Diferencia entre revisiones de «Telebasura»
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La telebasura surge, en parte, por las características del negocio televisivo y la necesidad permanente de elevar sus índices de audiencia. Existen varios modelos de negocio televisivo (televisión pública, televisión publicitaria o privadas en abierto, y televisión de pago) que requieren distintos modos de [[fidelización]] de la audiencia. Cada uno de estos modelos de negocio, por sus propias características definitorias, opera con un concepto diferente de audiencia y se sirve de distintas estrategias, a la hora de configurar sus programaciones. La televisión privada en abierto (en la que el producto es la audiencia y el cliente es el anunciante), es la que mayores esfuerzos de fidelización de audiencias debe realizar, ya que sus ingresos dependen totalmente de los contratos publicitarios que, a su vez, dependen de los índices de audiencia. Los restantes modelos compiten en una categoría distinta (en la que identificamos como producto la programación y como cliente al telespectador), ya que a los ingresos publicitarios cabe sumar los que aporta el Estado (en el caso de la televisión pública) y los que aportan los clientes suscritos (en la televisión de pago). |
La telebasura surge, en parte, por las características del negocio televisivo y la necesidad permanente de elevar sus índices de audiencia. Existen varios modelos de negocio televisivo (televisión pública, televisión publicitaria o privadas en abierto, y televisión de pago) que requieren distintos modos de [[fidelización]] de la audiencia. Cada uno de estos modelos de negocio, por sus propias características definitorias, opera con un concepto diferente de audiencia y se sirve de distintas estrategias, a la hora de configurar sus programaciones. La televisión privada en abierto (en la que el producto es la audiencia y el cliente es el anunciante), es la que mayores esfuerzos de fidelización de audiencias debe realizar, ya que sus ingresos dependen totalmente de los contratos publicitarios que, a su vez, dependen de los índices de audiencia. Los restantes modelos compiten en una categoría distinta (en la que identificamos como producto la programación y como cliente al telespectador), ya que a los ingresos publicitarios cabe sumar los que aporta el Estado (en el caso de la televisión pública) y los que aportan los clientes suscritos (en la televisión de pago). |
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== Difusión de la ''telebasura'' en España == |
== Difusión de la ''telebasura'' en España == |
Revisión del 23:14 7 jul 2010
La telebasura da nombre a una forma de hacer televisión caracterizada por explotar el morbo, el sensacionalismo y el escándalo como estrategias de atracción de la audiencia. La telebasura se define por los asuntos que aborda, por los personajes que exhibe y coloca en primer plano y, sobre todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar dichos asuntos y personajes.
Inicios
La telebasura existe desde la década de los ochenta en EEUU y de los noventa en el resto del mundo audiovisual. Es un fenómeno televisivo extremadamente complejo en su definición. Esto es así, por una parte, porque no se circunscribe a un único género televisivo, sino que salpica a buena parte de los programas que componen las parrillas de programación. Y, por otra parte, no existen unos criterios inequívocos para catalogar un programa como telebasura.
Características
Según el Consell de l'Audiovisual de Catalunya, podríamos definir la telebasura como el conjunto de programas en los que confluyen "la vulneración de derechos fundamentales, la falta de consideración hacia los valores democráticos o cívicos, como por ejemplo, el desprecio de la dignidad que toda persona merece, el poco o ningún respeto a la vida privada o a la intimidad de las personas o la utilización de un lenguaje chillón, grosero e impúdico. Todo esto se lleva a cabo con la intención de convertir en espectáculo la vida de determinados personajes que, generalmente, se prestan a ser manipulados a cambio de la celebridad que les da la televisión o a cambio de contraprestaciones económicas".
Por su parte, la Asociación de usuarios de la comunicación define la telebasura en España como cualquier espacio, sea cual sea su género (magazines y reality shows principalmente, pero también concursos e incluso debates), “en el que se prima el mal gusto, lo escandaloso, el enfrentamiento personal, el insulto y la denigración de los participantes y la agresión a / de la intimidad (es decir, la invasión de la intimidad de los que participan pero, sobre todo, la imposición a los espectadores de la intimidad de los que participan)".
Este organismo, a su vez, deja claro que no debe verse su labor de denuncia como “coartada preparatoria de la censura desde planteamientos morales reaccionarios o políticamente correctos”, puesto que su labor se fundamenta “en el entendimiento de la telebasura como un fenómeno televisivo que atenta contra la función social del medio; que menoscaba sus posibilidades expresivas y de contenido en términos tanto de información y formación como de entretenimiento, y que conculca valores constitucionales como el derecho a la veracidad, a la intimidad, a la dignidad de las personas, a la no discriminación y a la protección de la infancia”.
El uso de este argumento eleva la crítica contra la telebasura por encima de una simple cuestión de sensibilidad o de gusto (a pesar de que quienes prefieren no entrar en el tema suelen apelar al gusto), dotándola de una legitimidad que frecuentemente se le discute, puesto que en la legislación de muchos países (como España) sí que se hace mención expresa a que los medios de comunicación social (tanto los de titularidad pública como a los de concesión privada) deben respetar principios como el respeto al honor, la fama, la vida privada y el conjunto de derechos y libertades reconocidos a todos los ciudadanos.
La telebasura como modelo de negocios
La telebasura surge, en parte, por las características del negocio televisivo y la necesidad permanente de elevar sus índices de audiencia. Existen varios modelos de negocio televisivo (televisión pública, televisión publicitaria o privadas en abierto, y televisión de pago) que requieren distintos modos de fidelización de la audiencia. Cada uno de estos modelos de negocio, por sus propias características definitorias, opera con un concepto diferente de audiencia y se sirve de distintas estrategias, a la hora de configurar sus programaciones. La televisión privada en abierto (en la que el producto es la audiencia y el cliente es el anunciante), es la que mayores esfuerzos de fidelización de audiencias debe realizar, ya que sus ingresos dependen totalmente de los contratos publicitarios que, a su vez, dependen de los índices de audiencia. Los restantes modelos compiten en una categoría distinta (en la que identificamos como producto la programación y como cliente al telespectador), ya que a los ingresos publicitarios cabe sumar los que aporta el Estado (en el caso de la televisión pública) y los que aportan los clientes suscritos (en la televisión de pago).
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Difusión de la telebasura en España
La telebasura sigue sufriendo un elevado ascenso dentro de la televisión española, lo que normalmente se menciona como telebasura sigue muy presente y es algo de lo que muchos telespectadores se quejan [cita requerida], debido a que muchos opinan que programas de contenido infantil, educativo, humor o noticieros, dejan su espacio a programas de esta índole [cita requerida]. En España, la prensa del corazón suele ser la más presente en la denominada telebasura, mientras que para algunos la prensa del corazón es algo distinto a lo que se conoce como telebasura, para otros están ligados entre sí, ya que lo que habitualmente se denomina como telebasura, está muy presente en los programas de prensa rosa. Hasta su desaparición en febrero de 2008, el programa Aquí hay tomate, fue el adalid de la telebasura en la programación española, debido a su constante uso de lenguaje soez, su acoso a personajes públicos o no públicos, la vulneración del programa de los derechos de intimidad y honor de muchos famosos o en algunas veces apoyarse en el morbo para la atracción de la audiencia [cita requerida].
Bibliografía
- Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión, “Publicidad y Televisión”, Cartade Ajuste, número 77, marzo de 2005.
- Arnanz, Carlos M., Negocios de televisión. Transformaciones del valor en el modelo digital, Editorial Gedisa, Barcelona, 2002.
- Asociación de Usuarios de la Comunicación, “Aproximación a la telebasura”, disponible en www.auc.es
- Bueno Gustavo, Telebasura y democracia, Ediciones B, Barcelona, 2002.
- Bustamante, Enrique, La televisión económica. Financiación, estrategias y mercados, Editorial Gedisa, Barcelona, 1999.
- Consell de l’Audiovisual de Catalunya, “Consideraciones del CAC sobre la telebasura”, disponible en www.audiovisualcat.net
- Deloitte, “Estudio comparativo sobre el número de operadores y canales de televisión comercial en Europa”, 2004, disponible en: http://prensa.deloitte.es
- Moncloa, “Consejo de Ministros”, 29/07/2005, disponible en: www.la-moncloa.es
- Sánchez Tena, Jesús y Ortega Angulo, Susana, “Incógnitas y contradicciones de la programación”, El Anuario de la televisión 2004, GECA, Madrid, 2004.
- Ley 4/1980, de 10 de enero, de Estatuto de la Radio y de la Televisión
- Ley Orgánica 10/1988, de 3 de mayo, de Televisión Privada.
- www.telebasura.net