Usuario:Agustina Fuica/Zona de pruebas

De Wikipedia, la enciclopedia libre

El Realismo en El Quijote[editar]

R. del Arco y Gara mencionan en "La sociedad española en Cervantes" el aspecto realista de la obra como una proyección de cierta forma de la realidad bajo la que el escritor se ve sometido. Se lo denomina “realista” a este escritor, principalmente por su capacidad de expresar de manera tan exacta los aspectos íntimos de su yo inconciente. Luego de haber profundizado en este aspecto, se pone de manifiesto que estas expresiones son enteramente internas, y no externas, es decir, el mundo de su sentir, sus anhelos. Bajo estos conceptos, varios críticos, que se verán nombrados más adelante en este artículo, han cuestionado la sanidad del hombre en sí detrás del Quijote, poniendo a Cervantes bajo análisis de su entorno y armonía con el dicho.

“Se considera al realismo cervantino en contraste o contradicción con su utopismo fantástico, lo que demuestra la dificultad de comprender el mundo del poeta como una unidad formada por fantasía y realidad” R. Del Arco y Gara, “La sociedad Española en Cervantes”. Capítulo 4, El Realismo y Cervantes.

La obra propiamente dicha, es mencionada seriamente como una severa transfiguración de la realidad en la conciencia de un hombre: “poseído, guiado por sus intensas visiones sobre la trágica y cómica escena del mundo”. En este fragmento extraído del Boletín de la Bibleoteca Méndez y Pelayo (1947), se vuelve ligeramente difusa la línea tan detallada que debería dividir la realidad de la locura dentro de Don Quijote. Es esta la línea por la que el valiente hidalgo se pierde, al igual que nuestro autor, y varios críticos y analistas junto con ellos. Al nombrar estrictamente la locura del Quijote como una condición real y palpable dentro del relato, es inevitable notar cierta “sanidad” dentro de esta locura. Emile Montégut dice “Su locura está exenta de innobles extravíos, y sus quimeras, familiares a la impetuosa imaginación de España, las únicas que en nuestros ensueños añoramos. Don Quijote es exaltado, pero no supersticioso; es religioso, mas no fanático; está enfrascado en la caballería, pero exento de preocupaciones; sus visiones se ven bañadas de una bella luz, y tan claras a sus ojos, que, al tiempo que le hacen afirmarse más en su existencia, le muestran en todo su esplendor las eternas realidades de este mundo” ¿Podemos, entonces, juzgar la locura de este hombre como “mala” o “dañina” realmente? ¿O estamos simplemente enfrascándonos en lo que resulta ser simplemente la capa superficial de un relato que requiere ser deshuesado hasta el más mínimo detalle?

Ángel Rodríguez González trae a colación a Cervantes como reformador de realidad y ficción, o fantasía. Según sus palabras “en En Quijote se produce un extraordinario juego de ficción novelesca. Sin embargo, la frontera entre realidad y fantasía no tiene límites precisos, y no los tiene, porque Cervantes así lo quiso.” Plantea que la realidad es, para este escritor, base para luego crear un modelo de ficción posible, y la ficción que resulta de ello termina por volverse “realidad profunda”, trascendente para la humanidad. En esto sume al lector cervantino desde el primer capítulo, y luego, con la aparición de una segunda parte, solo torna las cosas aún más confusas. Al presentarse en esta a la primera parte como un relato que, según sus palabras, “que nunca fue” o “fue o pudo ser de otra manera”, nos compromente con una ficción dentro de esta ficción ya dada.

Los simples entenderes de por qué Alonso Quijano enloquece sumerge totalmente dentro de una fantasía aún más oscura, pero de manera tal que es casi inapreciable. Esta disimulada obra de fantasía pasa por realidad profunda y confusa en ocasiones, y esto lleva a críticas de todo tipo. Ángel Rodríguez dice “La locura de Don Quijote, que no quiere o no le permite distinguir los límites entre su realidad y la de la ficción de sus lecturas genera en el lector un juego de verosimilitud y certeza. Al aceptar como ficción los disparatados libros de caballería y sus descabelladas aventuras, pareciera que, tácita e inconscientemente, estamos aceptando como realidad el nivel de la locura originada por una ficción en el entorno histórico-social-geográfico en el que se desarrolla dicha ficción[...]”

La Locura y Cervantes[editar]

Algo es seguro, esta obra maestra no gira solamente en torno a un hombre y su locura, envuelve tanto su visión del mundo como a su mundo en sí. Todos sus personajes, tan característicos, atrapantes y a la vez, reales, hacen reflejo fiel de lo que fue una época de gloria para España. Cervantes quiso, y bien logró, plasmar el amor que él y tantos otros sentían por su tierra, casi sin darse cuenta. El poder romper esta barrera de lo implícito, el poder abrazar esta “locura” que es su nuevo despertar ante el afuera, fue lo que despegó a este simple escritor de la masa, y lo hizo ascender a terminar una de las más firmes y bien logradas críticas sociales de su época. Tanto Agustín G. De Amezúa como E. Montégut respaldan esto en la edición crítica de “El casamiento engañoso y coloquio de los perros”, y en “Types littéraires et fantaisies esthetiques”.

Citando a “El Pensamiento de Cervantes”, Madrid 1925; “Los sentidos engañan; hay que partir de los estados de conciencia para conocer lo que realmente son las cosas. En el Quijote, pues, encontramos el gérmen del idealismo filosófico moderno; y de esto se sacan consecuencias para la ética[...]”

Muchos críticas han nacido a partir de dicha visión relativa del mundo, quizá el más polémico de los sentidos de la misma se ve reflejado cuando tomamos en cuenta la contraposición del análisis del Quijote desde un antro literario y desde un lugar clínico, o médico. Se ha analizado la psicopatología de Don Quijote en profundidad, y a continuación se podrán apreciar estudios determinantes que apoyan a cada punto de vista dentro de esta conflictiva que nace cuando uno pone en cuestión la fidelidad de dicho realismo difuso que se presenta a lo largo de ambos volúmenes de esta novela.

Primeramente es necesario aclarar que Cervantes inventa la ternura, apoyado en “El Lazarillo de Tormes”, así lo marca Rafael Tabarés Seisdedos en “Aproximación psicopatológica a El Quijote”, denotando una “cartografía de las emociones humanas sobre dos dos personajes que enloquecen juntos”. Esta novela está centrada en la emotividad. Para este autor, las emociones son transformaciones. Se habla de una dialéctica entre lo real y lo imaginario, deslizamientos entre la ficción y la realidad, y lomos de ironía y viceversa, así descrito por él. “Una ironía elegante que evita lo macabro”.

Poco se ha hablado, pero es más que apreciable la influencia que Cervantes ha tenido en personajes clave tanto de la psiquiatría como de la neurociencia, como han sido Freud y Cajal respectivamente. Profundizando en este aspecto es importante tener en mente que Freud, a los veintisiete años escribió a su futura esposa, la “profunda huella que dejó en él la lectura en español de las obras de Cervantes” así dicho por Rosana Corral Márques. Cajal, por su parte, descubrió la obra del Quijote a la edad de doce, y la misma se ve reflejada frecuentemente en citas cervantinas vistas en sus textos de pensamiento. También, antes de recibir el Premio Nobel, este leyó un discurso titulado “Psicología del Quijote y el Quijotismo” donde dice, considera a Alonso Quijano “un ideal de humanidad, de magnanimidad y de justicia”.

La Locura de El Quijote[editar]

Citando nuevamente a Rafael Tabarés Seisdedos, “Cervantes escribe su obra en un momento histórico que deja atrás un siglo de grandes cambios sociales y culturales. La nueva cosmovisión sitúa al hombre en el centro de su atención, enfatizando la observación de la realidad como medio esencial para el avance del conocimiento.” Como ya han enfatizado críticos varios, entre ellos Francisco Rico y Martin de Riquer, esta actitud impregna a Cervantes a la hora de reflejar un universo de personajes y situaciones de un realismo atroz. El retrato de la locura, en especial, marcada en su protagonista, obedece con efusiva agudeza descriptiva el despliegue de caracteres típicos de un enfermo mental como tal estudiado mucho tiempo después. Esto sitúa a este autor como uno de los observadores más astutos de su época.

Nada permite deducir en realidad que Cervantes tuviera conocimientos médicos. Si bien su abuelo fue un reconocido cirujano en su tiempo, no hubo contacto directo entre ellos como para que él demostrara tales saberes. A lo largo de las décadas se ha teorizado que su padre pudiera haberle dejado escrituras conteniendo notas y estudios de su abuelo, aún así dichas teorías han sido descartadas una tras otra, principalmente por negaciones hechas por el autor mismo en su tiempo de vida. Si aún así dichos eventos hubiesen ocurrido, no hay que dejar de lado el hecho de que las nociones sobre enfermedad mental en esa época eran precarias y confusas.

Por esto se dice que es aún más sorprendente cuan fina es la descriptiva psicopatológica con la que se trata al protagonista, su fidelidad es algo fuera de lo común y ya se ha mencionado que es algo que queda totalmente por fuera de cualquier lectura de tratado “psiquiátrico” de estos tiempos. Cervantes, entonces, tomó dichos modelos de locura directamente de la realidad. Sin más, y como afirma Rosana Corral Márques, “Cervantes ocuparía un puesto de honor entre los autores de su época que dedicaron su interés a la descripción de la enfermedad mental y cabe calificarle como uno de los más finos observadores de la conducta humana en la historia.”

Dicotomía Sanidad-Locura del hidalgo[editar]

Se ha mencionado ya la existencia de dos puntos de vista en total choque cuando hablamos de la locura de Don Quijote. Estos residen en su forma más grave como “críticos literarios” y “analistas médicos”.

Primeramente, Unamo sintetiza el punto de vista que defienden los críticos de la obra de Cervantes que no pertenecen al área médica. Éste no le concede a la locura del protagonista verosimilitud suficiente para siquiera permitir un análisis clínico. La contempla como un mero recurso técnico del autor, cuyos objetivos son unicamente literarios. Diego Martínez Torrón, en su reflexión sobre la locura de Don Quijote, descarta el caso de éste hombre como el de un enfermo mental, en base a la existencia de momentos de evidente lucidez a lo largo de la obra. En particular, éste cita el Capítulo XVIII, cuando el hijo del Caballero del Verde Gabán examina a Alonso Quijano, concluyendo “No le sacarán del borrador de su locura cuantos médicos y buenos escribanos tiene el mundo: él es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos”. Éstos momentos de cordura quijotesca se ven nombrados también en el artículo de Ángel Rodríguez, quien cita varias frases de esta novela, entre ellas “Dios sabe si hay Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica o no es fantástica; y éstas no son de las cosas cuya averiguación se ha de llevar a cabo”. Marca él también aqui que se muestra a Don Quijote como alguien que no realiza una mala interpretación de los sentidos, es decir, un loco; sinó que su “locura” consistiría en no querer ver la realidad, según él “que el mundo de la fantasía es más fuerte que el de la realidad”. A ésto el le llama “juego de Cervantes”, donde nos hace creer que estamos en presencia de un loco cuando es un cuerdo, o, en su defecto, un loco sublime.

En varias ocaciones da este hombre muestra de que su locura es aparente o, al menos, especial o extraña. Su locura parece consistir en no aceptar la realidad que le toca vivir, sinó añorar otra realidad, en la que los valores morales caballerescos predominan sobre la corrupción e inmoralidad del mundo en el que vive.

Por último, ha de concluir diciendo “Aunque ha sido frecuente tildar de loco a Don Quijote, su locura quizás solo sea aparente. Si Don Quijote hubiera sido un loco, tal vez ya habría sido olvidado. Quizás la obra de Cervantes solo sea un juego agónico de locos y cuerdos, una lucha qe se realiza entre los que siguen dos caminos distintos: los que solo se guían por los sentidos y los que se guían por la fuerza de la mente. Don Quijote es un agonista, cuya lucha y locura consiste, precisamente, en no querer dejar de ser loco para no transformarse en vulgar.”

Otra visión, por su parte, consiste en una larga tradición de estudios clínicos, generados a lo largo de varios períodos de análisis de la mente y el individuo, culminando en un análisis “acertado” del hidalgo. Luis S. Granjel realiza una revisión completa en el tema, y traza una trayectoria que va desde el Siglo XVII por Sydenham, hasta Vallejo Nágera, en 1958 (Apología de las patografías cervantinas). Granjel recuerda una anécdota de Sydenham, cuando un noble le pregunta qué libro de medicina le aconseja. Éste le responde “Lea Don Quijote, que es un libro muy bueno; yo no me canso de leerlo”. Según López Piñero, esta anécdota responde al rechazo por parte del autor de la patología entonces existente, así como refleja el prestigio de la obra cervantina, ya vigente en ésta época.

Pinel y Esquirol son los primeros en encasillar al Quijote dentro de un cuadro clínico hecho y derecho, y lo llaman un ejemplo literario del cuadro clínico de monomanía. Desde entonces, y a grandes rasgos, todos los médicos consideran a Don Quijote un enfermo mental. Su diagnóstico nació en la monomanía y ha variado dentro de la paranoia. Ésto ha ido variando según las corrientes psiquiátricas vigentes en la época. Diferentes psiquiatras conceden a don quijote realidad como premisa para interpretar su trastorno, y culminan por elaborar su historia clínica según doctrinas para su actual época.

Quizás entre los analistas más empeñados en ésta vision de Cervantes se encuentra A. Hernández Morejón, quien en 1832 publica “Bellezas de medicina práctica descubiertas en el Ingenioso Caballero Don Quijote de la Mancha”. En su estudio, donde no faltan elogios para el autor por su audaz capacidad como observador clínico, concluye con el diagnóstico de monomanía para el hidalgo. Lo argumenta fuertemente, siguiendo una historia clínica completa, exponiendo etiología, enumerando sus síntomas, el curso evolutivo y hasta el abordaje terapéutico de la misma. Cabe destacar que para él, es muy acertada la manera en la que el autor finaliza el curso de la dolencia mental, en un acceso de melancolía seguido de un cuadro orgánico.

En conclusión, la lectura crítica sobre la obra es muy vasta e incluye aproximaciones desde la filología hasta estudios elaborados desde una perspectiva médico-psiquiátrica. Desde los inicios esta línea de estudios califica al tipo de locura como paranoide, teoría incluso respaldada parcialmente por los críticos literarios en oposición mismos. Ángel Rodríguez González remarca “no had duda de que, a pesar de su aparente locura, Don Quijote muestra rasgos evidentes de que su patología trasciende los modelos de la psiquiatría y es fingida, en la mente del mismo se debe descartar cualquier tipo de personalidad sicopática, así como tampoco padece de ezquizofrenia. La única patología endógena que el mismo manifestaría es la paranoia o perturbación mental, fijada en la idea u orden de ideas, antítesis del autismo, pues presenta una lógica interna en los delirios, al menos aparente.” El análisis completo de éste resulta muy ilustrador en cuanto a una visión objetiva de ambos puntos críticos, y culmina con un análisis que llama Locos a quienes buscan acomodar sus vidas a la tiranía de la masa y a la objetividad supuesta de la mayoría, basada en la reacción de una conciencia que solo se sostiene en la percepción de los sentidos y en lo efímero y cambiante. Cuerdos son, por otra parte, los que luchan, como Don Quijote, por un ideal y por valores trascendentes, los que siguen un proyecto de humanidad heróica, un camino hacia la libertad, la ilusión de una conciencia individual que se sostiene en el misterio y el prodigio de una percepción subjetiva o creación de un mundo imaginario. En otras palabras, lo eterno e inmutable.

La Sanidad en la Locura de Don Quijote (ironía trágica)[editar]

Don Quijote tiene el derecho de seguir el camino que su especial naturaleza le señala; tiene su propia ley, por la que discurre merced a altos e inescrutables motivos. Éste camino y ésta ley son plenamente legítimos para él, y nadie tiene el derecho de impedir que los siga. Cuando Sansón Carrasco logra vencerle, imposibilita que Don Quijote siga viviendo. Tiene que morir; pero su vida ha sido una síntesos inefable que armoniza los contrarios”

Don Quijote recobra la conducta y muere, en su lucidez de agonía. La cordura no aparece de improvisto, de cualquier forma, pues a lo largo de su tercera salida en la historia se va operando el cambio y va apareciendo el carácter decepcionado y reflexivo sobre la vanidad de la existencia humana. Fuese loco o no el personaje, el remate trágico sucede y habría de ser algo casi esperable, cuando consideramos a un hombre como Alonso Quijano, un luchador de la justicia, de la bondad y loco por su propio entusiasmo y amor exhaustivo. Sus parientes lo matan al tratar de curarlo, pues destruyen, entonces, su ilusión. Su vuelta a la cordura y su muerte son nuevos actos de locura y alienación vital, pues con ellas hizo posibles el heroismo, la vigencia de valores y de sueños que encarnan en nosotros apetencias insatisfechas. A. Rodríguez dice “Su lucha y su fracaso nos anuncian y advierten que la realidad resulta estrecha y vacía para nuestros sueños e ideales, que el hombre y la tierra no han sido agotados y el camino que queda por recorrer es un destino incierto hacia nuevos horizontes.”

Entonces, ¿Fue la dicha “cura” de el mal del hidalgo la solución? Aparentemente no, puesto que en este plano como lo muestra Cervantes, el mundo ha de ser visto, vivido, para poder ser entendido. La vuelta a la cordura, más que un acto de lucidez, es el último de los juegos en los que el autor nos sume, es la última ficción lúdica de Cervantes: el que muere no es Don Quijote, sinó Alonso Quijano, pues como dijo Salvador de Madariaga, “el quijotismo no morirá mientras dure la especie humana”. El episodio final nos muestra que la locura de Don Quijote, sus actuaciones y sus circunstancias, al igual que todo su lenguaje no fueron más que un preludio para esta última escena. El asumir las relaciones de los actores y objetos dentro del mismo culminan simplemente en un caos, en una contradicción trágica que acaba por drenar la vida de un noble hombre que, como ningún otro, logró ver la verdadera hermosura del mundo.


"Ya no hay locos, amigo, ya no hay locos.

Se murió aquel manchego.

Aquel estrafalario fantasma del desierto

y... ni en España, hay locos.

Todo el mundo está cuerdo,

terrible, monstruosamente cuerdo"

León Felipe: El payaso de las bofetadas


Referencias[editar]

- A. Díez Patricio. "La psicogénesis del delirio en la época de E.Kretschmer". Revista de la AEN.,2001,Vol XXI, 80.pp.73-97

- A. Díez Patricio. "La psicogénesis del delirio en la obra y en la época de E. Kretschmer". Rev.Asoc. Esp.Neuropsiq., 2001, vol. XXI, 80, pp. 80.

- A. Vallejo Nágera. "Apología de las patografías cervantinas". Discurso leído en la Fiesta del Libro Español celebrada por el Instituto de España; Imp. Góngora; 41pp; Madrid, 1958.

- Agüera Ortiz, L. "Esquizofrenia tardía". En: Psiquiatría geriátrica. Masson. Barcelona, 2002. pp. 404.

- Alonso García, J. y Román Sánchez (2005). Prácticas educativas familiares y autoestima. Psicothema, 17, 76-83.

- Arbizu, J.M. (1984). Cervantes-Don Quijote, un caso de dialéctica existencial. Anales Cervantinos, 103-118.

- Avalle-Arce, J.B. (1976). Don Quijote como forma de vida. Valencia: Juan March/Castalia.

- Bartra, R. (2001). Cultura y melancolía. Las enfermedades del alma en la España del Siglo de Oro. Barcelona: Anagrama.

- Bea, J. y Hernández, V. (1984). Don Quixote: Freud and Cervantes. International Journal of Psychoanalysis, 65, 141-153.

- Berger, P. (1967/1990). Introducción a la sociología. México: Limusa.

- Bloom, H. (1994/1995). El canon occidental. Barcelona: Anagrama.

- Bloom, H. (1998/2002). Shakespeare. La invención de lo humano. Barcelona: Anagrama.

- Botton, A. de (1994/1996). El placer de sufrir. Sexo, consumismo y demás historias. Barcelona: Ediciones B.

- Cabe mencionar también las contribuciones de autores no españoles como el psiquiatra alemán Wilhelm Weygand (citado por R.Sarró en "El corazón humano visto a través de la locura"; Jano; Nr. 187. Barcelona. 1975), y los franceses Genel-Perrin ("Don Quichotte paranoiaque et le Bovarysme de Don Quichotte"; Mercure de France; CCLXII, 892: 45-57; Paris, 1935), M. Pestel ("L'étrange psychose de Don Quichotte: essai sur un idealisme engagé". Presse Médicale; 72: 3407-12. Paris, 1964) y H. Couleon ("L'étrange folie de Don Quichotte. Cervantes et la psychiatrie". Ann.méd. Psicol..; 122,1:555-66; Paris, 1964). - Caillois, Roger, Los juegos y los hombres: la máscara y el vértigo. Trad. Jorge Ferrier. México: Fondo de Cultura Económica, 1986.

- Castilla del Pino, Carlos, Cordura y locura en Cervantes. Barcelona: Ediciones Península, 2005.

- Castiglione, B. de (1984). El Cortesano. Madrid: Espasa-Calpe.

- Cervantes, M. de (1605-1615/2005). Don Quijote de la Mancha. Barcelona: Galaxia Gutenberg.

- C.Castilla del Pino. El delirio, un error necesario. Oviedo: Nobel.1998. pp.10

- C. Gutiérrez-Noriega. "Contribución de Cervantes a la Psicología y la Psiquiatría" Rev. De Neuro-Psiquiatría; VII: 149-93; Lima, 1944.

- C. Gutiérrez-Noriega. "La personalidad y el carácter en la obra de Cervantes"; Rev. De Neuro-Psiquiatría; X: 516-41; Madrid, 1947

- C. Leal, J. Sanjuan, V. Balanza. "Nosología de los trastornos delirantes". En: Actualización en delirios. Ed. Aula Médica. Madrid. 2001. pp. 147-172 - Costa Molinari. "Emilio Pi y Molist" (1824-1892). En: Anthology of spanish psychiatric texts. Edited by J. López Ibor. WPA.2001. pp 111-113.

- D. Martinez Torrón. "La locura de Don Quijote. Ideología y literatura en la novela cervantina". Anales Cervantinos. 1998, 34. pp 23-36.

- Domínguez, V. (Ed.) (2004). La edad deslumbrante. En sayos de cine, filosofía y literatura. Ovied: Nobel.

- E. Pi y Molist. Primores del Don Quijote en el concepto médico-psicológico y consideraciones generales sobre la locura para un nuevo comentario de la inmortal novela. Imp. Barcelonesa; Barcelona 1886. pp. 98

- E. Kraepelin. Lehrbuch der Psychiatrie. VI Edición. 1899.

- E.Kretschmer. El delirio sensitivo de referencia. Contribución al problema de la paranoia y a la teoría psiquiátrica del carácter. Ed. Triacastela. Madrid, 2000

- E.Kretschmer. El delirio sensitivo de referencia. Contribución al problema de la paranoia y a la teoría psiquiátrica del carácter. Ed. Triacastela. Madrid, 2000

- E. Kraepelin. Lehrbuch der Psychiatrie. VI Edición. 1899.

- E. Pi y Molist. Primores del Don Quijote en el concepto médico-psicológico y consideraciones generales sobre la locura para un nuevo comentario de la inmortal novela. Imp. Barcelonesa; Barcelona 1886. pp. 97

- E. Pi y Molist. Primores del Don Quijote en el concepto médico-psicológico y consideraciones generales sobre la locura para un nuevo comentario de la inmortal novela. Imp. Barcelonesa; Barcelona 1886.

- E. Pi y Molist. Primores del Don Quijote en el concepto médico-psicológico y consideraciones generales sobre la locura para un nuevo comentario de la inmortal novela. Imp. Barcelonesa; Barcelona 1886. pp.93

- E. Kraepelin. Lehrbuch der Psychiatrie. VI Edición. 1899

- E. Pi y Molist. Primores del Don Quijote en el concepto médico-psicológico y consideraciones generales sobre la locura para un nuevo comentario de la inmortal novela. Imp. Barcelonesa; Barcelona 1886. pp. 98

- Elias, N. (1969/1982). La sociedad cortesana. México: FCE.

- F. Alonso Fernández. Fundamentos de la psiquiatría actual. Ed. Paz Montalvo. Madrid, 1976.

- Fierro, A. (2004). Contra el formato editorial. Psicothema, 16, 309-316.

- Fisher, R. (1990). El caballero de la armadura oxidada. Barcelona: Obelisco.

- Freud, Sigmund, El poeta y la fantasía. Trad. L. López Ballesteros. Obras completas. Vol .I. Madrid: Biblioteca Nueva, 1948.

- García Gilbert, J. (1997). Cervantes y la melancolía. Ensayos sobre el tono y la actitud cervantinos. Valencia: Alfons el Magnanim-IVEI.

- García Ruíz, P.J., Gulliksen, L. "Did Don Quixote have Lewy body disease?". JR Soc Med 1999; 92:200-201

- Gil Calvo, E. (2000). Medias miradas. Un análisis cultural de la imagen femenina. Barcelona: Anagrama.

- Girard, R. (1961/1965). Mentira romántica y verdad novelesca. Barcelona: Anagrama.

- Goma Lanzón, J. (2003). Imitación y experiencia. Valencia: Pre-texto.

- Grad, M. (1995). La princesa que creía en los cuentos de hadas. Barcelona: Obelisco.

- H. Kaplan, B. Sadock. Sinopsis de psiquiatría. 8ª edición. Madrid, 1999. pp584

- H. Kaplan, B. Sadock. Sinopsis de psiquiatría. 8ª edición. Madrid, 1999. pp580

- H. Kaplan, B. Sadock. Sinopsis de psiquiatría. 8ª edición. Madrid, 1999. pp584

- H. Ey. Estudios sobre los delirios. Ed. Paz Montalvo. Madrid, 1950.

- H. Ey. Estudios sobre los delirios. Ed. Paz Montalvo. Madrid, 1950.

- Halka, C.S. (1981). “Don Quijote” in the light of Huates´s “Examen de ingenio”: a reexamination. Anales Cervantinos, 19, 3-13.

- Howard, R. and cols. "Late-Onset-Schizophrenia and Very-Late-Onset Schizophrenia-Like Psicosis: An International Consensus". Am J Psychiatry 157:2, February 2000

- H. I. Kaplan, B. J. Sadock. Sinopsis de Psiquiatría. 8ª Edición.Ed. Panamericana. Madrid. 1999 pp. 563.

- Huizinga, Johan, Homo Ludens. Trad. Eugenio Imaz. Madrid: Alianza Editorial, 1994.

- Hebdige, D. (1979/2004). Subcultura. El significado del estilo. Barcelona: Paidós.

- Huarte de San Juan (1575/1989). Examen de ingenios para las ciencias. Madrid: Cátedra.

- Ibid. pp 4-5

- Ibid. pp 30

- Ibid. pp 25

- Ibid. pp 147

- Ibid. pp 4-5

- Ibid

- Ibid. Cap. V. "Diagnóstico de la locura de Don Quijote por sus síntomas elementales". pp. 91-111

- Ibid. Segunda parte. Cap. I. pp 30-32.

- Ibid. Primera parte. Cap. XIX. pp. 243

- Ibid. Segunda parte. Cap.VII.pp.141

- Ibid. Primera parte. Cap. LII. pp. 585

- Ibid. Cap. VII. pp.140

- Ibid. Cap. XXXV. pp.432

- Ibid. Cap. II. pp. 106

- Ibid. Cap.XXV. pp. 304

- Ibid. Primera parte.Cap. VII. pp.140.Cap. XXXV. pp.432

- Ibid. pp.100

- Ibid. Cap. II. pp.107

- Ibid. Cap. I. pp 102

- Ibid. Cap.VIII. pp.145

- Ibid. Cap. XVIII. pp. 228

- Ibid. Cap. XXI. pp. 259

- Ibid. Cap. XVI. pp.213

- Ibid.

- Ibid. Cap. XVIII. pp.232

- Ibid. Cap.VII. pp. 139

- J. Jay Allen. "La crítica". En: M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Introducción. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. pp.29-37.

- J.López Piñero. Antología de Clásicos Médicos. Ed. Triacastela. Madrid, 1998. pp 182.

- J. Goyanes. Capdevila. Tipología de El Quijote. Ensayo sobre la estructura psicosomática de los personajes de la novela; Prólogo del Dr. Gregorio Marañón; S. Aguirre, imp.; xvi-297 pp.; Madrid, 1932.

- J. López Ibor. Los problemas de las enfermedades mentales. Ed. Labor. 1949.

- Johson, C.B. (1983). Mandes and luxt: a psychoanalytical approach to Don Quixote. Berkeley: University of California Press.

- K. Jaspers. Psicopatología General. Colección de Psicología, Psiquiatría y Psicoanálisis; 1993.

- L. S. Granjel. "Los médicos ante el Quijote". Medicina e Historia. 1976. Nr. 53, pp 8-25.

- Leahey, T.H. (2005). Historia de la Psicologia (6° edición). Madrid: Prentice-Hall.

- Lennox, C. (2004). La mujer Quijote. Madrid: Cátedra.

- Levin, H. (1970/1973). Cervantes, el quijotismo y la posterioridad. En J.B Avalle-Arce y E.C. Riley (Eds.):Suma Cervantina(pp. 377-396). Londres: Tamesis.

- Miguel de Unamuno. La locura de Don Quijote. Salamanca. 10-IV-1905

- Madrid, Imp. Tomás Jordán, 1836. Actualmente en Historia bibliográfica de la Medicina Española; Madrid, 1845. tomo II, pp 166-180., con el título "Bellezas de la medicina práctica descubiertas en la obra de Cervantes".

- Madrid, Imp. Tomás Jordán, 1836. Actualmente en Historia bibliográfica de la Medicina Española; Madrid, 1845. tomo II, pp 166-180., con el título Bellezas de la medicina práctica descubiertas en la obra de Cervantes

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Cap. I. pp 100. Ed. Cátedra. Madrid, 2000

- M. Jesús García. Historia de la psiquiatría y de la asistencia psiquiátrica en Europa y en España desde sus orígenes hasta la actualidad. 1999. pp. 32.

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000.Cap.LXXIV.pp. 575

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap.I. pp.103

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap XXXII. pp. 273

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap.XXXII. pp. 267

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000Cap. II. pp.107

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap.XX. pp 172

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap. LXXIV. pp 573.

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap.LXXIV.pp. 572 Introducción a la psicopatología. Madrid, 2001. pp. 144-152.

- M. Cabaleiro Goas. Temas psiquiátricos. Ed. Paz Montalvo. Madrid, 1966

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Ed. Cátedra, Madrid, 2000. Cap. I. pp. 101

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap VIII. pp. 146.

- Martín Carrasco, M. "Las demencias". En: Psiquiatría geriátrica. Masson. Barcelona, 2002. pp 201

- McKeith IG, Galasko D, Kosaka K, Perry EK, Dickson DW, Hansen LA y cols., "The Consortium on Dementia with Lewy Bodies. Consensus guidelines for the clinical and pathologic diagnosis of dementia with Lewy bodies (DLB): Report of The Consortium on DLB International Workshop". Neurology 1996; 47: 1113-1124

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap.XXXV. pp. 430

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Primera parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap XVIII. pp. 228

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. Cap LXXIV. pp. 575

- M. De Cervantes. El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha. Segunda parte. Ed. Cátedra. Madrid, 2000. pp 43.

- Madariaga, S. de (1926/1976). Guía del lector del “Quijote”. Ensayo psicólogo sobre el “Quijote”. Madrid: Espasa-Calpe.

- Madariaga, S. de (1929/1980). Carácter y destino en Europa. Madrid: Espasa-Calpe.

- Maeztu, R. de (1926/2004). Don Quijote, Don Juan y La Celestina. Ensayos de simpatía. Madrid: Visor.

- Magazine (2004). Quijote 400 años después contra toda injusticia. 19 de diciembre, pp. 28-54.

- Maravall, J.A. (1975). La cultura del Barroco. Barcelona: Ariel.

- Martínez Torrón, D. (1998). La locura de Don Quijote. Ideología y literatura en la novela cervantina. Anales Cervantinos, 34,23-36.

- McCurdy, R.R y Rodríguez, A. (1978). Las dos locuras de Don Quijote. Anales Cervantinos, 27,3-10.

- Ortega y Gasset, J. (1914/2004). Meditaciones del Quijote. Madrid: Biblioteca Nueva.

- P. Serieux, J. Capgras. Las folies raisonnantes, Le délire d'interpretation. Ed. Alcan. Paris, 1909

- P. Sánchez; E. Ruiz; I. Eguíluz. "Trastornos del contenido del pensamiento". En: - Ibid.

- P. Sánchez; E. Ruiz; I. Eguíluz. "Trastornos del contenido del pensamiento". En: Introducción a la psicopatología. Madrid, 2001. pp.149

- P.J.García Ruiz, L. Gulliksen. "Did Don Quixote have Lewy body disease?" J.R.Society of Medicine.1999.92:200-201

- P. Sánchez; E. Ruiz; I. Eguíluz. "Trastornos del contenido del pensamiento". En: Introducción a la psicopatología. Madrid, 2001. pp 112

- Peña y Lillo, Sergio, El príncipe de la locura. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1999.

- Pérez–Álvarez ,M. (2004ª). La idea de persona. En grupo Metaxy Filosofia 1° de Bachillerato (pp.166-176). Oviedo: Eikasia.

- Pérez–Álvarez ,M. (2004b). Contingencia y drama. La psicología según el conductismo. Madrid: Minerva.

- Pérez–Álvarez, M. y García-Montes, J.M. (2004). Personality as work of art. New Ideas in Psychology, 22, 157-173.

- Pignarre, P. (2001/2003). Depresión: una epidemia de nuestro tiempo. Madrid: Debate.

- Pirandello, L. (1911/2000). La tragedia de in personaje. Barcelona: Acantilado.

- R. Salillas. Un gran inspirador de Cervantes. El doctor Juan Huarte y su "Examen de Ingenios; p.31; Lib. De V.Suárez; Madrid, 1905.

- R. Bartra. "Melancolía y cristianismo. Sobre la tristeza de Don Quijote". En: R.Bartra. Cultura y melancolía. Las enfermedades del alma en la España del Siglo de Oro. Ed. Anagrama. Barcelona 2001

- Ramón y Cajal, S. (1905/1954). Psicologia del Quijote y el Quijotismo. En la psicología de los artistas (pp.50-71). Madrid: Espasa-Calpe

- Riley, E.C. (1986/2000). Introduccion al “Quijote”. Barcelona: Critica.

- Riley, E.C. (2002). La singularidad de la fama de Don Quijote. Cervante, 22,27-41.

- Riquel, M. de (2003). Para leer a Cervantes. Barcelona: Acantilado.

-Romo Feito, F. (1994), “Vencedor de si mismo”: una nota al Quijote. Anales Cervantinos, 32, 243-358.

- Royo Villanova. La locura de Don Quijote Imp. De E. Cañasal; Zaragoza, 1905.

- Royo Villanova Don Quijote, licenciado en Medicina Tip. De Cañasal. 12 pp.; Zaragoza, 1916

- Según D. Barcia, el propio Pinel interpretó la locura de D. Quijote "como una descripción admirable de monomanía". En: Historia de la psiquiatría española. Madrid, 1996. pp 228

- SEP. Consenso Español de Demencias. Madrid: Drug Pharma, 2000 - Tabarés-Seisdedos, R; Corral-Márquez, R. Am J Psychiatry 158:9, 2001

- Theophile Roussel le consideró "monomaníaco alucinado". Louveau (De la manie dans Cervantes, Montpellier, 1876) y Ville Chauvaix (Cervantes malade et médecin, Paris 1898) le dedicaron sendos trabajos doctorales. J M Guardia, médico español nacionalizado francés, también publica Le portrait de Cervantes en 1866 y comenta la edición francesa del estudio de Hernández Morejón en 1862.

- Torrente Ballester, Gonzalo, El Quijote como juego. Madrid: Guadarrama, 1975.

- Torrente Ballester, Gonzalo, El Quijote como juego y otros ensayos. Barcelona: Destino.

- Trapiello, A. (2004). Maravillosa locura en esta edad de hierro. Magazine, 19 de diciembre, p.30.

- Unamuno, M. de (1905/1987). Vida de don Quijote y Sancho. Madrid: Alianza.

- Varela Olea, M.A. (2003). Don Quijote, mitologema nacional. Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos.

- Vincent, B. (2004). La sociedad española en la época del Quijote. En A. Feros y J. Gelabert (Eds) : España en tiempo del Quijote (pp. 279-307). Madrid: Taurus.

- Wittmann, R. (1997/1998). ¿Hubo una revolución en la lectura a finales del siglo XVIII? En G. Cavallo y R. Chartier (Eds.): Historia de la locura en el mundo occidental (pp. 435-472). Madrid: Taurus.