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Usuario:AMB1967/Taller

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Sociedad Concesionaria Nuevo Pudahuel[editar]

Nuevo Pudahuel es una concesionaria encargada de operar, remodelar y ampliar el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de Santiago. La empresa está conformada por los accionistas franceses Groupe ADP con 45% de participación, y VINCI Airports con 40% de participación, además del accionista italiano Gestione Concessioni con 15% de participación.

Constitución de la concesión[editar]

Nuevo Pudahuel se adjudicó la licitación del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de Santiago por un plazo de 20 años, luego de calificar con una nota 4,9 (en base de una escala de 1,0 a 7,0) en su propuesta técnica y tras ofrecer al Estado de Chile el 77,56% de los ingresos que registre dentro del área concesionada. Su oferta superó en 10 puntos porcentuales promedio al resto de sus competidores y fue significativamente superior al mínimo impuesto por el Estado (60% de los ingresos).

La concesión fue adjudicada mediante decreto MOP 105 de fecha 12 de marzo de 2015 bajo el mandato de la presidenta Michelle Bachelet, oficializándose mediante el Diario Oficial con fecha 21 de abril de 2015. El decreto estableció facultades a la concesión para la reparación, diseño, construcción, operación y mantenimiento del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de Santiago. Finalmente, y según los plazos definidos, Nuevo Pudahuel comienza sus operaciones el día 1 de octubre del 2015.

Nuevo Terminal Internacional (T2)[editar]

La inauguración de la nueva terminal de 248.400 m² convirtió al Aeropuerto de Santiago de Chile en un hub internacional, el más moderno de Sudamérica. Con la ampliación del terminal existente, ahora reasignado al tráfico doméstico, la capacidad del aeropuerto de Santiago crece a más del doble, pasando de 16 a 38 millones de pasajeros por año. La obra fue realizada en menos de cinco años por VINCI Construction Grands Projets y Astaldi.

Esta operación representa una inversión de 990 millones de dólares (860 millones de euros), la mayor en los últimos 20 años de historia de las concesiones de infraestructuras en Chile. Refleja el compromiso de largo plazo de las concesionarias con la economía chilena, a través del desarrollo de la conectividad aérea. El nuevo edificio responde al crecimiento del tráfico iniciado desde el inicio de la concesión en 2015. El Aeropuerto de Santiago recibió 24,6 millones de pasajeros en 2019 gracias a la apertura de 20 nuevos destinos internacionales y la llegada de seis nuevas aerolíneas.

Con este nuevo terminal, se busca que los tiempos de espera se reduzcan considerablemente por 96 quioscos de check-in automáticos, 64 mostradores de entrega de equipaje, 40% más de mostradores de inmigración y un nuevo sistema de manejo de equipaje. El terminal también incluye nuevas zonas comerciales, restaurantes y servicios, como una sala de lactancia, un teatro abierto para hasta 250 plazas y un recinto de eventos y exposiciones, además de áreas verdes, más de 6.000 estacionamientos, una estación de buses, nuevos salones VIP y espacios para la exhibición de arte chileno.

Pandemia COVID-19[editar]

El 3 de marzo del 2020 se confirma el primer caso de coronavirus en Chile. Inicia así un periodo de cambios en la industria aeronáutica y en la forma en que Nuevo Pudahuel opera el aeropuerto de Santiago. Fueron un sinfín de medidas adoptadas por el concesionario para garantizar la seguridad del transporte aéreo nacional e internacional, tales como: cubrir mesones de check-in con láminas de cobre, 85 dispensadores de alcohol gel repartidos a lo largo de todo el terminal, huinchas de distanciamiento en layouts de cada aerolínea, puertas de embarque, retiro de equipaje, pendones y adhesivos informativos ubicados en puertas de acceso al terminal, cámaras térmicas en la entrada de cada embarque, distanciamiento de 1,5 metros en cada asiento del terminal, etc.

Uno de los grandes hitos que vivió la concesión, fue el hecho de que, a pesar de las diversas cuarentenas y restricciones de movilidad interpuestas por las autoridades chilenas, se mantuvieron alrededor de 2.000 empleos relacionados a la construcción y mano de obra de la constructora encargada del proyecto, decisión que sin lugar a dudas fue de gran importancia para que en septiembre del año 2021 finalizaran las obras del nuevo Terminal Internacional (T2).

Con respecto al tráfico aéreo, el movimiento de pasajeros en vuelos nacionales sufrió una caída de 52,4% en 2021 en comparación a 2019, debido a las restricciones internas de movilidad establecidas por las autoridades sanitarias. Por otra parte, entre marzo y noviembre de 2020 se suscitó una disminución de un 90% en el movimiento de pasajeros internacionales respecto al mismo periodo en el 2019. Esto a causa del cierre de fronteras chilenas para extranjeros no residentes desde el 19 de marzo de 2020 hasta el 25 de noviembre del mismo año. A partir de diciembre 2020, las fronteras son abiertas con requisito de PCR negativo y cuarentenas, originando una disminución de 81% en el movimiento de pasajeros internacionales desde diciembre 2020 hasta marzo 2021, con respecto al mismo periodo en 2019.

Obras de remodelación y ampliación del Terminal Nacional (T1)[editar]

A 30 años desde que se inauguró el edificio que actualmente acoge al Terminal Nacional del Aeropuerto de Santiago, en febrero de 1994, la infraestructura está en pleno proceso de modernización. Las obras, iniciadas a inicios del 2023, alcanzan un 52% de avance para febrero de 2024 y permitirán ampliar la capacidad del recinto a 20 millones de pasajeros al año, con una superficie total de 130 mil metros cuadrados. Para ello, el proyecto de US$60 millones, que será entregado en 2025, contempla una nueva zona de arribos, dos salas de embarque, el aumento de 22 a 42 puertas de embarque y la actualización de diversos espacios, como comercios, servicios, pantallas de vuelo, señalizaciones y zonas de circulación.

La próxima habilitación que contemplan los trabajos es una conexión directa a la sala de retiro de equipajes, lo que permitirá reducir considerablemente las caminatas para los pasajeros que llegan al Terminal Nacional por el sector poniente y al edificio T2-C, que está habilitado para recibir vuelos procedentes de Chile.

Nueva zona de arribos nacionales[editar]

Con la nueva área de arribos nacionales, el Aeropuerto de Santiago pone a disposición de los pasajeros una amplia superficie, que aumentará de seis a 12 las cintas de retiro de equipaje, una nueva zona de transporte oficial, nuevas tiendas, servicios, más iluminación y una renovada señalización, que se homologa a la ya instalada en el nuevo Terminal Internacional (T2), inaugurado en 2022.

Edificio T1-A[editar]

La nueva edificación de 17 mil m2 ofrecerá ocho nuevas puertas de embarque a quienes viajen dentro de Chile, además de una zona de juegos infantiles, innovadores locales comerciales, mayores comodidades en las áreas de espera y accesibilidad universal.

Al igual que los edificios de embarque del Terminal Internacional, que rinden tributo a zonas de Chile como Isla de Pascua, Los Lagos, el Desierto de Atacama y la Patagonia, el diseño de la infraestructura estará inspirado en la Costa Central del país.

Sustentabilidad[editar]

El Aeropuerto de Santiago se encuentra inmerso en un proceso activo de transición ambiental respaldado por el plan de Medio Ambiente de Groupe ADP y la política AirPact de VINCI Airports. Han permitido que el aeropuerto se convierta en uno de los primeros de Sudamérica en alcanzar el Nivel 2 de la ACA (Airport Carbon Accreditation) emitida por el ACI (Airports Council International). Se han sustituido 10.336 luminarias tradicionales por otras LED, reduciendo en un 70% el consumo energético de iluminación. Las emisiones del transporte terrestre también se reducen gracias a seis nuevos autobuses eléctricos que entraron en servicio en julio 2021. También se han reforestado más de siete hectáreas en el recinto del aeropuerto y se han donado más de 600 árboles al municipio de Pudahuel.

Esta dinámica se suma a una planta fotovoltaica con una capacidad de 826 KW instalada en el techo de la terminal existente. El objetivo es reducir la huella de carbono del aeropuerto en un 40% para 2030 y lograr cero emisiones netas para 2050.