas artísticas son utilizados en las obras de teatro y/o en canciones que son difundidas en América.

El éxito de esta propaganda es muy discutido porque solo una pequeña minoría en América tiene una radio de ondas cortas. Aun así, algunos historiadores piensan que las “operaciones de propaganda negra”, suscitan diversas respuestas en el seno de la comunidad negra y la suma total de esas reacciones fuerza al gobierno americanos a mejorar las condiciones de los negros en el ejército y la sociedad. Incluso la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People) considera la propaganda como “…un instrumento de los medios en la lucha contra la discriminación racial”. A pesar de estos debates, las dos partes están de acuerdo que esos programas sont particularmente peligrosos en razón de la realidad de su fundamento.

Folletos[editar]

Algunos folletos difundidos en China son objeto de cuestionamientos por qué no están mejor difundidos después de todo el dinero invertido. Algunos folletos son lazados por aviones en Filipinas, Malasia y Indonesia, exhortándoles a rendirse porque los japoneses son mejores que los europeos. También son lanzados en India para motivar la revuelta contra la dominación británica ahora que las fuerzas de Gran Bretaña tienes otros asuntos que atender. Eslóganes Los eslóganes son utilizados en Japón con fines de propaganda, donde son empleados como exhortación al patriotismo, “Unidad nacional”, “Cien millones con un solo Espíritu” e incitan a la frugalidad: “¡Bastante entretenimiento frívolo!”.

Temas[editar]

Kokutai[editar]

El kokutai, que hace referencia a la unicidad del pueblo japonés para tener un jefe que tenga orígenes espirituales, está oficialmente promulgado por el gobierno, con un manual distribuido por el ministerio de Educación. El objetivo de esta instrucción es asegurar que cada niño se considere primero como japonés y sea agradecido de la estructura “familia-política” del gobierno, con el emperador en la cima. De hecho, pocos esfuerzos son hechos durante la guerra para explicar al pueblo japonés la causa de su combate, en su lugar, se les presenta la guerra como una oportunidad para reunirse alrededor del emperador.

En 1937 es escrito un folleto Kokutai no Hongi para explicar este principio. Indica claramente su objetivo: superar los problemas sociales y desarrollar un nuevo Japón. En este folleto, los alumnos aprenden a poner la nación por delante de ellos mismos y que hacen parte del Estado y no son separados de él. El ministerio de Educación lo difunde por todo el sistema escolar.

En 1939 es fundada la Taisei Yokusankai (Asociación de apoyo a la autoridad imperial) para el Primer ministro con el fin de “restaurar el espíritu y las virtudes del viejo Japón antiguo”. Cuando el número de asociaciones patrióticas durante la guerra preocupa al gobierno, son reagrupadas en el ASAI que las utiliza para movilizar y promover la unidad.

En 1941, aparece el Shinmin no michi para instruir a los japoneses a lo que aspiran. Los antiguos textos enuncian preceptos esenciales de la lealtad y la piedad filial que rechazaron el egoísmo y les permitirán de completar su “deber santo”. Les llaman a volverse “Cent millones de corazones latiendo al unísono”, llamada que reaparecerá en la propaganda anti-japonesa americana, aunque el Shinmin no michi anuncia explícitamente que muchos japoneses “fracasan” en comportarse de esta forma. La obediencia es llamada a ser ciega y absoluta. La guerra será una experiencia purificante para devolverlos al “corazón puro y sin nubes” de su carácter intrínseco del que se han alejado. Su pureza racial natural debe reflejarse en su unidad. Los cantos de guerra patrióticos mencionan raramente al enemigo y si lo hacen es solamente de manera genérica; el tono es elegíaco y los sujetos son la pureza y la trascendencia, a menudo comparados con la flor del cerezo.

Las últimas cartas de los pilotos kamikazes expresan ante todo que sus motivaciones son la gratitud hacia los japoneses y a su emperador como encarnación del kokutai. Una carta. Después de haber elogiado la historia de Japón y el modo de vida que sus ancestros le han transmitido y la familia imperial como la cristalización del esplendor de Japón, concluye: “Es un honor poder dar mi vida a la defensa de estas bellas y nobles cosas”. En una conferencia consagrada al “Superación de la modernidad”, algunos intelectuales proclaman que antes de la restauración de Meiji, Japón era una sociedad sin clases bajo la autoridad del emperador benevolente pero que la restauración a sumergido a la nación en el materialismo occidental que ha llevado a la gente a olvidar su naturaleza, que la guerra les permitirá recuperar.

El beisbol, el jazz y otros derroches occidentales son distinguidos por la propaganda gubernamental como teniendo que ser abandonados por un puro espíritu de sacrificio.

Este estado mental Yamato les permitirá superar la gran desproporción a nivel de los materiales militares. Esta creencia es a la vez interiorizada y que aunque las victorias aliadas sumerjan la capacidad del gobierno japonés de cubrirlas con mentiras, muchos japoneses rehúsan creer que “el país de Dios” pueda ser vencido. El gobierno militar lucha igualmente por la esperanza que la lista de víctimas afectará la voluntad de los combatientes de los aliados. El general Ushijami, se dirige a sus tropas en Okinawa, les dice que su más gran fuerza reside en la superioridad moral. Incluso cuando las fuerzas americanas van de victoria en victoria, la propaganda japonesa afirma la superioridad militar del imperio. La batalla de Iwo Jima es anunciada a través de un programa de radia Archipiélago y Imperio con un raro elogio de comandantes americanos pero también de la declaración confiada de que no deben irse de la isla vivo. Las últimas palabras del presidente Roosevelt son modificadas para hacerle decir “He cometido un terrible error” y algunos editoriales proclaman que se trata de un castigo del cielo. Los interrogadores americanos de prisioneros japoneses piensan que son inquebrantables en su convicción de la misión sagrada de Japón. Después de la guerra, un médico japonés explica a los interrogadores americanos que los habitantes de Japón han creído estúpidamente que los dioses les ayudarían a sacarlos de su difícil situación.

Esto les aporta también un sentimiento de superioridad racial comparado con otros pueblos asiáticos que pretendían liberar, cosa que hace mucho por minar la propaganda japonesa por la unidad racial. Sus almas “claras y fuertes” hacen que su raza sea superior, su lugar natural se encuentra entonces en la dirección de la esfera de coprosperidad de la gran Asia oriental. Toda persona que no sea japonesa es un enemigo; diabólico, bestial, incluido otros pueblos asiáticos como China. La segregación racial estricta es mantenida en las regiones conquistadas y alentados de considerarse el “pueblo más importante del mundo”.

Esta raza debe, en efecto, ser aun mejorada con programas de acondicionamiento físico y de ayuda social al igual que políticas demográficas para aumentar sus miembros en la sociedad. Una campaña para favorecer la fertilidad, con el objetivo de producir futuros ciudadanos, se prosigue hasta 1942, razón por la cual no hubo ningún esfuerzo por reclutar a mujeres para el esfuerzo de guerra. El eslogan “Sed fecundos y multiplicaos” es utilizado en las campañas.

Vida rural[editar]

A pesar de que su fuerza militar es dependiente de la industrialización, el régimen glorifica la vida rural. La vida rural y agrícola tradicional es opuesta a la de la ciudad moderna; hay proposiciones para luchar contra los efectos de atomización de las ciudades, localizando las escuelas y las fábricas en el campo para mantener la población rural. La retórica agrícola canta la armonía de los pueblos aunque los arrendatarios y los propietarios están los unos contra los otros por la necesidad de la guerra.

Movilización espiritual[editar]

El movimiento nacional de movilización espiritual está constituido por 74 organizaciones con el fin de reunir a la nación para el esfuerzo de guerra total. Efectúa deberes tales como la instrucción de los alumnos sobre la “guerra santa en China” y pide a las mujeres de envolver el equipaje para el esfuerzo de guerra.

Producción[editar]

Ya antes de la guerra, la organización Sanpo existe para explicar la necesidad de respetar las cuotas de producción, aunque sean necesarios algunos sacrificios. Lo hace con reuniones, conferencias y mesas redondas y da igualmente lugar a los programas para ayudar a los trabajadores para incitarlos a adherirse.

Entre las primeras victorias figura la que asegura un campo de petróleo, que da a Japón su propia fuente por primera vez. La propaganda se regodea que Japón ya no es una nación sin petróleo.

En 1943, como el mastodonte industrial americano produce una superioridad material por las fuerzas americanas, son realizadas llamadas para que una parte de la población esté más sobre un pie de guerra, en particular en las llamadas a la aumento de producción de material de guerra. Se hace hincapié en la formación de los soldados más que sobre el armamento para las fuerzas armadas, peligrosas después de las grandes pérdidas. Los niveles de producción son mantenidos, pero por el precio de sacrificios extraordinarios.

Privación[editar]

El gobierno insta a los japoneses pasar de los bienes elementales. Las revistas por ejemplo dan consejos sobre la forma de economizar comida y ropa desde que estalla la guerra con China.

Después del inicio de la guerra contra Estados Unidos, no hay avisos para que la gente para que no celebre mucho las victorias y para invitarles a prepararse para una larga guerra que iba a venir.

En 1944, la propaganda se aventura a avisar al pueblo japonés de las catástrofes que estaba por venir y a tener en ellos un espíritu comparable al de los Saipan, es decir a aceptar más privación en favor de la guerra. Algunos artículos son redactados afirmando que los americanos no pueden organizar ataques aéreos en Saipan, lo pueden hacer desde China y evidentemente también desde Saipan, el objetivo era avisar sutilmente del peligro que estaba por venir. Los bombardeos estratégicos sobre Japón da un nuevo sentido al eslogan “Somos todos iguales”. Las primeras canciones proclaman que las ciudades tienen unas defensas de hierro y que es un honor defender la patria, pierden rápidamente su carisma. Por lo tanto, las continuas llamadas a sacrificarse son honoradas; las asociaciones de barrio participan porque nadie quieres ser visto como el primero en irse.

La privación y la abnegación son comunes en la prensa: un profesor vestido con tiras o trozos de ropa, rechaza ponerse una camisa nueva porque todos sus amigos están igual de mal vestidos, y los dirigentes y responsables gubernamentales que viven sin ninguna especie de estufa. Estas historias reflejan el estado real de privación de la sociedad, donde las prendas de vestir son de mediocre calidad y la semana de trabajo de siete días, con una escolarización reducida al mínimo para que los niños puedan trabajar.

Hakkō ichiu[editar]

De forma parecida a las exigencias del Tercer Reich por un Lebensraum, la propaganda japonesa se queja de que el país se haya mantenido encerrado en sus propias aguas territoriales. El eslogan Hakkō ichiu (“Reunir los ocho rincones del mundo bajo un mismo techo”) añade una connotación religiosa a esta demanda. Está basada en la historia del emperador Jinmu, quien fundó Japón y encontró cinco razas, las hizo todas como “hermanos de una misma familia”. En 1940, el Japan Times and Mail cuenta la historia de Jinmu coincidiendo con su 2600º aniversario.

Las noticias del éxito de Hitler en Europa, seguidas por la entrada de Mussolini en el conflicto, motivan la aparición del eslogan “¡No perdáis el bus!” como la guerra europea les da la oportunidad de conquistar Asia del Sur-Este por sus recursos. Cuando la guerra estalla, Tōjō declara que al tiempo que quede un espíritu de lealtad y de patriotismo en virtud de esta política, no habrá que temer a nada.

La investigación de política mundial con la raza Yamato como núcleo llama explícitamente a una gran expansión. Prevé claramente que la posición superior de Japón en la “efera de la coprosperidad de la gran Asia oriental”, mostrando que la subordinación de otras naciones, no es una consecuencia de la guerra sino un elemento de una política deliberada.

Esta orientación está también justificada por el hecho de que los japoneses, pobres en recursos naturales, no pueden contar con las materias primeras que no controlan. La propaganda declara que Japón está asfixiado por la “ABCD” (América, Gran Bretaña, China y las Indias neerlandesas) por medio de embargos comerciales y boicots. Incluso en el transcurso de los preparativos de la guerra, los periódicos cuentan que a menos que las negociaciones no cambien a una dirección más favorable, Japón estará obligado a tomar medidas de auto-defensa.

Bushidō[editar]

El código samurái Bushidō es recuperada por el adoctrinamiento del militarismo y utilizada para presentar la guerra como una purificación y la muerte como un deber. Eso funciona para impedir las rendiciones, a la vez de los que quieren y de esos que temen la deshonra si no mueren. Eso es presentado como una revitalización de los valores tradicionales y la “trascendencia de la modernidad”. La guerra es presentada como una experiencia de purificación, pero solamente para los japoneses. El Bushidō proporcionará un escudo espiritual para los soldados que luchen hastaaa el final. Todos los soldados están sujetos a respetarlo, aunque haya sido siempre el deber de los samuráis de rango superior y no de simples soldados.

De la forma que es educado, produce una indiferencia total del aspecto tecnológico de la guerra. La producción de Japón no es más que una parte de la de América, es eso que hace difícil el equipamiento. Los oficiales declaran su indiferencia al radar porque tienen ojos perfectamente buenos. Los americanos con los ojos azules son necesariamente inferiores a los japoneses con los ojos negros en un ataque nocturno. En Imphal, el comandante declara a sus tropas que se trata de una batalla entre su fuerza espiritual y la fuerza material de los británicos, una instrucción que se vuelve famosa como una expresión del espíritu japonés.

Se dice a los soldados que la bayoneta es su arma principal y muchos la guardan constantemente fijada al fusil. Los fusiles son tratados como unas representaciones simbólicas del espíritu marcial y de la lealtad, de una manera que toda negligencia es severamente castigada.

Desde el incidente de Shangai, los principios de la victoria o la muerte son ya puestos en marcha y la historia de un soldado japonés capturado que volvió al lugar de su captura para combatir el seppuku es fuertemente mediatizada. Tres soldados que se inmolaron en una sección de alambre de púas son presentados como “tres bombas humanas” y son representadas en al menos 6 películas, incluso aunque hayan muerto solamente porque su fusil era muy corto. Tōjō, él mismo, en un libreto de 1940, exhorta al espíritu de sacrificio de los soldados y de no prestarle atención a la muerte. Este condicionamiento a valores de sacrificio y de muerte contribuye sin duda alguna al maltrato de los presos de guerra que han llevado a cabo un acto tan vergonzoso como capitular. Otra consecuencia es que nada está hecho para formar a los soldados para el cautiverio con el resultado de que a los americanos les resulta más fácil obtener información de preso japoneses que los japoneses de los presos americanos.

En 1932, la poesía de Akiko Yosano insta a los soldados japoneses a aguantar el sufrimiento en China y compara los soldados muertos a la floración de los cerezos, imagen tradicional del cual se hace gran uso durante todo el transcurso de la guerra.

Se hace hincapié en esta tradición y la ausencia de una tradición militar comparable a la de Estados Unidos conducen a una subestimación del espíritu de combate americano, el cual sorprende a las fuerzas japonesas en Midway, Bataan y en otras batallas de la guerra del pacifico. Estas referencias culturales e históricas favorecen también el ataque en detrimento de la defensa. El bushido valoriza los ataques audaces contrarias en el buen sentido, lo que exige de las topas.

Los muertos son tratados como “dioses de la guerra”, para empezar por los nueve marineros muertos en Pearl Harbor (el segundo, capturado como preso, no es mencionado jamás por la prensa japonesa). Las sepulturas y los monumentos de los “héroes divinos” caídos en combate, proporcionan al público japonés informaciones sobre batallas que no se han dado de otra manera, como cuando hubo un ataque submarino en Sídney con cuatro víctimas. Esta propaganda entra frecuentemente en conflicto con la propaganda celebrando las victorias. Incluso antes de la guerra, los niños reciben una instrucción en la escuela donde morir por el emperador te transforma en divinidad. Mientras que el curso de la guerra cambia de dirección, el espíritu bushido es invocado para subrayar que todo depende del alma firme y unida a la nación. Los medios están llenos de historias de samuráis, antiguos y nuevos. Los periódicos publican bidan, bellas historias de soldados muertos con sus fotos y con un miembro de su familia que recuerda su memoria. Antes de Pearl Harbor y el terrible número de víctimas de la Guerra del Pacífico, buscaban obtener historias por cada soldado caído en combate. Mientras los combates se llevan a cabo en China, las víctimas son poco numerosas para que los casos individuales sean glorificados. Las cartas de los “héroes caídos” se han vuelto un tema recurrente en los periódicos japoneses en 1944.

Las derrotas son tratadas principalmente en términos de resistencia a la muerte, a morir. El artículo de Times trataba los temas de la toma de Saipan y los suicidios en masa de civiles, hablaba del enemigo como “temeroso”, tratados como la prueba de la gloria del sacrificio y del orgullo de las mujeres japonesas. Cuando en la batalla de Attu fueron vencidos, hubo tentativas que tenían el objetivo de que hubiera más de dos mil muertos japoneses, una epopeya inspiradora para el espíritu del combate de la nación. La fiebre de los suicidios es glorificada porque muestra el espíritu japonés. Los argumentos utilizados para el plan de la batalla del Golfo de Leyte que decían que utilizando todos los buques, se expondría a Japón a un grave peligro si fracasaban. Esos argumentos son contrarrestados con el rezo de que se permita a la Marina “florecer como las flores de la muerte”. El último mensaje de las fuerzas establecidas en Peleliu es Sakura, Sakura, “cerezos en flores”.

Las primeras proposiciones de atentados suicidas organizados son contestadas porque el bushido llama al guerrero a ser siempre consciente de la muerte, pero de no considerarla como el único final. La Marina imperial japonesa no da la orden de atacar aquellos con los que sería imposible sobrevivir; incluso con submarinos en el ataque de Pearl Harbor, los planes prevén reunirse con el barco-madre si es posible. La situación desesperada lleva a aceptar la realidad. Los propagandistas empiezan inmediatamente a ennoblecer esas muertes. Esos ataques son proclamados como el verdadero espíritu del bushido y se vuelven parte integral de la estrategia en Okinawa.

El vice-almirante Takijirō Ōnishi se dirige a la primera unidad de kamikazes (ataques suicidas), diciendo que su nobleza de espíritu protege la patria de la ruina incluso en la derrota. Los nombres de las cuatro sub-unidades al frente de la fuerza especial de ataque kamikaze son “unidad Shikishima”, “unidad Yamato” y “unidad Yamazakura”. Esos nombres son sacados de un poema patriótico (waka o tanka), Shikishima no Yamato-gokoro wo hito towaba, asahi ni niou yamazakura bana por el universitario de estudios clásicos japoneses, Motoori Norinaga.

“Si alguien se pregunta sobre el espíritu Yamato [Espíritu del antiguo/verdadero Japón], sobre Shikishima [nombre poético para referirse a Japón]- son las flores de yamazakura [montaña de cerezos en flor] perfumados en el Asahi [Sol naciente].”

Esto proviene del simbolismo popular en Japón, la caída de la flor del cerezo como símbolo de muerte. Esos pilotos y otros asaltantes kamikazes son declarados héroes nacionales.

La propaganda que incita a la muerte y de resistencia a la muerte es difundida con la esperanza de que una resistencia ardua incitara a los americanos a ofrecer condiciones. Cuando Tojo empieza a dialogar con la Unión Soviética, esto es interpretado como una petición de paz, los periódicos lo desmienten inmediatamente- se trata de conseguir la paz pero ganado la guerra- punto de vista apoyado por la kempeitai que impide que cualquiera piense en “derrotismo”. El manual de la armada dedicado a la defensa de la patria, hace llamamiento a asesinar a todo japonés que obstaculice la defensa.

Los temas de la propaganda japonesa, apelando a “luchar hasta el final” y evoca “un guerra de cien años” , obligan a que numerosos americanos piensen que, más allá de cuestiones de odio y de racismo, una guerra de exterminio puede ser la única posibilidad para ganar, la pregunta de saber si los japoneses capitularan antes de esta destrucción.

Incluso después de los ataques atómicos y de la insistencia del emperador a favor de la capitulación, Inaba Masao publica una declaración incitando a la armada a luchar hasta el final. Cuando otros coroneles le informan de una proclamación de una rendición para proclamarla a la población, se precipitan para asegurarse que la declaración de Inaba es difundida con el fin de crear mensajes contradictorios. Esto provoca la consternación en el gobierno por el miedo de la reacción americana y, a fin de evitar todo tipo de retraso, la declaración de capitulación es enviada como información de actualidad, en inglés y en código morse para evitar que la censura militar la censure.

Espionaje[editar]

La formación inicial de los agentes de inteligencia intenta infundir al servicio el misterio tradicional del espionaje en Japón citando el espíritu de los ninjas.

En China[editar]

En la China ocupada, los manuales son revisado a fin de omitir los relatos sobre las atrocidades japonesas y se centran más bien en las heroicas personalidades japonesas, uno de ellos un oficial que se divorcia antes de ir a China para poder concentrarse en la guerra y que su esposa sea liberada de la carga de la Piedad filial hacia sus padres porque seguramente va a morir.

Contra las acusaciones de atrocidades[editar]

La estricta censura del gobierno impide que la población japonesa sea informada de las atrocidades cometidas en China por las fuerzas japonesas. Cuando las noticias de las atrocidades japonesas llegan a los países occidentales, Japón lanza una operación de propaganda para contestarles, a la vez para negarlas e interroga a prisioneros para contradecirles. El contenido del mensaje es que son bien tratados en razón de la generosidad propia del bushido. Las interrogaciones son igualmente descritas como no haciendo parte de la propaganda, son solo por simpatía hacia el enemigo, como solo el bushido puede inspirar. Aun así, el impacto sobre los americanos fue moderado porque los prisioneros suelen incluir mensajes sutiles que disminuyen los efectos de la propaganda anti-atrocidad, entre ellos comentarios como una declaración según la cual son autorizados a seguir llevando la ropa que llevaba cuando fueron capturados para hacer entender que no se les daba ninguna prenda de vestir nueva.

Desde la marcha de la muerte de Bataan, los japoneses hacen saber por medio de The Manila Times que los prisioneros son tratados humanamente y que su tasa de mortalidad se debía a la intransigencia de los comandantes americanos que rehusaban rendirse antes de que sus hombres estuvieran a punto de morir. Después de la tortura y la ejecución de algunos que participaron en la incursión Doolittle, el Nippon Times afirma que los prisioneros de guerra americanos y británicos son tratados humanamente, con el objetivo de demostrar que las fuerzas británicas tratan los prisioneros alemanes de forma inhumana.

Anti-Occidente

Estados Unidos y Gran Bretaña son atacados de años antes de la guerra, todos las ideas occidentales en conflicto con la práctica japonesa, siendo etiquetadas de “pensamientos peligrosos”. Estos dos países son atacados por ser materialistas y sin alma, a la vez en Japón y a través de las ondas cortas en dirección de Asia del Sur Este. No solamente esos “pensamientos peligroso” están censurados por un estricto control de la edición sino que también por el gobierno utiliza diversas organizaciones populares para fomentar la hostilidad a sus lugares, países. Gran Bretaña es atacada con particular fervor en razón de sus numerosas colonias y es culpado por el estancamiento militar en China. Tchang Kaï-chek es acusado de ser una marioneta de Occidente, abastecido por la explotación británica y americana de las colonias de Asia del Sur-Este. Los militaristas, firmemente opuestos a los tratados sobre el control del armamento que autoriza a Japón a poseer solo 3 buques y 5 buques para los británicos y 5 también para los americanos, utilizan el “5-5-3” como eslogan nacionalista. Además, quieren escapar de un sistema capitalista internacional dominado por los intereses británicos y americanos. Los diarios, en los días antes del ataque a Pearl Harbor, hacen hincapié sobre la inquietante intransigencia de Estados Unidos.

La noticia del ataque de Pearl Harbor tiene como resultado que los periódicos pongan en escena a un “Reagrupamiento para aplastar a Estados Unidos y Gran Bretaña”. Como el gobierno estima que los cantos de guerra son demasiado abstractos y elegíacos, organiza un concurso nacional para componer una canción con un aire de marcha (militar) titulada “Abajo Gran Bretaña y América”.

Después de las atrocidades como la marcha de la muerte de Bataan, el trato cruel de prisioneros de guerra es justificado por el hecho que han sacrificado la vida de otros pero se han rendido para salvar su vida y han actuado con el más gran egoísmo durante toda su campaña.

La publicación La psicología del individuo americano, dirigido a los soldados, les informa que los americanos no tienen ni idea de la gloria de sus ancestros, de su descendencia o del nombre de su familia, son temerarios a la búsqueda de publicidad, temen la muerte y no se preocupan de lo que pueda pasar después, son mentirosos y son fácilmente engañados con halagos y la propaganda y, siendo materialistas, confían en la superioridad material más que en la motivación espiritual en el combate.

El elogio al enemigo es visto como traición y ningún periódico puede publicar nada que sea favorable al enemigo, aunque a las fuerzas japonesas les parece digno de admirar el espíritu de combate y la eficiencia del enemigo.

Oficialmente, el conflicto no debe ser presentado como una guerra racial en razón de la alianza con Italia y Alemania y por ciertas autoridades políticas porque tal reivindicación es incompatible con el objetivo moral elevado de Japón. Pero mientras que la alianza es a la vez segura y únicamente oportunista, mucha retórica “anti blancos” es utilizada. La propaganda de los alemanes de Java los representa como agradecidos de estar ahora bajo la protección japonesa. En Estados Unidos, Elmer Davis de l’Office of War Information argumenta que esta propaganda puede ser combatida por actos que la contradice pero, no está en la medida de recibir apoyo.

Flaqueza

Los Aliados son también atacados y considerados débiles y decadentes, incapaces de sostener una larga guerra. La ausencia de una tradición de guerra como la del bushido refuerza esta creencia. La propaganda quiere persuadir a las fuerzas armadas que las fuerzas americanos no vendrán a combatirles, que los americanos no pueden combatir en la selva y de hecho son incapaces de soportar. Los informes de prisioneros de guerra presentan los americanos como cobardes y dispuestos a todo para conseguir favores. Los subordinados son activamente alentados a tratar a los prisioneros con desprecio y a mostrarles un sentimiento de superioridad.

Tanto los americanos como los británicos son presentados como figuras de entretenimiento, cosa que lleva a una grave flaqueza cuando la visión de la propaganda está en conflicto con la fuerza real del enemigo.

Poco antes de la incursión de Doolittle, Radio Tokyo ironiza sobre un informe extranjero sobre un bombardeo del Archipiélago diciendo que es imposible. La propia incursión de Doolittle es minimizada, indicando que ha habido pocos desperfectos, daños y de concluir que se ha hecho para remontar el moral americano.

Numerosos pilotos japoneses creen que su fuerza y la flaqueza de los americanos les llevaran a la victoria. La ferocidad y los ataques cuando los pilotos americanos se sacrifican en la batalla de Midway socavan en la propaganda como en los combates, en la batalla de Bataan y otros campos de batalla del Pacífico.

Los términos de rendición ofrecidos por Estados Unidos son ridiculizados por los periódicos como ridículos, pidiendo que el gobierno se quede callado, actitud que adopta efectivamente el gobierno, técnica japonesa tradicional para hacer frente a lo inaceptable.

Contra la moral americana

La mayoría de los ataques de la propaganda contra las tropas americanas apunta a la moral. Tokyo Rose propone emisiones sentimentales concebidas para suscitar nostalgia. Se ríe también de los soldados tratados de cretinos, con la idea de que sus esposas y prometidas eligen nuevos hombres porque ellos están en el combate. También existen emisiones que dan la palabra a prisioneros para asegurar que están siendo bien tratados.

Estos programas están mal hechos porque supone que los americanos no quieren combatir, subestimando el efecto psicológico del ataque de Pearl Harbor, y creen que la hostilidad de Roosevelt se traduce también por su política extranjera. Suponen que en efecto el ataque de Pearl Harbor será considerado como un acto de defensa que se les ha impuesto por “Roosevelt y compañía”. Las fuerzas americanas están menos asociadas a la noción de “batalla decisiva” que los japoneses.

Un folleto lanzado en Okinawa declara que la muerte del presidente Roosevelt ha sido causada por los abrumadores daños causados por los japoneses a los buques americanos, política que seguirá hasta que todos los buques se hayan hundido. Un soldado que lee este folleto mientras que los buques bombardean la costa, se pregunta de dónde piensan los japoneses que provienen los tiros.

Anti-comunista

El comunismo está citado entre las peligrosas ideas occidentales. Aun así, cunado Japón invadió China, la propaganda japonesa mirando a Estados Unidos, juega con el anti-comunismo americano para obtener un cierto apoyo. Esta propaganda es servida al pueblo japonés como manera de forjar una defensa contra el comunismo.

Antisemitismo

Esta hegemonía occidental es presentada, a veces, como siendo dirigida por los judíos. Sobre todo en los primeros años de la guerra, una ola de propaganda anti-judía es producida y parece ser el efecto de la alianza con los nazis.

China

En China, hay folletos que se lanzan, haciendo saber que el “mandato del cielo” ha perdido claramente, de forma que la autoridad se cambia por nuevos dirigentes. La propaganda menciona también los beneficios de la “Vía Real” (王道 wang tao o, en japonés odo) como solución a la vez al nacionalismo y al radicalismo.

Filipinas

Filipinas es el primer objetivo de las fuerzas japonesas después de Pearl Harbor y algunas instrucciones de los propagandistas llaman a despertar el “espíritu del Extremo Oriente” incitándoles al militarismo y a luchar al lado de los japoneses.