Francos jueces

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Los Francos Jueces fueron un tribunal clandestino sancionado por Carlomagno con atribuciones para perseguir determinados crímenes. Estos tribunales se envolvían en el misterio para pronunciar sentencias de muerte que se hacían ejecutar por sus propios miembros.

Parece ser Westfalia el origen de esta institución que se designaba bajo varios nombres: tribunal vehmico, tribunal libre, tribunal secreto, consejo secreto y santísimo de hombres muy excelentes y santísimos, etc. El supremo tribunal secreto estaba establecido en Dortmund.

Parece ser el siglo XIV cuando se trató por primera vez del tribunal en términos claros y precisos. Los Francos Jueces tenían desde esa época a Carlomagno por fundador. En virtud de este pretendido origen, el emperador reinante era el jefe nominal de todos los tribunales secretos de Alemania; mas para que pudiese ejercer su autoridad era necesario que él mismo fuese Franco Juez. Los Francos Condes que presidían los tribunales secretos, recibían del emperador a título de feudo, la investidura de su cargo.

Miembros[editar]

Solo los tribunales de Westfalia tenían derecho de recibir nuevos Francos Jueces. Todo candidato debía ser nacido de legítimo matrimonio y gozar de buena reputación.

Las recepciones se hacían en lugares secretos lejos de las miradas profanas. El recipiendario juraba sobre el sable del Franco-Conde ser fiel al tribunal secreto, defenderlo

contra padre, madre, hermanos, hermanas, mujer, hijos, todos los hombres en fin, excepto solamente el jefe del imperio; mantener, ejecutar y ayudar a hacer ejecutar los decretos del tribunal secreto; denunciar los delitos de que pudiera tener conocimiento, etc.

Hasta después de cumplida esta formalidad, dice el código de Dortmund, no podrá el Franco-Conde instruir al recipiendario de los signos misteriosos por cuyo medio se reconocían entre sí los Francos Jueces.

Los miembros de la orden se dividían en dos clases:

  • los de la primera clase se llamaban los leales Francos-Jueces, los caballeros Francos-Jueces con armas y escudos. Eran nobles y militares
  • los miembros de la segunda clase eran calificados como verdaderos Francos-Juecces, santos Jueces del tribunal secreto. Se componían, en general, de individuos de la clase media.

Funcionamiento del tribunal[editar]

Los crímenes y delitos por los que se podía en su origen ser citado ante el tribunal secreto eran:

  1. la abjuración de la religión cristiana
  2. la práctica de la magia, la violación y la profanación de las iglesias y de los cementerios
  3. la usurpación del poder soberano consumada por medio de la astucia
  4. los atentados cometidos en las casas y en los caminos públicos
  5. las violencias sobre las mujeres en cinta, los enfermos y los mercaderes
  6. el robo, el asesinato y el incendio
  7. la desobediencia al tribunal secreto
  8. los Francos Jueces conocían además de ciertas contestaciones civiles

Cada tribunal tenía sesiones públicas que se celebraban de día, al aire libre; y sesiones secretas que se celebraban durante la noche en un bosque o en lugares subterráneos. Solo los negocios civiles se instruían y juzgaban públicamente.

Se citaba al acusado en tres ocasiones diferentes. Si no concurría era condenado, las dos primeras veces a una multa; la última vez al banco, es decir, a muerte. Apenas se había dado una sentencia, era prohibido a los Francos Jueces informarse de las razones que la habían motivado; y si se les daba la orden, debían ponerla en ejecución aun en el caso de que hubiesen creído inocente al acusado.

Evolución[editar]

Los emperadores y los príncipes seculares y eclesiásticos trataron en diversas épocas y por diversos medios de poner remedio a este tipo de justicia. Pero en vano se esforzaron en limitar la competencia de los tribunales secretos y de dar garantías a los acusados. Durante muchos años, continuaron las cosas de la misma manera y se ve por diferentes actos que los tribunales secretos existían aun en 1664.

Por lo demás, estos tribunales no fueron abolidos formalmente por las leyes del imperio. En 1800, el emperador daba aun Francos-Condados a título de feudos pero la institución ya estaba degenerada. En esta época el tribunal de Dortmund tan solo juzgaba asuntos de simple política y de demarcación de propiedades. Su jurisdicción no pasaba del territorio de la ciudad y no tenía sesiones secretas.

Referencias[editar]

Diccionario de la política, Antonio Romero, Manuel Ruiz de Quevedo, 1850