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Usuario:Erick Muñoz Vázquez/Taller/Banco Nacional de Crédito Agrícola

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Banco Nacional de Crédito Agrícola de 1926

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El banco nacional de crédito agrícola de 1926[1]​ creado en México como el eje de todo un sistema de entidades de crédito agrícola tras la promulgación de la ley de crédito agrícola[2]​ que busca ser un sistema de crédito popular, de esta manera el estado mexicano buscaría organizar y vigilar a las sociedades de crédito y de regular su sano desarrollo.

En la ley que estableció esta institución quedó previsto a la organización de sociedades regionales y locales de crédito agrícola, y de uniones de sociedades locales, todas bajo la vigilancia del Bangrícola. Los miembros de las sociedades regionales debían ser propietarios, cultivadores empresarios de explotaciones agrícolas, y propietarios administradores de tierras, aguas, ganados o empresas cuyo funcionamiento afectase los intereses agrícolas regionales. Las sociedades locales de crédito agrícola se organizarían como compañías de responsabilidad ilimitada y tendrían como objeto: a) hacer a sus asociados préstamos de avío o refaccionarios; b) organizar la explotación agrícola en la localidad y adquirir para vender o alquilar a sus asociados todo tipo de insumos agrícolas; c) realizar con sus asociados, con las sociedades regionales y con el Banco Nacional de crédito Agrícola. las operaciones bancarias que determine la ley; y, en general, cuidar por la mejor organización económica de sus su progreso moral y social.

Podrían ser miembros de esas sociedades las comunidades agrarias los propietarios, arrendatarios, colonos o aparceros de tierra, atienden directamente sus explotaciones agrícolas.

Principios

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El sistema de México de los años veinte reconocería su realidad de pobreza. Así mismo este apoyo de crecimiento y apoyo a la agricultura en México se baso sobre cuatro principios fundamentales[1]​.

  1. La formación de asociaciones que, sumando las necesidades y las posibilidades económicas de los pequeños usuarios de crédito, ofrezcan al capital una inversión costeable por su cuantía y garantizada por el gran número de individuos que se asocian para recibir el préstamo.
  2. Una garantía real, estableciéndose a la vez, como ideal en el caso, la garantía personal.
  3. Una gran descentralización, porque sólo una acción local puede hacer accesible a los pequeños campesinos el uso del crédito.
  4. Reducción del precio del crédito, sobre todo por la ayuda del capital del Estado y la organización cooperativa, que suprimiendo en lo posible a los intermediarios y haciendo revertir en gran parte las utilidades del crédito sobre los deudores, reduce la tasa de interés.[1]

Evolución

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En el gobierno de Lázaro cárdenas el ejido era la idea de transformación de la economía mexicana, buscando consolidar las masas populares post revolucionarias, que se tuvieron que canalizar a través de redireccionar todos los fondos públicos que se necesitaran, para proceder a establecer mecanismos estatales que orientaron su acción[2]​. De esta manera los nuevos ejidos cardenistas se convirtieron en instituciones en torno al crédito agrícola establecido por la ley de crédito agrícola[2]​ vigente desde 1926. La acta constitutiva de las sociedades daba a los bancos varios poderes, de los cuales el Banco Nacional de Crédito Agrícola tenia, por ejemplo: atribuciones para dictar el reglamento interior de la sociedad, para revocar sus autoridades, para intervenir en las operaciones agrícolas, para inspeccionar la contabilidad y para vigilar su marcha. Si bien es cierto que el objetivo de Lázaro Cárdenas era reorganizar el sector rural bajo la dirección del estado, esto no significaba que pugnara por una estatización de la agricultura.[2]

En 1935 y 1936 se transfirió el crédito ejidal al Banco Nacional de crédito Ejidal, el Banco Agrícola reunió en su seno solamente a las sociedades de pequeños agricultores cuyo número al final de 1940 era de 967 con 31,622 socios. De estas cifras se puede deducir que el tiende os y banco no llegó, en ningún momento de ese período, a satisfacer más que las necesidades de crédito de una pequeña porción de los agricultores pequeños y medianos de México. El poco éxito de la institución en ese período ha sido derivado de: la carencia de capital; los altos costos de la administración, dada la pequeña cuantía de los préstamos otorgados; la constante vigilancia que había que ejercer sobre los prestatarios; las dificultades de recuperación; la falta de experiencia; las presiones políticas, etc.

La existencia, pues, del Bangrícola es comprensible y necesaria, por lo menos en cuanto a organismo destinado a cubrir las necesidades crediticias del pequeño propietario.

Como sucede con el Banco Nacional de Crédito Ejidal, el Agrícola funciona también como institución financiera a la vez que, como institución administrativa, de fomento, de planeación y de comercio. Además de proporcionar crédito a los pequeños agricultores propietarios, se dedica a otras actividades tales como comprar y vender mercancías y productos, distribuir las semillas y otras cosas necesarias

Referencias

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  1. a b c de albornoz, alvaro (1966). «El banco nacional de crédito agrícola». trayectoria y ritmo del crédito agrícola en México. México: Instituto Mexicano de Investigaciones económicas México. pp. 307-314. 
  2. a b c d Rello, Fernando (1986). «Credito rural y politica agraria 1926-1983». En Cynthia Hewitt de Alcantara, ed. Estado y ejidos en México: el caso del crédito rural en La Laguna. Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el desarrollo Social. pp. 29-32.